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Pista de aterrizaje
Patricia Espejo: “A menudo, el humor es decir lo que piensas”
Patricia Espejo, humorista, comparte su opinión sobre el poder del humor, sus límites y la situación de la mujer en la comedia.
Patricia Espejo no se la jugó al empezar a trabajar como humorista. Cuenta que comenzó porque, a causa de la crisis, no encontraba un empleo relacionado con su formación como técnico administrativo en recursos humanos, pero sí que le surgían posibilidades para trabajar en el humor. Hoy en día lo celebra: considera que la comedia se le da mejor.
¿Crees que la comedia es una manera de cambiar la sociedad?
La sociedad es de mierda. Se puede concienciar con el humor más reivindicativo, porque al final lo que haces con la risa es hipnotizar a la gente para que esté un poco menos al tanto e introducirle así las ideas sin que se dé cuenta, pero no vale solo con eso. Hay muchos tipos de públicos y puedes llegar a algunos de ellos con este contenido más reivindicativo, pero no es el único factor que influye.
Últimamente parece que no se puede hablar de comedia sin abordar el tema de “los límites del humor”. ¿Piensas que este debate es bueno para la comedia?
La gente está muy aburrida y necesita algo de lo que hablar: ahora le ha dado por los límites del humor. Para mí, el humor no tiene límites, pero eso no significa que no haya gente que haga chistes de mierda. Creo que la gente se siente ofendida cuando tú haces chistes que buscan ofender. Por ejemplo, creo que el humor negro ha de ser algo muy ruin que tú hayas pensado alguna vez —y que sepas que está mal haberlo hecho— y que la gente pueda conectar contigo porque, de alguna manera, también lo ha podido pensar alguna vez —y sabe que está mal haberlo hecho—. Pero ponerte a hacer daño y a ofender solo por picar no tiene gracia, porque ahí tu intención es ofender, no hacer humor.
¿Hay algún tema sobre el que nunca harías un chiste?
Si se me ocurre el tema, no; otra cosa es que no se me ocurra. A mí no me gusta ofender a la gente; a mí me gusta tener en cuenta al público porque, al fin y al cabo, es quien está allí y te ve. Es necesario tener empatía para estar en un escenario. Hay gente que está totalmente desconectada del público. Les pasa, por ejemplo, a los youtubers, que no saben leer al público porque no están acostumbrados.
En tus monólogos tratas temas como la depresión, ¿crees que los buenos chistes vienen de las vivencias más oscuras de las personas?
Al final, el humor muchas veces es decir lo que piensas. Compartir cosas que te suceden o pensamientos oscuros, pero llevados a lugares estúpidos o directamente a la comedia. Yo tuve momentos en los que lo pasé realmente mal. Pero bueno, de todo lo malo te sacas un bloquecito.
A menudo, tu humor es muy abstracto y alejado de la realidad, pero consigues conectarlo con situaciones cotidianas, ¿cómo?
No sé cómo lo hago. Me sale innato. Y eso está muy bien o muy mal, porque cuando no te sientes inspirada no te sale nada. También es verdad que los cómicos siempre estamos buscando el giro en las cosas cotidianas. Albert Boira dijo en una charla, y se me quedó grabado, que todo lo que se te ocurre tienes que apuntarlo, porque, como cómico, es dinero lo que pierdes. Todo lo que te suceda es texto.
En el panorama nacional han empezado a surgir espacios de comedia exclusivamente femeninos como Riot Comedy en Madrid o la iniciativa del Circuito Café Teatro en Valencia. ¿Consideras que esto fomenta que más mujeres entren en el panorama?
Es cierto que es más complicado para las mujeres entrar en la comedia porque es un mundo que dominan los hombres, pero tanto yo como otras muchas cómicas hemos entrado a pesar de eso y a pesar de que existe el bulo de que las mujeres no hacen gracia, supongo que extendido por hombres que tenían miedo de que las mujeres hiciésemos más gracia que ellos. También es verdad que hay locales con dueños machistas, incluso algunos en los que no programan a mujeres, pero a mí personalmente jamás me han puesto problemas. Excepto una vez que un gilipollas en un micro abierto nos dijo a Silvia Sparks y a mí que a las chicas nos daba tres minutos y a los chicos seis o siete. Así que está bien Riot Comedy o cualquier otra plataforma, pero yo no creo que sea la mejor manera para normalizar a la mujer en la comedia. Una de las chicas de Riot Comedy defiende que necesita actuar en un lugar seguro, pero yo pienso que en la comedia no existe ningún público con el que puedas estar seguro de que todo va a salir bien.
Reconoces que entrar es difícil. ¿Y mantenerse?
No es que sea más complicado para nosotras, pero la comedia en general es un mundo un poco complejo. Además, muchas veces actúas de noche y a menudo tienes que irte lejos, sola, a un local. Hay que ser valiente para ser mujer y ser cómica.