Violencia machista
Deportistas, científicas y modelos denuncian acoso tras el caso Harvey Weinstein
Un comunicado de 140 mujeres de California, 80 denuncias en el perfil de la modelo Cameron Russell o las denuncias de varias trabajadoras del Parlamento Europeo son solo algunos ejemplos del reguero de denuncias de acoso sexual que ha surgido tras las acusaciones contra el productor de Hollywood.

El director estadounidense James Toback ha sido señalado por 38 mujeres, como recoge un reportaje publicado el pasado domingo por el diario Los Angeles Times. Toback, de 72 años y nominado a un Oscar por el guión de Bugsy (1991), hacía preguntas humillantes y personales de corte sexual a actrices que buscaban trabajo en el cine, en encuentros privados tras acordar reunirse ellas por motivos de trabajo. Algunas mujeres aseguran que el director se masturbaba delante de ellas o buscaba contacto sexual.
Es solo una de las últimas denuncias colectivas del torrente que ha generado la investigación contra el productor Harvey Weinstein publicada el 5 de octubre por el New York Times, seguida por la invitación de la actriz Alyssa Milano a compartir experiencias de acoso con el hashtag #MeToo. Y que va mucho más allá de Hollywood.
Sin ir muy lejos, en Bruselas, el Parlamento Europeo también ha sido calificado como un “semillero de acoso sexual”. Una investigación del diario The Sunday Times recoge testimonios de trabajadoras que denuncian el acoso al que fueron sometidas por parte de los políticos para los que trabajaban.
Una investigación de The Sunday Times recoge testimonios de trabajadores que fueron víctimas de acoso en el Parlamento Europeo
Una de ellas, que trabajaba para un hombre de 60 años, asegura que su jefe entró con ella en un ascensor y comenzó a tocarla y a acariciarle el pelo. “Me quedé petrificada –asegura–. Una colega me dijo que debería denunciarle, pero tuve miedo de perder mi trabajo, de afrontar la vergüenza y perder mi carrera”.
Las mujeres que han hecho estas denuncias se mantienen en el anonimato, pero las redes sociales han servido a otras de desahogo. Así ha sido, por ejemplo, para la francesa Jeanne Ponté, asistente del diputado socialista Édouard Martin.
Ponté recopiló en un cuaderno hasta 50 situaciones en las que ella o una de sus colegas había sido víctimas de situaciones impropias, algunas de ellas llegando al acoso sexual.
Suficiente
Enough. Suficiente. Es la conclusión de la carta que firman 140 mujeres en California, entre ellas muchas políticas: “Millones de americanos quedaron impresionados por el comportamiento de Harvey Weinsten; nosotras no”, declaran. En la carta, aseguran que todas conocen a otras mujeres o han sufrido ellas mismas comportamientos de hombres que “nos han tocado, nos han manoseado y han hecho comentarios inapropiados sobre nuestros cuerpos y habilidades”.
Las firmantes aseguran que no hablaron “por miedo o por vergüenza”. Ahora, las 147 mujeres dicen que no tolerarán más a los perpetradores o a quienes hacen posible este acoso. En la página www.wesaidenough.com han abierto un espacio para compartir historias de acoso.
Hay más. La cuenta de la modelo Cameron Russel se ha convertido también en un un lugar de denuncia. Russel comenzó hace unos días a compartir historias de compañeras de profesión en su cuenta de Instagram. Con la etiqueta #MyJobShouldNotIncludeAbuse, Russel acumula docenas de entradas en las que compañeras de profesión comparten sus experiencias.
Russel explicó que su intención es tratar de arrojar luz sobre al abuso a modelos jóvenes y muchas veces con poca experiencia que son víctimas del los profesionales de la industria. En su feed pueden verse historias de chicas jóvenes, algunas menores. Como la de una chica de 14 años que cuenta cómo un fotógrafo le hacía preguntas sobre su comportamiento sexual durante una sesión de fotos.
La lista sigue. La Universidad de Boston investiga las denuncias de acoso sexual que dos de sus estudiantes han interpuesto contra un geólogo. Las mujeres alegan que David Marchant, profesor asistente en el momento en el que se sitúan los hechos denunciados, las acosó en diferentes expediciones de investigación hace dos décadas, mientras se encontraban aisladas en pequeños grupos en la Antártida. Otras mujeres reportaron comportamientos similares de este mismo geólogo en ese periodo.
En el ámbito deportivo, la exfutbolista sueca Gunilla Axén, campeona de Europa con Suecia en 1984, ha denunciado haber sido acosada sexualmente por tres jugadores “muy conocidos” de la selección sueca de los años 2000. Y la gimnasta de la selección de Estados Unidos McKayla Maroney, que tiene dos medallas olímpicas, ha contado en una carta demoledora que fue violada sistemáticamente por el médico del equipo olímpico estadounidense.
Una de las veces, este le dio una pastilla para dormir durante un vuelo y cuando despertó estaba con él a solas en su habitación. “Pensé que iba a morir aquella noche”.
“Our silence has given the wrong people power for too long.”
— AJ+ (@ajplus) 18 de octubre de 2017
Olympic gymnast McKayla Maroney comes forward to describe her assault. pic.twitter.com/daTc4SvgGZ
La lista es larga y en ella se incluyen fotógrafas, médicas y periodistas, como señala por ejemplo este hilo que menciona casos del ámbito de la salud, la industria de las bodas, la música, la publicidad o la tecnología.
No es de extrañar cuando el 35% de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su compañero sentimental o violencia sexual por parte de una persona distinta a su compañero sentimental en algún momento de su vida, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
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