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Doñana
La contaminación por ozono en Doñana, una amenaza añadida sobre este espacio natural
Ecologistas en Acción alerta de los altos niveles de este contaminante durante la temporada de verano. Nuevas infraestructuras viarias empeorarían la situación y se sumarían a otras amenazas ecológicas como la sobreexplotación hídrica y los proyectos de extracción y almacenamiento de gas en el subsuelo de esta Reserva de la Biosfera y humedal de importancia internacional.
En 1974, cinco años después de la creación del Parque Nacional de Doñana, se anunciaba la construcción de una central nuclear en el Acantilado del Asperillo, dentro del término municipal de Almonte. El proyecto, impulsado por la Compañía Sevillana de Electricidad, se ubicaría irónicamente en terrenos propiedad del Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza y contaría con una inversión de 32.000 millones de pesetas. La oposición provino principalmente de los empresarios del turismo, preocupados por las consecuencias que pudiera acarrear para esta actividad entonces floreciente, y de algunos ayuntamientos y colectivos profesionales. Poco después de anunciarse su valoración, el proyecto se desestimó.
Actualmente Doñana es, junto a Sierra Nevada, el espacio natural más emblemático de Andalucía, además de la mayor reserva ecológica de Europa. La idea de que se valorara como el emplazamiento de una instalación nuclear puede resultar hoy en día sorprendente e incluso descabellada. Sin embargo, a pesar de su valor simbólico y su grado de protección, otras amenazas y presiones sobre este territorio son constantes. Conversamos sobre algunas de ellas con dos veteranos militantes ecologistas que conocen bien esta zona: Eduardo Gutiérrez y Juan Romero.
Contaminación por ozono troposférico
En las últimas semanas, Ecologistas en Acción ha alertado de los altos niveles de contaminación por ozono troposférico en la zona. A partir de datos oficiales recogidos en los seis últimos años (de 2014 a 2019) procedentes de estaciones de medición situadas tanto en el interior como en el entorno del Espacio Natural de Doñana, la organización ecologista afirma que la presencia de este contaminante supera los valores legales establecidos. Según Eduardo Gutiérrez, coordinador de Ecologistas en Acción de Andalucía y experto en contaminación atmosférica, “esta contaminación tiene importantes consecuencias tanto sobre el medio ambiente, principalmente la vegetación de un espacio tan emblemático como es Doñana, como sobre las personas que habitan en esta comarca”. El ozono troposférico se forma principalmente en verano, por efecto combinado de la radiación solar y las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV). Gutiérrez recuerda que “precisamente en esa época estival, de alta concentración de ozono, es cuando hay más gente en la zona, aumentando la población flotante en más de cien mil habitantes”.
Eduardo Gutiérrez: “Lo que plantea la Administración autonómica es aumentar el tráfico mediante el desdoblamiento de la A-483, lo que produciría un aumento de esa contaminación”
El origen de esta contaminación estaría “en el tráfico de la Bahía de Cádiz, Huelva, e incluso de Sevilla, que debido a los vientos dominantes se desplaza y sitúa sobre el entorno de Matalascañas”, explica, “y por otro lado, en la industria del Polo Químico de Huelva”. Gutiérrez considera que la parte de la contaminación procedente del tráfico es más fácil de evitar o al menos reducir, “promoviendo accesos a las playas mediante transporte público” y que “lo que se plantea desde la Administración autonómica es lo contrario, aumentar el tráfico mediante el desdoblamiento de la A-483, lo que produciría un aumento de esa contaminación”.
En un sentido similar se expresa Juan Romero, representante de Ecologistas en Acción en el Consejo de Participación de Doñana, que señala que el proyecto de desdoble de la carretera de Almonte a Matalascañas se encuentra en fase de borrador, con la ampliación de un tercer carril reversible como opción preferente. “Aumentar el tráfico llevaría a un cuello de botella en las zonas turísticas por la falta de espacio, y a un aumento evidente de la contaminación”, asegura.
Además del desdoblamiento de la carretera A-483, el otro gran proyecto viario de la zona es una autovía que pudiera unir Cádiz con Huelva, una idea que se lleva proponiendo y rechazando desde hace décadas. Precisamente, la creencia en un cierto periodo de que su construcción era inminente fue uno de los factores esgrimidos para justificar el emplazamiento de la olvidada central nuclear en la zona. A finales del pasado año el gobierno andaluz anunció su intención de retomarla y según diversos medios la obra estaría incluida en el Plan de Infraestructuras del Transporte y la Movilidad 20121-27 (PITMA), que sustituye al anterior Plan de Infraestructuras para la Sostenibilidad del Transporte en Andalucía (PISTA 2020). Romero y Gutiérrez coinciden en señalar la completa inviabilidad de este proyecto, tanto por el grado de protección del Espacio Natural —cuya vulneración acarrearía posibles sanciones desde la Unión Europea— como por el solapamiento con las infraestructuras viarias ya existentes, como la A-49 o la conexión con la SE-40.
Doñana
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Junto a la contaminación ambiental, Romero y Gutiérrez apuntan a los proyectos gasísticos y la presión sobre los recursos hídricos como las principales amenazas actuales sobre el espacio de Doñana.
Sobreexplotación hídrica
Precisamente a principios de diciembre, se hacía público el informe de la Abogada General del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), Juliane Kokott, sobre la extracción de agua subterránea en Doñana, que calificaba de “desmesurada” y aseguraba que infringía tanto la Directiva Marco de Agua como la de Hábitats. Las conclusiones del informe consideran que las extracciones de agua provocan un efecto negativo en tres zonas de conservación de importancia europea: Doñana Norte y Oeste, Dehesa del Estero y Montes de Moguer. Por este motivo la oficina de la Abogada General apoya el recurso de la Comisión Europea ante el Tribunal de Luxemburgo, que deberá dictaminar sentencia al respecto en los próximos meses, y que podría ocasionar una cuantiosa sanción económica en caso de resultar negativa para el gobierno español por desprotección de estas áreas.
Juan Romero: “Asistimos a una ‘daimielización’ de Doñana”
“De las cinco masas de agua en las que se subdividió hace unos años el acuífero Doñana, tres de ellas se han declarado hace un año en mal estado cuantitativo —es decir, sobreexplotados—, y una de esas tres se ha declarado, además, en mal estado cualitativo, debido a la contaminación por nitratos”, señala Romero. La presión excesiva que sufren estos acuíferos se debería, según las zonas, a la extensión del regadío para frutos rojos, un cultivo muy rentable, incluso para olivar en superintensivo o para cultivos tradicionales de la zona como el arroz o el algodón. “Las Administraciones han sido rehenes del regadío y no han hecho nada al respecto en los últimos treinta años. Ahora nos encontramos con descensos freáticos de hasta 15 o 20 metros, desecación de la vegetación riparia, y una disminución enorme del agua disponible, en un escenario de reducción de precipitaciones por el cambio climático”, afirma Romero. Gutiérrez añade que las lagunas permanentes han pasado a ser temporales, y muchas de las temporales han desaparecido. “Asistimos a una ‘daimielización’ de Doñana”, comenta Romero en referencia al proceso de deterioro de los humedales del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real.
Medio ambiente
España no protege sus humedales
La solución pasa, en opinión de estos activistas, por el cierre de los pozos ilegales y por no autorizar más regadíos, estableciendo límites y ordenado las actividades agrícolas. Es decir, por una limitación de la demanda de este recurso cada vez más escaso, en lugar de por tratar de incrementar aun más la oferta, como se pretende con el anunciado trasvase desde el Guadiana.
Proyectos de almacenamiento de gas
A principios de año, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) desestimaba el recurso de la empresa Naturgy contra la Junta de Andalucía, que denegó la autorización ambiental para uno de los proyectos de almacenamiento de gas dentro del espacio de Doñana. No obstante, como señala Romero, se trata de uno de los subproyectos en los que la empresa dividió esta iniciativa. “En uno de ellos, denominado ‘Marisma Occidental’ y situado al norte de El Rocío, además de extraer gas natural desde hace unos 30 años, desde 2012 están también inyectando gas en el subsuelo, siendo una zona colindante con el Parque Natural y con el Nacional y tocando una parte de la Red Natura 2000”, explica. “Mientras que otro de los subproyectos, el denominado ‘Marisma Oriental’ lleva también desde finales de los años 90 extrayendo gas dentro del espacio protegido”.
Las amenazas de esta actividad extractiva en una zona como Doñana son diversos. “Por un lado, hay un claro riesgo sísmico, y tenemos el precedente de Castor frente a Castellón donde se comenzó a inyectar el gas natural en la roca creando numerosos pequeños movimientos sísmicos, siendo rápidamente suspendido por este motivo”, indica Juan Romero. Habría también afección hacia el agua, al estar las zonas de depósito situadas debajo del acuífero de Doñana, con el consiguiente peligro de contaminación. Romero recuerda también que un informe del Instituto Geológico Minero de España (IGME) advertía del riesgo de inundación en los pozos agotados utilizados como almacenamiento subterráneo, al encontrarse en la cuenca superficial. Y añade un último argumento de fondo: “Se trata de un suelo público, un patrimonio común y universal que una empresa utiliza como negocio propio para obtener un beneficio privado, con actividades que, además de los riesgos citados, van en sentido contrario de los supuestos objetivos de descarbonizar la economía”.
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