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Comunidad de Madrid
Madrid, la comunidad con más exceso de mortalidad en la pandemia de covid-19
El 31 de enero de 2020 el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III confirmó el primer caso de covid-19 en España: un alemán que veraneaba en Canarias. Desde entonces, la diferente gestión de la pandemia desplegada por los diferentes gobiernos autonómicos generaron una asimetría en el exceso de mortalidad atribuido a la pandemia. Así se demuestra en una reciente investigación publicada en la Gaceta Sanitaria que indica que Madrid, la comunidad gobernada por Isabel Díaz Ayuso (Partido Popular) fue la comunidad con mayor exceso de muertes en términos absolutos y relativos al tamaño de la población, con 22.000 fallecimientos de más, lo que representan casi un 25 % de la sobremortalidad que se dio en todo el Estado que fue de 89. 200 personas.
Tras Madrid se encontrarían Castilla-La Mancha, Cataluña, Aragón y Castilla y León (estas, en términos relativos). La situación opuesta se vivió en las Islas Canarias, donde se estimó un leve descenso en las muertes esperadas (-210). En Murcia, las Islas Baleares, La Rioja y Cantabria, el exceso de mortalidad fue muy pequeño.
El estudio, que analiza los datos de 2020 y el primer semestre de 2021 ha estado liderado por Nazrul Islam, epidemiólogo de la Universidad de Southampton (Inglaterra), y cuenta con la colaboración de los epidemiólogos españoles Fernando José García López, Miguel Ángel Royo Bordonada y María Victoria Zunzunegui. El análisis prueba también que la Comunidad de Madrid lideró también en el descenso en la esperanza de vida.
La Comunidad de Madrid lideró también el descenso en la esperanza de vida, cayeron en 3,58 años para los hombres y en 2,25 para las mujeres
Así, en hombres cayó 3,58 años —lo que retrotrajo su esperanza de vida a la que había en 2010— y 2,25 años en mujeres, seguida de sus comunidades limítrofes, Castilla-La Mancha (2,72 años en hombres y 2,38 años en mujeres) y de Castilla y León (2,13 y 1,39, respectivamente). Por el contrario, en 2020, en las Islas Canarias y en Murcia apenas hubo cambios en la esperanza de vida al nacer y a los 65 años, mientras que los descensos fueron pequeños en Asturias, Galicia y en las Islas Baleares.
Los investigadores apuntan que detrás de esta asimetría en los resultados están las diferencias en la gestión de la pandemia, ya que cada comunidad autónoma "adoptó políticas de salud pública distintas, algunas ajenas a las buenas prácticas profesionales
Las comunidades de Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León vuelven a encabezar el ranking de mayor número de años perdidos por muertes prematuras en 2020 —es decir, años que se habrían vivido si no hubiera aparecido la pandemia—, con cifras próximas a cinco años de vida perdidos por cada 100 hombres y tres años perdidos por cada 100 mujeres. En las Islas Baleares, Extremadura, Galicia, Euskadi y las Islas Canarias, apenas hubo aumento del número de años perdidos.
Según los datos que emitió el INE en el verano de 2021, durante 2020 fallecieron en todo el Estado 492.930 personas, un 17,7% más que en 2019. Esas cifras ya indicaban que la Comunidad de Madrid lideró el incremento de mortalidad de todo el año que alcanzó hasta el 41,2%, con 66.584 fallecidos.
Coronavirus
Pandemia Madrid lideró el incremento de muertes en 2020, con un 41,2%
La huella del covid-19 es evidente en estos datos, máxime cuando se analiza el aumento de muertes por meses, que coincide con la primera ola de coronavirus. Así, en marzo hubo un aumento del 56,8% mientras que en abril un 78,6%.
Consecuencia de las diferencias en la gestión
Los investigadores apuntan que detrás de esta asimetría en los resultados están las diferencias en la gestión de la pandemia, ya que cada comunidad autónoma “adoptó políticas de salud pública distintas, algunas ajenas a las buenas prácticas profesionales, que afectaron a la salud y a la vida de sus poblaciones”.
Fernando García López, investigador del Centro Nacional de Epidemiología explica que en Madrid se tomaron medidas “propagandísticas y efectistas” pero sin eficacia, “como estos cribados masivos por barrios”
Fernando García López, investigador del Centro Nacional de Epidemiología y uno de los autores de este análisis, explica a El Salto que en Madrid se tomaron medidas “propagandísticas y efectistas” pero sin eficacia, “como estos cribados masivos por barrios que no tenían sentido epidemiológico o los aislamientos por zonas de salud”. Por otro lado, denuncia que no hubo una red de rastreadores eficiente para facilitar que los contactos estuvieran aislados.
Coronavirus
La ausencia de rastreo en Madrid determinará la evolución de la pandemia
Galicia empezó a cabalgar la segunda ola un mes antes que Madrid y puede ser su espejo al compartir estrategias de gestión: un misterioso insuficiente número de rastreadores y confinamientos por áreas sanitarias siguen sin atajar, tres meses después, brotes que mantienen al alza la curva.
Añade López que en esta comunidad hubo un levantamiento prematuro de las medidas en la desescalada de junio. En cuanto al inicio de los casos, este epidemiólogo valora que no se tomaron medidas previas. “Era voz populi que había muchos enfermos en los hospitales con neumonías no habituales y esto no se trasladó a medidas de salud pública que investigaran la posible relación con la covid que ya estaba en Italia. Hubo mucha lentitud a la hora de tomar medidas y cuando se quisieron dar cuenta la transmisión ya era masiva. Si se hubiera actuado con mucha más rapidez se habría evitado mucha transmisión”, zanja.
“La localización geográfica de la población en España no puede ser un factor que determine el riesgo de morir en una pandemia”, valoran los investigadores de este estudio. “Corresponde a las autoridades hacer una reflexión profunda para analizar y comparar las políticas de salud pública de las comunidades autónomas y aprender de las que lo hicieron mejor para afrontar futuras pandemias”, añaden.
Residencias de mayores
Residencias de mayores Las muertes en las residencias de Madrid duplicaron las de otras comunidades
Detrás de estas “malas prácticas” está la gestión realizada en las residencias de mayores. En la Comunidad de Madrid, durante los meses más duros del covid fallecieron 9.468 ancianos y ancianas, el 21,5% de los que ocupaban plazas. El 77% de ellos, esto es 7.291, murieron sin ser trasladados a un hospital a causa de los protocolos de exclusión sanitaria firmados por altos cargos del gobierno de Isabel Díaz Ayuso.
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En las emergencias, los responsables políticos no deben liderar nada. Deben dejar las decisiones técnicas en manos de los técnicos, y simplemente, recibir información de éstos. Los responsables políticos deben dedicarse a conseguir el dinero, legislar escudos de protección para la ciudadanía, y firmar las medidas sugeridas por los técnicos. El qué hacer no es cosa suya, pues no entienden del problema, y su ideología o moral personal pueden ensuciar las decisiones a tomar.