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Crisis climática
El 1% más rico de España emite 14 veces más CO2 que la mitad más pobre del país
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
La desigualdad se puede medir en muchos parámetros, pero pocas veces se mira al nivel de responsabilidad de las clases más pudientes en lo que respecta a la crisis climática respecto a quienes tienen menos recursos, una huella de carbono que en España, al igual que en gran parte del planeta, es muy dispar: el 1% más rico de la población tiene una huella de carbono de 64,7 toneladas de CO2 equivalente (CO2e) per cápita, una cifra 14 veces superior a las 4,7 toneladas de CO2e que emite una persona de la mitad de la población con menos recursos del país.
Los datos se desprenden del Informe de Desigualdad Global 2022 (World Inequality Report 2022), firmado por economistas de renombre como Thomas Piketty, Lucas Chancel, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman, y publicado por el World Inequality Lab, una organización independiente que analiza la desigualdad en el mundo. El análisis pone el foco, entre otros parámetros, en la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que emite la población en función de su riqueza. Como señalan sus autores, “la desigualdad adopta muchas formas, incluidas la desigualdad de acceso a los recursos naturales, la desigualdad de exposición a la contaminación y a las catástrofes inducidas por el uso insostenible de los recursos, y la desigualdad de la contribución a la degradación ambiental”.
Así, el 1% más pudiente, un grupo de población que concentra casi un cuarto de la riqueza del país —posee el 24,2%— y tiene unos ingresos anuales medios de 378.800 euros, no solo genera 14 veces más emisiones de gases de efecto invernadero que una persona que se encuentre entre la mitad de la población más pobre; además, su modo de vida supone casi diez veces más CO2e que el de la media española: 64,7 toneladas de CO2e frente a 7,7. Esta distancia es algo inferior a la que hay entre la que se deriva del estilo de vida del 1% de la élite económica española y el de las clases medias, un segmento de la población con ingresos superiores al 50% más pobre pero inferiores a los del 10% más rico: emiten 8,8 toneladas de CO2e por persona y año, casi ocho veces menos que el 1% con más recursos.
Más compras, más viajes y más consumo supone añadir más leña al fuego de la crisis climática
Si se mira al 10% más rico, la distancia, aunque aún amplia, se acorta considerablemente: la media de emisiones de CO2e generada por un individuo de este pudiente grupo de población es de 20,8 toneladas, más del doble que la media española (7,7 toneladas de CO2e) y cuatro veces más que la media de las emisiones generadas por el 50% de la población con menos recursos (4,6 toneladas de CO2e).
Las cifras ponen de relieve la gran distancia que existe entre los modos de vida de la población en función de sus recursos: más compras, más viajes y más consumo supone añadir más leña al fuego de la crisis climática.
Similar a Francia, el doble que Marruecos
La huella de carbono per cápita en España, un país donde esta cifra pasó de 8,9 toneladas de CO2e a 12,3 entre 1990 y 2006 para decrecer posteriormente a las 7,7 actuales, las emisiones por persona son similares a las de países europeos de nuestro entorno. En Francia la media anual por persona es de 8,7 toneladas de CO2e, en Portugal 6 y en Italia 9,1, si bien al otro lado del Estrecho de Gibraltar decrecen considerablemente: Marruecos registra 3,3 toneladas de CO2e por persona y año.
En el segmento de los llamados superricos, el 0,1% más pudiente de la humanidad emite 467 toneladas de CO2e al año, siendo 2.521 en los que integran el 0,01% con más recursos
En contraposición, las emisiones de gases de efecto invernadero medias de países desarrollados y no integrados en la Unión Europea, como es el caso de Australia, con 19,6 toneladas de CO2e; Canadá, con 19,3; o Estados Unidos, con 21,1, duplican las emisiones per cápita españolas. Se da la circunstancia de que las clases más pudientes de Norteamérica emiten muchos más gases de efecto invernadero que en cualquier otra parte del plante: el 10% más rico de los países del norte americano emite 73 toneladas de CO2 por persona y año, más del doble que el 10% más rico europeo (29,2 toneladas de CO2e anuales) y diez veces más que el 10% más rico del África Subsahariana (7,3 toneladas de CO2e).
Va a a más
Oxfam Intermón ya alertó, durante la celebración de la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26) el pasado diciembre, de que, según sus previsiones, mientras la mitad más pobre de la humanidad vivirá con un estilo de vida acorde con los niveles necesarios para cumplir el Acuerdo de París y no sobrepasar un calentamiento global de 1,5ºC respecto a los niveles preindustriales, el 1% más rico debería reducir sus emisiones un 97% para conseguir este objetivo.
COP26
COP26 El 1% más rico emitirá 30 veces más CO2 del que debería para cumplir con el Acuerdo de París
El informe Desigualdad en Carbono 2030, elaborado por la ONG y presentado en la COP26, remarcaba que en 2030 solo 80 de los 7.900 millones de personas que poblarán la Tierra serán responsables del 16% de las emisiones globales. En la actualidad, según los datos del World Inequality Lab, el nivel de vida del humano medio supone 6,6 toneladas de CO2e al año, reduciéndose a 1,6 en el caso de la media del 50% de la población global con menos recursos, pero aumentando a 110 toneladas de CO2e en lo relativo a la élite del 1%.
Una porción ínfima de la población podría poner en riesgo la estabilidad climática del planeta, denunciaban desde Oxfam Intermón en la COP26
Ya en el segmento de los llamados superricos, en el caso del 0,1% más pudiente de la humanidad, su media anual de toneladas de CO2e asciende a 467, siendo 2.521 en los que integran el 0,01% con más recursos.
Para los autores del informe, la dimensión de la desigualdad de carbono “debe ser tomada en cuenta si queremos desarrollar políticas medioambientales efectivas”. Como remarcaban en la COP26 desde Oxfam Intermon, “parece que una pequeña élite tiene barra libre para contaminar todo lo que quiera”, una porción ínfima de la población que, por sí sola, podría poner en riesgo la estabilidad climática del planeta y la lucha contra la emergencia climática, denunciaban desde la ONG.