Alemania tiene un grave problema de violencia

En Alemania el maltrato en el ámbito doméstico es una forma de violencia mucho más común, recurrente y mortal que el terrorismo yihadista o los ataques de la extrema derecha. Cada tres días, una mujer es asesinada por su pareja.

3 ene 2019 11:56
La noche del pasado lunes 31 de diciembre, un hombre atropellaba a varias personas en las ciudades de Bottrop y Essen. Según confesó después a la policía, lo hacía por motivos xenófobos. Ocho personas resultaban heridas de gravedad, entre ellas dos menores. Esa misma noche, tres jóvenes refugiados borrachos se dedicaban a golpear a viandantes sin motivo aparente en la ciudad bávara de Amberg, hiriendo a doce personas. El ministro de Interior y la propia canciller hicieron declaraciones sobre estos hechos, que llenaban las portadas de los medios e incendiaban las redes sociales. Inmigración, asilo y violencia extremista son temas muy politizados y recurrentes en los medios del país teutón, sin embargo, el mayor problema de violencia del país ha pasado más o menos desapercibido durante décadas.Tan solo existen estadísticas policiales sobre la violencia machista en el ámbito doméstico desde el 2015 bajo el nombre “violencia de pareja”. Es significativo que en el país se usen comúnmente los términos “violencia doméstica” o “violencia de pareja”, desechados en muchas otras coordenadas por parte del feminismo al considerar que invisibilizan la dimensión de género.
La socióloga Monika Schröttle explica cómo se tiende a pensar la violencia machista como algo propio de inmigrantes, ajeno a la cultura alemana
La socióloga Monika Schröttle explica en una entrevista, en el número de enero de la revista Konkret, cómo a lo largo de su carrera ha podido observar que cuando llevaba a cabo estudios en los que las agredidas eran extranjeras, el interés era mucho mayor. Sin embargo, cuando se publicaban trabajos sobre la violencia contra la mujer en general en la sociedad el interés no era tan alto y no la invitaban tanto a hablar sobre el tema.“Es un asunto que se instrumentaliza a menudo para aliviar a la población de origen alemán y para tapar psicológicamente las formas violentas de las propias relaciones de pareja”, explica Schröttle sobre la tendencia a pensar la violencia como un problema importado por inmigrantes, ajeno a la cultura autóctona. La socióloga recuerda, sin embargo, que la violencia física contra las mujeres se encuentra en Alemania en todas las capas sociales llegando a las parejas mejor situadas económicamente, a pesar de ser “menos visible ”.En 2017 hubo unos 140.000 casos de violencia de género según datos oficiales. La ministra de Familia, Franziska Giffey, explicaba tras la presentación del informe que la cifra de violencia en el ámbito familiar sería en realidad mucho mayor porque solo se denuncian las agresiones más graves. En cerca de un 70% de los casos los agresores poseen la nacionalidad alemana. En 147 casos las mujeres fueron asesinadas por sus parejas actuales o por sus exparejas. Dos mujeres por semana, una cada tres días. En España ese mismo año fue una cada semana, aunque por otro lado la población es casi la mitad que en Alemania.Vanessa Bell, experta en violencia doméstica y sexual de la ONG Terre des Femmes, explicaba en entrevista con la televisión pública alemana ARD, que la extrema derecha está difundiendo el miedo al extranjero supuestamente más violador y violento que el alemán de a pie. “La realidad por el contrario es que la violencia contra las mujeres tiene lugar entre las cuatro paredes de su casa y no en las calles oscuras perpetrada por desconocidos”, argumentaba.
“La violencia doméstica no se puede deportar”, señala una  periodista del semanario Spiegel
La periodista Silke Fokken del semanario Spiegel describía la situación a la perfección, la violencia contra las mujeres, decía, “no encaja con la imagen que nuestra sociedad tiene de sí misma”. En teoría las mujeres y los hombres tienen los mismos derechos y sin embargo, muchísimas mujeres son golpeadas, violadas y maltratadas. “A pesar de esta situación nadie se altera desde hace años”, constataba, recalcando: “La violencia doméstica no se puede deportar”, apuntando a los alemanes que agreden a sus mujeres contradiciendo la tesis difundida en la sociedad de que esto solo ocurre en familias extranjeras o pobres. Las estadísticas dicen lo contrario.El propio medio de Fokken, Spiegel, presenta tan solo cuatro noticias sobre violencia de género con la etiqueta “tragedia familiar”, la última del pasado 12 de abril, cuando un padre mató a su hijo y a su ex-mujer en Hamburgo. Este suceso fue noticia porque el feminicidio se produjo mientras andaban por la calle. Cuando sucede de puertas para adentro, los medios no se interesan o ponen una simple nota bajo el epígrafe “sucesos”.Muchos se preguntan, ahora que se ha reavivado un debate mas viejo que Mambrú, qué va a hacer el estado para evitar que una de cada cuatro mujeres tenga que sufrir violencia en casa en algún momento de su vida y un diez por ciento de ellas sea herida de gravedad. Los logros en la lucha contra la violencia de género en Alemania comienzan nada menos que en 1997. Hasta entonces, la violación dentro del matrimonio estaba permitida y no penada. Tienen que pasar cinco años más para que se redacte una ley que proteja a las víctimas de la violencia y permita a la policía apartar a los maltratadores de las viviendas. Hasta marzo de 2013 no se crea un teléfono nacional gratuito al que pueden llamar las víctimas. Desde 2016 una ley obliga a las grandes empresas alemanas a incluir al menos un 30% de mujeres en sus puestos de dirección.Con el debate actual de la violencia de género, suscitado a raíz de las últimas cifras publicadas a finales de diciembre, la ministra de Familia se ha comprometido a crear más casas de acogida para mujeres maltratadas, ya que al parecer miles de mujeres que huyen de su hogar por una situación de violencia son rechazadas en estos centros por falta de plazas. Con datos como éstos, no resulta raro que haya quien pida una gran campaña nacional contra la violencia de género. El próximo día internacional de la mujer, el 8 de marzo, algunos grupos y partidos han llamado a secundar una huelga de mujeres similar a la que se llevó a cabo en 2018 en España y en otros países, aunque lo cierto es que hasta el momento esta propuesta no ha tenido mucha repercusión.
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