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Ecofeminismo
El trabajo en el mar no solo es cosa de hombres
El medio marino ha supuesto, a lo largo de la historia, un medio hostil para las mujeres. Las viejas leyendas contaban que llevar una mujer a bordo era lo mismo que desear un naufragio, navegar con ellas “daba mal fario”. Coincidiendo con el 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Ecologistas en Acción ha puesto en marcha una campaña que rescata del olvido a 33 científicas marinas.
“Mujeres a bordo, eso da mal fario”. En 1767, Jeanne Baret se hace pasar por hombre para poder embarcar y dar la vuelta al mundo tomando muestras de hasta 5000 especies diferentes de plantas. Cuando el barco llega a Tahití, unos nativos la descubren y se ve obligada a casarse para que le permitan volver a embarcar y poder así volver a su país.
“Por naturaleza no estáis hechas para trabajar en la mar”. Jimena Quirós fue la primera mujer en embarcar en una campaña oceanográfica en España y la primera en firmar un trabajo científico de Oceanografía. Cuando comenzó a trabajar en el Instituto Español de Oceanografía (IEO) intentaron expulsarla con argumentos como el de que las condiciones naturales de las mujeres les eran desfavorables para trabajar en el mar. En 1940, fue cesada por motivos políticos, ya que fue co-fundadora del Partido Republicano Radical Socialista Independiente, no obstante recurrió y logró volver en 1969, aun estando ya jubilada.
“Las mujeres solo podrán abandonar esta casa para casarse”. Eso pensaba el padre de Maude Delap. Ella consiguió convertirse en una reconocida bióloga marina autodidáctica, muchas de sus muestras, dibujos y descripciones están hoy en día en el Museo de Historia Natural de Dublín. En 1906, esta científica recibió una oferta de trabajo de la Estación de Biología Marina de Plymouth, pero su padre le impidió ir por no estar casada.
“¿Tu marido te ha dado permiso?” Margarita Salas, doctora en bioquímica, es considerada la impulsora de la investigación española en el campo de la bioquímica y la biología molecular, fue discípula de Severo Ochoa y ahora preside su Fundación, cuenta con más de 350 publicaciones y ocho patentes y aun así, fuera del laboratorio, siempre fue considerada la “mujer de” a pesar de tener mejor currículum investigador que su marido.
“Se creerá mejor que yo por estar al mando”. Ni mejor ni peor, las mujeres y los hombres pueden estar igualmente preparados para puestos de mando. Algunos ejemplos:
María Klenova, jefa del departamento de Geología Marina del Instituto Hidrográfico de Rusia. En 1953 se convirtió en la primera mujer en dirigir una campaña oceanográfica a la Antártida a bordo de un buque militar.
Mary Sears, doctora en zoología, se alistó en la Marina durante la II Guerra Mundial, creó y dirigió la primera unidad de Oceanografía del ejército de los EEUU y llegó a ser comandante. Sus investigaciones sobre las mareas, el oleaje, las corrientes y otros procesos hidrodinámicos sentaron las bases de la oceanografía moderna.
“¿Dónde te has dejado a tus hijos?” Esta frase solemos escucharla hoy en día cada vez que una oceanógrafa anuncia que se va algunos meses de campaña. Raquel Somavilla, oceanógrafa física española, habla en una publicación para el proyecto Oceánicas sobre como el deber de cuidar a los hijos recae socialmente sobre las mujeres. En su caso, su marido se fue de campaña dos meses al Ártico cuando el hijo de ambos solo tenía dos semanas.Sin embargo, cuando meses más tarde fue ella quien tuvo oportunidad de embarcar, se asumió que no iría pues debía cuidar de su hijo. Como ella misma dice, puede entenderse como un favor, pero deben darle la oportunidad de decidir y no verse obligada a justificar los motivos por los cuales no se queda con su hijo en casa.
“La mujeres solo pueden ser madres y maestras”. Antiguamente las mujeres solo ejercían puestos asociados a los cuidados y la educación de los niños. Hoy en día tanto hombres como mujeres tenemos acceso a cualquier formación aunque hay determinados puestos laborales que la sociedad sigue asociando a uno de los géneros.
Mary Anning descubrió varios esqueletos de dinosaurios e importantes fósiles, pero debido a su sexo y posición social, fue considerada una intrusa en la comunidad científica, razón por la cual sus contribuciones a la ciencia nunca fueron citadas.
Cornelia Clapp fue una investigadora estadounidense que obtuvo dos doctorados y a pesar de ello fue más reconocida como educadora que como científica debido a las desigualdades de la época.
“¿Qué habrá hecho para conseguir el puesto?”. Silvia Earle recibió el Premio Princesa de Asturias el año pasado por su gran labor como científica y defensora de los océanos. Silvia fue la primera mujer en ser científica jefe de la NOAA (Administración Oceánica y Atmosférica, por sus siglas en inglés), lideró el primer equipo de mujeres que vivieron 15 días en un laboratorio submarino a 15 metros de profundidad, ha sido la primera persona en caminar sobre el fondo marino a 381 metros y todo ello tras doctorarse en biología marina con una investigación que supuso un gran avance científico, ya que reunió más de 20.000 muestras de algas. Y como ella, muchas más se han ganado su puesto con trabajo y dedicación. Su labor merece respeto y reconocimiento.
“Eso son ideas de chicas”. Marie Tharp fue una geóloga marina que revolucionó la geología siendo una de las precursoras de la teoría de la tectónica de placas y la deriva continental. Fue por ello ridiculizada por sus propios compañeros que decían que eso era charla de chicas. Hoy en día es la teoría evolutiva más aceptada y a pesar de su contribución, su nombre nunca apareció en los principales documentos publicados sobre tectónica de placas.
“¿Tú tienes un doctorado?” Helen Battle, primera mujer en conseguir un doctorado en Biología Marina por la Universidad de Toronto (Canadá), fue pionera en el uso de huevos de peces para estudiar los efectos de sustancias cancerígenas. M. Ángeles Alvariño, doctora en química y en biología, descubrió 22 especies de organismos marinos y es una reconocida investigadora del IEO. Uno de los buques oceanográficos de su flota lleva su nombre. Katsuko Saruhashi, primera mujer en doctorarse en Química por la Universidad de Tokio (Japón): en 1981 estableció un premio con su nombre que se otorga a mujeres científicas que son un ejemplo para las jóvenes investigadoras. Asha de Vos, primera y única mujer de Sri Lanka en obtener un doctorado fue elegida como joven líder mundial por el Foro Económico Mundial. Isabel Moreno, no solo es doctora en Biología sino que consiguió en 1988 la primera cátedra de Biología Marina de España.
Y una larga lista que podríamos continuar…
“Mujer tenías que ser”. En Ecologistas en Acción somos muchas mujeres, y orgullosas de serlo. Muchas tenemos formación científica y agradecemos tener referentes como Rachel Carson. Ella fue bióloga marina y escritora, su libro “Primavera silenciosa” contribuyó a construir la conciencia ambiental desde el conocimiento científico e inspiró el movimiento social que hoy conocemos como ecologismo.
No quisiera extender más mi reflexión, les invito a abrir la mente y a contribuir a que los de sus alrededor también lo hagan. Espero que las historias de estas científicas marinas les hayan parecido interesantes y les animo a seguir conociéndolas.