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Medio rural
Construyendo pueblos a través de caminos y veredas
Más de 70 personas caminan juntas por una senda común: la de limpiar los caminos que rodean la localidad gaditana de Prado del Rey.
La mayoría de unidades de medida que se utilizan hoy día son frívolas a la hora de retratar realidades. ¿Qué es lo que define a un pueblo? El número de habitantes, la cantidad de servicios o cuántos semáforos se levantan en las esquinas (si hay) no sirven, en realidad, para definir qué es un pueblo.
Sin embargo, si se conoce cómo desenmarañar la ristra de cifras, la realidad aparece entre suma y suma. Por ejemplo: Pablo ha recogido 10 latas de refresco, dos botellas de plástico y un número indeterminado aún de bolsas de patatas vacías y raídas por el sol. De esa operación no se sacan cifras determinantes, pero sí una traducción reveladora: a Pablo le parece una buena idea (le comenta a su padre) que todos los fines de semana los vecinos y vecinas de la localidad vuelvan a recorrer los caminos que rodean el pueblo hasta acabar con su suciedad.
Los más de 70 vecinos que han recorrido durante la mañana del sábado los caminos y veredas que rodean la localidad gaditana de Prado del Rey no solo han conseguido retirar kilos de plásticos, vidrios y demás residuos y dividirlos en decenas de sacos, sino que han multiplicado exponencialmente la construcción de pueblo a través de la unión en torno a la preocupación por la conservación de la naturaleza.
A las 10 de la mañana, vecinos y vecinas de la localidad serrana se dieron cita en la Plaza de la Constitución para comenzar la ruta de limpieza por dos recorridos diferentes: Norte y Sur. Ambos grupos, ataviados con guantes, sacos, guitas y ganas se enfrentaron a la imagen menos idílica del campo: la de las veredas flanqueadas por ristras de basura. A pesar de que el denominador común de trochas y veredas fueron los plásticos y latas de refrescos, también se recogieron zapatos, televisores, cristales o neumáticos.
La emoción por haber compartido tarea con otros pobladores se entremezclaba con la sorpresa por la alta suciedad de muchas de las zonas transitadas durante la mañana
Una vez colmados los sacos, ambas marchas desembocaron de nuevo en la plaza del pueblo, donde compartieron sentimientos encontrados. La emoción por haber compartido tarea con otros pobladores se entremezclaba con la sorpresa por la alta suciedad de muchas de las zonas transitadas durante la mañana.
Sobre ese escenario se presentó la Plataforma Vecinal de Prado del Rey, una organización vecinal nacida de la necesidad de aumentar la presencia colectiva de la población pradense en los asuntos públicos. Mediante el análisis de la situación actual en temas como sostenibilidad, tejido productivo, cultura, juventud y género y la estimulación de la participación ciudadana entre quienes habitan la localidad se pretende avanzar en la búsqueda de soluciones para esas problemáticas.
La ‘I Marcha por los caminos limpios de Prado’ nace, por tanto, de la necesidad de hacer frente a la preocupación por la suciedad y mal estado de algunas de las vías de la localidad. La problemática que se deriva de esta situación tiene efectos negativos tanto en el plano medioambiental, con la contaminación del entorno natural y el daño sobre la biodiversidad, como en el plano social, con la generación de mala imagen de cara al turismo y desarraigo hacia el patrimonio cultural que constituye dicho entorno.
La necesidad de reducir el uso de plásticos y contaminantes y apostar por las formas sostenibles de discurrir en el día a día que tradicionalmente han destacado en las zonas rurales han sido algunas de las reivindicaciones reflejadas en el manifiesto del grupo organizador de la marcha. Volver a usar la talega a la hora de comprar el pan, consumir productos locales y mantener caminos y veredas limpios se erigen como formas de cuidar de los pueblos, pero también como estrategias para crear comunidad.
Más allá de las cifras que podrían extraerse de esta actividad, en la que han colaborado entidades locales como el Club de Senderismo Tritón, la Academia Pradoventura, la Asociación Medioambiental O-Live, la Taberna Irlandesa o el Club Deportivo de Cazadores de Prado del Rey, el éxito real se traduce en la unión frente a un objetivo común ¿No será eso lo que define a un pueblo?