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Coronavirus
Para niños y no tan niños
Antes de que leas estas líneas, es fundamental aclarar lo siguiente: hay niños y niñas que tienen dificultades. Dificultades físicas, de accesibilidad, de aprendizaje, económicas. Esta carta abierta es también para ellos.
Si eres un niño o una niña y estás en casa por la cuarentena, puede que esta sea una situación difícil para ti… O quizás no tanto. Todo depende del punto de vista. Dentro de lo malo, tienes la “suerte” de que no te ha pillado en julio y agosto, cuando estás de vacaciones. ¡Imagínate cómo sería no poder salir a la calle, refrescarte en la piscina o ir a la playa!
Y quién te iba a decir a ti que no tendrías que madrugar de repente. ¿Cuántas veces has pensado en lo que te gustaría poder quedarte en casa por la mañana y no ir al colegio? Pues esto es lo que está pasando, aunque la realidad es que no es por algo bueno, no estás de vacaciones. Esto es algo que nunca nadie había vivido antes y por eso es importante prestar atención a lo que nos pasa, a cómo nos encontramos cada día, y estar pendientes también de cómo nos afecta esta situación.
Seguro que ya te habrán explicado lo que está pasando y que yo no te cuento nada nuevo. Estamos en casa por culpa de algo tan minúsculo que sólo se puede ver a través de un microscopio y que, sin embargo, tiene el poder de afectar al mundo entero. A reyes, a ladrones, a políticas, a granjeros, a médicas y enfermeros, a madres y padres, a abuelas y abuelos, pero también a niñas y niños como tú.
Esto es algo que nunca nadie había vivido antes y por eso es importante prestar atención a lo que nos pasa, a cómo nos encontramos cada día
Da igual. Da igual la edad que tengas, si tienes mucho o poco dinero, si vives en Pekín, en la India, en Nueva York o en Cuenca. Al coronavirus, lo mismo le da. Es un situación difícil en la que hay que procurar entender a quienes te rodean. Y sí, también hay que hacerlo como niñas y niños. Así que, en esta situación, hay cosas que es muy importante hacer.
Por ejemplo, es muy importante que igual que en el cole hay unas normas, en esta situación también hay que cumplir otras en casa. Porque esto no es sólo que no podamos bajar a la calle y que haya que quedarse en casa. Lo más importante es cómo nos vamos a portar durante ese tiempo que vamos a pasar sin salir. Se me ocurre una pregunta: ¿de cuántas formas puedes ayudar en casa? Seguro que se te ocurren muchas opciones, pero te voy a decir algunas que seguro te saldrán muy bien:
1. Puedes intentar estar tranquilo o tranquila, y ayudar a que tus padres también lo estén. Es posible que las personas mayores tengan que teletrabajar y hacer la compra, limpiar, lavar la ropa, cocinar… Como hacen siempre. Pero ahora quizás estén más agobiadas, más nerviosas, y hay que ponérselo fácil. Y seguro que tú sabes cómo: teniendo tu cuarto recogido, no pidiendo muchas cosas, ayudando a recoger. Estás 24 horas en casa, estoy seguro que puedes sacar unos minutos al día para poder ayudar.
2. Otra cosa muy importante es seguir estudiando. Intentar continuar con tus ejercicios para mantener el ritmo del cole y así, cuando vuelvas, no tendrás tarea acumulada. Te aseguro que te vas a sentir muy bien cuando tu profe vea que has hecho todo y que además lo has hecho con esfuerzo.
3. Si tienes hermanos o hermanas, es importante que os comprendáis y que no estéis peleando por cualquier tontería. Ahora el enfado es algo que no puedes sacar de casa, por lo que tenéis que intentar que no se quede viviendo con vosotros. Aun así, si te enfadas o te pones triste en algún momento, no pasa nada, cuéntalo sin gritar ni echar la culpa a los demás. Habla de cómo te sientes para desahogarte. Usa la palabra “yo” (por ejemplo, yo me siento o yo estoy….) en lugar de la palabra “tú” (tú eres un o tú pareces…). Verás como es más fácil que los demás te escuchen y comprendan.
4. Cuida tus juguetes y tus cosas. Ahora más que nunca tus juguetes son muy importantes porque te pueden hacer pasar un buen rato. Y pasar buenos ratos ahora es algo fundamental. Saber divertirte y compartir esta diversión en casa ayuda a crear un buen ambiente.
5. Es tu oportunidad de inventar juegos y hasta hacer cosas que no habías hecho hasta ahora. ¿Te imaginas poder montar un programa de radio y hacer entrevistas a tu madre o tu padre para que te cuenten cosas de su infancia, de cuándo se conocieron, y hasta pedirles a tus amigos y amigas que te manden audios para tu programa? Bueno, tú haces de periodista. Pregúntales. Eso sí, pregunta sobre cosas divertidas.
6. Hay tantas cosas que puedes hacer ahora. Puedes aprovechar el tiempo haciéndolas en vez de pasar las horas viendo la tele, jugando a la play o con Tik Tok. Así que te propongo un juego: puedes escribir una carta genial a alguien y leérsela. A tus primas, a tus abuelos… Ahora es un buen momento para hacerlo.
¿Te imaginas poder montar un programa de radio y hacer entrevistas a tus padres para que te cuenten cosas de su infancia, y hasta pedirles a tus amigas que te manden audios para tu programa?
7. Y para terminar te voy a hacer una pregunta: si tuvieras el poder de acabar con el coronavirus, ¿cómo lo harías? Seguro que se te ocurren ideas geniales. Para hacer todas estas cosas interesantes te recomiendo repartir bien el tiempo, de un lado el tiempo para hacer tareas y ayudar en casa, y por otro, el tiempo para pasarlo buen y divertirse. De hecho, estas son las dos mejores cosas que podéis hacer todos y todas en casa.
Ahora mismo hay preocupación, no sólo por el virus o el confinamiento, sino también por cómo nos afectará en el trabajo o cuándo podremos recuperar nuestra vida social, esa en la que podíamos ver a nuestros amigos y familiares sin problemas. A veces, las situaciones que son difíciles, que nos generan angustia, que no sabemos cómo afrontar hacen que dé igual que seamos personas niñas o adultas, porque todos podemos estar preocupados.
Y, seguramente, con estas palabras no podré quitarte todas las preocupaciones de un plumazo, pues algunas de ellas son muy importantes, pero sí puedo al menos sugerirte ideas con la que hacer que sea más llevadero. ¿Te has parado a pensar que, en realidad, esos siete puntos que has leído no son sólo para niños y niñas? ¿Te acuerdas de cómo eras de pequeño y cómo habrías vivido una situación semejante?
La diferencia ahora mismo no está sólo en cómo vive esta situación un niño o un adulto. La diferencia está en pensar qué es lo que tú puedes hacer para que los demás lo pasen de la mejor forma posible.