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Incendios Forestales
Fuego
A mí, apetecerme, me apetece más escribir sobre por qué no están las azoteas llenas de sábanas al sol para pasar entre ellas mientras aún están húmedas, como un refugio luminoso y mediterráneo. Por qué las mías son las únicas. Si es que la gente no suda, no folla, o si es que se han pillado una secadora de clase energética A+, ecológica, especial para subdesiertos. Total, que yo preferiría hablar de fluidos nocturnos y consumos prescindibles. Pero lo dejaré para otro rato, porque esto del fuego y la desinformación es demasiado grave. Echemos números:
Más de 220.000 hectáreas de superficie forestal quemadas en España en lo que va de año, según estimaciones del Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales (EFFIS) y los satélites Copernicus. Por poner una escala distinta del Bernabéu, el volcán de La Palma afectó a 1.000 ha. La isla entera tiene una superficie de 70.832 ha. O sea, se ha quemado tanto como tres veces La Palma.
Por poner una escala distinta del Bernabéu, el volcán de La Palma afectó a 1.000 ha. La isla entera tiene una superficie de 70.832 ha. O sea, se ha quemado tanto como tres veces La Palma
Dos víctimas mortales, en Losacio (Zamora). Demasiadas siempre, no hace falta escala. 1.750.000 resultados si buscas en Google “incendios forestales España 2022”, seleccionando Noticias. Si aparte de noticias te vale cualquier otro contenido, 10.400.000 resultados. Tweets, retweets, requetetweets, fotos trucadas, imprecisiones, declaraciones desde la ignorancia y el desprecio por los profesionales de la extinción, y también desde la búsqueda del voto rural, neorrural o ranciorrural, de todo hay.
Nadie puede renunciar a soltar su verdad absoluta: grupos ecologistas, colegios profesionales, federaciones de caza, sabiondos de despacho, cabreros que sólo han visto un monte y un rebaño, periodistas. Todos ellos tertulianos agarrados a la versión que mejor sirve a sus intereses, compitiendo en vehemencia.
En mis años de trabajo como ingeniera forestal, lo más importante que he hecho ha sido escuchar necesidades, sentimentalismos, mamoneos, prepotencias y también humildades de los que por un motivo u otro están ligados a los terrenos forestales.
Escuchar no es la actitud que se espera de los/as Ingenieros/as Forestales y de Montes, y no vamos a decir que abunde, sobre todo entre los (los) más antiguos, pero sí que va en aumento. Llegar del despacho al monte dando lecciones teóricas, por muy acertada que sea la teoría, no es buena idea. Dijo Machado: Ayudadme a comprender lo que os digo y os lo explicaré mejor. Pues eso.
Llegar del despacho al monte dando lecciones teóricas, por muy acertada que sea la teoría, no es buena idea. Dijo Machado: Ayudadme a comprender lo que os digo y os lo explicaré mejor
Desde esa inquietud mía por entender mejor los montes y sus circunstancias, y sabiendo lo irrelevante que será este artículo en este maremágnum de la información y la opinión, me propongo desmontar algunas falacias y medias verdades que recorren las redes.
Hay un discurso más elaborado que el de limpiar el monte, pero que viene a decir algo parecido. Que debido a la despoblación y al abandono de los usos tradicionales, la vegetación forestal se ha desarrollado hasta tal punto que convierte el monte en un polvorín. Y que entonces lo que hay que hacer es atraer y fijar población en el medio rural para revertir esta situación. Si hay gente en los pueblos, si los montes son rentables, es el vínculo con ellos el que funciona como prevención. La reconquista de lo rural traerá limpieza. El problema, cierto. La solución, cuestionable.
Si hay gente en los pueblos, si los montes son rentables, es el vínculo con ellos el que funciona como prevención. La reconquista de lo rural traerá limpieza. El problema, cierto. La solución, cuestionable
En primer lugar, el combustible puede estar ahí, pero si no hay chispa no arde. A nivel nacional, menos del 5% de los incendios se origina por causas naturales, o sea rayos (aunque según la zona puedan tener una mayor incidencia relativa). El resto tienen detrás la intención o la negligencia de alguien que normalmente habita el mismo territorio que prende.
En España, tan diversa ella, es complicado generalizar diagnóstico y receta que sirva desde la cornisa cantábrica hasta los pinares valencianos. Hay zonas forestales que no están despobladas, y otras muy extensas en las que directamente no existen los pueblos a los que irse a vivir.
Incendios Forestales
Opinión La prevención de grandes incendios forestales
Los usos del medio natural han cambiado como reflejo de los cambios en nuestra sociedad, pero no siempre para mal. Ya nadie labra esos terrenos minúsculos en laderas a los que sólo se podía llegar en burro. Eso generaría discontinuidad en la vegetación y en caso de incendio sería más manejable. Así es. Pero cuando lo que se plantea es el regreso a ese mosaico del pasado, podemos pensar que venimos de un bucólico paisaje, o que venimos del hambre y que afortunadamente la dejamos atrás.
Otros usos se han reducido drásticamente, como el pastoreo, que en sus mejores momentos de control de la vegetación la controlaba tanto que en la zona mediterránea, semiseca, seca (brut), en vez de montes teníamos erosión, pérdida de suelo fértil, ausencia de regeneración, y avenidas de barro y piedras cuando le daba por llover.
Otros usos se han reducido drásticamente, como el pastoreo, que en sus mejores momentos de control de la vegetación la controlaba tanto que en la zona mediterránea, semiseca, seca, en vez de montes teníamos erosión
Por otra parte, el método generalizado de desbroce para obtener pastos era el fuego, algo que sigue vigente en algunas zonas. Esté prohibido o no, ahí sigue. Cuando una de estas quemas se escapa y causa un incendio forestal, rara vez puede demostrarse quién fue el causante, por mucho que en los pueblos todo se sepa. El origen de la mayoría de los incendios forestales en el norte peninsular es este.
Incendios Forestales
Medio ambiente El abandono rural intensifica los incendios forestales en el arco mediterráneo
La agricultura también se ha transformado, por concentración de la propiedad. La PAC con sus ayudas por superficie y no por rendimiento, la consolida. Las pequeñas explotaciones van desapareciendo mientras las grandes se hacen más grandes (propongo buscar en Google “perceptores de la PAC”). Igual que las máquinas, cada vez más grandes, cada vez más potentes. Con lo que cuesta una cosechadora, como para tenerla parada en las horas centrales del día. Debe ser eso.
Quintanilla del Coco (Burgos), entre el 24 y el 29 de julio más de 3.000 ha. quemadas, y 900 personas desalojadas de cinco municipios arrasados por el fuego. Posible origen: cosechadora funcionando en un horario en el que no está permitido hacerlo por alto riesgo de incendio, entre las 12:00 y las 19:00. No pasa nada, ya circula por WhatsApp un mensaje de apoyo al agricultor investigado, con los hashtags #trabajamosenelcampo, #nosomosterroristas.
Las cosechadoras, ellas solas, han causado en 2022 más de la mitad de los incendios forestales de Castilla-La Mancha, y en las medidas preventivas que establece la Administración autonómica no hay prohibiciones, sólo recomendaciones. Los hashtags podrían ser #nadienosloimpidió, #nosotrosquésabíamos.
Otro aprovechamiento venido a menos: las leñas. Volvamos al burro que sube la cuesta, al paisano deslomándose con el hacha. Ay, la bucólica chimenea. ¿O ay, el frío que pasaron nuestros abuelos? ¿Con qué nos quedamos?
Había una vez que las plantas de biomasa nos iban a resolver la papeleta de esas repoblaciones de pinar abandonadas por la desidia de la administración forestal, a la que también se apela en las tertulias. ¿Desidia del gestor público o falta de presupuesto para tratamientos silvícolas?, ¿o escaso interés político en estos trabajos, poco fotogénicos frente al guapísimo helicóptero último modelo? Tres años después de sacar los pliegos, las claras aquellas no se habían hecho. A día de hoy no me atrevo a preguntar. Habría montes más fáciles donde sacar madera que aquellos andurriales empinados. No salían los números. Como tantas veces que no hay forma de sacar al mercado ciertos tajos, ciertas dimensiones. Pero a algunos sí deben de salirles cuando solucionan de boquilla los incendios metiendo a los parados a quitar matorral. No se sabe quién los formaría ni quién los pagaría, ni cada cuánto tiempo habría que volver sobre la zona porque estas movidas verdes del campo tienen la fea costumbre de rebrotar.
...a algunos sí deben de salirles cuando solucionan de boquilla los incendios metiendo a los parados a quitar matorral...
Sería muy interesante recuperar la ganadería extensiva, por supuesto, frente a esas granjas que nos aprovisionan de carne barata a cambio de contaminar el agua. También lo sería la reactivación del sector forestal desde la multiplicidad de aprovechamientos, para obtener ingresos que permitan reinvertir en los montes. Y conseguir aclarar esas repoblaciones sobradas de densidad desde hace décadas, o esos regenerados recientes post incendio que parecen estar invocando un fuego mayor. Pero para eso no es suficiente con que haya gente en el medio rural.
Sería muy interesante recuperar la ganadería extensiva frente a esas granjas que nos aprovisionan de carne barata a cambio de contaminar el agua. También lo sería la reactivación del sector forestal desde la multiplicidad de aprovechamientos
Primero habría que preguntarse cuántos querrían vivir allí (quedándose, volviendo o reinventando su vida) y entre ellos, cuántos querrían dedicarse al campo, que lo mismo tienen otra profesión y la quieren mantener. Fotógrafa. Informático. Marqués.
Aunque se incentivara desde lo público, no parece realista pensar que empresas y trabajadores vayan a emigrar a los pueblos atraídos por los recursos forestales. Y si lo hicieran, ¿qué condiciones ofrecería ese sector privado subvencionado al trabajador? ¿Dignas, o de invernadero de El Ejido y campo de fresón de Lepe? No se crean vínculos con el territorio desde la precariedad, al contrario.
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Incendios Abandono del monte, recortes y crisis climática: el cóctel que provoca el fuego en Andalucía
Aún si existieran esos candidatos ideales para prevenir incendios que quieren ser pequeños agricultores, selvicultores, apicultores, truferos, resineros o echarse un rebaño a la chepa, aún quedaría otra duda: si el campo está disponible, si hay acceso a la tierra, si los actuales habitantes quieren hacer hueco, si serían vistos como salvadores o como intrusos.
Desde otro mundo, también vinculado a la naturaleza, pero menos terrenal, y en contra de lo expuesto anteriormente, dice Ecologistas en Acción que los montes más vulnerables son aquellos en los que ha intervenido el hombre. En España bosques primigenios no tenemos, lamentablemente. Así que debió ser complicado hacer la comparativa.
Se nombran en concreto pinares, eucaliptales, y matorrales “que no se limpian” (?). Solución: naturalizar los montes metiendo quercíneas autóctonas, o sea encinas y robles. En resumen: ojalá no hubiéramos intervenido, mira la que hemos liado, ahora tenemos que intervenir para arreglarlo.
Quedaría otra duda: si el campo está disponible, si hay acceso a la tierra, si los actuales habitantes quieren hacer hueco, si serían vistos como salvadores o como intrusos
Una vez más, me toca defender los pinares. No todos proceden de repoblación, hay seis especies de pino autóctonas en la península, una más en Canarias (que al quemarse rebrota), y no todas las repoblaciones de pinar fueron desacertadas ni cabe esperar que en los terrenos que ocupan ahora hubiera un bosque natural y maduro bien conservado. En algunos, a medida que se va abriendo hueco de forma natural o artificial, van entrando otras especies. Acelerar nosotros el proceso cortando pinos y metiendo quercíneas puede ser una buena práctica en ciertas zonas, pero sin ninguna relación con la prevención de incendios. En cambio, una quema prescrita en un espacio natural protegido puede prevenir un incendio que se nos escapa de las manos el verano siguiente.
Acelerar nosotros el proceso cortando pinos y metiendo quercíneas puede ser una buena práctica en ciertas zonas, pero sin ninguna relación con la prevención de incendios
El hombre lleva miles de años modelando el paisaje, pero los incendios ya estaban ahí. Las tormentas eléctricas que se descargan sobre vegetación reseca, el fuego que aprendimos a domesticar, es anterior a nosotros, sigue y seguirá ahí. Más aún con el cambio climático apretando (el negacionismo no es mejor que el terraplanismo, creedme).
Tanto es así, que las especies vegetales de las zonas con incendios recurrentes, como la mediterránea, han desarrollado adaptaciones para resistir el fuego o para aprovecharse de él. El corcho protector. Las piñas serótinas, que sólo se abren con el calor, dispersando sus semillas sobre las cenizas. Los matorrales de la península, algunos muy complejos y ricos, evolucionaron por el fuego. Antrópico o no. Pertenecen a este medio, incendios incluidos, y proporcionan hábitat, refugio y alimento a la fauna, paisaje, protección al terreno frente a la erosión. No están de más, no nos sobran.
Son más inflamables que los montes que llaman “limpios”, esas arboledas regulares sin sotobosque. Cierto, pero, aunque ahora estemos impactados, no conviene olvidarse de lo que es la vegetación forestal (toda, sin especismos) aparte de alimento para las llamas.
Las soluciones a un problema tan complejo y con tantos matices en los distintos territorios no pueden ser simplistas. Aunque quizá de la suma y el análisis de las distintas voces sí pueda sacarse una conclusión común: que invertir en extinción no es suficiente. Es imprescindible, sobre todo en lo que respecta a la profesionalización y estabilidad de los trabajadores, pero hay que abrir el foco.
Las soluciones a un problema tan complejo y con tantos matices en los distintos territorios no pueden ser simplistas. Aunque quizá de la suma y el análisis de las distintas voces sí pueda sacarse una conclusión común: que invertir en extinción no es suficiente
También como sociedad tendríamos que interiorizar que el fuego va a estar ahí todos los veranos, que detrás de su inicio a veces está el vecino, que una urbanización entre los árboles puede ser un paraíso o una ratonera, y que ni con los medios más eficaces pueden controlarse ciertos incendios si la meteorología y la topografía no acompañan. Y callar un poco.
Que nos sea leve.