Medio ambiente
La seca: muerte silenciosa de la dehesa

La seca está acabando lentamente con millones de encinas y alcornoques, devastando un ecosistema, la dehesa, llevado al límite de sus posibilidades. Usos intensivos del suelo, prácticas ajenas a la sostenibilidad y la presión del mercado acompañan el proceso.
Encina afectada la seca
Encina afectada por la seca. Elena Pérez Gómez

Ingeniera Técnica Forestal

5 ago 2021 11:22

Siempre me han llamado la atención los mapas antiguos. El mundo representado iba creciendo y ganando detalles a medida que íbamos explorando nuevos territorios, pero siempre más fiel a la perspectiva del cartógrafo que a la realidad.

A veces,  entre la topografía de esos mapas asomaba algún detalle sobre la flora, pero los primeros mapas de vegetación como tal no llegaron hasta el siglo XIX. Lástima no tener esa sucesión de imágenes para ver cómo los bosques fueron cambiando al paso de las migraciones, las conquistas y las guerras. Más tarde, con los avances en la técnica, la progresiva disminución de las distancias facilitó la expansión (voluntaria o involuntaria) de organismos que en su ecosistema no constituyen un riesgo, pero fuera de ese entorno y sobre otras especies vegetales actúan como patógenos. Otro factor más de cambio en el paisaje.

Crisis climática
Ver morirse un bosque
Quien más y quien menos siente el cambio del clima, lo experimenta en sus carnes ya, lo percibe en sus cultivos, lo ve en sus paisajes, lo comprueba en los ríos cada vez más secos y sucios

Así, alrededor de 1850 empezaron a morirse los castaños en Europa. Se achacó el daño a un tipo de escarabajo perforador, un bupréstido. Y los tratamientos se dirigieron contra él, sin conseguir detener la enfermedad, hasta que se comprobó que el causante era un hongo, la fitóftora. Inoculándolo en ejemplares sanos producía los mismos síntomas que presentaban los moribundos. El más vistoso, un exudado negro bajo la corteza, por lo que se conoce esta enfermedad como “la tinta del castaño”.

Se atribuyó a este hongo origen asiático, y se supuso que había llegado a Europa en maderas contaminadas. Esta teoría se vio reforzada al encontrar en Asia castaños resistentes a la fitóftora. Así que,  para salvar la producción de fruto y madera, se empezaron a introducir en Europa estos castaños asiáticos para injertar o incluso sustituir los indígenas, tan vulnerables. Y al hacerlo, trajimos otra enfermedad de la que eran portadores: el chancro (otro hongo, Endothia parasitica). Una nueva causa de mortalidad.

Lo que llamamos hacer un pan como unas hostias.

Quizá ni siquiera vino de fuera y estaba aquí, latente, esperando su momento

A la hora de valorar la posible virulencia y necesidad de tratamiento de una plaga o enfermedad forestal, la aparición repentina del patógeno (ya sea por venir de otro punto del planeta, ya sea una nueva cepa de algo conocido) es determinante. Nuestros árboles están adaptados a la recurrencia de algunos daños que a priori no comprometen su supervivencia (otra cosa es que esos daños bajen su productividad y nos toquen el bolsillo). Pero en general, no reaccionan bien a las sorpresas.

En cualquier caso, el desarrollo de la enfermedad y su propagación depende en gran medida de la debilidad del arbolado, y esta, a su vez, de múltiples causas.

Se identificó como enfermedad en los años 80 y se observó un empeoramiento durante los 90, coincidiendo con intensos períodos de sequía

Uno de los síndromes más complejos que afecta a nuestros montes es la llamada “Seca” de la encina y el alcornoque. Su nombre ya parece indicar lo que encontramos a simple vista: árboles con distintos grados de decaimiento que acaban por secarse, algunos perdiendo la hoja paulatinamente y otros de forma súbita. Se identificó como enfermedad en los años 80 y se observó un empeoramiento durante los 90, coincidiendo con intensos períodos de sequía.

Aunque no es fácil distinguir cuáles de estos árboles que acaban siendo esqueletos están afectados por un patógeno concreto, cuáles simplemente han muerto de viejos y en cuáles, debido a ese conjunto de factores interrelacionados que llamamos “Seca”, el decaimiento en su conjunto se ha ido agravando progresivamente.

Quién mata (remata) a la encina o al alcornoque casi siempre es fitóftora. Sí, otra vez ella. Su nombre científico Phytophthora, del griego phyto, “planta” y phthora, “destrucción”, lo dice todo. También puede ser Pythium, otro hongo del suelo. O un conjunto de ellos. Y otras veces el protagonista es un insecto, un cerambícido (otro perforador de la madera).

¿Pero de qué depende que el arbolado sea más vulnerable?

La sequía es decisiva. En un contexto de calentamiento global, podemos intuir hacia dónde nos dirigimos: especies que huyen ladera arriba buscando temperaturas más bajas o se refugian en barrancos y en umbrías mientras desaparecen de las zonas más expuestas y son sustituidas por las que ahora ocupan terrenos más áridos. Esta desaparición no es inmediata, no es un incendio (aunque estos también los tendremos más presentes), sino un decaimiento paulatino.

La sobreexplotación de la dehesa ha generado montes envejecidos, sin regeneración natural por exceso de carga ganadera y/o cinegética (demasiados herbívoros), pisoteo, compactación y alteración bioquímica del suelo

Paradójicamente,  la propagación de fitóftora va ligada al encharcamiento del suelo, sólo se desplaza por el agua. Y en nuestro territorio, sobre algunos suelos, se unen a veces ambos factores: encharcamientos temporales seguidos de sequía intensa. Como facilitadores: balsas para el ganado o la caza, deforestación de las laderas, que genera escorrentías y acumulaciones de agua en fondos de valle o navas, capas inferiores del suelo impermeables por su propia naturaleza o por pases sucesivos de cultivador (suela de labor).

Por otra parte, los sistemas forestales (salvo esos escasos bosques primigenios que no esperaría encontrar en nuestro continente) los hemos modelado durante toda nuestra existencia y son el resultado de nuestros usos. La intensificación o el abandono de los mismos suponen alteraciones que el medio no es capaz de asimilar tan deprisa como querríamos.

La sobreexplotación de la dehesa ha generado montes envejecidos, sin regeneración natural por exceso de carga ganadera y/o cinegética (demasiados herbívoros), pisoteo, compactación y alteración bioquímica del suelo.

Los recepes sucesivos de encinares para obtener leñas, y el abandono del aprovechamiento de unas décadas para acá, también dan lugar a formaciones viejas. Rebrotes relativamente jóvenes sobre cepas centenarias prácticamente agotadas y ausencia de regeneración por semilla.

Este manejo de los montes influye, pero si vamos a señalarlo como cómplice no podemos olvidar que se enmarca en las imposiciones del mercado. Adaptarse a ellas y ser más y más rentable, o desaparecer. La ganadería extensiva queda arrinconada frente a la intensiva. Los plazos de regeneración natural son demasiado largos, toda la superficie que podamos cultivar es poca. “La prisa mata, amigo”, pero al norte del estrecho no nos libramos de ella.

Desatada la epidemia, devolver el equilibrio no es tan fácil

Una de las principales líneas de trabajo para paliar los efectos de la seca es la mejora genética. La localización de encinas y alcornoques resistentes a fitóftora en nuestros montes (ya hemos visto que irse a buscarlos a Asia no es buena idea) y su propagación mediante semilla, injerto o embriogénesis. Usando sus hijos para regenerar los encinares y alcornocales aún no afectados por la “Seca”, habremos eliminado el hongo de la ecuación, pero no otros factores. Ni el riesgo de que otra especie de hongo recoja el testigo de la fitóftora.

Mientras tanto, prevención: mejores prácticas selvícolas, reducir intensidades de descorche, adaptar el manejo del ganado para frenar la expansión de la enfermedad... Suena bien, pero hay que pensar cómo y a costa de quién. El gasto muchas veces repercute en una economía ya de por sí precaria.

Predicamos sostenibilidad cuando somos conscientes del daño, pero decrecer no es una opción, y frente a eso elegimos crecer deslocalizando los riesgos. Como si la periferia, sea el campo o sea la otra punta del mundo, fuera otro mundo ajeno al nuestro, dentro de una burbuja, y pudiéramos elegir qué sale o entra a través de ella.

Predicamos sostenibilidad cuando somos conscientes del daño, pero decrecer no es una opción, y frente a eso elegimos crecer deslocalizando los riesgos. Como si la periferia, sea el campo o sea la otra punta del mundo, fuera otro mundo ajeno al nuestro

Ya podemos ver desde el espacio nuestro planeta azul (el supervillano Bezos más y mejor), pero seguimos con nuestros mapamundis deformes, con la rosa de los vientos tatuada en el ombligo y nuestros relojes y calendarios marcando una escala de tiempo que aplicamos a la naturaleza como si ésta debiera adaptarse a nuestro ritmo y no tuviera el suyo propio.

Fui una niña ochentera lo suficientemente tranquila para sentarme a observar una fila de hormigas y lo suficientemente inquieta para tener que darle un poco de acción y drama. Miraba cómo iban formando su carretera y las seguía hasta el hormiguero, luego volvía atrás y colocaba una piedra o un palito sobre la fila, generando el caos.

Recuperar la fila perfecta de hormigas, en cambio, era imposible. Quitar el obstáculo no servía de nada, con tiempo encontraban la forma de reorganizarse, pero ese ya no era su camino.

Jugamos a dioses y el papel nos viene grande.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Granada
Granada La Calahorra exige respeto para su acuífero y la paralización de la planta de Biogás y dos macrogranjas
La Plataforma la Calahorra en Acción y Ecologistas en Acción Granada se manifiestan el próximo 30 de noviembre para denunciar las consecuencias que ambos proyectos tendrían en el acuífero que abastece de agua a la región.
Sevilla
Sevilla Los vecinos del centro de Sevilla se levantan contra la venta de su pulmón verde
La Plataforma vecinal Pulmón Verde Sevilla denuncia que el Ayuntamiento de Sevilla ha incumplido la promesa de convertir el solar en un espacio verde para el vecindario
Opinión
COP29 Lobbistas del mal, vendehumos y activistas en la COP29
VV.AA.
Los participantes de la COP29 tienen una composición muy distinta a lo que la primera cumbre de las partes tenía pensado, desde activistas que se desplazan para plantar cara al poder fósil hasta quienes utilizan sin pudor la cumbre para enriquecerse
anovert
11/8/2021 0:05

Muy interesante el artículo
El manejo del encinar nada tiene que ver con el manejo que hicieron nuestros mayores No se si eso influye en la expansión de la seca o como un bicho se va comiendo la encina hasta matarla y pasar a la vecina. Esto último ocurre con mis encinas

0
0
#93066
7/8/2021 15:03

¿"decrecer no es una opción"?.
Transitar desde el bienestar hacia el bienser sí me parece una opción, y quizás sea algo parecido a decrecer.
La dehesa actual no es la dehesa ancestral donde los recursos se manejaban de manera consciente, la dehesa actual es un monocultivo leñoso absolutamente inviable, por muy diversa que sea la cubierta herbácea. La dehesa actual está mayoritariamente en manos de productores en extensivo de carne un con nulo manejo conservacionista. Un extensivo en cuanto a la superficie, aunque intensivo por carga ganadera.
La sequía, los patógenos oportunistas y la seca no son el problema, son la consecuencia de la pérdida de suelo fértil generada por los usos con fines industriales de la dehesa. Un enfoque diferente para una transformación del territorio hacia un sistema biodiverso es ahora lo único válido. La reducción drástica de la carga ganadera, la formación de corredores ecológicos que conecten islas de biodiveridad, mínimas podas en las encinas y alcornoques, reducción drástica del laboreo a solo zonas de cultivo específico, cancelación del pase de vertedera, incorporción de otras especies arbóreas, revegetación de arroyos...son muchas las acciones para decrecer en productividad (el caos) y crecer en biodiversidad y salud global (la vida).

0
0
gonzalosantandersanchez
6/8/2021 20:50

UN ARTICULO MUY DIDACTICO, GRACIAS

0
0
#93060
6/8/2021 16:53

Articulazo

0
0
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea, ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto cómo el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
Más noticias
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.
Dana
Encuesta Tres de cada cuatro personas en España ligan la virulencia de la dana con el cambio climático
Una encuesta realizada por More in Common señala que una amplia mayoría de la población considera que el país está mal preparado para adaptarse a los fenómenos extremos que trae la crisis climática y debe hacer más esfuerzos al respecto.

Recomendadas

València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.