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Violencia machista
La violencia de género denunciada disminuyó mientras se disparaban las consultas al 016
“El número de mujeres víctimas de violencia de género disminuyó en el año 2020” es el titular de la nota de prensa con la que el Instituto Nacional de estadística (INE) difundía este martes los datos de su Estadística de Violencia Doméstica y Violencia de Género. En concreto, en 2020 se registraron 29.215 mujeres víctimas de violencia de género correspondientes a los asuntos en los que se habían dictado medidas cautelares u órdenes de protección, lo que supuso una disminución del 8,4% respecto al año anterior.
Pero el dato es “impreciso” en palabras de la vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Jurista Themis, Altamira Gonzalo. “No tenemos ninguna constancia de que haya disminuido el número de víctimas de violencia de género, más bien lo contrario; lo que disminuye son las denuncias”, apunta. Por tanto, esta disminución no es buena noticia, añade, sino que encuentra su explicación en la situación de pandemia y en las dificultades que el confinamiento y la crisis sanitaria ha supuesto para las víctimas.
De hecho, el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género advertía en abril de este descenso y pedía tomar este dato con cautela. Entonces, y aun sin datos oficiales, los juzgados de Sevilla calculaban el descenso en la entrada de asuntos en un 60% y los de Madrid lo sitúan entre un 30 y un 70%.
Lo que es un hecho es que las mujeres han denunciado menos, especifica Altamira Gonzalo. En primer lugar, por la situación excepcional en la que las instituciones no han funcionado con normalidad. Pero también porque, en medio de la crisis sanitaria, las opciones de acudir a las redes de apoyo que suponen amistades o familiares se han visto mermadas.
La interpretación de la vicepresidenta de Themis se refleja bien en los datos del mes de abril: mientras se producía el mayor descenso del año en las denuncias (del 21,3%, arroja el INE), los datos del 016 de ese mes recogen la cifra de llamadas pertinentes más alta de los últimos tres años y la segunda más alta de toda la serie, un 61,1% más que en abril del año 2019. En total, las llamadas al 016 en 2020 fueron 78.886, un 14,8% más que el año anterior.
La disminución de hombres que fueron registrados como denunciados por violencia de género, en los asuntos con orden de protección o medidas cautelares dictadas inscritos en el Registro a lo largo de 2020, es acorde a la disminución en las denuncias: fueron en total 29.135, lo que representó un 8,4% menos que en el año anterior. “Lo que disminuye son las denuncias y, correlativamente, el número de órdenes de protección o de medidas cautelares”, explica Gonzalo.
También para Consuelo Abril, abogada e integrante de la Comisión para la Investigación de los Malos Tratos a las Mujeres, “una cosa es si la violencia desciende y otra cosa es si descienden las denuncias”. Pero el descenso no se explica solamente por la situación de confinamiento, añade. “Las mujeres no han denunciado por auténtico miedo, y porque no tenían posibilidad al seguir confinadas con su maltratador; ha habido juicios, y yo los he tenido, de casos muy extremos, pero mucha violencia no se ha denunciado”, explica a El Salto.
Además de las dificultades para denunciar en la situación de emergencia de 2020, Consuelo Abril llama la atención sobre la violencia institucional, que desincentiva a muchas mujeres a acudir a la justicia
Para esta abogada, hay una interpretación que es crucial y que se suma a las dificultades para denunciar por la situación de pandemia: “La falta de credibilidad en la justicia hace que cada vez las mujeres se piensen más denunciar, y eso está íntimamente relacionado con la violencia institucional”, indica. Abril pone como ejemplo el caso de Irune Costumero, y recuerda que Naciones Unidas ha pedido explicaciones a España por este caso en el que una mujer y su hija fueron separadas por la fuerza por orden de los servicios sociales de la Diputación Foral de Vizcaya en 2017.
“Hay que hacer hincapié en la violencia institucional, es una vergüenza“, asegura: ”Muchas mujeres se encuentran en situaciones donde presentan una denuncia contra el maltratador, y no te digo ya si presentan denuncia por abusos sexuales a los hijos, y terminan quitándoselos”.
En cuanto a la edad, el INE registra el mayor descenso del número de víctimas en el año 2020 se dio entre las mujeres de menos de 18 años (–28,5%), mientras que el mayor aumento se registró en las mujeres de 50 a 54 años (del 3,1%). Casi la mitad de los denunciados (48,3%) se concentraron en las edades de 30 a 44 años. La edad media de los denunciados fue de 39,9 años. Consuelo Abril encuentra estos datos coherentes con la situación del 2020, en la que los contactos entre la gente más joven se han visto reducidos.
Roles de género reforzados
Nerea García Llorente, integrante del colectivo Generando Red Contra las Violencias Machistas, añade otro factor que puede explicar el comportamiento de los agresores durante el confinamiento, como es el hecho de que “los roles de género se han visto reforzados durante la pandemia y las opciones de control de los maltratadores facilitados”. Esto puede explicar que las manifestaciones más extremas de violencia física, que suelen ser las más denunciadas, se hayan limitado, como también lo hicieron las posibilidades de las mujeres de las víctimas de interponer una denuncia.
Para Nerea García Llorente, “los roles de género se han visto reforzados durante la pandemia y las opciones de control de los maltratadores facilitados”
García Llorente califica como “desolador” que las condenas por violencia habitual sean pequeñas. “Partiendo de que el feminismo jurídico no es partidario de condenas larguísimas, me parece que es claro que los juzgados no están sabiendo comprender la complejidad y profundidad de las violencias machistas cuando hay condenas por temas puntuales —como lesiones o amenazas— que son muy mayoritarias respecto a condenas por violencia habitual”.
Para esta experta, valorar el alcance de la violencia de género solamente en relación a las denuncias es una visión simplista de un asunto complejo. “Hace falta que se tengan en cuenta otros indicadores como llamadas al 016 o investigaciones que tengan en cuenta los procesos de autoidentificación”, señala.
“Las mujeres no han denunciado por auténtico miedo y porque no tenían posibilidad al seguir confinadas con su maltratadores”, valora Consuelo Abril, que dice que después de los peores meses se ha notado un rebrote en los despachos de abogados en las consultas relacionadas con separaciones. En mayo del año pasado, una mujer explicaba cómo el confinamiento la había dejado estancada en una relación de malos tratos a la que trataba de poner fin: “Quiero salir y rehacer mi vida”.