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Trabajo sexual
La oposición a la ley de prostitución propuesta por el PSOE genera alianzas y tensiones en el sector
El pasado 22 de junio, miles de personas se concentraban ante la sede del PSOE en la madrileña calle Ferraz. Habían acudido a la convocatoria “Por nuestros Derechos. Libertad, nuestro sí es sí”, una iniciativa de la recientemente constituida Plataforma de Personas Afectadas por la Ley de Abolición de la Prostitución cuyo objetivo es que el PSOE retire la proposición de ley 122/000224, un proyecto apoyado por PP, IU y UP, que amplía la persecución del proxenetismo, introduce la tercería locativa y contempla la sanción al cliente.
Las y los manifestantes llevaban paraguas rojos y carteles en un ambiente festivo, donde fueron llenando las aceras colindantes, bailando y coreando lemas contra la ley. La plataforma convocante se presenta en su web como un espacio integrado “mayoritariamente por trabajadoras sexuales, mujeres libres que hemos decidido libremente ejercer un trabajo cuya dignidad defendemos”. Una plataforma que, según su web, daría “cabida a todas las personas afectadas (desde personas físicas, asociaciones pro derechos, autónomos y cualquier otro colectivo perjudicado) por la Ley de Abolición de la prostitución”.
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“Ha sido una de las manifestaciones más grandes de la historia de las trabajadoras sexuales. Ya era hora de que nos uniéramos un poco. Hay que reivindicar los derechos. Sobre todo que no nos prohíban”, explica a El Salto Susana Pastor, portavoz de la plataforma, una semana después de una movilización que, narra, se preparó en menos de quince días “sin dormir, sin descansar, planificándolo todo, fue brutal”. “Hemos ido informando a las casas, a las chicas, a todo el mundo, que íbamos a hacer una manifestación y al final valió la pena”, explica.
Cuenta Pastor cómo la mayoría de las personas participantes provenían de Valencia o de Andalucía. “Mucha gente vino en AVE, en Blablacar, nosotros por ejemplo desde Valencia hicimos como una agencia de viajes y ellas lo pagaron, también hubo casas que pagaron viajes, hubo un poco de todo”. Así, en la manifestación del 22 había trabajadoras sexuales, otro tipo de personas empleadas en el sector, propietarios y también clientes. Este carácter unitario de la convocatoria, sin embargo, ha provocado la desvinculación de colectivos autogestionados de trabajadoras sexuales que impugnan que todas las alianzas sean posibles.
“Ha sido una de las manifestaciones más grandes de la historia de las trabajadoras sexuales. Ya era hora de que nos uniéramos un poco. Hay que reivindicar los derechos. Sobre todo que no nos prohíban”
Las primeras en desmarcarse de la convocatoria fueron el colectivo de Putas Libertarias del Raval. En un comunicado del día 21, recordaban el “trabajo político y social durante la pandemia para asistir y acompañar a nuestras compañeras desamparadas y excluidas ante las políticas nefastas y negligentes del Ministerio de Igualdad” por parte del movimiento de las trabajadoras sexuales autoorganizadas y autogestionadas, que reivindicaban cómo se han organizado para hacer frente a las políticas punitivistas o prohibicionistas “junto a organizaciones feministas, grupos políticos y organizaciones de Derechos Humanos”.
“Actualmente el PSOE, apoyado por el PP, UP e IU pretende impulsar la implantación de políticas abolicionistas, más bien prohibicionistas, en España y ante esas propuesta nos volverán a tener en frente”, enunciaban en el comunicado, explicitando así que comparten el reclamo de la Plataforma frente a la ley. Sin embargo se desmarcan de ella: “Nos desvinculamos absolutamente de cualquier convocatoria que no sea iniciativa de trabajadoras sexuales autoorganizadas, todo nuestro trabajo y nuestra lucha política no se puede ver comprometida por convocatorias de las cuales no sabemos quiénes están detrás o por quiénes están impulsadas”, defendían.
La integrante del colectivo Janet Mérida, se muestra respetuosa hacia “las compañeras que necesitan buscar una salida” pero “la patronal, jamás podrán contar con nosotres”. Asegura que en un contexto de “miedo a la ley” la patronal “pretende robar nuestro tiempo, alianzas e incidencia política; nosotres no estamos en venta. “Nuestra incidencia política y social siempre ha sido desde la nuestra precariedad y autogestión”, reafirmaba Mérida ante El Salto: “Jamás blanquearemos a la patronal, la extrema derecha y todas las mafias que sostiene la industria del sexo”. La activista libertaria apunta a la relación entre una parte de la patronal y conocidos exponentes de la ultraderecha. “Somos putas clase obrera y tenemos muy clara nuestra postura, derechos para las trabajadoras sexuales siempre y a todos los niveles”, concluía.
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El Colectivo de Prostitutas de Sevilla se pronuncian en el mismo sentido. “Hay una lucha enorme de décadas que se puede tirar todo por tierra, creer en la ‘unión hace la fuerza’ es tramposo, porque la unión con quién, ¿con los empresarios, con la patronal, con quienes nos alquilan habitaciones, con los clientes?, no veo que ese sea un camino conveniente”, explica Kenia García de este colectivo, que publicó su propio comunicado desmarcándose el pasado martes. García teme que una alianza que incluye a la patronal “solo hará que perdamos todos los apoyos sociales y políticos que durante décadas hemos trabajado y que nos creen sin ninguna sospecha ni duda como clase obrera que lucha de manera autónoma por sus derechos, sin injerencias de la macro industria”. Una patronal, explica, que se aprovecha justamente del limbo jurídico en el que viven las trabajadoras sexuales.
Una de las cuestiones que han generado desconfianza es que algunos de los teléfonos y contactos que circulaban para la organización de la protesta correspondía a casas de citas. La portavoz de la Plataforma replica que ella da la cara, y que el que aparece en la web para la portavocía es su teléfono. Ella trabaja como encargada en una casa de citas, atendiendo a los clientes, encargándose de la publicidad y la difusión. Explica que en 12 años de profesión, en la que no han pasado por la casa miles de chicas no ha visto a ninguna que estuviese siendo obligada, y que la relación con “las chicas”, es de confianza, como una familia, por todo el tiempo que pasan juntas.
Una alianza que incluye a la patronal “solo hará que perdamos todos los apoyos sociales y políticos que durante décadas hemos trabajado y que nos creen sin ninguna sospecha ni duda como clase obrera que lucha de manera autónoma por sus derechos, sin injerencias de la macro industria”, afirma Kenia García
La difusión de la convocatoria del pasado 21 estuvo acompañada de una serie de vídeos en los que trabajadoras sexuales daban su testimonio sobre cómo vivían la prostitución. En ellos se repetía mucho la idea de que ejercen su trabajo en total libertad, que es una elección que en algunos casos las empodera, y que les convenía por los altos ingresos obtenidos. Pastor de hecho invita a hablar con las trabajadoras y preguntarles. De hecho, varias trabajadoras sexuales de la plataforma han sido entrevistadas por la prensa en ocasión de la convocatoria.
Desde el Colectivo de Prostitutas de Sevilla se distancian de este discurso que enfatiza la libertad, y que califican prosexo, frente a su enfoque proderechos, reconociendo que si bien hay diversidad en el movimiento “la gran mayoría en realidad lo hace como toda la clase obrera, por necesidad económica y lejos de hacerlo libremente, lo que hace es tomar una decisión que debe ser respetada, una decisión entre las opciones acotadas como todas las mujeres en los empleos feminizados”, explica García. Una decisión que implica valorar de dónde se pueden obtener mayores ingresos para cubrir las necesidades materiales. “Estos deben ser los argumentos para comprender que en este contexto debemos revisar la desigualdad y la falta de oportunidades que sufrimos y garantizar derechos para protegernos de los abusos y la explotación, derechos que respeten nuestras decisiones”, apunta la integrante del colectivo en el que consideran que este marco de desigualdad es aprovechado por la patronal para explotar a las trabajadoras.
Y en este viaje, García tampoco se ve al lado de los clientes. “A la gran mayoría de los clientes en realidad no les interesa honestamente nuestra situación, miran por sus propios intereses y son los mismos machistas que estan en casa, nuestros vecinos, compañeros de partidos políticos, de trabajo... no pintan nada en la lucha de las trabajadoras sexuales”, asegura. Desde su colectivo defienden otro tipo de alianzas que incluyen a organizaciones feministas, a parte de la academia, “también estamos intentando articular, por ejemplo, con las trabajadoras del hogar, o las jornaleras, porque tenemos muchas situaciones de explotación paralela. La Ley de Extranjería nos atraviesa todas, poco a poco vamos tejiendo con todas estas compañeras”.
Pastor sin embargo considera que el pasado 22 de junio “no era un momento para la desunión, si para unirnos todos y tirar todos hacia una”. “Creo que tendrían que haber estado ahí. Si tanto apoyan a la mujer, tenía que haber estado ahí”, apunta. La portavoz de la Plataforma considera que ya es hora de “normalizar este trabajo”, y en este sentido plantearán nuevas acciones para confrontar la ley propuesta por el PSOE. “Queremos hacer una jornada de puertas abiertas para que la gente vea las casas por dentro y vean cómo son para que vean cómo están las chicas, cómo trabajan, para que vean el mundo real”, indica. Además, añade, querrían hacer más manifestaciones y reunirse con algún partido político que atienda sus demandas.