Salud
La salud, el nuevo reto de los movimientos sociales

Salimos a la calle porque somos los que cuidamos de la salud comunitaria y sobre todo sabemos que protesta y cuidado no están reñidos.

24 jul 2020 07:00

A penas llevamos un mes caminando hacia la “nueva normalidad” y desde los movimientos sociales nos hemos encontrado con innumerables “nuevas trabas”. Un nuevo virus se encargaba de trastocar todas las estructuras que sostenían y marcaban el rumbo de nuestras vidas. La salud tomaba un papel prioritario en nuestra cotidianidad, inundaba todas nuestras conversaciones, nos convertimos en “expertos” de la salud. Pero, ¿qué modelo y significado de salud esta organizando nuestras “nuevas vidas”?

El 14 de marzo se declaraba el estado de alarma con el fin de proteger la salud publica de los ciudadanos. El principal peligro para la salud pública era el contagio pues, ante un sistema médico precarizado, un contagio de una nueva persona suponía un respirador menos para una persona ya enferma. Había que evitar a toda costa que más cuerpos enfermasen, convirtiéndose este en el principal objetivo de la acción política y en el prevalente significado de la salud. Con estos acontecimientos se ahondó en la concepción de una salud entendida como la ausencia de enfermedad corporal y todo aquello que ponía en peligro el correcto funcionamiento del cuerpo se convertía en un peligro para la salud. Es en este punto en el que la salud se convierte en un desafío para los movimientos sociales pues, desde esta concepción de la salud, la acción de estos supone una “potencial situación de contagio” poniendo en peligro el correcto funcionamiento del cuerpo.

¿Es que el 8M no se encarga de defender la salud cada día del año? ¿Defender a las mujeres que han tenido que aguantar el confinamiento conviviendo con su maltratador no es defender la salud?

Esto lo comenzamos a presenciar con los furibundos ataques hacia el 8M. Haber congregado a millones de personas a lo largo de todo el Estado suponía que millones de personas podían haber estado en contacto con personas infectadas y haberse contagiado durante la movilización. De este modo se sitúa al 8M como un peligro para la salud, con campañas de criminalización mediáticas e intentos judiciales. ¿Es que el 8M no se encarga de defender la salud cada día del año? ¿Defender a las mujeres que han tenido que aguantar el confinamiento conviviendo con su maltratador no es defender la salud? ¿Defender la regularización de las trabajadoras del hogar no es defender la salud? ¿Defender una vida sin violencias no es defender la salud?

El siguiente caso lo vivimos a través del desalojo del centro social La Ingobernable. Tras la declaración del estado de alarma se paralizaban todos los procedimientos legales y administrativos. Bueno, todos no, parece ser que, para el Gobierno, el desalojo de La Ingobernable era una cuestión de prioridad para la defensa de la salud pública y el procedimiento administrativo debía continuar bajo cualquier circunstancia, incluso sin tener en cuenta las alegaciones interpuestas por el centro social. Otra vez más los movimientos sociales siendo atacados por suponer un peligro para la salud. Proveer de un espacio en la ciudad para la organización vecinal ante una crisis social y económica es salud. Transformar una ciudad depredadora en una ciudad que merezca la pena ser vivida es salud. Disponer de un espacio seguro en la ciudad para el ocio libre es salud.

La Ingobernable
El desalojo de la Ingobernable fue ilegal

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid resuelve dos recursos interpuestos por el centro social La Ingobernable en junio y noviembre de 2019, confirmando que el Ayuntamiento de Madrid no tenía legitimidad para realizar el desalojo pero alegando en la segunda que “los daños no son irreparables”.

Continuamos presenciando estos ataques con las convocatorias de #BlackLivesMatter tras el asesinato en Estados Unidos de George Floyd. Las redes sociales y las conversaciones se llenaban de discursos entorno a la “falta de responsabilidad” al convocar una manifestación en un momento “tan delicado” como este. Hasta que punto supone más peligroso para la salud de una persona la posibilidad de ser contagiado por el virus en una concentración o ser asesinado por un policía, o vivir con miedo día si y día también a que te lleven a una cárcel por el mero hecho de ser migrante, o que la falta de una regularización te impida ser atendido en cualquier centro medico. Pues salir a las calles por la defensa de las vidas racializadas es defender la salud de todos. De este modo se pone sobre la mesa la disputa entorno a la concepción de salud, hay colectivos sociales a los que el contagio y la puesta en peligro de su cuerpo no supone un miedo, pues su salud ya se encuentra mermada por las condiciones de violencia económica, machista o racista. Aquí es donde los movimientos sociales nos encargamos de generar infraestructuras para mantener las distintas estructuras que sostienen la vida y por tanto garantizan la salud de las comunidades.

Los movimientos sociales nos encargamos de generar infraestructuras para mantener las estructuras que sostienen la vida y por tanto garantizan la salud de las comunidades

Aunque las personas que habitamos estos espacios conozcamos las implicaciones que tienen nuestras acciones en la salud comunitaria tenemos que comenzar a repensar como actuamos y como enunciamos nuestras acciones entorno a la salud, pues bajo una concepción de una salud basada en la ausencia de malestar en el cuerpo estamos perdidos. Debemos pensar desde una concepción de salud más amplia, pues continuar los proyectos que garantizan nuestro bienestar social y económico es garantizar las condiciones para una salud plena. De esto tenemos mucho que aprender del “movimiento loco”, que entienden que sus carencias entorno a la salud no está determinada por factores biológicos únicamente sino que viene determinada por factores sociales, ya que llevan años trabajando bajo estos terminos.

Pero una ampliación en nuestros discursos no será la solución a nuestros problemas, también debemos replantearnos nuestros repertorios de acción. La realidad a la que interpelamos se ha transformado en mayor o menor medida y pueden ser que muchas acciones de nuestro repertorio hayan quedado obsoletas, pero lo que mejor sabemos hacer es pensar en común nuevas realidades y ponerlas en práctica.

Pero sobre todo debemos estar vigilantes ante una nueva realidad que no conocemos. Podemos acabar poniendo palos en nuestro camino que posteriormente serán difíciles de quitar. No es momento de criminalizar la protesta por una falta de responsabilidad, pues de ese modo situamos en el mismo peldaño a los cayetanos que las protestas antirracistas, de los sanitarios necesarios o del plan de choque. No somos lo mismo porque no partimos de lo mismo, los cayetanos salían a la calle porque todos los sustentos básicos de la vida, los habían externalizado, salían a la calle porque no podían comer en sus restaurantes, porque la trabajadora del hogar no podía venir a limpiarles su pisito. Por la otra parte salimos a la calle porque somos los que cuidamos de la salud comunitaria y sobre todo sabemos que protesta y cuidado no están reñidos. Llevamos años siendo expertos en la experiencia y sabemos que la salud no es no es solo el mal estar corporal, la salud son las distintas relaciones sociales que interseccionan sosteniendo nuestras vidas y no podemos negar que el contagio supone un peligro para nuestra salud, pero no podemos situar en una balanza que factores tienen más peso a la hora de poner en “peligro” nuestra salud. Nuestra salud depende de las garantías de una vida digna para todas las personas que conforman la cotidianidad que habitamos.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Represión
Represión La vulneración de derechos relacionada con la protesta política crece un 30% en 2024
El informe Diagnóstico del derecho a la protesta cifra en 1.140 los excesos represivos dirigidos contra la disidencia política en el Estado Español.
Movimiento vecinal
Movimientos sociales Lucha vecinal en defensa de un parque público: cuando organizarse ya es un triunfo
La articulación de la lucha vecinal, domingo tras domingo y miércoles tras miércoles, ha demostrado que la organización ciudadana es, además de necesaria, urgente y prioritaria en tiempos de desesperanza colectiva
Granada
Derecho a la ciudad Granada aprovecha los Goya para reivindicar sus luchas sociales
Los colectivos sociales han expuesto sus reivindicaciones en los bustos de Goya que se encuentran en la ciudad para promocionar la gala más importante del cine español.
#66011
25/7/2020 12:13

Me gustaría saber primero a que movimientos sociales se refiere en la práctica. Porque la realidad fuera de fechas concretas como el 8M y demás en la cotidianidad los movimientos sociales se han desestructurado desde que parte de la gente que militaba en ellos decidiera pasar a la política institucional y a aceptar los usos y costumbres del sistema. No hay movimientos sociales vertebrados ya en el Estado español, ese ha sido la gran victoria de POdemos y demás opciones parlamentaristas. No sólo las políticas neoliberales han desmantelado la sanidad pública sino que las políticas instucionales de una izquierda convertida en gestionadora de lo existente y no en transformadora han desmantelado los movimientos sociales. Distintas medidas con el mismo resultado. Volver a la sociedad más enferma.

5
0
#66090
26/7/2020 12:23

Los movimientos sociales siguen en la calle y somos muchas las personas que estamos en ellos ayudando a otras. Solo el pueblo salva al pueblo. Mucha crítica y poca acción veo ultimamrnte

1
0
#65936
24/7/2020 12:19

Interesantísimo artículo. Reducir la salud a la falta de enfermedad o al bienestar del cuerpo es perderse las aportaciones que la salud comunitaria nos ofrece. Los distintos ejemplos del artículo y su análisis ensanchan el tradicional y viejo concepto de salud y pone en valor lo colectivo y su influencia en la salud individual y social.

Totalmente de acuerdo: los movimientos sociales crean ideas nuevas y saben cómo llevarlas a la práctica. Imprescindibles.

0
0
#65930
24/7/2020 11:46

Gracias por este artículo que nos ayuda a reflexionar con dimensión amplía acerca del concepto de salud a las personas, de ente derlo como derecho de las personas y de la conquista del mismo con movimientos sociales. Estos pervertidos y perseguidos por medios de prensa comprados y poderes economicos q siguen a favor de la exclusión de la ciudadanía con impuestas fragilidades.
Gracias Eloy G. Casaos

0
0
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que los sindicatos anunciaron la histórica manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.

Últimas

Galicia
Galicia La Xunta de Feijóo, condenada por negar visitas a una mujer que murió de cáncer por tener covid-19
La jueza dice que la situación exigía “flexibilizar” las medidas de prevención. Falleció a inicios de 2022 en el Hospital Álvaro Cunqueiro durante los últimos meses de la administración del jefe del PP con Julio García Comesaña de conselleiro.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.
Tribuna
Tribuna Verde de ecosocial, verde de educación pública
En nuestras aulas se ha colado una prisa ansiosa, que juzga al alumnado como un gasto, que lo dirige, poco a poco, a un mundo laboral tecnoptimista y completamente atomizador.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.