Salud laboral
Las personas con sueldos que no les permiten llegar a fin de mes tienen peor salud

Las personas empleadas cuyos salarios no cubren las necesidades básicas tienen un 14% más de posibilidades de tener mala salud general que el grupo que sí llega a fin de mes y un 21% más de posibilidades de padecer mala salud mental. Mujeres y jóvenes salen peor parados que la media. Los empleos precarios de la hostelería se configuran como un factor de riesgo.
19 ago 2021 07:00

Un año después de que arrancara la expansión del covid-19 y se declarara el Estado de Alarma, lejos de mejorar, la salud de la población trabajadora ha empeorado. Tanto la salud general como la salud mental. La gente siente más o menos el mismo miedo a perder el trabajo o a no encontrar uno nuevo en caso de hacerlo que el que sentía durante la pandemia. Los problemas de sueño entre la población empleada siguen siendo frecuentes y se continúa recurriendo al consumo de tranquilizantes y somníferos o de analgésicos opioides. La alta tensión —tener muchas exigencias y poco control en el puesto de trabajo— se acentúa hasta llegar a niveles preocupantes, cerca de la mitad de la población asalariada. Y todos estos parámetros tienen algo en común: se intensifican cuando se trata de personas con sueldos que no cubren sus necesidades básicas. Así lo concluye la nueva edición de la encuesta Condiciones de Trabajo y Salud (COTS), realizada por el grupo de investigación POWAH de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) en colaboración con el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) de Comisiones Obreras (CC OO).

Laboral
Casi la mitad de los trabajadores temen perder su empleo y siete de cada diez que disminuya su salario
Un informe de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) en colaboración con Comisiones Obreras refleja el enorme incremento de la incertidumbre laboral durante la pandemia.

Salario y salud, una relación directa

Para Albert Navarro, miembro del grupo de investigación POWAH-UAB y coautor del informe, la cuestión de los salarios es fundamental y trasciende de un tema de justicia social: “Los salarios bajos generan enfermedad. Los sueldos que no permiten llegar a fin de mes, los alquileres altos; mantener eso en el tiempo y con intensidad genera problemas de salud”, asevera. Los resultados de la encuesta COTS lo demuestran: mientras entre la población trabajadora global un 53% percibía que su salud general había empeorado con respecto al inicio de la pandemia, el porcentaje subía al 63% entre aquellas personas cuyos salarios no cubrían las necesidades básicas, un 14% más que entre las y los participantes cuyo sueldo era suficiente. Lo mismo sucede con el riesgo de mala salud mental: en el grupo de quienes pueden cubrir lo básico, este riesgo pasó del 49 al 52% de un año a otro, pero en el grupo de personas con sueldos bajos el porcentaje se ha incrementado de un ya preocupante 67% al 74% en 2021.

Un 74% de las personas cuyo salario no cubre sus necesidades básicas tiene riesgo de padecer mala salud mental frente al 52% entre quienes tienen un sueldo suficiente

A Sara Gonzálvez le cuadra el dato. “Desde 2018 mi salud mental ha empeorado muchísimo y sé que el 90% de la culpa es por el tipo de trabajos que he tenido”, asegura. Lleva cinco años, desde los 18, encadenando trabajos temporales, y donde más experiencia tiene es en la hostelería. El empleo más estable que ha tenido hasta ahora, de nueve meses, se lo tuvo que dejar hace dos años cuando experimentó, “por primera vez”, la ansiedad y los ataques de pánico. “Trabajaba en un bar céntrico de Alicante y estaba yo sola para 25 mesas, contratada unas 30 horas y haciendo siempre más de 45, llegué a hacer 70 la semana de las fiestas de Hogueras”, narra. “El sueldo no llegaba a los seis euros, al hacer tantas horas ganaba bastante, pero, ¿para qué me servía si no tenía vida más allá del trabajo? Estiré lo que pude porque al final eres joven y ves dinero, lo necesitas y sabes que no tienes otras oportunidades si no consigues experiencia, pero se llevó mi salud mental y física, adelgacé muchísimo y se agravó el Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) que tuve”. 

Sergio Salas, también miembro de POWAH y coautor del informe, señala un aspecto de la encuesta que apunta en la misma dirección que el testimonio de Sara: la inseguridad laboral —miedo a perder el trabajo, a no encontrar otro o a empeorar sus condiciones— también es mayor entre aquellas personas con sueldos bajos. “Quienes están en una situación más precaria tienen mayor incertidumbre de partida, así que es al grupo que de mayor forma le puede afectar una bajada de salario o un despido”. “Estamos hablando de que ya hay un 13% de trabajadores en riesgo de pobreza en el país, cualquier disminución de salario les mete más en esa espiral”, añade Navarro. 

“No llegaba a seis euros la hora pero estiré lo que pude trabajando en el bar porque al final eres joven, necesitas dinero y sabes que no tienes otras oportunidades si no consigues experiencia, pero experimenté por primera vez la ansiedad y los ataques de pánico, adelgacé muchísimo y tuve anemia”, cuenta Sara

El testimonio de May va en la misma dirección. Tiene 21 años y suele trabajar en hostelería en verano para poder pagarse la carrera. Pese a lo bien que le van los estudios, dice que este año le va a ser económicamente imposible matricularse y que tendrá que esperar al siguiente. Generalmente trabaja en un chiringuito de Xàbia, pero este verano está en un restaurante de un pueblo de Lugo. Dentro de las desventajas de trabajar en hostelería —horarios nocturnos, muchas exigencias, sueldos bajos, etcétera— en Alicante no le iba mal —cobraba las horas que hacía, había buen ambiente— y su trabajo le permitía hacer otras cosas —“quedar con mis amigos, leer, hacer ejercicio”—, pero en Galiza le está resultando un infierno. “Me dijeron que en julio me pagarían 30 horas según convenio y 100 euros más por las horas extra, y en agosto 40 horas según convenio y 100 por extras”, cuenta. La semana pasada hizo 60 horas —en horarios partidos— y ha visto en el parte de la empresa que solo tiene apuntadas 28: está cotizando menos de la mitad de lo que trabaja. En julio cobró 650 euros por todo el mes. “Tengo un sueldo de mierda, es que un sueldo de mierda, pero no tengo otra cosa”.

Como Sara, May también vincula un empeoramiento en su salud con las condiciones de trabajo. Se nota más cansada: “Todos los veranos que he trabajado en hostelería solía aguantaba muchas horas de pie, pero este año ha sido demasiado para mí, y además tienes que tener muchas más cosas en cuenta como los protocolos de desinfección”. Sin embargo, sobre todo lo ha notado en su salud mental: “Este año me está pasando que sueño que trabajo, no me había sucedido en mi vida. Me despierto y es como que no dejo de trabajar en ningún momento, y tampoco tengo más vida que el trabajo: mis horarios son diferentes a los de mi novio y mis amigos, esta semana he echado muchas horas... Psicológicamente me ha afectado bastante, y no sabría como explicarlo pero siento que hago todo mal, llego a casa sintiéndome una mierda, pensando que no soy buena para nada… En los estudios me va muy bien, pero en el trabajo este año me siento fatal”.

“Sueño que trabajo, es algo que no me había sucedido en mi vida. Me despierto y es como que no dejo de trabajar en ningún momento. Psicológicamente me ha afectado bastante: siento que hago todo mal, llego a casa pensando que no soy buena para nada”, cuenta May

Las otras variables: edad, sexo y sector

Sara y May tienen varias cosas en común: son mujeres, jóvenes y los trabajos que han encontrado han sido en hostelería, un sector que alberga una enorme precariedad y que al mismo tiempo ha demostrado ser fundamental en una economía como la española, que mantiene una gran dependencia del turismo. Edad, sexo y ocupación son variables importantes en lo que a riesgos laborales se refiere. Según la encuesta COTS, entre las profesiones más comunes, colectivos como camareros y camareras o ayudantes de cocina y preparadores de comida rápida son los que más acudieron a trabajar con síntomas compatibles con el covid-19; son grupos que han visto empeorar su salud notablemente —70% así lo afirma— y se encuentran entre los colectivos que más riesgo de mala salud mental presentan —también siete de cada diez—, junto a trabajadores en tiendas de alimentación, gerocultoras y celadores, entre otros.

“El promedio del 46% de exposición a alta tensión ya es muy alto, pero estamos hablando de que hay un grupo ocupacional donde siete de cada diez empleados están expuestos a este indicador, que es un predictor muy fuerte de mala salud”, señala Navarro

Además, ocupan los primeros puestos en exposición a la alta tensión, un concepto que vincula las exigencias del empleo con el control que se tiene sobre el mismo y que multiplica el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o mala salud mental: “El promedio entre la población trabajadora es del 44% y eso ya es una locura, pero estamos hablando de que hay un grupo ocupacional donde siete de cada diez empleados están expuestos a la alta tensión”, señala Navarro, que recuerda que todos estos indicadores son “predictores muy fuertes de mala salud”.

Salud laboral
Muchas exigencias y poco control: cómo el trabajo hace enfermar
La crisis sanitaria ha duplicado el riesgo de alta tensión laboral, un concepto que relaciona las obligaciones del puesto de trabajo con la autonomía de la persona empleada, y que multiplica el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o mala salud mental, sobre todo en algunas profesiones.

Sin embargo, matiza Navarro, no hace falta acudir a ocupaciones específicas para que las cifras se disparen: basta comparar por grupos de edad y por sexo. Desglosa los datos: el 46% de los menores de 35 afirma que su salario no le permite llegar a fin de mes; mientras que esta cifra disminuye al 34% entre los que tienen de 35 a 49 años y al 29% en los mayores de 50. Las inseguridades laborales, añade, también son más acentuadas entre jóvenes: 55% de los menores de 35 años temen perder su empleo (frente al 43% del siguiente grupo de edad y el 29% de los mayores de 50 años). Y un 66,5% de personas de entre 17 a 34 años tiene miedo de ver reducido su salario.

El 46% de los menores de 35 años afirma que su sueldo no le permite llegar a fin de mes, una cifra que disminuye al 34% entre los que tienen de 35 a 49 años y al 29% en el caso de los mayores de 50. El 55% de los jóvenes temen perder su empleo y el 66% ver reducido su salario

“Los jóvenes están más expuestos a la inseguridad laboral y las mujeres asumen una doble carga de trabajo o suelen tener empleos peor pagados”, argumenta Salas para explicar el motivo de que estos grupos salgan peor parados en varias secciones de la encuesta, como la mala salud mental y general o el consumo de psicofármacos. Fátima M., activista en Orgullo Loco Madrid, apunta en la misma dirección: “Afecta a jóvenes y mujeres porque son quienes tienen más dificultades para encontrar trabajo; cuantas más opresiones tienes, menos posibilidades de tener un trabajo digno”. En cuanto a los niveles de indicadores de mala salud en profesiones de hostelería, la activista lo ve lógico: “El sistema económico de este país, sostenido por empleos precarios y basado en el turismo de masas, favorece unas condiciones de trabajo que no cumplen el mínimo que deberían tener las personas trabajadoras”.

Además de su nefasta experiencia en aquel bar de Alicante, Sara pasó por otro establecimiento justo antes del estallido de la pandemia —momento en el que la echaron—, estuvo unos meses en una franquicia, trabajó en un chiringuito —donde sufrió un ataque de pánico que acabó, narra, con ella en urgencias por el mal trato que recibió por parte de sus empleadores— y encadenó otros contratos como dependienta en tiendas de ropa, de los que conserva mejor recuerdo. Ahora, por fin, ha encontrado un trabajo como librera —todavía no indefinido, así que la incertidumbre permanece— en el que se siente bien. En cuanto a May, solo desea acabar en el restaurante, no ve nada positivo en su trabajo; quiere dejarlo pero necesita el dinero y no tiene ninguna alternativa.

“El sistema económico de este país, sostenido por empleos precarios y basado en el turismo de masas, favorece unas condiciones de trabajo que no cumplen el mínimo que deberían tener las personas trabajadoras”, expone Fátima M., de Orgullo Loco Madrid

Los datos de COTS reafirman que este miedo es generalizado en el sector de la hostelería: “En estas ocupaciones de camarero y ayudante de cocina, el 57% de los encuestados están preocupados de perder el trabajo (frente al 42% de la media), el 84% temen no encontrar un nuevo trabajo en caso de perder el actual (la media es de 65%) y al 79% le asusta que disminuya su salario (frente al 62% de media)”, enumera Navarro. “En la hostelería buscan aprovecharse de jóvenes que están desesperados y por eso hacen contratos de mierda con sueldos bajos, hay gente más mayor que está en esa situación, pero creo que los jóvenes estamos más expuestos”, resume Sara. La hermana de May, de 17 años, también trabaja de camarera y sus padres a menudo tienen que pedir ayuda a May para pagar facturas. En este contexto, es difícil anteponer la salud a la supervivencia.  

Salud mental
Los síntomas de depresión y ansiedad se disparan entre jóvenes por la crisis del coronavirus
Diferentes estudios atestiguan que el estallido de la pandemia está afectando notablemente a la salud mental de jóvenes de entre 18 a 34 años, entre los que se han incrementado los síntomas de depresión, ansiedad o inquietud por la incertidumbre derivada de la crisis del covid-19.

Políticas para evitar pastillas

“Si hubiera unas condiciones de trabajo dignas para todas las trabajadoras, disminuirían mucho los niveles de malestares psicológicos”, resume Fátima M., que se muestra preocupada por el aumento de consumo de diazepinas que muestra la encuesta COTS, un fármaco recurrente entre mujeres y con un acusado aumento entre jóvenes durante la pandemia. “Son drogas legales y parece que al ser legales no son problemáticas, pero son drogas que permiten trabajar y seguir siendo productiva, por eso las mujeres las consumen tanto, porque puedes seguir cuidando de personas dependientes puesta hasta arriba de orfidales que les han recetado sus médicos de cabecera”.

La activista de Orgullo Loco Madrid reconoce que sí parece haber un intento de acercamiento por parte del gobierno a la cuestión de la salud mental aunque, considera, “siguen sin llegar a la raíz del problema, que son unos trabajos precarios, unos precios de alquileres altísimos, etcétera”. Se refiere a las declaraciones de Yolanda Díaz en materia de salud mental. “La ministra dijo que iba a crear una comisión, eso es un punto de partida, pero a ver qué pasa”, expone Navarro. “La mala salud mental se previene, entre otras cosas, cambiando las condiciones de trabajo y vida: habrá que ver si esa comisión está pensada para atacar el fondo de la cuestión, que es cómo cambiamos estas exposiciones nocivas, es decir, cómo hacemos que la gente, entre otras muchas cosas, tenga mejores salarios”. 

Salud laboral
Salud laboral Cuando el empleo obliga a recurrir a pastillas para dormir
Las encuestas resaltan un incremento en el consumo de hipnosedantes durante la pandemia, sobre todo por parte de las mujeres. El trabajo por turnos, la inseguridad laboral percibida, la sobrecarga de trabajo o las demandas emocionales de algunas profesiones son factores que llevan a la población trabajadora a recurrir, cada vez más, a este tipo de psicofármacos.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Salud laboral
Trabajos saludables: relajemos las cargas Trabajos saludables: relajemos las cargas
Ya está bien de echar balones fuera. Es nuestra salud física y mental la que está en juego.
Salud laboral
Salud y precariedad Una de cada cuatro trabajadoras de hogar ha sufrido algún tipo de violencia en el trabajo
El 83% de las empleadas de hogar ha padecido consecuencias en su salud a raíz de su trabajo. Las violencias a las que están expuestas estas mujeres se producen en la oscuridad de la inviolabilidad de los hogares.
Laboral
Derechos Laborales Las trabajadoras de limpieza en la fábrica de Coca Cola en Sevilla denuncian peligrosidad y precariedad
Las empleadas encargadas de la limpieza de la línea de producción de la compañía en su fábrica de Sevilla denuncian peligrosidad laboral y precariedad en sus puestos de trabajo.
Teresa G
10/9/2021 15:21

"Las personas con sueldos que no les permiten llegar a fin de mes"... ¿se refiere alos pobres? Me pierdo con la neolengua.
Ahora estar jodido es un problema de salud mental (y por tanto su solución un asunto sanitario/ farmacéutico)

0
0
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Análisis
Análisis No dejemos de hablar de Siria
La situación humanitaria en Siria se endurece en un contexto de inestabilidad regional, mientras que la ayuda internacional que el país recibe es muy inferior a la necesaria.
Represión
Represión La Policía detiene por segunda vez en 2024 al portavoz del SAT, Óscar Reina
La Policía Nacional ha detenido al Portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Óscar Reina, durante la mañana del jueves en Navarra. El líder del SAT es uno de los sindicalistas que más detenciones acumula dentro del Estado español.
Sindicatos
1 de mayo Cargas policiales mandan a una persona de 70 años al hospital en el 1 de mayo de Castelló
Desde CGT Castelló anuncian que tomarán medidas legales por las provocaciones y agresiones sufridas por los diferentes cuerpos policiales que han actuado en las cargas.
Francia
1 de mayo La policía carga violentamente contra la manifestación de CGT en París y detiene a 45 personas
Las cargas policiales extremadamente violentas, de la unidad BRV-M, dejaron decenas de heridos. Según CGT en la manifestación participaron más de 50.000 personas.

Últimas

Comunidad El Salto
Palestina La campaña de apoyo a Gaza de El Salto recauda más de diez mil euros para la UNRWA
El pasado 26 de febrero, tras más de cuatro meses de ofensiva militar de castigo por parte Israel sobre la Franja de Gaza, desde El Salto decidimos ir más allá del periodismo ante la gravedad de los hechos.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
Más noticias
Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
PNV
CLIENTELISMO El Ayuntamiento de Bilbao coloca como interventor al cuñado de Josu Erkoreka por libre designación
Juan Mari Aburto explicó que Mikel Astorkiza, pareja de una hermana del vicelehendakari, “es el único candidato que cumple con los requisitos del puesto” para el control y fiscalización interna de la gestión económico-financiera.
Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.

Recomendadas

Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.