Militarismo
No habrá seguridad sin justicia social

Los contextos de incertidumbre económica son aprovechados por las derechas para proteger al verdadero causante de la inseguridad: el capital.
Valla de Melilla frontera
Puesto militar marroquí visto desde el lado español de la valla fronteriza. Álvaro Minguito

Fundación Rosa Luxemburg

Fundación Rosa Luxemburg

1 ago 2022 17:30

Los contextos de incertidumbre económica y la sensación de inseguridad material de la población son aprovechados por las derechas para extender los discursos de odio, alimentar conflictos innecesarios, justificar la militarización de las sociedades y proteger así al verdadero causante de la inseguridad: el capital.

Desde una perspectiva feminista, la seguridad se entiende no sólo como la ausencia de violencia militar, sino también de violencias económicas, institucionales y sexuales. Violencias que están relacionadas entre sí y cuyo antídoto pasa necesariamente por poner en valor los cuidados en su sentido más amplio.

Frente a un modelo de seguridad nacional que busca proteger los intereses de las élites económicas o las fronteras, el feminismo pacifista defiende que lo que hay que proteger es la vida de las personas. Lo explica con ejemplos muy claros una de las fundadoras del Centre d’Estudis per la Pau J.M. Delàs, Tica Font: “Las personas deben sentirse seguras en el sentido de que, pase lo que pase, recibirán un salario para poder seguir viviendo; que si enferman tendrán acceso a la medicina; que tendrán asegurada la educación; que podrán vivir en un medio ambiente seguro, para tu salud, tu alimentación y para tu disfrute; seguridad de participación social y política, sin miedo a ser reprimidas”.

Sin embargo, el concepto hegemónico de seguridad se refiere exclusivamente a la violencia física. Por eso los grandes medios de comunicación dicen que, en la ejecución de un desahucio, las violentas son las personas que se interponen entre la policía y la familia en situación de vulnerabilidad. No los Cuerpos de Seguridad del Estado rompiendo la puerta. No el juez que sentencia el desalojo. No la ley que no garantiza el derecho a la vivienda. No el banco o el fondo buitre que se lucran acaparando el suelo del que otros son expulsados.

Cuando hablamos de construcción de paz, hablamos de algo que va mucho más allá de la simple ausencia de guerra. Nos referimos a la paz positiva como un proceso que busca también la justicia, la igualdad, el respeto a la naturaleza y a los derechos humanos. Esa paz positiva se fundamenta en el diálogo, la empatía, la solidaridad, el respeto a la diversidad, y la interdependencia.

Discursos de odio para blindar a las élites

El objetivo del sistema capitalista heteropatriarcal es que los pocos que lo controlan sigan acumulando riqueza a costa del resto. Partiendo de esa base, la gran amenaza para ese sistema es que disminuyan los beneficios de esos acaparadores. Lo que el sistema protege no es a las personas, es al capital.

Todo lo demás es teatro. Para que olvidemos que somos explotadas en todos los rincones del mundo para que gente como Jeff Bezos pueda hacer excursiones al espacio, nos llenan las redes, las televisiones, los parlamentos y las calles de discursos de odio, para intentar convencernos de que el enemigo es el musulmán, el negro o la gitana. Para que odiemos a las personas con menos recursos, las más vulnerables. Como si tuviéramos más en común con Bezos, Tesla o Galán.

En palabras de la politóloga e investigadora austriaca Judith Goetz, especialista en Ideologías y Políticas de la Desigualdad, “donde la extrema derecha del pasado hablaba de Volkstod (muerte del pueblo) o Umvolkung (“inversión étnica”), habla ahora de "Gran Reemplazo”. Esta teoría del Gran Reemplazo, que para la gente que no habita en el odio puede sonar a marcianada conspiranoica, tiene un profundo trasfondo sistémico. Esta teoría de la ultraderecha más fundamentalista arguye que la cultura occidental peligra por la conjunción de dos fenómenos: la migración y el feminismo. La llegada - según ellos - masiva de inmigrantes (no blancos, no católicos), y el hecho de que las mujeres blancas tengan cada vez menos hijos -según ellos, -por culpa del feminismo, hace que el futuro de Europa sea mestizo y no blanco. Cosa que - según ellos - es un problema. La periodista y antropóloga Nuria Alabao da en el clavo cuando señala que “esta teoría está detrás de todos los discursos racistas y antifeministas de la ultraderecha, y activa una doble ofensiva, puesto que tiene en su punto de mira a mujeres y migrantes. Casualmente, las dos fuentes de mano de obra baratas”.

Por tanto, esos discursos de odio tienen una lectura totalmente material. “La extrema derecha condensa en términos culturales las inseguridades vitales que se producen como consecuencia del avance del neoliberalismo. Los sentimientos de incertidumbre y de miedo provocados por el deterioro de las condiciones de vida, son reinterpretados como crisis de valores tradicionales: familia tradicional, patria, raza”, explica Alabao. De este modo, desvían el foco del problema real: el de la necesidad de redistribución de la riqueza.

La justicia social es imprescindible para neutralizar esos discursos, hacer frente a la ultraderecha y conseguir una paz positiva. Incluso para lograr la simple ausencia de violencia física es necesaria la justicia social. Los discursos de odio tienen por objetivo defender el status quo y el acaparamiento de los recursos por parte de las élites. Las consecuencias para la mayor parte de la población son la discriminación, el despojo, la explotación, y en muchos casos la muerte.

Por eso es tan urgente que algunos abandonen la idea de que unas vidas valen más que otras. Si el Presidente del gobierno defiende que una operación policial que acaba con más de 20 personas asesinadas y amontonadas es un buen trabajo, ese Presidente está defendiendo que las vidas de esas personas no importan. No valen. Molestan.

Disputar el concepto de seguridad

Quienes defendemos los Derechos Humanos no podemos dejar de clamar que la seguridad es otra cosa, y que otra gestión fronteriza no sólo es posible, sino que es necesaria. La celeridad de los tiempos nos permite comparar el caso de la masacre de Melilla con las medidas adoptadas por la UE hace apenas 4 meses con las refugiadas ucranianas. Ese racismo institucional, esa necropolítica, es sustrato indispensable para hacer enraizar el discurso de odio de la extrema derecha. Construir la paz es abrir vías seguras para todas las personas que huyen de la guerra, del hambre. Construir la paz es dejar de legislar para las multinacionales que esquilman las tierras, los minerales, los mares y las reservas de agua dulce del sur global. Dejar de provocar esas guerras, esas hambrunas, y apoyar a las producciones locales, responsables social y ecológicamente. Construir la paz sería abolir la ley de extranjería, e igualar los derechos laborales de las trabajadoras del hogar y los cuidados a las del régimen general. Por poner algunos ejemplos.

Debemos entender que la seguridad del país, o la de las calles, no se conseguirá con más presencia policial, ni con muros más altos, sino con igualdad de derechos para todas las personas y garantizando el acceso igualitario a la cobertura de todas las necesidades básicas. Del mismo modo que el problema de la vivienda en Europa no es la okupación sino la especulación; el problema de seguridad que nos amenaza no son las fronteras sino la progresiva desaparición de los servicios públicos.

La concepción de seguridad que elijamos es importante porque de ella dependen las asignaciones presupuestarias que estimen los distintos gobiernos. Durante la primera etapa de la pandemia por Covid19, cuando no había sitio en las UCIs -ni en las morgues- cuando tanta gente murió por no tener acceso a un respirador, el Gobierno de España tenía aparcados más de 100 tanques Leopard 2E. Por el valor de cada uno de esos tanques se podrían haber adquirido 40 respiradores. Es sólo un ejemplo. Existen retos para nuestra seguridad a los que no se le está prestando la necesaria atención mediática, política ni institucional, como son el energético, el climático, o el sanitario. Por el contrario, el único pacto internacional de inversión presupuestaria es el de la OTAN, que obliga a todos los estados miembros a gastar como mínimo el 2% de su Producto Interior Bruto en armamento.

Sobre este blog
El Blog de Pueblos - Es una apuesta por la solidaridad que ofrece una mirada crítica sobre las diferentes realidades sociales, políticas, económicas y culturales del mundo.Queremos visibilizar la diversidad de colectivos y movimientos sociales del Estado Español y de otras partes del mundo, así como sus luchas, sobre todo en aquellos lugares y momentos históricos donde la voz y la palabra son negadas. Este Blog, impulsado por la asociación Paz con Dignidad, es un instrumento de comunicación para fortalecer e impulsar nexos entre organizaciones del Norte y del Sur que trabajan en procesos de transformación social.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Racismo
Arun Kundnani “Arrazakeriak gizarteko baliabideen banaketarekin du zerikusia”
Militante eta ikerlari antiarrazistak abiapuntu argia adierazten du: arrazakeriaren aurka borrokatzea ez da zeregin psikologiko edo diskurtsibo bat, baizik eta egiturak desegiteko premia.
Series
Series Masculinidad hegemónica o plomo: la sátira contra los hombres en ‘The White Lotus’
La serie culmina de forma trágica, llevando al extremo la lógica neoliberal, y se cuestiona si es posible una transformación que no termine cooptada por el propio patriarcado.
Opinión
Víctimas del capitalismo La clase obrera no va al paraíso
(Con perdón de los cristianos), porque el paraíso tiene “numerus clausus” y hace tiempo que solo existen plazas para las gentes del CAPITAL
MARIELA
2/8/2022 11:44

Genial artículo! Muchas gracias por vuestro análisis.

0
0
Sobre este blog
El Blog de Pueblos - Es una apuesta por la solidaridad que ofrece una mirada crítica sobre las diferentes realidades sociales, políticas, económicas y culturales del mundo.Queremos visibilizar la diversidad de colectivos y movimientos sociales del Estado Español y de otras partes del mundo, así como sus luchas, sobre todo en aquellos lugares y momentos históricos donde la voz y la palabra son negadas. Este Blog, impulsado por la asociación Paz con Dignidad, es un instrumento de comunicación para fortalecer e impulsar nexos entre organizaciones del Norte y del Sur que trabajan en procesos de transformación social.
Ver todas las entradas
Galicia
Galicia Vigo, A Coruña y Ourense compraron material policial a Israel por medio millón de euros en solo cuatro años
El alcalde ourensano, Gonzalo P. Jácome, adjudicó un contrato por 70.000 euros días después del siete de octubre. Abel Caballero firmó otro de más de 200.000 euros y la alcaldesa de A Coruña siguió la estela con un contrato de 170.000 euros.
Turquía
Pinar Selek “Turquía sigue gobernada en base al miedo”
La profesora y socióloga turca, quien ha sufrido además de cárcel, un acoso judicial por 27 años, habla de la falta de independencia del poder judicial, del adoctrinamiento social y de la formación de la sociedad turca.
Gasto militar
Gasto militar ¿De dónde sacará Sánchez el dinero para financiar el incremento del gasto en defensa?
La promesa de aumentar las partidas presupuestarias militares necesita redirigir 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB. Cumplirlo este año abre a su vez un grave problema para hacerlo en 2026.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Salud
El precio justo La nueva ley del medicamento o estrategias para bajar el precio de los genéricos (que son caros)
En España pagamos de media un 10% más por los medicamentos genéricos que consumimos que en el resto de la UE. Al mismo tiempo, nuestro gasto farmacéutico ha aumentado un 33% en la última década.

Últimas

Laboral
Laboral Tres nuevos días de huelga para parar el ERE en Bridgestone
Los sindicatos de forma unánime convocan paros los días 24, 25 y 26 de abril y no descartan ampliar las acciones de lucha para evitar el despido de 546 trabajadores.
There Is Alternative
There Is Alternative De redes, software, cacharritos y todo lo que no sea Elon Musk | TINA #1
Primer programa del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de la tecnología y sus alternativas éticas y responsables.
Opinión
Opinión Priorizar bombas sobre camas de hospital
El presupuesto público parece tener siempre un límite cuando se trata de contratar personal o mejorar infraestructuras en Sanidad. Pero no lo tiene cuando se trata de gasto militar.
Opinión
Guggenheim Urdaibai Respuesta al Agirre Center: no participaremos en este juego con cartas marcadas
VV.AA.
El “proceso de escucha” se invalida a sí mismo al existir un plan ya elaborado y no publicado “de expansión discontinua del Guggenheim de Bilbao en Urdaibai”.
Comunidad de Madrid
Huelga de universidades públicas Con un gigantesco mural profesorado y alumnado exigen más inversión en las universidades públicas de Madrid
Después del encierro del pasado 7 de abril, una espectacular acción de la comunidad universitaria ha llamado la atención sobre el recorte de recursos que prevé el gobierno de Díaz Ayuso en su nueva ley de universidades.
Estados Unidos
Extrema derecha Los beneficios de Tesla caen un 71% y Musk anuncia que reducirá su colaboración con Trump
Las protestas contra Elon Musk funcionan y hacen caer los beneficios y el valor en bolsa de la compañía. El anuncio del millonario hace que las acciones de Tesla crezcan cerca de un 5% en apenas unas horas.

Recomendadas

El Salvador
El Salvador El caso Ábrego García destapa el turbio pacto de Trump con Bukele
El joven salvadoreño no ha sido condenado ni en Estados Unidos ni en su país de origen, pero es uno de los cientos de personas con la vida pendiente de un hilo por las políticas de Trump y Bukele.
Siria
Siria Fragmentos de un retorno
Regresar no siempre es fácil. En estas misivas, los sirios Naoura A., residente en Francia, y Basem Al Bacha, residente en Alemania intercambian opiniones con motivo de la vuelta de Naoura a la ciudad donde se conocieron: Damasco.
Historia
Historia Miguel Martínez: “En Villalar, la izquierda arrancó los comuneros al franquismo”
Miguel Martínez, profesor de historia y literatura españolas en la Universidad de Chicago, analiza desde una óptica progresista la Edad Moderna, el momento histórico fetiche de las derechas españolistas.