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Opinión
La energía eólica marina ha venido para quedarse: razones y sinrazones de su rechazo social
Asistimos a una avalancha de proyectos de parques eólicos marinos en nuestras costas, 62 proyectos se han presentado en el Ministerio para la Transición Ecológica, que aspiran a hacerse con los 3.ooo MW que prevé instalar el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima), para el 2030. Al mismo tiempo, proliferan las plataformas sociales que manifiestan su rechazo a estos “horrorosos macromolinos”, como la manifestación este agosto de la plataforma ciudadana ‘Di ¡NO! en la Costa Tropical’.
¿Está justificada y fundamentada esta repulsa ciudadana y también municipal? Como con muchas otras cuestiones sociales hay una perniciosa combinación entre la razón y la emoción, y el problema surge cuando la emoción supera a la razón.
En los argumentos aducidos por estos colectivos hay razones ciertas, otras son suposiciones y algunas son afirmaciones claramente erróneas, que curiosamente se vienen usando en otros puntos de nuestra geografía y a través de las redes se perpetúan como verdades indiscutibles.
Detrás de los promotores de estos “megaparques” están las grandes empresas energéticas y constructoras, pero es que es imposible afrontar desde la ciudadanía la descomunal inversión que requiere un parque eólico marino
Es cierto que detrás de los promotores de estos “megaparques” están las grandes empresas energéticas y constructoras, Iberdrola, ACS, Acciona, Ferrovial, Capital Energy, Naturgy, Saitec..., pero es que, a diferencia de las renovables en tierra, que admiten perfectamente el autoconsumo y la generación distribuida, es imposible afrontar desde la ciudadanía la descomunal inversión que requiere un parque eólico marino. Lo exigible es, como han hecho las cinco grandes organizaciones ecologistas del llamado G5 (Greenpeace, Amigos de la Tierra, SEO, Ecologistas en Acción y WWF), que los aspectos ambientales y sociales sean los principales criterios en las subastas (50 % y 25 % respectivamente) y que se cree un fondo público para el desarrollo socioeconómico local, alimentado por un canon a la generación de cada proyecto.
Que los proyectos en curso vayan a destruir la biodiversidad y repercutir negativamente en aves y cetáceos, es una posibilidad que , con los conocimientos científicos que disponemos actualmente se puede afirmar para unos casos (ej. rutas de cetáceos, aves, bancos de peces, etc.) pero fuera de estos escenarios no se puede afirmar en la mayoría de los casos. Es preciso comprobarlo caso por caso, en función de cómo se elijan, se construyan y se desarrollen los parques eólicos marinos. Por eso, el G5 ha reclamado, en una fase inicial, centrar las subastas únicamente en una o dos zonas de alto potencial para el desarrollo de energía marina (ZAPER). Esta estrategia permitirá realizar un análisis detenido y minucioso en estas áreas, abordando los posibles impactos negativos tanto ambientales como sociales y seguir acelerando la ampliación de la red de espacios marinos protegidos para cubrir el 30 % de las aguas nacionales para 2030.
Que el impacto paisajístico de los parques vaya a destruir el turismo es algo que no se sostiene y que vayan a arruinar los caladeros pesqueros es poco probable
Que el impacto paisajístico de los parques vaya a destruir el turismo es algo que no se sostiene, con proyectos de eólica flotante alejados a varias decenas de kilómetros de la costa. Por otra parte, tal como se ha demostrado en otros lugares de fuerte desarrollo eólico, es un impacto que acaba asimilándose y el turismo no es tan exigente en estas sutilezas, como se cree, como se ha demostrado por la aceptación de infinidad de horrososas construcciones urbanísticas en el litoral
Que vayan a arruinar los caladeros pesqueros es poco probable, porque ya se han ocupado las cofradías de pescadores en reducir las zonas de alto potencial para la eólica marina a partir del borrador de los POEM iniciales.
Medio ambiente
Parques eólicos El impacto ambiental de los 125 aerogeneradores en el Maestrazgo: ¿cuántos árboles van a talarse?
Que los parques eólicos limiten la pesca de arrastre es un mal menor, teniendo en cuenta el fuerte impacto ambiental que ocasiona esta modalidad de pesca, censurado por la Unión Europea. Que los POEM (Planes de Ordenación del Espacio Marítimo), saquen como ZUP (Zonas de Uso Prioritario), a la eólica marina y se los ofrezcan a la extracción de áridos y no cuestionen las afecciones militares, es del todo injustificable.
Construir aerogeneradores flotantes, no anclados al suelo marino, es la oportunidad de salvar el hándicap de contar con una plataforma continental muy estrecha, que no permite implantar parques fijos a más de 50 metros de profundidad. España es el primer desarrollador de prototipos del mundo: de las trece instalaciones flotantes de prueba que hay actualmente, once han sido fabricadas por empresas españolas.
La energía eólica, junto a la solar fotovoltaica, contribuyen a rebajar el precio de la electricidad; la eólica marina, aun siendo más cara que la terrestre, es mucho más eficiente
La energía eólica, junto a la solar fotovoltaica, contribuyen a rebajar el precio de la electricidad; la eólica marina, aun siendo más cara que la terrestre, es mucho más eficiente, puesto que en el mar no hay irregularidades. Y lo más importante: disponer de parques eólicos en nuestras costas, bien diseñados y sostenibles, contribuiría a reducir nuestra dependencia de combustibles fósiles (que están en proceso de decrecimiento), y con ello reducir la emisión de gases de efecto invernadero, y potenciando las economías locales.
Es un desafío enorme para España, cuando disponemos del recurso (el viento), la tecnología (los aerogeneradores), el emplazamiento (el borde costero y los puertos) y la capacitación (industria eólica y construcción naval), un privilegio que nos asegura un futuro de independencia energética, de importancia capital.
En lo tecnológico, debe primar en toda la cadena de valor el empleo de tecnologías y servicios autóctonos, usando los puertos cercanos para su fabricación, operación y logística. En lo laboral, la creación de empleo próximo y de calidad, es del todo exigible.
Y, por supuesto, garantizando los proyectos el respeto a la Estrategia de Conservación de Biodiversidad europea, la Directiva Hábitats, la Directiva Aves, la Directiva marco de la Estrategia Marina, la protección de la Red Natura 2000 y en general todos los espacios marinos protegidos.
Todos necesitamos energía, es una necesidad estratégica y por tanto todos somos responsables de buscar soluciones para el futuro. Un debate ciudadano sereno, documentado y participativo, que evite posiciones “no en mi patio trasero” (es decir, “sí” a la solución de la energía pero “no” cerca de uno reside), es lo que necesitamos. Es difícil, pero necesario, promover simultáneamente el ahorro de energía y llevar a cabo un despliegue ordenado que asegure el consenso con todos los actores y usuarios del territorio, beneficiando a las poblaciones locales y protegiendo la biodiversidad marina.
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Contra más humanos menos para el resto de especies, y más energía es necesaria para sostener las sociedades complejas. El decrecimiento es una idea que no empatiza con la mayoría de la sociedad, menos aún con los sectores sociales económicamente dependientes o expropiados. Las alternativas dentro del sistema una broma, el único capitalismo verde es el de los billetes de la Reserva Federal.
Revolución o barbarie, vieja dicotomía que habría que retomar. Mucho más atractivo y seductor un horizonte utópico y esperanzador que la condena del decrecimiento para las personas que a día de hoy no tienen nada o poco en lo que decrecer. Pienso que esta ventana se puede abrir, en pocas décadas, y podrá ser cerrada por las guerras, desastres climáticos o un avance inesperado de la ciencia que permita la extracción de materia y energía a nivel espacial.
Salud.
Decepcionante este acrítico "artículo" que no pasa de propaganda. Que sean "veteranos ecologistas" de Ecologistas en Acción no quiere decir en absoluto que lo que ellos sostienen también lo haga la organización. La polémica viene suscitándose desde hace algún tiempo entre, de una parte, los partidarios (como los autores) de la "Transición Verde" (algunos en las filas de Sumar) contra los que ellos denominan "colapsistas" (mediante ataques muy duros, por ejemplo hacia el gran Antonio Turiel).
Para el que tenga interés en este asunto la información es abundantísima. También, por lo que leemos aquí, la propaganda. Sobre la primera destacar el magnífico blog de Antonio Turiel (https://crashoil.blogspot.com/). También "Sobreviviendo al descalabro" con magníficas entrevistas, por ejemplo a Tom Kucharz, esta sí una voz autorizada en Ecologistas en Acción: https://www.youtube.com/watch?v=1z4tsdshZY8
Hoy me he suscrito a EL SALTO y me apena mucho encontrarme con este artículo de opinión de tres «veteranos» de ecologistas en acción, que solo hacen apoyar un capitalismo verde y un crecimiento imposible. Gracias a Mateo Morral por sus certeros comentarios y por el enlace a una muy interesante información de ctxt.
Hay algo a lo que le doy vueltas desde hace tiempo. ¿Cuántos teravatios de energía eólica necesita el sistema capitalista? Lo pregunto porque, esa energía, se la roban los molinos a la atmósfera. Cuando el viento empuja las palas de los molinos, consumen una energía que debilita a los vientos. La atmósfera utiliza su energía para mover sus corrientes, que controlan el clima. Robarle esa energía para otros fines, dejará con menos energía a la atmosfera, sus corrientes se modificarán, y se agravará el cambio climático.
Aquí un enlace muy pertinente al respecto. https://ctxt.es/es/20240801/Firmas/47183/Gustavo-Duch-molino-energia-arboles-arboricidio-transicion-electricidad.htm#md=modulo-portada-bloque:4col-t2;mm=mobile-medium
El “día de sobrecarga” este año fue el 20 de mayo en el caso de España; es decir, consumimos en menos de cinco meses los materiales y energía – y produciendo residuos – que nos correspondía para todo el año si realmente quisiéramos vivir de forma “sostenible”. Recordando este datos, me pregunto qué futuro tenemos si no cambiamos ya de rumbo. Tristemente, la energía “renovable” no ha servido para disminuir nuestro consumo de combustibles fósiles; solo se ha añadido a ese consumo. El objetivo de conseguir una electricidad más barata parece poco importante en este panorama.
Además, ¿dónde está el principio de precaución? Buscando información sobre el tema de la eólica marina flotante, he llegado a la conclusión que todavía no se sabe mucho de los impactos que pueda tener. Según un artículo en La Conversación del año pasado, algunos de los principales efectos son los siguientes:
Contaminación acústica por el ruido de las aspas de los molinos al rotar,
• Contaminación lumínica por las balizas dispuestas en el buje de la turbina,
• Cambios en el viento en capas bajas de la atmósfera,
• Alteración en la distribución de nutrientes o turbidez sobre la columna de agua,
• Campos electromagnéticos originados por los cables de transmisión eléctrica.
¿Qué consecuencias tendrán estos cambios para los ecosistemas marinas y costeras?
Los autores del artículo resaltan también la complejidad de las tareas de mantenimiento y reparación.
(https://theconversation.com/arranca-la-eolica-marina-en-espana-retos-e-incertidumbres-de-instalar-200-aerogeneradores-flotantes-en-el-mar-201308)
Me temo que será dificil llegar a un consenso en este tema, y en las grandes organizaciones ecologistas tampoco lo hay. Hay muchas personas que pensamos que deberíamos centrarnos en encontrar la forma de hacer una verdadera transición energética y socioecológico que haga posible el futuro tanto de los seres humanos como los no humanos en este planeta, en lugar de aceptar (implícitamente) un sistema económico adicto al crecimiento.
Ni una sola mención al decrecimiento, a otros modelos de producción y consumo cercano y en zonas degradadas, ni una sola palabra acerca de la gran mentira de la transición, no se está cambiando el modelo de producción, cambiando la generación mediante fósil y nuclear hacía la "renovable", ésta se está sumando al combo, aumentando la producción y el metabolismo energético. Ni comentar la imposibilidad de absorción por la red de esa enorme cantidad de energía, ni la certeza de que se trata, una vez más, de colonialismo energético, de las grandes urbes a las periferias, del centro y norte de Europa a el sur.
Ni una crítica a la gran falacia del hidrógeno "verde", ruinoso energética y ambientalmente, que es donde se meterá esa energía excedentaria.
Ni una palabra acerca de la escasez de los materiales críticos para el desarrollo de este modelo energético del gran capital, neodimio, coltán... y al modelo colonial y extractivista que perpetúa la dominación y el expolio del Gran sur global.
Produce una enorme vergüenza que los capitostes tecnooptimistas de el pomposa y narcisistamente autodenominado "G5" le estén haciendo el trabajo sucio a el gran capital y ataquen a los movimientos resistentes de base, es muy indicativo de la triste deriva de estas organizaciones denominadas ecologistas, que se han dejado acunar por el poder económico y político y se han convertido en un apéndice más de este sistema depredador y salvaje.
La "transición" (tal y como está planteada) es más de lo mismo que nos ha traído hasta aquí.
Mucho más interesante tu opinión Mateo, que la del artículo