Neoliberalismo
Sin espacios. Totalitarismos en la sociedad de la “libertad”

La libertad del neoliberalismo es sólo un espejismo para la mayoría de las personas.
Contra los nazis, mariconazos.  #JusticiaPorSamuel - 9
Concentración por el asesinato de Samuel en la Puerta del Sol en Madrid. No CC Álvaro Minguito
2 ago 2021 07:00

“Un mundo donde quepan muchos mundos” es una de las máximas de los zapatistas. Es un sueño de crear un lugar donde entren todas las personas, donde no se discrimine ni se odie por la raza, el género, la clase, la orientación sexual, la identidad de género o cualquier otro aspecto. Es creer que el ser humano puede vivir y convivir consigo mismo y con la naturaleza sin oprimir ni destruir. Es hacer valer los derechos de todas y no dejarlos como un mero papel mojado. Es soñar con lo que podemos ser y hacer si superamos este sistema de mierda, este monstruo que sólo beneficia a unxs pocxs.

Un mundo para todas las personas es lo más opuesto al sistema neoliberal, racista, machista, clasista, capacitista, que marca una normativa donde sólo caben lxs privilegiadxs y a veces ni ellxs. En este sistema no cabe casi nadie, no cabe Samuel, que encontró su muerte por ser diferente; ni los miles de inmigrantes que malviven trabajando para mantenerlo, ni los que mueren en el Mediterráneo, aquellos que son maltratados en las fronteras y en los CIES; no cabe las mujeres asesinadas por su parejas o por otros varones, violadas y violentadas; no caben los menores inmigrantes tratados ya de ante mano como delincuentes. Tampoco caben los que quieren resistir, los que luchan en la defensa de sus territorios, mientras el Banco mundial o el FMI dictan a quien pertenecen y a quien no; ni los que resisten en Centros autogestionados, tratando de abrir una brecha por la que respirar, por la que encontrar al Otrx como un ser humano y no alguien con el que competir, luchar y aplastar. No caben los animales ni las plantas, que destruimos a marchas forzadas sin importarnos que con ellos acabamos con nuestras propias posibilidades de seguir viviendo.

Importa la norma marcada por el sistema neoliberal patriarcal y aquella persona que quede fuera no cuenta, aquella que se salga, es arrastrada o, mejor dicho, aplastada, ya sea en Occidente o en el Sur global

No importa nada de esto. A nadie parece importarle, mientras puedan salir a tomarse una copa e ir de compras, mientras puedan viajar y ver sitios exóticos. Importa la libertad de los bancos y de las empresas por encima de los derechos de las personas. Importa más poder comprar un móvil cada año, para no quedar obsoleto, que la explotación en las minas de coltán y la contaminación que acarrea. Importa mucho más el beneficio de las cosechas que el ser capaz de llevar agua potable para lxs temporerxs. Importa la norma marcada por el sistema neoliberal patriarcal y aquella persona que quede fuera no cuenta, aquella que se salga, es arrastrada o, mejor dicho, aplastada, ya sea en Occidente o en el Sur global. Nada puede escapar de ella. De ahí su totalitarismo. Cualquier alternativa tiene que ser arrancada de raíz. No se puede permitir que las personas sueñen, piensen y creen mundos diferentes a éste, ni siquiera que se les pueda ocurrir que este mundo no es el único posible ni el mejor, más bien al contrario. Tal cosa podría suponer su final. De ahí el ahínco con el que se atacan las resistencias, como se acaba con los movimientos, se asesina a las personas que forman parte de luchas por la defensa de los territorios o se cierran los Centros sociales autogestionados, como estamos viendo en Madrid y otras ciudades de España.

Hace poco una compañera del trabajo se enfadó conmigo, mientras discutíamos sobre ecologismo. Me dijo que era radical y que le estaba imponiendo mi forma de pensar. Pero es justo al revés, yo quiero un mundo donde entremos todos los seres, lo que parece chocar con la lógica de este mundo, con la lógica del mercado, que restringe cada vez más quien cuenta, hasta el punto de no dejar nada que escape de su control. Su libertad, tan cacareada, es una falsa ilusión, una mentira tejida para encandilar a las personas y que no se paren a pensar que las cosas no funcionan, ni en los países llamados subdesarrollados ni en los que presumimos de privilegio. La libertad de la que habla Ayuso es sólo para esos a los que no les importa que ya no haya espacio para nadie, que unxs mueran, que sean asesinadxs, explotadxs, machacadxs por este sistema, esta rueda que parece incapaz de detenerse, barriendo todo a su paso.

El imperialismo, decía Rosa Luxemburgo, es un paso más del capitalismo. Y con él la destrucción de cualquier lucha, de cualquier alternativa. Todo bajo las ordenes del Banco Mundial, bajo el poder de las empresas. Todo reducido a la producción, al beneficio y la eficiencia. Por ello todas luchas se acaban entrelazando, desde Chiapas hasta el movimiento kurdo; desde nuestros centros sociales, huertas urbanas y espacios autogestionados hasta las luchas por los territorios; desde las manifestaciones contra el asesinato de mujeres o personas con orientaciones e identidades diferentes a las marcadas por heteropatriarcado hasta por los derechos de las personas migrantes. Todas unidas contra un sistema que ahoga a sus miembras, que no les deja más libertad que la de consumir y eso sólo si perteneces al grupo de lxs privilegiadxs, en el caso contrario, olvídate de tus derechos y libertades.

La libertad del neoliberalismo es sólo un espejismo para la mayoría de las personas. Un espejismo con el que tentar a los migrantes para que vengan a dejar su vida en los campos; con el apagar la conciencia crítica y mantener dóciles a las miembras más desfavorecidas, no sea que se den cuentan de que ganan siempre lxs mismxs, de que el progreso, otro espejismo de la modernidad, es sólo para algunxs. Por ello, mientras unxs disfrutamos de esta supuesta libertad, reducida a mera libertad de consumo y mercado, otrxs son sacrificiadxs para mantener la rueda girando y, además, son criminalizadxs cuando alzan la voz, cuando tratan de alcanzar ese fantasma. De ahí que se tache de delincuentes a las personas migrantes, incluso a los menores, cuando son los que mantienen el nivel de vida que llevamos en Occidente. También que se criminalice a los movimientos disidentes, a los que protestan, a los que no se conforman con la normatividad neoliberal, heteropatriarcal, capacitista. Como muestra de ello se puede ver la lucha de tantos pueblos por su soberanía, por la defensa de sus territorios, las luchas también en Occidente por mantener los derechos, como el de la sanidad o el de la educación, la resistencias de los Centro autogestionados. También la batalla contra la degradación del planeta, contra la contaminación globalizada, exportada en muchas ocasiones al Sur global.

Silvia Federici expone que en la primera etapa del capitalismo en Occidente se eliminan las tierras comunales, haciendo imposible que las personas tengan acceso a sus alimentos y posibilitando así la aparición del asalariado. Sin embargo, las clases desfavorecidas se revolvieron contra el nuevo sistema, considerando que el trabajo asalariado era una forma de esclavitud y prefiriendo ser vagabundos que entrar en él. De ahí que los Estados criminalizaran a las personas, que habían perdido sus tierras y no tenían nada, cuando se negaban a formar parte del nuevo orden que les reducía a mera fuerza de trabajo. No sólo se imponían penas de cárcel o, incluso, de muerte, sino que se comienza a disciplinar al cuerpo para que acepte la lógica del capitalismo. Se puede ver en ello el inicio no sólo del capitalismo, sino de la biopolítica, tal y como la expone el filósofo Foucault. Se trata de domesticar a las personas, de hacerlas que acepten el yugo de buen grado, que la ética del trabajo acabe siendo la norma, como también se impone como norma la relegación de la mujer al ámbito doméstico. Federici muestra que este proceso pasó por la criminalización de aquellos que se negaban a engrosar las filas de los trabajadores asalariados, por la demonización de las mujeres, con la caza y quema de brujas, y con la implantación de un sujeto dócil a la lógica capitalista.

El FMI, el Banco Mundial y la multinacionales continúan exportando la lógica del mercado por todo el globo, expoliando nuevos territorios sin importarles quienes viven ahí desde siempre

Algo similar encontramos hoy en día, donde el FMI, el Banco Mundial y la multinacionales continúan exportando la lógica del mercado por todo el globo, expoliando nuevos territorios sin importarles quienes viven ahí desde siempre. Mientras los Estados, títeres de las corporaciones, criminalizan cualquier movimiento de protesta, cualquier atisbo de una verdadera libertad. Todo lo que vaya contra este sistema debe ser destruido o asimilado. No hay que olvidar la capacidad de resiliencia que tiene este sistema, que le hace capaz de adaptarse a todo. Un ejemplo de ello es como toma discursos, como el feminista y el ecologista, para sus propios fines. No hay capitalismo verde, el ecologismo no es compatible con un sistema de crecimiento constante. Tampoco hay feminismo que entre dentro de un sistema que se apoya en el trabajo invisibilizado de las mujeres y en sus subordinación al orden patriarcal.

Las luchas se vertebran, pero su causa de fondo es la misma, el totalitarismo del sistema que alardea de libertad; el imperialismo y la imposición de la lógica de mercado por parte de Occidente hacia el resto del mundo; la normatividad impuesta e interiorizada que acaba con los derechos, las libertades, las alternativas y con las personas. La libertad mal entendida por los discursos neoliberales es la excusa de fondo para la destrucción de todo a su paso. Y así este sistema está ahogando todo espacio para construir un mundo donde realmente entremos todas, un mundo donde entren muchos mundos. Pero, como también se puede ver en la obra de Federici, las resistencias siempre han estado ahí, las luchas continúan y crean lazos de solidaridad, tejido social y lugares, espacios, donde resistir, donde poder construir desde otra mirada, desde donde romper el cerco que nos asfixia.

Neoliberalismo
La bandera como excusa: alianzas entre el neoliberalismo y el nacionalismo
Quizás ahora, que vivimos una crisis sanitaria, social y económica, sea un buen momento para visibilizar todo lo que esconde el iceberg, aprovechando que el confinamiento nos ha mostrado qué era lo esencial.
Sobre este blog
Un espacio de encuentro y debate para personas que participan o están en los alrededores de ese difuso cuerpo conocido como Movimientos Sociales.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Análisis
Análisis Estados Unidos, la mayor burbuja de la humanidad
Donald Trump no es una anomalía, sino la cristalización de ese pacto perverso entre dinero y política.
Análisis
Análisis El gobierno neoliberal de la vida: ¿un crimen perfecto?
El último libro de Borxa Colmenero sintetiza gran parte del pensamiento crítico sobre el concepto neoliberalismo y opta por una lectura alternativa a la empleada habitualmente: más que una ideología mercantilista, es un gobierno económico de la vida.
Política
Análise O goberno neoliberal da vida: un crime perfecto?
O último libro de Borxa Colmenero sintetiza gran parte do pensamento crítico sobre o termo 'neoliberalismo' e opta por unha lectura alternativa á empregada habitualmente: máis que unha ideoloxía mercantilista, é un goberno económico da vida.
Sobre este blog
Un espacio de encuentro y debate para personas que participan o están en los alrededores de ese difuso cuerpo conocido como Movimientos Sociales.
Ver todas las entradas
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que el movimiento de vivienda anuncia la manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.

Últimas

Política
El Salto Radio Podcast | ¿Cancelar la cancelación?
Hablamos con Antonio Gómez Villar, a partir de su libro “Cancelar no es transformar” sobre malos entendidos y límites de esta acción política
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Más noticias
Galicia
Galicia La Xunta de Feijóo, condenada por negar visitas a una mujer que murió de cáncer por tener covid-19
La jueza dice que la situación exigía “flexibilizar” las medidas de prevención. Falleció a inicios de 2022 en el Hospital Álvaro Cunqueiro durante los últimos meses de la administración del jefe del PP con Julio García Comesaña de conselleiro.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.