We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Memoria histórica
El secuestro de la memoria contra Franco

Un documental indaga en la muerte de Acacio Mañe, desaparecido en 1959 y del que nunca se encontró su cuerpo, con el título de Negro Limbo su director Lorenzo Benítez ha querido arrojar luz sobre un período muy oscuro del franquismo, y muy desconocido, como lo fue la colonia española de Guinea Ecuatorial. El documental es todo un testimonio vivo de la familia de Mañe que en el documental dejan clara la responsabilidad de los militares españoles en la desaparición de Acacio, así como señalan directamente al almirante Faustino Ruiz González como responsable de su asesinato. Este tal Faustino había sido procesado infructuosamente en 1959 por el Tribunal Superior de Justicia de la Guinea Española, de hecho el documental rescata el testimonio y el protagonismo de un hijo de aquellos dos fiscales que llevaron la instrucción. Una historia muy desconocida del franquismo en sus colonias.
Con un hilo narrativo interesante en su concepción (un investigador que acompaña al hijo del fiscal en la búsqueda de la verdad, que va perdiendo la vista a la vez que va encontrando nuevas claves para interpretar aquello…), una recuperación de imágenes de la vida en la colonia rescatadas de archivos de los colonos que volvieron, con una participación llena de dignidad de la familia Mañe… todo eso unido a una fotografía extraordinaria, una sonorización evocadora y auténtica, me dice que este documental es quizás uno de los mejores documentales creados en estos últimos cinco años en Andalucía. En palabras de su director: “Hablamos de la historia de un movimiento de liberación en Guinea, pero que está contada por españoles, nosotros y los narradores principales, Mon Fernández-Dans, el hijo del fiscal que intentó en su momento investigar este caso que hemos retomado después de 60 años, y David Morello, que es el investigador nuestro que bucea en toda la trama y que está muy próximo a la ceguera total, que ha sido también un proceso que hemos seguido en paralelo durante la película y que, bueno, de forma casual ha servido también de metáfora de lo que estábamos investigando”. Valiente, auténtico y hecho con profesionalidad y la necesaria solidaridad con sus protagonistas. Además con unas dificultades de producción, pandemia mediante incluida, tanto en el territorio guineano como en la propia investigación en España.
Así en el transcurso de la investigación en el mismo documental se hace una reflexión muy curiosa, pues tienen que ir a los archivos de la Fundación Francisco Franco ¿cómo es posible que la propia administración del Estado les derive a esta fundación? Y no es el único tema contradictorio para el año 2025, a cincuenta años de la muerte del dictador, hay otro aún mayor: la documentación referida al caso Mañe sigue siendo clasificada y está bajo secreto de Estado. Recientemente el activista por la independencia Acacio Mañe ha sido considerado por el Gobierno español víctima de la represión política y colonial de la dictadura de Franco.
¿Cómo se puede conmemorar los 50 años de la muerte del dictador sin poner luz y airear los desmanes de la Dictadura? ¿por qué las víctimas no tienen derecho a la Verdad? ¿por qué el Estado español y sus gobiernos siguen protegiendo información que debería ser pública? Esta es la contradicción mayor que tenemos ahora mismo en el ejercicio de la memoria democrática, vamos, la de siempre: ¿murió el franquismo con Franco?
El próximo 27 de febrero se realizará un acto de reconocimiento a Manuel José García Caparrós, malagueño asesinado el 4 de diciembre de 1977 en la manifestación por la autonomía andaluza en Málaga. Su investigación estuvo llena de irregularidades y una comisión de investigación en el Congreso en enero de 1978 desarrolló labores de pesquisa sobre lo sucedido para esclarecer los hechos. A diferencia de Mañe, cuando sucedió el asesinato de García Caparrós, Franco ya había muerto y ya estaban las Cortes Constituyentes desde julio de 1977. Ya a primeros de ese año la ultraderecha había cometido una serie de asesinatos en Madrid, la conocida semana negra donde murieron el granadino Arturo Ruiz, Mari Luz Nájera y los componentes del despacho laboralista de Atocha 55; los abogados laboralistas Enrique Valdelvira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo; el estudiante de Derecho Serafín Holgado; y el administrativo Ángel Rodríguez Leal. Resultaron gravemente heridos Miguel Sarabia Gil, Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, Luis Ramos Pardo y Lola González Ruiz, casada con Sauquillo. Ese año 1977 comenzó con sangre en las calles y terminó con sangre en las calles.
Curiosamente al igual que Mañe el acceso a la documentación del caso García Caparrós sigue siendo secreto de estado y se deben cumplir 50 años desde los hechos. Así que cuando se sepa la verdad, ni medidas de reparación ni medidas contra el asesino o los que provocaron aquel asesinato, porque el tiempo habrá eliminado de forma natural a los autores o responsables de aquel crimen. Pero con el caso Arturo Ruiz pasa lo mismo, y con tantos otros que da una vergüenza ver cómo se reinterpreta la historia con el 50 aniversario de la muerte del dictador, mientras no hay derecho a la verdad para las víctimas de la represión fascista en la transición (larga transición que dejó sangre en las calles hasta el año 1982).
La lucha contra Franco no murió con él ni con la Constitución ni con la llegada de Felipe González. Las familias de las víctimas han tenido que estar peleando contra instituciones y administraciones que han seguido en la práctica privilegiando una memoria o unas víctimas sobre otras. ¿Por qué valen menos los asesinados por la policía o la ultraderecha? ¿por qué llega todo tan tarde? Estas son las preguntas que se han escuchado en los foros de los familiares de las víctimas de la transición. Y cuestiones como la no desclasificación de documentación además de generar desconfianza sobre los que nos gobiernan es un mazazo a la búsqueda de la verdad. Esta contradicción es muy grande. Sin verdad no hay ni reparación ni justicia. Al final va a pasar como dice una buena amiga mía “si ves el 47 no te montes, te lo terminan secuestrando”.