We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Bizkaia
“A la Diputación le da igual el cambio climático, la pandemia y la crisis”
El economista Gonzalo Fernández y el politólogo Gorka Martija, ambos miembros del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL), realizaron el pasado otoño una investigación para evaluar el vínculo real entre diez de las iniciativas estratégicas de la Diputación de Bizkaia (PNV-PSE) y la Agenda 2030, marco político teórico del ente foral.
¿Qué es la agenda 2030?
Es la actual agenda internacional de desarrollo impulsada por Naciones Unidas a escala global, que plantea 17 objetivos y 169 metas vinculadas a la sostenibilidad, justicia e igualdad como prioridades para el período comprendido entre 2016 y 2030, a partir del esfuerzo compartido por instituciones y organizaciones sociales a todas las escalas para el desarrollo de políticas a tal efecto.
¿Qué es Bizkaia Egiten?
El plan de la Diputación de Bizkaia para la legislatura de 2019-2023. Este define 120 proyectos estratégicos que, de ejecutarse, supondcrían las palancas fundamentales para convertir a Bizkaia en un territorio competitivo, inclusivo y sostenible. En definitiva, un territorio absolutamente alineado con la Agenda 2030 de Naciones Unidas, según afirman.
Habéis analizado diez iniciativas y aplicándole una clasificación muy visual: un semáforo de tres colores. ¿Cuál es la más verde?
Efectivamente, hemos analizado 10 de las iniciativas más estratégicas para el ejecutivo foral, supuestamente claves enfrentar la ineludible transición ecosocial. La referencia que hemos tomado son 25 de las metas que el conjunto de instituciones vascas consensuaron en 2020 en el marco de la Agenda 2030. Nos basamos, por tanto, en sus propios objetivos. Pero la realidad es que, de estas 25 metas, solo cumplen las que promueven el crecimiento económico y la acumulación de capital. Al contrario, en las vinculadas a la sostenibilidad y la igualdad se muestra no solo su más absoluto desinterés, sino incluso su impacto negativo.
¿Por ejemplo?
Por poner algunos ejemplos en términos de sostenibilidad, y pese al “manto verde” que pretenden dotar a su política, destacan los proyectos desarrollistas de siempre (túnel bajo la ría, Guggenheim en Urdaibai), con otros que parecen “verdes” pero no lo son, como la burbuja del Corredor Vasco de Hidrógeno o el centro de innovación Energy Intelligence Center, al servicio de la construcción de megaproyectos e infraestructuras energéticas, tanto fósiles como renovables.
Sigue empecinada en su agenda de priorizar la acumulación de capital, las empresas transnacionales, los megaproyectos y las alianzas público-privadas
¿Cuál es el más rojo?
Es difícil elegir. Hemos analizado una política fiscal al servicio de las grandes empresas, que priman a estas en función de sus planes de cumplimiento de la Agenda 2030; también el Bizkaia Acelerator Tower, que financia con dinero público las políticas de I+D+i de las multinacionales, sin compromiso alguno de devolución social; o la política de grandes eventos empresariales y culturales, que incide en la terciarización, turistificación y precarización de la economía. Pero la guinda se la llevaría el túnel subacuático bajo la Ría. Está concebido como un intento de organizar mejor el flujo del tráfico en el Gran Bilbao, para descongestionar el tráfico de Rontegi. En tiempos de descarbonización, supone más madera para el uso del automóvil individual, y por supuesto dinero público para las constructoras.
¿Cuál es la valoración general?
A la Diputación le da igual el cambio climático, la pandemia y la crisis. Sigue empecinada en su agenda de priorizar la acumulación de capital, las empresas transnacionales, los megaproyectos y las alianzas público-privadas. Ese modelo de siempre lo cubre con el manto supuestamente cosmopolita de la Agenda 2030, sin cambiar absolutamente nada. Lo verde y lo digital como nichos de negocio, en definitiva, sin afrontar las transformaciones de calado que el sistema vigente necesita.
Informe Omal - 10 Iniciativas Estrategicas en Bizkaia by Gessamí Forner on Scribd
Como ciudadana, ¿a mí de que me servirían esos diez proyectos?
Como ciudadana de a pie estos proyectos no van a servir para generar crecimiento ni empleo de calidad (muchos de ellos son puras burbujas) y, al contrario, van a acaparar muchos fondos públicos que no van a ir dirigidos a servicios públicos fundamentales, como la educación, la sanidad o los cuidados. A su vez, ampliará el marco de precariedad laboral ya instalado. Por último, te querrán hacer pensar que están avanzando en la transición energética, cuando no es así: el peso de lo fósil no para de crecer en Bizkaia.
¿Y a mi hija?
Para tu hija, aún peor. Si a tí te quieren hacer creer que se está transitando a partir de megaproyectos verdes, ella verá sus consecuencias. Estas iniciativas aceleran el cambio climático, el agotamiento de energía fósil y materiales críticos, así como el estancamiento y la precarización económica. Nuestro informe va por nosotras, pero también por el futuro que dejamos: debería ser una gran llamada al cambio de rumbo en las grandes políticas actuales.
¿A quién sirven entonces?
La gran mayoría de los proyectos se articulan en alianzas público-privadas, en las que lo público se entrega al beneficio de las grandes multinacionales que inviertan en Bizkaia. Estas son las grandes beneficiadas a través de fondos públicos, ayudas, rebajas fiscales, etc., y protagonizan los grandes proyectos de Bizkaie Eragiten, en colaboración con start-ups.
La gran mayoría de los proyectos se articulan en alianzas público-privadas
La Diputación de Bizkaia siempre ha sido una institución de machos alfa embelesados con las grandes infraestructuras. ¿Para qué podría servir una diputación?
Las diputaciones, entidades de gran poder en nuestro país, deberían estar al servicio de enfrentar las transformaciones que exige la actual transición ecosocial. No es momento de ideologías del capitalismo verde, sino de transitar hacia una verdadera planificación democrática de la economía, hacia los mercados de cercanía frente a la internacionalización empresarial, hacia el fomento de PYMES y economías populares frente a las multinacionales.
Tras el aumento del precio de la gasolina, el transporte público goza de bonificaciones. ¿Vamos bien, al menos en eso?
Las bonificaciones al transporte público son una buena medida, aunque se toman solo en función del incremento del precio de los hidrocarburos. Deberían ser una política integral, no coyuntural: seamos claros, el automóvil individual, eléctrico o no, no tiene futuro. Debemos plantear un transporte fundamentalmente público, en el marco de una planificación que adecúe los modelo de movilidad a los objetivos de reducción vinculante de emisiones contaminantes. Al contrario, la Diputación nos ofrece un centro de innovación para seguir creyendo en la quimera del automóvil eléctrico individual para todo el mundo, además de supersures y nuevios túneles.
Si gobernarais la Diputación, ¿qué haríais?
No creo que nos veamos en esa tesitura. Pero si así fuera, ahí van algunas premisas: acabar con la acumulación de capital como premisa; planificar democráticamente prioridades colectivas; publificar sectores estratégicos como la energía, las finanzas, los cuidados y los datos. Desarrollar alianzas público-comunitarias.
¿Se sigue imponiendo el relato de lo que es bueno para el país mediante las grandes empresas vascas?
En Bizkaia, al igual que en el conjunto del país, el discurso oficial sigue diciendo que el beneficio de las multinacionales es la premisa para generar empleo y servicios sociales, vía fiscalidad. Hoy en día, eso es un cuento: las empresas apenas pagan en términos relativos, los servicios sociales están depauperados, y al crecimiento y al pleno empleo ni se les espera. La actitud chulesla y matona de Galán, CEO de Iberdrola, o de Imaz en su negativa a pagar por su “beneficios caídos del cielo” creo que están abriendo grietas en ese sentido. Necesitamos un debate profundo sobre las empresas transnacionales y nuestro modelo de desarrollo.
Quieren hacer pensar que están avanzando en la transición energética, cuando no es así: el peso de lo fósil no para de crecer en Bizkaia
¿Por qué habéis hecho este estudio?
Nos llamaba la atención que Diputación le diera tanta referencialidad a la Agenda 2030. Parecía que todo pasaba por esta agenda –con la que también somos críticos, como explicitamos en el informe–, y queríamos rascar la superficie para evaluar su contenido real. El resultado es que no cambia nada, solo el relato verde y digital como nueva ideología. La sostenibiulidad y la innovación como negocio. No solo se mantiene el marco político anterior, sino que se reafirma. La agenda 2030 no es ninguna referencia, solo un marco más cosmopolita donde situar la agenda económica clásica de siempre, aunque ahora también volcada en los mercados verdes y digitales como espacios clave de capitalización, dado el contexto de crisis y extrema vulnerabilidad ecológica.
¿Pasarán estos proyectos el examen de la Unión Europea?
Desgraciadamente, este capitalismo verde y digital está muy extendido en la Unión Europea. Básicamente, como decimos en el informe, muchos de estos megaproyectos no son sino burbujas creadas para acaparar fondos públicos, incluidos los Next Generation. La interconexión eléctrica desde Gatika con Cubnezais o el Corredor Vasco de Hidrógeno caminan en ese sentido. Pero disputan fondos con otros proyectos, y no se sabe si saldrán adelante. No son, en definitiva, un apoyo para la transición, sino un camino contrario a la misma.