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Hanna Jarzabek
Artículos
Fronteras
Migración Refugiados no deseados en la frontera Este
Mientras Polonia ha acogido ya a un millón y medio de refugiados procedentes de Ucrania, a pocos kilómetros el Bosque de Bialowieza se ha convertido en una frontera mortal para personas procedentes sobre todo de Oriente Medio y África.
Fotos
Un refugiado procedente de Senegal que había pasado la valla por arriba, muestra sus heridas debidas a la concertina.
Los voluntarios aportan auxilio a Y.K, un refugiado Sirio con segundo grado de hipotermia.
Una intervención por la noche, con la participación de Ola G., una partera que aporta auxilio a los refugiados Sirios en el Bosque de Bialowieza.
Un teléfono encontrado en el Bosque de Bialowieza. Según los testimonios aportados por los refugiados, los Guardia Fronteras (tanto polacos como bielorrusos) rompen sus teléfonos a golpes, dejando a las personas en medio del bosque lo cual elimina cualquier posibilidad de orientarse en el terreno, de conexión con el mundo o de petición de auxilio.
Kasia P. una habitante local y voluntaria en uno de los hospitales de Podlasie.
Marysia y su marido Kamil fueron al origen de la iniciativa de la luz verde, como muestra de solidaridad con los refugiados.
Uno de los pantanos en el Bosque de Bialowieza. Muchos de ellos son peligrosos y en varias ocasiones los voluntarios tuvieron que sacar a los refugiados que se quedaron atascados en ellos.
Una de las tumbas, en este caso de un migrante muerto en el Bosque y que fue imposible de identificar. Cementerio musulmán polaco.
Dibujo realizado por uno de los refugiados detenidos en el Bosque de Bialowieza y depositado en uno de los Centros de Inmigración para Extranjeros.
Un pasaporte sudanés encontrado en el Bosque de Bialowieza.
K., una habitante local que ayuda a los refugiados en el bosque, muestra el kit de primera ayuda que lleva consigo en las intervenciones.
Dos refugiados Sirios, uno de ellos (Y.K. de 25 años, ingeniero) en el segundo grado de hipotermia después de haber pasado varios días en el Bosque de Bialowieza. En invierno las temperaturas llegan a -20 grados.
Mohammad, un refugiado de Yemen muestra sus heridas (consecuencia de golpes que recibió por parte de policía Bielorrusa)
Un grupo de refugiados procedentes de Siria, con la comida y ropa aportada por los voluntarios.
Una voluntaria de Grupa Granica lleva ropa y comida a los refugiados escondidos en el Bosque de Bialowieza.