Tecnología
Tecnocapitalismo frente a soberanía tecnológica

La tecnología atraviesa nuestras vidas (y necesitamos construir discursos críticos al respecto).

Medialab
Tres personas trabajan en Medialab. David F. Sabadell

Hasta hace apenas diez años, las principales empresas que dominaban las bolsas del mundo eran petroleras, farmacéticas o financieras. El año pasado, The Economist ya situaba cinco corporaciones tecnológicas (Apple, Alphabet, Microsoft, Amazon y Facebook) entre las siete empresas globales con mayor valor de mercado.

Ellas son las principales promotoras –y beneficiadas– de esta sociedad altamente tecnologizada e interconectada, que es concebida como el paradigma de progreso y bienestar y que se impone sin apenas contestación en todo el planeta.

Autoras como Shoshana Zuboff llaman a esta realidad capitalismo de la vigilancia, un sistema que alimenta y está sostenido por una sociedad de la hipervisibilidad y la exhibición: Google define nuestras búsquedas en un mundo en el que la información es poder, Facebook o Tinder configuran nuestras relaciones personales, Airbnb reconstruye las normas del turismo y la vivienda y Amazon y Alibaba emergen como mercados globales de masas.

Hoy, la información sobre nuestras pautas de consumo, nuestras preferencias afectivas o nuestras opciones políticas quedan a merced de empresas que las usan con el único fin de aumentar su lucro, vendiéndolas al mejor postor (por ejemplo, a Trump, que centró en las redes sociales su estrategia electoral). Y lo peor es que la mayor parte de las veces, somos nosotras mismas las que se los entregamos.

En este mundo de las smarts cities, de las quedadas por redes sociales y del activismo digital, las mayorías estamos en una situación de creciente desposesión, quedando enormemente limitada nuestra capacidad para incidir en las políticas públicas.

La información transita a través de infraestructuras que son privadas, como es también privado el sistema de gestión de los datos, la organización automatizada de los servicios públicos y la producción de los contenidos digitales (estén estos vinculados a los medios de comunicación o a la ciencia médica, la producción alimentaria o incluso a la industria militar).

Este es el nuevo capitalismo: el capitalismo informacional –de la privatización de los datos y la vigilancia– y cognitivo –del control del conocimiento basado en la inteligencia artificial.

EL CICLO TECNOPOLÍTICO DEL 15M: HACIA LA SOBERANÍA TECNOLÓGICA

Este es también el momento histórico en el que se han desarrollado los movimientos que en los últimos años han transformado nuestra realidad política, desde el 15M hasta los gobiernos municipales del cambio. Y en el camino, la democratización de las tecnologías ha jugado un papel fundamental (desde los ensayos con la red n-1, o la eclosión de los laboratorios ciudadanos, hasta las actuales herramientas de participación y diseño colaborativo en marcha en ayuntamientos como Madrid, Barcelona, Zaragoza o A Coruña).

Un papel fundamental, pero insuficiente: el movimiento municipalista y en general, las distintas expresiones sociales y políticas enfrentadas al capitalismo, siguen teniendo la necesidad de construir un discurso crítico y propositivo en este ámbito. Para Gerardo Pissarello, primer teniente de alcalde de Barcelona, esta alternativa tiene un nombre: “Conquistar soberanía tecnológica para el bien común”.

¿Y esto cómo se hace? El pasado mes de octubre se reunieron en A Coruña activistas, movimientos sociales e instituciones locales para trabajar sobre el tema desde un enfoque multidisciplinar, en el marco del encuentro sobre Municipalismo, Autogobierno y Autogestión (MAC3).

Más allá de compartir el diagnóstico, se trazaron unas líneas clave para avanzar en el reto, que pasan por volver a poner en el centro la dimensión política de las tecnologías y por empoderar a la ciudadanía para que reconozca y ejercite su capacidad de decidir también en este ámbito. Varios ejes se indicaron como fundamentales: transitar desde las licencias privativas y las tecnologías cerradas al software y el hardware libre; del capitalismo informacional a los comunes digitales y de datos, controlados por las comunidades que los generan; de las redes sociales corporativas a las redes políticas democráticas, para la participación y la incidencia política; de la aceptación acrítica del liberalismo tecnológico a la construcción de relatos críticos con respecto a las relaciones entre tecnología, capitalismo y democracia; de la desconexión actual al establecimiento de redes a múltiples escalas (empezando por la intermunicipal) que trabajen en estas direcciones.

Un reto enorme, pero que ya ha sido ensayado con éxito: no olvidemos que Wikipedia, la enciclopedia libre y colaborariva, se ha convertido en apenas 17 años de vida en el primer sitio de referencia del mundo, con cientos de millones de consultas mensuales.

Municipalismo y tecnopolítica para el cambio

Las transformaciones que están operando en el ámbito de las tecnologías no sólo influyen –y se retroalimentan– en los mercados globales: condicionan y contribuyen de manera determinante a los actuales procesos de transformación social y, más concretamente a las plataformas municipalistas que gobiernan algunas de las principales ciudades del Estado.

Todas ellas nacieron y se desarrollaron poniendo en el centro la participación ciudadana y la colaboración. Todas desarrollaron espacios híbridos (digitales y analógicos) de deliberación y toma de decisiones que ahora, en las ciuades donde se gobierna, han trascendido al espacio político para entrar en el insitucional, hasta el punto de transformar el modo en el que se diseñan y ejecutan las políticas públicas locales. Y los resultados están siendo sorprendentes.

Ciudades donde las prácticas verticales y clientelares de distribución presupuestaria llevaban décadas enquistadas, como Compostela, Cádiz o Valencia, cuentan ahora con presupuestos participativos. Los laboratorios ciudadanos, abiertos y colaborativos, son ya una realidad funcional y cuentan con el apoyo de las entidades municipales en A Coruña (Co-Lab), Madrid (MediaLab Prado) y Zaragoza (Etopía). Y las formas de democracia directa se abren paso en las diferentes ciudades del cambio, teniendo como uno de sus ejemplos más desarrollado redes políticas como Decidim y Consul, que ya funcionan en Barcelona y Madrid.

Estamos ante un cambio de paradigma. Un cambio que es aún muy precario. El relato tecnopolítico no ha terminado de calar en muchos de estos nuevos gobiernos que además, se ven encorsetados por una legalidad que no está actualizada y una sangrante falta de autonomía local, tanto a nivel de recursos como, sobre todo, en lo relativo a la toma de decisiones sobre cuestiones fundamentales. En paralelo, una parte importante de activistas han entrado a formar parte de la institución, dejando un vacío en los movimientos sociales que presionaban por los cambios.

Todas estas dificultades fueron abordadas en el Taller de Tecnopolítica del MAC3, donde se identificaron dos líneas de trabajo determinantes a desarrollar en los próximos años para avanzar en la construcción de la soberanía tecnológica desde lo local.

Por un lado, desde el “dentro” el diseño de políticas públicas que supongan la migración a tecnologías libres (software y hardware, pero también redes, infraestructuras y protocolos libres); el establecimiento de políticas de datos que salvaguarden la privacidad personal y garanticen el acceso y el control público; la transformación organizacional (concienciando, capacitando y motivando al personal que trabaja en las instituciones); la innovación social en el ámbito del trabajo (apoyando las nuevas formas de economía colaborativa); y la compra pública con criterios sostenibles.

Por otro lado, desde el “afuera”, la puesta en marcha de un ecosistema de movimientos sociales, consultoras, laboratorios y observatorios que estén en posición de acompañar dando soporte y auditando los cambios que se vayan implementando en las instituciones. Y que presionen para llegar a avances.

Todo un reto que solo será posible afrontar en la medida en que establezcan redes operativas de coordinación y colaboración intermunicipal. Redes en el marco de las cuales se realice un mapeo de las herramientas ya ensayadas y se elaboren análisis de las debilidades y fortalezas de cada una de ellas. En las que se desarrollen y documenten experiencias y debates que sirvan como base a la hora de aplicar políticas. Que creen colectivamente el relato común de la soberanía tecnológica.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

There Is Alternative
There Is Alternative De redes, software, cacharritos y todo lo que no sea Elon Musk | TINA #1
Primer programa del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de la tecnología y sus alternativas éticas y responsables.
Inteligencia artificial
Resistencia ante la IA en pos de una transición justa Resistencia ante la IA en pos de una transición justa
No se puede concebir una transición justa sin cuestionar el engranaje de la inteligencia artificial
Opinión
Opinión IA: la nueva estética del fascismo
Es vergonzoso, destructivo y parece una mierda: el arte generado por IA es la forma estética perfecta para la extrema derecha.
Galicia
Galicia Cuidar sin derechos: la lucha de las trabajadoras en las residencias privadas de Galicia salta a la huelga
Sin tiempo ni medios para ofrecer unos cuidados adecuados, alertan de una situación insostenible en los centros y denuncian la privatización de un servicio a costa del bienestar de las personas mayores y dependientes.
LGTBIAQ+
Juicio el 9 de mayo Lidia Falcón pide cinco años de cárcel a una mujer trans por un tuit de 2021 que no la menciona
La activista antiderechos Lidia Falcón denunció a Diana Juan Cano en 2021 por un tuit que apenas tuvo repercusión. La acusación pide una pena de cinco años de prisión y 50.000 euros de indemnización.
Francia
Francia Militantes e intelectuales exigen la absolución de Anasse Kazib, perseguido por su apoyo a Palestina
El Estado francés utiliza el tipo penal de “apología del terrorismo” para perseguir a personalidades y colectivos que han mostrado su apoyo a Palestina y su repulsa al genocidio cometido por Israel.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición Sánchez piensa en un paréntesis legislativo para evitar roces con los socios tras una semana explosiva
El choque bronco por el caso de las compras de balas israelíes a cargo de Grande Marlaska puso sobre la mesa como nunca la ruptura de la coalición, aunque nunca fue una opción.
Guinea-Bissau
Internacional Guinea-Bissau arranca una ola de represión tras el sabotaje popular de una mina de arena en un parque natural
Una acción liderada por las mujeres del pueblo de Varela provocó un incendio en la bomba de extracción de la mina de arena pesada. El Gobierno ha llevado a cabo la detención de 16 personas, entre las que se encuentran líderes locales.
Opinión
Opinión “Tener correa” y la ridiculización del afecto
Existe una presión muy fuerte sobre los propios hombres para que no amen demasiado, no cuiden demasiado. El ideal de “libertad masculina” tradicionalmente se entiende como independencia, desapego, y muchas veces, desinterés.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.

Últimas

Gasto militar
Gasto militar ¿De dónde sacará Sánchez el dinero para financiar el incremento del gasto en defensa?
La promesa de aumentar las partidas presupuestarias militares necesita redirigir 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB. Cumplirlo este año abre a su vez un grave problema para hacerlo en 2026.
Opinión
Opinión Las sáficas también somos trans, deseamos trans y amamos trans
Resulta irónico que a quienes tanto nos han cuestionado la identidad de “mujeres de verdad” en función de nuestra expresión de género o la vida que decidimos emprender no levantemos antorchas al ver el mismo odio operando con estrategias similares.
Opinión
Opinión IA: un proyecto tecnosupremacista
La pregunta que me hice hace algunos años fue: ¿Por qué existe un evidente interés en “crear la cuestión de la IA”, cuando las tecnologías y las lógicas que la componen están ya operativas desde hace años?
Más noticias
Salud
El precio justo La nueva ley del medicamento o estrategias para bajar el precio de los genéricos (que son caros)
En España pagamos de media un 10% más por los medicamentos genéricos que consumimos que en el resto de la UE. Al mismo tiempo, nuestro gasto farmacéutico ha aumentado un 33% en la última década.
Galicia
Galicia Más de 200 colectivos exigen transparencia sobre la mina Doade y piden la intervención del Parlamento Europeo
Organizaciones de toda Europa, lideradas por SOS Suído-Seixo, exigen a Bruselas acceso a la documentación sobre la explotación prevista, denunciando opacidad, privilegios empresariales y riesgo ambiental en zonas protegidas de Galicia.

Recomendadas

Galicia
Galicia Vigo, A Coruña y Ourense compraron material policial a Israel por medio millón de euros en solo cuatro años
El alcalde ourensano, Gonzalo P. Jácome, adjudicó un contrato por 70.000 euros días después del siete de octubre. Abel Caballero firmó otro de más de 200.000 euros y la alcaldesa de A Coruña siguió la estela con un contrato de 170.000 euros.
Turquía
Pinar Selek “Turquía sigue gobernada en base al miedo”
La profesora y socióloga turca, quien ha sufrido además de cárcel, un acoso judicial por 27 años, habla de la falta de independencia del poder judicial, del adoctrinamiento social y de la formación de la sociedad turca.