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Patrimonio cultural
El Casino de Carballo resiste, contracorriente, al tiempo
El histórico Casino 1889 de Carballo (A Coruña) continúa luchando contra la especulación inmobiliaria y se mantiene como centro cultural y social del pueblo.
En el centro del pueblo los coches, los pasos de la gente apurada caminando y la música procedente de algún bar próximo acompañan un entramado de altos edificios y tiendas de todo tipo. Allí, en medio, una pequeña construcción de color amarillo pastel resiste al tiempo. Las ventanas están repletas de carteles que anuncian diferentes actividades culturales para todos los públicos. Dentro del Casino 1889, los miembros de la nueva directiva hacen un repaso de la historia del lugar, de lo que fue y de lo que es este emblemático edificio cuyo futuro cuelga en la incertidumbre.
Aún no hay fecha oficial para el juicio que aclarará lo que va a pasar con el Casino de Carballo. Hace más de un año, en agosto de 2018, la directiva recibió una notificación en la que se anunciaba que el edificio que estaban alquilando se había vendido a unos nuevos propietarios. Había sido unos meses antes, en febrero de 2018, cuando este nuevo grupo de personas había tomado el mando de la sociedad recreativa del Casino. Cada una de ellas se involucró en este proyecto a través de diferentes vías y contactos, pero todos y todas comparten la misma visión: “Queremos que el Casino sea un lugar donde haya actividades para todo el mundo y desde donde nacen iniciativas. Un hogar en el que, cuando abres la puerta, siempre hay alguien”.
Los inicios de la Sociedad Recreativa del Casino se remontan a 1889, pese a que no fue hasta 1925 cuando se trasladó al emplazamiento en el que perdura en la actualidad. “Antes era un club selecto al que solo podían entrar ciertas familias. Nosotros ahora queremos cambiar esa imagen y que este sea un espacio abierto para toda la comunidad”, narra Marina, miembro de la actual directiva. Hadrián García, vecino de Carballo e historiador especializado en Gestión del Patrimonio Cultural, recuerda los antiguos tiempos del Casino: “Tenemos que tener en cuenta que hasta hace no muchos años este era un edificio restringido, en el sentido de que estaba solo predestinado a ciertas personas de la sociedad carballesa”.
El nuevo grupo encargado de seguir para adelante con el Casino tuvo pocos meses de margen para intentar transformar el lugar. Su rutina de actividades culturales y sociales se vio relegada a segundo plano cuando, a partir de agosto de 2018, las energías de la directiva se tuvieron que focalizar en intentar salvar el edificio. “En agosto llegó la notificación de que un propietario había comprado el inmueble por el que nosotros estábamos pagando un alquiler. Observamos que lo habían adquirido por 70.000 euros y decidimos intentar conseguir ese dinero”, narra Suso, también miembro de la directiva.
“No queremos que nadie más pueda volver a especular con el Casino”, dice Marina, de la actual directiva
El retracto es el derecho que tienen los inquilinos a presentar una oferta de compra en un determinado plazo por el mismo dinero que la otra oferta. En pleno agosto, los miembros de la directiva del Casino se encontraron con poco más de dos semanas de plazo para conseguir esa cantidad de dinero y no perder el edificio. “Al principio pensamos que dos o tres personas vinculadas al Casino lo iban a comprar, pero nosotros queríamos darle la oportunidad de participar a los pequeños socios y, en el momento en el que propusimos esto, los empresarios que querían aportar dinero se echaron atrás”, narra Víctor Lorenzo, presidente de la asociación.
En ese momento, desde la directiva, decidieron elaborar un sistema de donaciones y préstamos de socios, socias y vecinos en general para poder salvar el Casino. En dos semanas habían conseguido más de 45.000 euros y durante los últimos días de recaudación superaron la cantidad de 70.000 euros necesaria para presentar el retracto. “Fue muy emocionante ver cómo la gente se involucró de esa manera con el Casino”, asegura Laura Tova, ilustradora y miembro de la Directiva. Según Marina, durante el período de recaudación del dinero para la presentación del retracto hubo ofertas de todo tipo: “Había gente que decía que nos daba los 70.000 euros, nos dejaba quedar con el bajo pero que después seguirían construyendo para arriba, pero nuestra idea siempre fue conservar el edificio. No queremos que nadie más pueda volver a especular con el Casino”.
“Lo que ha pasado en Carballo es que la gente se ha unido por una causa común, la de salvar el Casino”, dice Laura Tova
Sin embargo, a pesar de haber conseguido la cantidad necesaria para presentar el retracto, el problema no está solucionado. “Los compradores afirman que hay unas segundas escrituras en la que se establece que ellos pagaron en realidad 360.000 euros por el edificio, pero esto no aparece reflejado en ninguna parte”, asegura Víctor Lorenzo. La nueva directiva del Casino también ha recibido demandadas por las obras de mantenimiento que realizaron en las instalaciones. “En el contrato de 1956 se decía que sí se podía trabajar en el mantenimiento de este edificio”, cuenta Lorenzo. Desde que el nuevo proyecto se puso en marcha, se ha rehabilitado el salón trasero del lugar con la ayuda de la ciudadanía que quiso participar en los talleres de recebado con barro y también se ha abierto el bar anexo.
“El Casino es de los pocos edificios históricos de Carballo, sumado a la antigua cárcel y a las escuelas del jardín —actual ludoteca— que sobrevive a la especulación inmobiliaria, que quiere destruir el patrimonio para seguirse enriqueciendo”, afirma el historiador Hadrián García. Para García, lo que está haciendo la nueva directiva es un ejemplo de “democratización del patrimonio” y asegura que espacios como este de “alto interés patrimonial tienen que acoger iniciativas desde, por y para la sociedad”.
Ahora están a la espera del juicio. “Si perdemos, tenemos un depósito y devolveremos de inmediato el dinero a todos los prestamistas. Si ganamos, el edificio pasa a ser nuestro y lo hipotecaremos para seguir adelante. Si lo conseguimos, cambiaremos los estatutos y estableceremos que, si en algún momento se disuelve la sociedad o el edificio se declara en ruinas, este lugar pasará a ser suelo público para que no se pueda volver a especular con el”, asegura Suso, miembro de la directiva.
El futuro del Casino aún no está decidido. Lo que sí, sigue sumando momentos históricos para el pueblo de Carballo. “Lo que ha pasado en Carballo es que la gente se ha unido por una causa común, la de salvar el Casino, y se ha creado un sentimiento de solidaridad y hermandad que se ha contagiado por todas partes”, cuenta Laura Tova. Desde el Casino mantienen, a pesar de todo, las actividades culturales. “Si tenemos que marcharnos de aquí, continuaremos haciendo lo mismo en otro lugar. Lo importante es que exista un espacio de encuentro donde se impulse a los artistas locales y donde todo el mundo pueda participar”, asegura Marina.
El futuro es incierto pero, por ahora, aún no es necesario recurrir a las fotografías antiguas de Carballo na memoria (Carballo en la memoria) ni a cuentos del pasado para contemplar, entrar y participar en el Casino de 1889.