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Palestina
El dominó tras el 7 de octubre sacude Oriente Medio en 2024
Lo cierto es que se trata de una historia inacabada. El ataque que la milicia palestina Hamás lanzó contra el sur de Israel el ya lejano 7 de octubre de 2023 dio inicio a una serie de sucesos, reacciones y consecuencias que han hecho temblar la región este 2024 y que amenaza con seguir haciéndolo en 2025. Los últimos doce meses han sido testimonio de la confirmación del abandono de la franja de Gaza por parte de la comunidad internacional, dando rienda suelta a la ofensiva israelí en el enclave, calificado por múltiples voces como un genocidio. También se ha constatado la extensión del conflicto hacia territorios que escapan de los límites de la Palestina histórica. La caída de distintas piezas del dominó regional, donde distintos actores y contextos están interconectados, ha comportado la muerte de líderes políticos de primera línea en Oriente Medio e incluso el fin del Gobierno de Bashar al Asad.
Israel
Según un informe Amnistía Internacional asegura que Israel “ha cometido y continúa cometiendo” un genocidio en Gaza
El pasado enero arrancaba poco después de que la franja de Gaza atravesara un alto el fuego de 10 días a mediados de Noviembre. Aquel cese temporal de hostilidades, que supuso la liberación de un centenar de cautivos en Gaza y de centenares de prisioneros palestinos encerrados en cárceles israelíes, hacía creer que un segundo y quizás definitivo alto el fuego fuera una posibilidad real. El cambio de año, junto con el primer trimestre de 2024, transcurrieron entre fuertes esfuerzos diplomáticos alrededor de esas negociaciones, haciendo que pareciera impensable que la ofensiva israelí pudiera perdurar en el tiempo de manera ininterrumpida del modo en el que lo ha hecho sin propiciar una reacción contundente y efectiva por parte de los mayores actores globales. Más tarde se ha sabido que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha boicoteado las negociaciones por un alto el fuego cada vez que parecían llegar a un punto culminante y que lo ha hecho de manera repetida y cada vez menos disimulada, hasta el punto de ser algo reconocido por sus propios negociadores.
Desde Rafah hasta Jenin
El suceso que cope los titulares de este pasado año en Oriente Medio debe ser la ofensiva israelí contra la franja de Gaza. Las tropas comandadas por Herzi Halevi y por Netanyahu en última instancia han bombardeado de manera continuada este pequeño territorio durante todo el 2024. Los ataques israelíes apuntan con frecuencia contra objetivos desvinculados de Hamás, como periodistas, actores humanitarios u hospitales. Los aliados del Gobierno de Israel, como los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania o la Unión Europea, no exigen rendir cuentas a su socio israelí. Que la ofensiva contra Gaza ocupe ahora menos espacio en los medios de comunicación hace de este un momento todavía más peligroso, puesto que Israel no tiene ningún incentivo para frenar la operación, cuyos objetivos son difusos.
Uno de los momentos en los que la situación en el enclave ha captado más la atención global ha sido en el mes de mayo, cuando el Ejército de Israel se preparaba para asaltar Rafah. Este territorio en el sur de la franja reunía alrededor de un millón y medio de personas después de que las fuerzas de ocupación hubieran empujado la población gazatí hacia el sur, haciendo de una operación contra Rafah algo potencialmente catastrófico a nivel humanitario. Israel terminó entrando en Rafah, donde ahora la destrucción a gran escala se asemeja a la que antes ya se registraban en territorios como Jabalia o ciudad de Gaza.
Tel Aviv impide el acceso de periodistas internacionales mientras asesina con ataques de precisión a los informadores palestinos que trabajan sobre el terreno
La ofensiva israelí ha comportado la muerte directa de más de 45.000 personas en el enclave. Israel bombardea Gaza a puerta cerrada. Tel Aviv impide el acceso de periodistas internacionales mientras asesina con ataques de precisión a los informadores palestinos que trabajan sobre el terreno. Israel ha hecho de Gaza una realidad paralela sobre la cual nada puede terminar de ser del todo verificable. Israel se prepara ahora para permanecer en la franja aunque haya algún tipo de acuerdo de alto el fuego: ha construido varios corredores y zonas de seguridad en el interior de Gaza que serán a partir de ahora zonas militares de control israelí, arrebatando un porcentaje significativo del ya escaso espacio con el que contaban los gazatíes.
Aunque el ataque contra el sur de Israel lo lanzaron militantes gazatíes de Hamás, Cisjordania ha sido otra pieza del dominó en este conflicto. En este territorio, donde residen más de medio millón de colonos judíos, existen grupos de israelíes violentos que han percibido que el foco sobre la franja de Gaza les abría el camino para incrementar sus intentos de limpieza étnica en parte del territorio. En concreto, se han registrado alrededor de un millar de ataques lanzados por colonos contra palestinos, ya sea contra individuos o contra sus propiedades. La insistencia de los ataques y de las amenazas contra las bolsas de población más vulnerables, como los pastores beduinos en el Valle del Jordán, ha supuesto la extinción de decenas de estas comunidades, cuyos territorios han caído bajo el control de facto israelí.
Este 2024, la violencia en Cisjordania no ha terminado aquí. El Ejército israelí ha lanzado las mayores operaciones militares en décadas contra campos de refugiados ubicados en este territorio. Los municipios de Jenin y de Tulkarem fueron algunos de los más afectados por estas incursiones, que en algunos casos incluyeron bombardeos desde el cielo y el sitio medieval, afectando a miles de residentes con el corte de suministro de alimentos y medicamentos. Israel alega que esta ofensiva perseguía grupos armados palestinos que se hacen fuertes en el interior de estos campos de refugiados y que supondrían una amenaza. Por su parte, los jóvenes miembros de estos grupos armados alegan que se dedican a defender los municipios palestinos de las agresiones israelíes, puesto que la Autoridad Palestina —percibida por los palestinos como aliada de Israel— no los defiende. Más de 780 palestinos han fallecido en la Cisjordania ocupada desde octubre de 2023 a causa de ataques israelíes. Las tropas israelíes son las responsables de la mayoría de estas muertes, pero algunas son consecuencia de ataques perpetrados por colonos israelíes.
Análisis
Análisis Poniendo a prueba los límites de la limpieza étnica en Cisjordania
Desde la franja de Gaza hasta Beirut
Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah desde hacía tres décadas, era una suerte de figura semi divina para miles de libaneses. El carismático dirigente vivía en paradero secreto desde hacía más de una década y su voz y su ironía convencían a los seguidores de Hezbollah. Pero el dominó iniciado el 7 de octubre de 2023 también lo alcanzó a él, bajándolo a la tierra e incluso hundiéndole varios metros bajo el suelo, tras haberse internado en un callejón sin salida en lo estratégico.El 8 de octubre del año pasado, apenas unas horas después del ataque de Hamas contra Israel, Hezbollah empezó a disparar cohetes contra bases militares israelíes. Nasrallah aseguró que se trataba de lo que consideró “un frente de apoyo hacia el pueblo de Gaza”. La idea era atraer parte de las tropas israelíes hacia el frente norte, desviando parte de la carga militar de la franja de Gaza. Aquello derivó en un conflicto latente, con intercambio continuo de proyectiles, que perduró durante buena parte del 2024. En esta primera fase de un año de duración, decenas de miles de residentes huyeron de sus casas en el norte de Israel y 100.000 libaneses hicieron lo mismo en el sur de Líbano.
El 27 de noviembre, cuando se firmó un alto el fuego de 60 días en Líbano, Israel ya había destruido más de 100.000 viviendas, desplazado más de un millón de residentes y matado a más de 3.000
La ofensiva israelí mantuvo el ritmo en Gaza aunque Hezbollah hubiera abierto un frente en el norte del país vecino. Además, Hezbollah se vio atrapado en su propia narrativa. La milicia decía no tener intención de ir a una guerra abierta con Israel, sino simplemente ser parte de una estrategia de desgaste. Cuando Israel tuvo ocasión, dejó atrás las hostilidades latentes con la milicia libanesa y escaló su ofensiva contra Líbano a nivel de guerra abierta afirmando que su objetivo era destruir buena parte de las capacidades militares de la organización chií.
A mediados de septiembre, Tel Aviv puso en marcha el ataque mediante dispositivos de comunicación utilizados por los miembros de Hezbollah. Primero fueron los buscapersonas y después los walkie talkies. Miles de estos dispositivos convertidos en pequeñas bombas explotaron en las manos o en la cara de los miembros de la milicia, pero también de los trabajadores civiles de algunos servicios sociales con los que cuenta esta organización, que en partes de Líbano funciona como un paraestado. El 23 de septiembre, cuando Hezbollah estaba desubicado tras estos ataques, el sur de Líbano vivió su 7 de octubre particular bajo una lluvia de misiles sin precedentes en la historia del país. Solo ese día, Israel mató más de 500 personas en Líbano. Fue el comienzo de lo que ocurriría durante los siguientes dos meses, en los que Israel bombardeó sin descanso supuestos puntos militares de Hezbollah además de núcleos urbanos donde se sabe que la organización cuenta con apoyo popular, como Dahie —los suburbios beirutíes—, Nabatieh o Baalbek.
Israel
Genocidio Israel mata al líder de Hezbolá en Líbano y prosigue con el asedio en Gaza
Desde Dahie hasta Damasco… e Irán
El cese a las hostilidades en Líbano —cuyo periodo de vigencia termina a finales de enero de 2025— no tenía aplicación sobre Siria, donde Hezbollah y otras fuerzas iraníes o pro iraníes estaban también presentes en virtud del llamado Eje de la Resistencia. El Gobierno de Bashar al Asad, junto con Hezbollah o los hutíes, son parte de este Eje liderado por el Irán de los ayatolás, que tiene en su razón de ser la hostilidad contra Israel y contra lo que consideran como la presencia occidental en Oriente Medio.Durante todo 2024, Israel ha estado bombardeando sistemáticamente tanto las posiciones de Hezbollah en Siria como las de sus aliados pro-iraníes. Esto ha debilitado la estructura de poder que sostenía a al Asad en el Palacio Presidencial. El presidente sirio dependía del apoyo de las fuerzas rusas, presentes en Siria, y de las fuerzas pro-iraníes. Con las tropas de Vladimir Putin demasiado pendientes de Ucrania y los actores pro-iraníes duramente golpeados por Israel, el fin de la dinastía de los al Asad estaba un poco más cerca.
El mismo 27 de noviembre, día en el que Israel y Hezbollah anunciaron el alto el fuego, Siria empezó a dar un vuelco. Una amalgama de grupos rebeldes liderados por los extremistas de Hayat Tahrir al Sham lanzaron una ofensiva contra el régimen sirio, ahora desprovisto de sus protectores rusos e iraníes. Los rebeldes, que habían esperado su momento de manera paciente, apenas necesitaron 12 días para conquistar Alepo, Hama, Homs y finalmente Damasco, propiciando la huida de al Asad hacia Moscú en una de las consecuencias más sorprendentes —aunque sea de manera indirecta— de los ataques del 7 de octubre.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Con la caída de al Asad, las tropas israelíes han lanzado la ocupación de parte de territorio sirio, más allá del territorio ya ocupado de los Altos del Golán. El Gobierno de Netanyahu alega que la zona de seguridad fronteriza pactada con el anterior Gobierno de Damasco queda ahora interrumpida, y asegura que buscará la manera de establecer un acuerdo similar con el nuevo Ejecutivo que surja en Siria de la actual transición.
A las puertas de 2025, parece seguro que las fichas del dominó seguirán cayendo y salpicando nuevos territorios. A nivel local, líderes israelíes reconocen abiertamente que este será el año de la anexión de Cisjordania, anticipando operaciones en el territorio que podrían seguir el hilo de lo visto ya este 2024 en el territorio ocupado. Pero la apuesta importante parece apuntar hacia Teherán. Israel ve Hezbollah, Hamas o los hutíes del Yemen como tentáculos de una estructura de la cual Irán es la parte principal. Y ahora que Israel está metido de lleno en el momento bélico, debilitar las capacidades de Teherán después de haber aplastado a sus aliados regionales se presenta como una oportunidad ineludible para el Ejecutivo de Netanyahu, quien junto con la izquierda y los palestinos ha construido una carrera política mencionando a Irán como una de sus mayores obsesiones. Sea en Gaza, en Líbano, en Siria o en Teherán, la guerra continúa.