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País Vasco
Educación deja sin autobús a las familias que más lejos viven del instituto público Ellacuria de Bilbao
El edificio del instituto público Ellacuria de Bilbao que alberga a los alumnos más jóvenes —primero y segundo de la ESO, 12-14 años— se encuentra en la falda de un monte. Para convencer al exconsejero de Educación, Jokin Bildarratz, le invitaron en su día a subir andando. Comprobada la cuesta, se puso autobús universal. Este curso, el Departamento que preside su sucesora, Begoña Pedrosa, ha recortado el servicio, dejando a 28 familias sin transporte escolar, incluidas a los doce críos que viven más lejos.
Pedrosa prometió el 28 de agosto que todas las líneas de transporte escolar habían sido adjudicadas sin problemas; el pasado curso había empezado con una huelga de los conductores que dejó a los niños sin bus. Pero la primera semana de septiembre, Educación advirtió al instituto de que no contaban con los dos autobuses con las plazas solicitadas, sino uno más pequeño (de 36 a 28). Tras muchos quebraderos de cabeza y varias cuentas, se decidió prescindir del alumnado de segundo de la ESO que vive más lejos: doce preadolescentes del Casco Viejo.
Para convencer al exconsejero de Educación, Jokin Bildarratz, le invitaron en su día a subir andando. Comprobada la cuesta, se puso autobús universal
El motivo oficial es que no pertenecen al distrito bilbaíno donde se ubica el instituto, que está en el barrio de Zurbarranbarri. Sin embargo, Ellacuria es el instituto de referencia de la escuela pública de procedencia de los chavales: Viuda de Epalza.
Tras este primer recorte, llegó el segundo: al final, tampoco había un segundo autobús con plazas suficientes para todos, así que Educación decidió recortar aún más y dejar fuera a los que viven a menos de un kilómetro del instituto, independientemente del desnivel. Justificó el recorte diciendo que Educación solo está obligada a transportar a quien vive a más de dos kilómetros de distancia.
“Sus dos vecinas del portal cogen el autobús y mi hija tiene que ir andando”, explica un padre afectado por el recorte
Pero este recorte también ha sido aleatorio, tras comprobar dos familias de distintos portales que sus hijos se habían quedado sin bus y otras familias de esos portales continuaban con el servicio. Es el caso de Jose María Pardo: “Sus dos vecinas del portal cogen el autobús y mi hija tiene que ir andando”. El instituto obliga a cargar el ordenador y los libros en papel todos los días. Las mochilas tranquilamente pesan cinco kilos. “Y si llueve, al pasar por Vía Vieja de Lezama, se moja”, añade el padre.
Vanesa Agustín tiene dos hijo y ambos se han quedado fuera. Uno va a primero, otro a segundo. Prefiere que cojan el autobús municipal —la línea 22— para salvar la distancia y el desnivel, que a su paso son unos veinte minutos de caminata. Todas las semanas desde que empezó el curso les tiene que cargar la tarjeta de transporte con cinco euros a cada uno.
Representantes de las familias se reúnen con responsables del Departamento de Educación para tratar de solucionar el recorte que afecta a 28 familias
Los estudiantes del Casco Viejo también deben pagarse la Barik para coger la línea 3 del metro hasta Zurbaranbarri. Por eso escribieron un escrito de protesta a la dirección del centro, para que la enviaran a Educación: pedían transporte escolar o una tarjeta gratuita de transporte.
Esta mañana, representantes de las familias se reunirán con responsables de esta decisión del Departamento de Educación. Al final, las dos líneas concedidas de 36 plazas cada una están recortadas a 22, con cambio en las empresas contratadas —Quadra y Olea a Zurekin—.
El instituto Ellacuria dividió al alumnado para dejar a los más pequeños en un solo edificio, y evitar que los profesores tuvieran que trasladarse de edificio a edificio. El equipo directivo introdujo otro tipo de mejoras y ha conseguido revitalizar un instituto público ubicado en uno de los confines de Bilbao. Sin transporte escolar, el centro corre el riesgo de volver a quedar aislado, mientras que los institutos públicos del Casco Viejo —Solokoetxe— y Unamuno están saturados.