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El rifirrafe dialéctico entre C. Tangana y Nega, de Los Chikos del Maíz, con la mediación de Pablo Iglesias, el fichaje de PXXR GVNG por una multinacional hace un par de años o las líneas de ropa inspiradas, cuando no creadas, por cantantes del estilo son tres ejemplos de que el trap, una escena musical voluble y pegada a la calle como pocas, ha trascendido los límites que se le suponen a un movimiento con sus presupuestos iniciales.
El trap “ya es un género comercial”, asegura a El Salto Rasty, de Beauty Brain, el grupo de productores que está detrás de algunos de los últimos éxitos de cantantes como Ms Nina. “El hecho de que los medios de comunicación le dediquen tiempo lo demuestra”, sentencia.
La cantante barcelonesa Blondie, que consiguió hacerse un hueco en el mundo del trap con su primer tema, Yo soy Blondie, hace ya un año, añade que “las redes sociales hacen mucho aquí”. En eso coincide con Rasty: “El trap ha llegado en un momento en el que las redes sociales están en el punto máximo y eso ha ayudado mucho a expandir todo este género”.
Comercial o independiente, gracias a los medios o a internet, el trap es un estilo que está de moda y del que todo el mundo habla.
Entre los elementos más importantes que le han permitido alcanzar este éxito destacan sus bases con ritmos pegadizos y sus letras frescas y que reflejan lo que vive quienes las cantan. “Componemos lo que estamos viviendo en ese momento”, dice Sosa Trigo, que participa con Blondie en su grupo, Flamingo Vision, y es el responsable de los visuales de temas como Sweeterman o de la producción de canciones como ¿Cuánto quieres?, ambas interpretadas por Blondie. Sosa Trigo cree que una de las ventajas de este estilo, precisamente, es que “no nos hemos querido autocensurar, como ocurre en otros géneros. Normalmente somos chavales que venimos de la nada, de tener muy poquito, y no tenemos prejuicios al mostrar cómo nos sentimos”.
Tampoco se puede olvidar la importancia que tienen para el trap los vídeos. Es un género que “mola mucho visualmente y eso se hace viral solo”, explica Kaba, el compañero de grupo de Rasty en Beauty Brain. Para él, la evolución que ha presentado el trap frente a otros géneros como el rap es importante. “A lo mejor la peña estaba cansada de escuchar a un rapero poeta con su libreta”, continúa.
Por lo general, “no se suele ligar la política con este género en concreto”, dice Sosa Trigo. “El rap años atrás era más revolucionario. El trap no lo es tanto. La temática es distinta; se habla de otras cosas”, añade. “El trap, en ese aspecto no ha cambiado nada”, asegura Rasty, pero “la música siempre ha sido un arma política”.
Y así, como arma política, la utiliza la trapera granadina Jade la ruina, una joven mestiza, con parte de familia gitana, que en sus letras habla “de la familia, del flamenco y del feminismo”. “El flamenco es algo muy sentimental –explica–, habla del quejío, del drama, de los celos, del amor, de matar por alguien”.
Esta cantante lo fusiona con los ritmos del trap y le da una nueva lectura: “Hay otra parte de mí que está en contra de ciertas costumbres y quiere vivir sus dramas y su familia de otra forma”, asegura.
También se ve una finalidad política en el planteamiento de Flamingo Vision. “Nuestro objetivo es salir de la situación en la que estamos. Lo que queremos cambiar es el punto de vista de vivir de manera convencional que hay en este país. El búscate una faena, cásate con una chica y cómprate un coche. Esos son los modelos que queremos romper”, dice Sosa Trigo. “Buscamos la libertad en ese aspecto”, termina.
Vivir del trap
Jade cree que “es difícil vivir del trap o de la música”. Ella aún no lo ha conseguido y sigue trabajando para hacer de este género musical su forma de ganarse la vida. Un poco más cerca de este objetivo están Blondie y Sosa Trigo. La cantante catalana empezó cuando estaba en paro y decidió probar. “Teníamos tiempo y los medios”, cuenta al hablar de sus comienzos. “Nos pusimos unos objetivos, que se cumplieron y, a partir de ahí, seguimos adelante”, sigue.
Sin embargo, este camino es más duro de lo que puede parecer. “Puedes tener repercusión con un vídeo, pero dedicarte a esto es otro tema”, dice Blondie. En Flamingo Vision, además de la música, “cada uno tiene su trabajo y vamos trabajando” porque, como cuenta su compañero Sosa Trigo, “lo que intentamos hacer es reinvertir todo lo que ganamos con la música, de esta manera nos da la posibilidad de volver a viajar, volver a hacer visuales, seguir con la música; podemos hacer lo que nos gusta”.
Lo que ganan con la música proviene, sobre todo, “del directo, redes sociales y merchandising”, explican y, por eso, reclaman que se ponga en valor su trabajo. “A nosotros sí que nos interesa ir a actuar y darnos a conocer, pero nos gusta que se nos valore”, dice Sosa Trigo, que cuenta que “muchísimas veces nos han ofrecido ir a actuar gratuitamente sin pagar desplazamiento ni estancias”. “No podemos ir a actuar por un bocadillo y un refresco, eso los organizadores tienen que entenderlo”, añade.
A pesar de esto, ven una esperanza. “Está claro que a largo plazo y trabajando, pero se puede conseguir cierta estabilidad laboral”, dice Blondie.
Beauty Brain están convencidos de que “sí se puede vivir de esto”, pero también advierten esta tendencia: “La gente que menos tiene paga más y los que más tienen se aprovechan mucho”. Rasty explica que “muchas veces te dicen que te van a pagar menos dinero porque también te beneficia estar en un festival”, pero “eso también hay que saber cuándo hacerlo”, sentencia su compañero Kaba.
En muchas ocasiones, haber conseguido un reconocimiento en este campo abre muchas puertas. El productor Enry-k explica que, en su caso, tener un nombre en la producción le ha ayudado para conseguir otros objetivos. “A mí las sesiones de DJ que me han salido no es porque pinche bien, sino por ser medianamente conocido por un público en este género”, asegura.
Siempre se dice del trap que es un género efímero, pero, como cuenta Blondie, “ahora la música se consume muy rápido”. Beauty Brain ha llegado a la misma conclusión. Kaba pone como ejemplo una canción de otro estilo: “No creo que dentro de 20 años alguien ponga Despacito y lo bailen”, aventura con seguridad. Para su compañero Rasty, esto se explica por la facilidad de acceso a la música. “La red está llena de música y este género está de moda”, dice.
Enry-k detecta algunos elementos negativos al analizar esta situación. “Ahora es como si fuera música enlatada, es un producto”, explica el productor, que considera que “es porque hay mucha demanda y como el público pide mucho, a veces se prioriza la cantidad antes que la calidad y eso es un problema”, continúa.
Rasty explica que “ahora, con YouTube, la gente no escucha ni las canciones enteras, las ponen un minuto, ya saben de qué van y pasan a la siguiente. Por eso hoy en día es todo tan efímero”. Sosa Trigo cree que, hoy en día, la música “se consume y se desecha más rápido pero lo que sí que está claro es que es historia y va a estar ahí”. Blondie aclara que “no va a ser como los típicos clásicos que podemos tener nosotros en mente”.
En esta nueva forma de escuchar la música juegan un papel importantísimo los vídeos, YouTube y la capacidad de viralizar un tema. Así lo explica Rasty, que cree que “hay varias personas dentro del género en España que todo lo que tocan lo hacen oro”. Para el productor, “el concepto de viralizar no va tanto con la calidad de la canción o la calidad del vídeo”, sino con que aparezcan o lo compartan estas personas con capacidad para difundir el contenido con facilidad y conseguir que llegue a mucha gente.
Esta función no es nueva dentro de la industria musical. Antes, sigue Rasty, “un sello discográfico que tenía acceso a los medios de comunicación podía decidir qué artista se escuchaba y qué artista no. Hoy en día es el público directamente el que decide quién está ahí y quién no está ahí. La contraparte es que las discográficas tienen una amplia gama de medios de comunicación y de eso también sale beneficiándose todo el mundo”, añade.
A pesar de inconvenientes como ese, Kaba cree que “el artista se ha dado cuenta de que el sello es un intermediario” y, por eso, “prefiere plataformas como Spotify o YouTube porque se siente más libre”. Además, añade Rasty, “en YouTube y en Spotify el artista se puede beneficiar económicamente, porque antiguamente el sello discográfico recolectaba todo el dinero y después te repartía tu parte”.
Sin embargo, los ingresos obtenidos por las reproducciones en estas plataformas dejan mucho que desear. “El dinero que te da YouTube no te da ni para comprar una bolsa de pipas. No monetizas nada”, lamenta Enry-k. “Donde más se monetiza ahora es en Spotify”, asegura.
De esta manera, lo que, al principio, era un sistema en el que “el mismo que cantaba se hacía los instrumentales y él se grababa y se hacía todo”, como dice Kaba, ha terminado como un sistema de “autogestión, en el que no hay tanta dependencia de cara a los sellos internacionales, pero que se puede considerar industria”, explica su compañero Rasty.
En cualquier caso, “no se ha creado una industria del trap como al nivel americano”, apunta Enry-k. Para el productor, esto se debe a que, en muchos casos, “la gente que ha empezado haciendo trap, como le ve más salidas a hacer productos comerciales como el dancehall o el reguetón, en lugar de seguir haciendo trap se pasan a hacer eso porque es más fácil de comercializar aquí en España”.
“Creo que el trap ya está teniendo mucho éxito”, asegura Jade. Y lo explica porque “es imposible que la gente no viva ruinas”. “Que tengas problemas en tu familia, gente que se haya muerto, cosas a tus espaldas, es algo que nos pasa a todos”, cuenta. “Quien tiene familia, vive dramas, porque la vida es eso, vivir muchísimas circunstancias que son dolorosas, que son trágicas”. Por eso, “todos aspiramos a vivir un poco de lujo porque el drama, la ruina, va a estar siempre”, añade.
Una de las claves del éxito de este género para Enry-k es, precisamente, que “puede abarcar muchas temáticas. Siempre se mantiene el estatus de chuleo, de bienestar económico, de estar relajado, pero aparte de eso, se habla de movidas totalmente diferentes, se habla de amor…”, dice.Además, “tanto musicalmente como líricamente el trap es muy amplio en todos los sentidos”, concluye.
Sosa Trigo entiende que el motivo por el que se alardea tanto en el trap es el de “poner en práctica la ley de atracción”. “Muchas veces, diría que el 90%, lo que se ve en los vídeos no es verdad, no tienes esa vida o esos lujos, ni has conducido jamás el coche que aparece en tu videclip, pero enfocándolo de esta manera veo más factible que se acabe haciendo realidad”, dice el integrante de Flamingo Vision. “Cuando te enfocas en algo, es mucho más probable que acabes consiguiéndolo”, apunta Blondie.
Para Rasty, “nadie vive así, ni siquiera quien lo saca”. El productor cree que “hay mucha postura”. Su compañero Kaba matiza que “la vida de lujo la tendrán tres o cuatro”, pero insiste en que esto no está relacionado con el trap o con la música. De hecho, cuenta que “siendo youtuber también se puede llegar a esa vida, lo que pasa es que no la muestran”. “Hay youtubers que fuman más porros que traperos”, sentencia Rasty.
Como explica este integrante de Beauty Brains, “el trap ha sido una evolución entre el rap y la música electrónica. Creo que una de las mejores cosas que se ha quedado ha sido darle importancia a la producción”.
“Eso es de las cosas que más me flipa”, confiesa su compañero Kaba, que se plantea una pregunta: “¿Te imaginas a Alejandro Sanz agradeciendo al productor de sus temas?”. Pero “en estos nuevos ritmos que tanto pegan y tanto gustan, la importancia la tiene el productor y que le den tanto renombre está ayudando muchísimo”, concluye Rasty.
La cuestión que queda por aclarar ahora es qué ocurrirá con este estilo en el futuro. El productor Enry-k hace un análisis en el que advierte la necesidad de ciertos cambios. “Si no hay un cambio, por una parte, va a caer en el olvido. Si hay un cambio y se intenta crear un producto bueno de algo que hasta ahora no ha sido nada bueno, porque hay mucha música trap y la mayoría malísima; si se consigue crear un producto bueno y sólido puede tener un futuro interesante”, augura.
Por su parte, Sosa Trigo lo tiene claro: “Todo muere”. Aunque su compañera Blondie matiza: “Unos cuantos años sí que se va a quedar”. Pero no todo el mundo en el trap coincide totalmente con esta visión. La clave para Rasty es la evolución. “Hoy en día es renovarse o morir”, explica, y Kaba se muestra totalmente convencido de que “se va a consolidar lo urbano”. El productor cree que “Chenoa o Rosa se han quedado para las viejecillas, para las madres. Ahora el top de España va a ser música urbana”, insiste.
En cualquier caso, de lo que no queda duda es del éxito por el que está pasando este género en estos momentos, que lleva a algunos, como Sosa Trigo, a pensar que “empezamos a considerar que el trap es el nuevo pop”.
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Un artículo muy curioso e interesante, me ha gustado ver algo diferente aunque no concuerde en todo pero bueno, se agradece algo renovador para mí parecer. Recomiendo ver https://muchotrap.com/artists/cardi-b/ ya que me ha parecido bastante flipante.
Todo mentira, el trap de verdad no son esta mierda ni son conocidos estos son todos unos pipas de papa y ellos y ellas lo saben
Un fiel reflejo de la sociedad actual. Aspirar a la ostentación y el lujo . Tiene su mensaje político, pero apesta
¿Brisa Fenoy, Gata Cattana, Badgyal, Princess Nokia... es trap o están influenciadas por el sonido trap?
Son muchachas con vidilla y sangre en las venas, haciendo sus movidas. Y haciéndolas hoy. Las etiquetas son un petardo, pero necesarias al fin y al cabo. Podríamos decir que hacen lo que quieren, imitando aquello que las gusta y revuelve por dentro. Como todo creador e hijo de vecino.
Así que, sí. Son Trap, tienen duende, flow, swag y sobre todo, mogollón de Prrraaa!
Hay que echarle un par para comparar a Brisa Fenoy con lo que hacia Gatta Catana o Princess Nokia.
Han bebido del trap pero no hacen trap. Bad Gyal por ejemplo hace dacehall