Transición
¿Qué papel tiene la economía solidaria en la transición ecológica?

La Economía Solidaria celebró el pasado fin de semana Idearia, encuentro bienal de REAS que se marcaba como objetivo para esta edición debatir sobre sostenibilidad, tercer principio de la Carta de la Economía Solidaria. Compartimos algunas reflexiones sobre y retos que tuvieron lugar a cargo de uno de los ponentes.


7 may 2019 11:51

En marzo del 2011, desde el ya desaparecido CRIC (lo que hoy es la cooperativa Opciones), organizamos unos talleres de escenarios de futuro en el marco de un proyecto de la Universidad Complutense de Madrid titulado España Cambio Global 2020/2050. El objetivo del proyecto –y de los talleres- era el de dibujar y entender potenciales horizontes a transitar en relación al consumo y los estilos de vida en el estado español en un escenario de 20 a 50 años vista. Invitamos todo tipos de agentes (movimiento ecologista, sindicalismo, economía social y solidaria, administraciones públicas, tejido empresarial convencional...), y, como punto de partida, emplazamos a los participantes a definir los dos grandes elementos de contexto que creían que serían los grandes condicionantes de los futuros posibles. Había más de quince posibles condicionantes, pero los dos que se escogieron, por sorprendente mayoría, fueron estos: la escasez de recursos y de energía, por un lado, y la regeneración democrática, por el otro. Esta elección configuraba cuatro grandes escenarios, en los que el peor era un horizonte apocalíptico, donde la escasez de recursos y energía era rápida y drástica y dónde no había regeneración democrática. En cambio, el mejor era el que nos dibujaba una reducción progresiva y –relativamente- lenta de los recursos, combinada con una regeneración democrática (definida en términos muy amplios); lo que vendría a ser el escenario deseable.

El primer vector de cambio –la escasez de recursos y de energía- no da mucho margen a la interpretación: los límites biofísicos del planeta marcan nuestra capacidad como especie, ya no solo de vivir dignamente, sino, directamente, de sobrevivir. Cómo apunta Víctor Toledo con su teoría sobre la conciencia de especie, somos la única especie sobre el planeta que no es consciente ni del tiempo ni del espacio planetario, y esto nos hace ser tremendamente miopes sobre los retos de nuestro futuro: en lugar de enfocarnos en uno de los grandes retos de especie que tenemos como es la explotación del planeta, dejamos que gran cantidad de “ismos” –pone énfasis especial en los fanatismos religiosos y los nacionalismos - nos pongan un velo en los ojos y nos empujen demasiado a menudo a pelearnos por pequeñeces: discutimos para ver a quién le toca antes en la cola del restaurante del barco, mientras este se hunde.

La idea de conciencia de especie no sólo nos confronta con nuestro futuro ecológico, sino también con el segundo vector que mencionaba: la regeneración democrática. Víctor Toledo lo define en términos de explotación de las personas sobre las personas y, junto con la explotación del planeta, lo sitúa como segundo gran reto de nuestra era: “remontar el estado de crisis y salvarse del posible colapso planetario es una tarea que necesita de todos, sin excepción. Se requiere la unidad de la diversidad. Y esto supone actos supremos de civilidad, coordinación, unidad, consenso, cooperación y altruismo.” 

Toledo apunta la cooperación como vía para recorrer la transición ecológica; es aquí donde creo que entramos en juego todas las personas que, desde diferentes roles y posiciones (como consumidoras, como trabajadoras, como técnicas de la administración, como activistas), estamos impulsando la economía social y solidaria (ESS). El ESS es hoy, desde mi punto de vista, uno de los principales vectores de regeneración democrática de nuestro país, puesto que, de abajo a arriba, construimos formas de organización innovadoras, abiertas, transformadoras y con perspectiva feminista. Somos escuelas de regeneración democrática, porque cultivamos la cultura de la toma de decisiones colectivas, del debate y contraposición de ideas, desde el cuidado y la empatía, en el día a día; para organizarnos nuestro propio trabajo, como para proveernos de bienes y servicios. Además, con espacios de articulación como las redes de economía solidaria, con sus procesos territoriales y sus comisiones de trabajo, hacemos que esto drene y abra también ámbitos institucionales, como lo demuestra la incidencia de las 14 medidas –ahora 15- por el impulso del ESS desde el ámbito local que propusimos des de la XES, por primera vez, en 2015. Este impulso ha llevado a varios ayuntamientos a “exponerse” a procesos de coproducción de política pública y experimentar la concertación público-cooperativa-comunitaria4.

Si tuviera que poner algún pero, es que quizás hemos perdido de vista que, la cultura de la cooperación y este profundo sentido de la democracia que estamos cultivando, tiene que ser indisociable de la conciencia ecológica. Esta disociación la he vivido de primera mano: antes de que el ESS fuera mi principal espacio de militancia política, participaba mayoritariamente en espacios vinculados al ecologismo social. Cuando me adentré en la ESS, me sorprendió mucho la poca relevancia del hecho ecológico dentro del ámbito. No es que el vector ambiental no esté presente, puesto que lo tenemos integrado desde un punto de vista formal: incluimos la preocupación por el medio ambiente en el relato que proyectamos hacia afuera, y también hacemos que las organizaciones tengan que rendir cuentas ambientales a través del Balance Social. Pero, desde mi punto de vista, este compromiso formal aborda el hecho ambiental de manera excesivamente superficial (quizás es por eso que se ha creado recientemente una Comisión de Ecología dentro de la XES, desde esa parte de la base social que pone el vector ambiental en su eje de rotación, e intentar así “ambientalitzar” la ESS).

¿Qué quiere decir integrar el hecho ecológico dentro de nuestras organizaciones? Para responderlo me remonto otra vez a mi experiencia personal en el CRIC: recuerdo que todo el equipo teníamos una profunda conciencia ecológica, que proyectábamos a nuestras formas de vida individuales y, de manera casi involuntaria, también a todo el que hacíamos como organización (artículos que escribíamos, acontecimientos que organizábamos, micro-prácticas cotidianas de organización de las tareas reproductivas, etc.). Y es que creo que aquí es donde está la barrera (igual que pasa con la conciencia feminista): por muchos compromisos formales que adoptemos como organización, si no nos apropiamos –de manera individual y colectiva- de estos valores, y vivimos nuestra cotidianidad desde esta perspectiva (y nos enfrentamos a las barreras psicosociales y estructurales que encontraremos en el camino), difícilmente iremos más allá de los compromisos formales.

Los que venimos del ecologismo social pensamos a menudo en el pico del petróleo y el colapso (es como una sombra que nos persigue). La escasez de recursos y energía llegará: será un camino difícil y duro, que nos obligará a recorrer un proceso adaptativo como especie hacia formas de vida mucho menos intensas en cuanto a energía y materiales. Todas aquellas formas de vida que se anticipan a esta escasez; todas aquellas personas que ya intentamos –y nos podemos permitir- vivir hoy ensayando formas de vida más sostenibles desde una cierta noción de conciencia de especie, seremos las que marcaremos el camino hacia un decrecimiento progresivo y menos traumático. Pero también creo que la única forma de recorrer este decrecimiento como proceso adaptativo, de manera inclusiva y civilizada (evitando los eco-autoritarismos y la agudización de las desigualdades), es hacerlo desde una ESS fuerte y muy extendida a grandes capas de la sociedad, porque querrá decir que la cultura del debate público y para el común, la cooperación, y la ayuda mutua se habrá difundido y, con ella, se habrán regenerado los cimientos democráticos de nuestra sociedad.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Precariedad laboral
Precariedad Voluntariado en el sector social: un monstruo con tres cabezas
La precarización del sector social es algo de lo que se viene hablando cada vez más en los últimos años, pero es un hecho que lleva conviviendo con nosotras mucho tiempo, y que es consecuencia de varios factores.
Comunidad El Salto
Comunidad El Salto El Salto formaliza en un acuerdo con REAS una colaboración que viene de lejos
Renovamos, y ampliamos, nuestro compromiso con la Economía Social y Solidaria mediante esta nueva alianza con REAS, Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria.
Feminismos
Economía Feminista Frente a la crisis capitalista Economía Feminista
Coincidiendo con el comienzo del encuentro de Economia Feminista Abya Yala que está teniendo lugar estos días en Argentina, reflexionamos sobre el papel de las Economías feministas en las crisis derivadas del capitaloceno.
#33997
8/5/2019 10:17

Una pregunta desde mi total ignorancia en este tema, si ese pico del petroleo ya se alcanzo en 2006 como dicen, ¿como se explica que el precio del petroleo ha caído en los últimos años?

1
0
#34007
8/5/2019 11:48

mirate https://crashoil.blogspot.com

0
0
Redes sociales
El asesino de los CEO El fenómeno fan Luigi Mangione, ¿por qué tanta gente apoya a un asesino?
El caso del chico de clase alta que disparó sobre un CEO de una aseguradora médica ha desatado una ola cultural y de apoyo como no se había visto antes.
Dependencia
Dependencia Los cuidados necesitarán entre 300.000 y 600.000 trabajadores más en cinco años
Las empleadas de residencias y ayuda a domicilio reclaman mejoras en esas nuevas plazas. “Debemos tener un sistema de cuidados universal y público, debe ser un derecho y no un negocio”, piden desde el sindicato ELA.
Literatura
Literatura Silvia Nanclares: “Moratalaz nace como barrio franquista, solo que no contaban con la presión vecinal”
Con ‘Nunca voló tan alto tu televisor’ la escritora madrileña regresa a su barrio y examina lo que quedaba debajo de la cáscara de progreso que supuso la construcción del edificio de Torrespaña, aun hoy uno de los más reconocibles de la ciudad.
Análisis
Análisis Inmigración, trenes e ilusiones de soberanía
El mayor beneficiario de la situación política en Catalunya sigue siendo el PSC, que ve cómo la definitiva irrupción demoscópica de Aliança Catalana reduce el campo de los principales partidos del independentismo.
Precariedad laboral
Precariedad Voluntariado en el sector social: un monstruo con tres cabezas
La precarización del sector social es algo de lo que se viene hablando cada vez más en los últimos años, pero es un hecho que lleva conviviendo con nosotras mucho tiempo, y que es consecuencia de varios factores.
La vida y ya
La vida y ya Cinco chimpancés
Les dijo que cuando se caza a una cría en su entorno natural, de media se mata a diez chimpancés de su grupo.
Opinión
Opinión Chicas, cheeseburguers, y soles negros: militarizar la adolescencia en Ucrania
Para militarizar a una generación que hasta hace pocos crecía aspirando a becas, trabajos de oficina o empleos de cuello azul, es necesario mucho más que ofrecer el ejército como una salida laboral: hay que cambiar su concepto del mundo.
Cómic
Cómic Un gran poder conlleva una gran responsabilidad: ¿los superhéroes de cómic son de derechas o de izquierdas?
¿Encarna Superman a la socialdemocracia liberal, es Batman un militante anarcocapitalista y el Capitán América la bandera del nacionalismo? La respuesta no es tan sencilla si se repasa la historia del género.

Últimas

Sexualidad
Consultorio de sexualidad Los mil y un orgasmos femeninos
El clítoris, la vagina y el cérvix están inervados por distintos nervios que, al ser activados en distintas combinaciones, producen sensaciones diversas.
València
Dana 20:11, Ni oblit ni perdó: los pueblos de la Dana amanecen con pintadas contra Mazón
Tras cinco meses de catástrofe, aparecen numerosas pintadas en los municipios afectados por la riada para señalar la tardía gestión de la Generalitat.
México
México El Coyul, un ejemplo de resistencia indígena frente al despojo en el Istmo de Oaxaca
La Sociedad Agrícola y Ganadera El Coyul continúa apelando la sentencia por despojo agravado y secuestro interpuesta a 21 de sus miembros
Que no te lo cuenten
Que No Te Lo Cuenten De amenazas ambientales y memoria histórica
VV.AA.
La ciudadanía gallega y extremeña alza la voz contra proyectos que amenazan sus territorios y medioambiente
Sevilla
Proyectos estratégicos Ilegalidades pasadas y peligros futuros de la mina que la Unión Europea quiere revivir en Sevilla
Las Cruces tiene un historial de más de 6,5 millones de euros en sanciones e indemnizaciones por extracciones ilegales de agua. El espaldarazo de la UE y del Gobierno al proyecto podría empeorar los vertidos que ya realiza la mina en el Guadalquivir.

Recomendadas

Memoria histórica
Manuel Pérez, ‘camarada Arenas’, tras salir de prisión “Cordón trató de escaparse, se cayó y se mató”
El militante histórico del PCE reconstituido y, según la Justicia, líder de los Grapo, mantiene su inocencia en todos los casos que le han llevado a pasar 32 años en prisión.
América del Sur
América del Sur La batalla por el litio: pueblos originarios resisten un “genocidio medioambiental y cultural”
Sudamérica se ha convertido en la proveedora mundial de materias primas para la transición energética. Las comunidades afectadas se rebelan ante una actividad que genera desposesión de tierras, contaminación, sequía y conflictos internos.
El Salvador
Ivania Cruz “El estado de excepción se está utilizando en El Salvador para gobernar en base al miedo”
A esta defensora de derechos humanos y comunitarios le allanaron su casa mientras se encontraba en un viaje internacional. Desde el exterior, denuncia la persecución del gobierno salvadoreño hacia su organización y hacia las comunidades que defiende.
Yemayá Revista
México Sobrevivir en la frontera: el cuerpo como moneda de cambio
En Tapachula, punto clave de la frontera sur de México, miles de mujeres migrantes permanecen atrapadas sin poder seguir su camino hacia Estados Unidos.