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Literatura
La Feria del Libro de Buenos Aires, sin plata
Viernes, 26 de abril, segundo día de la nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires que se celebra hasta el 13 de mayo. En la entrada principal, por la avenida Santa Fe, una de las más importantes de la ciudad, a diferencia de ediciones anteriores, no hay tumulto de gente buscando molinetes por donde pasar ni asistentes ordenando una fila larga. Al contrario, de las siete boleterías marcadas para la ocasión, solo tres tienen las ventanillas abiertas; salvo en una, en el resto no hay lectores comprando su pase. Es el año donde la frase que más se escucha en el tren, casas, librerías y también en la Feria es “no hay plata”. Una frase capciosa, derramada desde arriba por el presidente Javier Milei, y que tiene ecos y susurros en cada stand, pasillo, sala y huecos donde se realiza la 48° edición de la FIL, una de las atracciones más importantes del mundo social y mercantil del libro de habla hispana.
La pasividad de la explanada de la Sociedad Rural, el predio que la Fundación El Libro elige para realizar el evento, es interrumpida por el golpeteo de tambores y los gritos guturales del tamborilero que guía al grupo de candombe La Chilinga. Con remeras rojas y negras, y tambores pintados de azul, naranja y verde, a modo de protesta e intervención artística, le ponen música y letras al gris atardecer porteño. El ritmo sale de los tambores, los mensajes de carteles que sostienen para que transeúntes y visitantes a la Feria se detengan a leer: “La educación transforma la vida de las personas”.
La inauguración de la Feria del Libro Internacional estuvo marcada por la marcha multitudinaria y transversal en defensa de la universidad pública, gratuita y de calidad en Argentina que sucedió, con diferencia de horas, en la misma semana
La inauguración de la Feria del Libro Internacional, entre otras aristas, estuvo marcada por la marcha multitudinaria y transversal en defensa de la universidad pública, gratuita y de calidad en Argentina que sucedió, con diferencia de horas, en la misma semana. A la vez, ambos frentes, el cultural y el educativo, son dos de los blancos preferidos de Milei para librar su batalla económica y cultural contra “los zurdos”, tal como estigmatiza a todo aquel o aquella que difiera de su pensamiento magnánimo y de poca validez científica, en el área que sea. La batalla no se libra solo en la arena de lo discursivo, también en lo material: en esta ocasión, el estado nacional no va a tener stands propios ni de subsidiarias como el Banco Nación o la Biblioteca Nacional, destacados en ediciones pasadas por sus actividades y difusión de sus producciones (la Biblioteca Nacional tiene —o tenía— un sello editorial de prestigio).
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La actual edición no es una más, se volvió un síntoma de la situación del libro y de su industria en la Argentina gobernada —por designio del voto popular— por la extrema derecha. “Se trata de una feria que desafortunadamente se va a dar en un contexto socioeconómico súper complejo”, anticipó Alejandro Vaccaro, presidente de la Fundación El Libro, en una conferencia preliminar que dio junto a Ezequiel Martinez, director de la entidad y organizador principal del evento. En el mismo panel, agregó: “La situación económica es compleja para el 90% de la población”. Y señaló que, específicamente en el sector, tal como registran las cadenas con mayor cantidad de sucursales en todo el país, “las ventas en lo que va del 2024 cayeron entre un 25 y 30%”.
Maxi Papandrea, editor de Sigilo, con sede en Buenos Aires y Madrid, coincide con los organizadores de la Feria. “Las expectativas son bajas, a pesar de que los editores somos optimistas por naturaleza. Las ventas vienen cayendo mes a mes. Somos conscientes de que los precios de los libros están muy caros, el poder adquisitivo de la gente está muy golpeado, así que con recuperar la inversión y un poquito más ya estaríamos felices”.
Desde la asunción de Milei, el precio de los libros ha aumentado un 100%, el salario real promedio ha caído un 70% y el precio del papel es un ‘commodity’ fijado en dólares
El precio de los libros en Argentina durante 2024 fue un debate que antecedió a la Feria. Desde la asunción de Milei, los libros han aumentado un 100%, el salario real promedio ha caído un 70% y el precio del papel —concentrado en solo dos pasteras que manejan el mercado— es un commodity fijado en dólares. Esta conjunción hace que el precio de los libros en Argentina sea similar al de España (el valor promedio de un libro en Argentina es de 19.000 pesos, algo así como 18 euros), con la diferencia de que los salarios son cualitativamente distintos. Como afirma un informe del diario El País, un salario mínimo en España podría comprar 63 libros mientras que en Argentina solo alcanzaría a adquirir 13.
Las compras no solo afectaron a los lectores minoristas, sino también a las librerías y a las bibliotecas. Días previos a la inauguración para el público en general, se realizan las Jornadas Profesionales, un puente entre editores, libreros, bibliotecarios y especialistas para intercambiar saberes y potenciar la industria. Juan Cruz Grigera, encargado de una de las sucursales de la cadena Estación Libro, concurre desde hace veinte años. “Noté muchos recortes. A diferencia del año pasado, desde la librería fuimos a mirar más que a comprar”, dice. “Hasta el cóctel que habitualmente hace la Fundación fue restringido: había menos gente”.
El vacío, los huecos, se percibe apenas se entra al predio de la Rural por su frente principal que da al Pabellón Ocre, sede tradicional de los stands provinciales. Donde el año pasado había música, acordes tradicionales de cada región o presentación de libros locales, como era habitual en el sector de provincias como San Luis o Entre Ríos, ahora hay mayor superficie alfombrada para que la transite un público que no llega; una ausencia que empieza a preocupar a los organizadores, al punto que en el último momento habilitaron el ingreso libre y gratuito en varias franjas y horarios durante la semana.
Los cuestionamientos a la política cultural y educativa de Milei no quedan solo del lado de afuera de la Feria, también suceden adentro
Los cuestionamientos a la política cultural y educativa de Milei no quedan solo del lado de afuera de la Feria, también suceden adentro. El más llamativo por su originalidad y creatividad es la aparición del stand del Ministerio del Libro, que realizan en conjunto los colectivos editoriales de Typeo y Todo Libro es Político. Una performance que pone en evidencia la ausencia del Gobierno Nacional en la Feria y, más importante, la nula implementación de políticas públicas al sector. En ese sentido, desde el Ministerio del Libro promulgan acciones como la creación de una celulosa estatal, por medio de comunicados oficiales que difunden desde el stand y las redes sociales.
Acciones como las del Ministerio del Libro muestran la vitalidad que tiene el libro y su universo aún cuando el contexto económico, social y cultural va mostrando el lado oscuro de la luna. En ese sentido, la presencia de la escritora Liliana Heker para cortar la cinta de inauguración de la Feria con sus palabras fue alentador. En tono con el afuera y el adentro de la Feria, con el ritmo de los tambores y la calle repleta por el reclamo por la educación pública de calidad y gratuita, dijo: “Me animo a arriesgar que, como objetivo, esto de ‘ignorancia para todos’ no va a llegar muy lejos. Ante todo porque en momentos difíciles como el actual, termina imponiéndose una lectura irrefutable de la realidad que no necesita de estudios previos: es la inducida por el hambre y por la angustia de haber sido despedido del trabajo sin razón, y por cualquier otra injusticia que duele de cerca”.
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Al lado suyo, como suele pasar en otras ediciones, no había funcionarios del Gobierno Nacional. Sin embargo, su ausencia, como Heker se encargó de señalar, no pasó inadvertida. Y, mirando ese hueco vacío, subrayando el desprecio por el libro como política de estado, entre sus últimas palabras, a modo de cierre y recordatorio, dijo: “En nuestro país el libro importa. Y ese es un dato nada desdeñable acerca de cómo somos”.