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El vídeo se movió el pasado martes 25 de enero en las redes sociales y a mucha gente no le gustó. En él, salía Jose Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en una rueda de prensa, negando categóricamente la oposición de los autónomos a las nuevas cuotas propuestas desde su cartera, el 13 de enero. Una revisión de las cotizaciones a abonar por los y las trabajadoras del régimen de autónomos, que incluye diversos tramos e implicará una subida considerable por parte de quienes tengan ingresos más altos y una bajada bastante menos considerable para los tramos más bajos.
Las declaraciones de Escrivá no han gustado mucho. Son múltiples las respuestas al tweet del medio digital Huffington Post que las recoge y en ellas no se respira mucha satisfacción. María no ha respondido al tweet pero comenta por teléfono lo que le ha parecido la intervención del ministro: “Es ridículo. Es como que no conocen cómo funciona el sector”. Y es que son muchos quienes están en esos tramos bajos, como ella, que, entre los escasos ingresos, los muchos gastos, la intermitencia en el trabajo, y en general la inestabilidad, se plantean si les compensa ser autónomos. Para María hay un momento claro en el que “hacer las cosas bien” dejará de compensarle, cuando pase de pagar los 69 euros que abona con la tarifa plana y tenga que pagar 294 a los que asciende la cuota mínima.
Con el cambio propuesto por el Ministerio, y que aún está en la mesa de negociación, María pagaría, teniendo en cuenta su situación actual, 244 o 293 euros, según sus ingresos oscilen entre los 600 y 900 euros o superen esta horquilla, sin llegar a los 1.125. Unas cuotas que le parecen inasumibles, a las que tiene que sumar lo que le cuesta la gestora que le facilita trámites como la declaración trimestral. Una gestión que le resulta compleja, aunque no imposible de hacer por sí misma. Una carga de trabajo que le deja poco tiempo para investigaciones burocráticas, y el miedo a una equivocación fatal que se traduzca tiempo después en una multa —conoce numerosos casos— le han hecho decantarse por esta opción que le supone un gasto más.Con el cambio propuesto por el Ministerio, y que aún está en la mesa de negociación, María pagaría, teniendo en cuenta su situación actual, 244 o 293 euros, según sus ingresos oscilen entre los 600 y 900 euros o superen esta horquilla, sin llegar a los 1.125. Unas cuotas que le parecen inasumibles
“Además te retienen el IRPF y, por mucho que después te lo devuelvan, tardan meses en hacerlo. ¿Con qué coño se supone que vivo?”. A todos estos gastos, María sumaría el de su psicóloga, pues la ansiedad que le provoca esta estrechez económica y las dudas sobre continuar como autónoma o no, ocupan últimamente gran parte de sus sesiones de terapia. Otra forma de confrontar la ansiedad va a ser movilizarse, expresa simpatía por la iniciativa Lucha Autónoma, que ha aparecido en las redes con el objetivo de encauzar la indignación de un colectivo que se siente perennemente castigado.
Que Lucha Autónoma tenga más de 2.000 seguidores tras menos de una semana en Twitter y un puñado de tweets, o que las cuentas que le siguen en su recién creado Instagram, en el que cuentan con tres publicaciones, asciendan a más de 70.000 da muestras de la necesidad de miles de personas de canalizar su frustración a través de la organización. Desde la plataforma, que tiene como imagen un cartel negro en el que figura un emoticono descontento, han lanzado un cuestionario online para que los y las autónomas que se sienten concernidas puedan aportar a una propuesta colectiva, pues los cambios que ha ido avanzando el Ministerio les parecen totalmente erróneos.
“Creemos que debería cambiarse el enfoque y rehacerse de cero. Parece asimilar a profesionales por cuenta propia con profesionales por cuenta ajena, y eso no tiene ni pies ni cabeza, porque no tenemos las mismas contraprestaciones y derechos, y nuestra realidad es muy distinta”, explican a El Salto por correo electrónico. Señalan dos problemas fundamentales: consideran que las cuotas suponen un porcentaje excesivo de los ingresos, y que los tiempos de implementación son innecesariamente dilatados.
Lucha Autónoma, que se presenta como una plataforma ciudadana que se forma para mostrar una oposición “firme” a una reforma que consideran “abusiva”, parte de que, a pesar de la diversidad del colectivo, el objetivo común es que las aportaciones a la Seguridad Social “sean justas y accesibles, especialmente para quienes están empezando, son falsos autónomos o trabajan de forma discontinua”.
No se trata solo de los tramos más bajos, consideran que las cuotas ahogan el posible crecimiento de las trabajadoras autónomas, poniendo por delante el objetivo de mantener el sistema de cotizaciones. Sin embargo, aclaran que aún necesitan tiempo para hacer contrapropuestas, que precisan de una mayor investigación acompañada por personas expertas. Lo que sí parece más cercano es una movilización para visibilizar el descontento que Escrivá dice no ver.
“La propuesta del ministro es nefasta no, lo siguiente”, considera Camino Delgado, representante de Autónomos Unidos Para Actuar (AUPA) en Castilla y León. El espacio, que se presenta como una asociación apartidista, muestra con estas palabras su rechazo frontal a los movimientos del gobierno. AUPA, que lleva cuatro años como asociación, ha propuesto en los últimos años concentraciones y movilizaciones ante lo que consideran el abandono de las personas autónomas por parte de los sucesivos gobiernos. La agrupación tiene su propia propuesta, que descarta que se cotice, como propone Escrivá, en función de lo que se ingresa: pretende en primer lugar que por debajo del salario mínimo la cuota sea simbólica o cero, algo que permita mantener derecho a bajas y prestaciones, pero que no suponga una carga imposible de asumir para quienes cobran por debajo del SMI. A partir de ahí, su propuesta también se distancia de lo que proponen otros actores, además del ministro: “Que cada autónomo decida como antes, si quiere unas prestaciones paga más o sí quiere las prestaciones mínimas pues paga la cuota mínima, como hasta ahora. Con todo esto perdemos libertad”.
Delgado justifica su no defensa de las cuotas progresivas, aludiendo a que su organización agrupa fundamentalmente a autónomos que trabajan solos o lideran Pymes. “Los tramos quitan la posibilidad de que al autónomo que le vaya bien, pueda elegir entre pagar menos y otras opciones. Por ejemplo, si un autónomo cree que puede hacer crecer su negocio, puede estar varios años ahorrando en esa cuota para después reinvertir y crecer”. No solo eso, la integrante de AUPA considera que comprando un coche nuevo o una casa, el autónomo ya está contribuyendo a poner en movimiento la economía.
“El Ministerio dice que a los más vulnerables les baja la cuota, pero eso será en el 2030. La gran mayoría no vamos a llegar al 2030 porque vamos a tener que cerrar antes”
AUPA no está entre las interlocutoras del ministerio, pero ha intentado hacer llegar a todos los partidos sus propuestas, que van más allá de la cotización, e incluyen que al tercer día de baja se de por exenta a la persona de pagar la cuota, que se mejoren pensiones y paro para equipararlas con los trabajadores por cuenta ajena, y que baje la carga fiscal, pues afirman, se le acumulan las cuentas a pagar: “A mí, por ejemplo, el mes pasado se me triplicó la factura de la luz, más la subida de autónomos. Tenemos un montón de gastos, no solamente es la cuota y el IVA, tenemos un montón de burocracia que nos obligan a pagar”. En su caso la protección de datos, la prevención de riesgos laborales, o el extintor reglamentario, vienen a sumarse a los desembolsos que achican su cuenta bancaria, por eso, destacan que el cambio es urgente. “El Ministerio dice que a los más vulnerables les baja la cuota, pero eso será en el 2030. La gran mayoría no vamos a llegar al 2030 porque vamos a tener que cerrar antes”, advierte esta estetista, desde AUPA, proponen que los tiempos se reduzcan a dos años.
Organizaciones y autónomos por su cuenta, parecen partir de esa misma premisa, la cuota es demasiado alta. “Va por tramos de ingresos inasumibles que no tienen en cuenta los otros muchos gastos que debe cubrir un trabajador por cuenta propia, porque por ejemplo si ingresas 700 euros tendrías que pagar una cuota de 244,8, lo que te deja menos de 500 euros netos que se van en alquileres, desplazamientos, mantenimiento de equipo”, considera Manuel. En lo que este periodista y realizador audiovisual no coincide con AUPA es en poder elegir lo que se abona como cuota. “El mejor modelo yo creo que es el que se viene planteando desde hace años de cuotas proporcionales a los ingresos, pero bueno yo tampoco tengo la fórmula, apenas llevo un año currando por mi cuenta y todavía estoy chapoteando”.
Para Manuel, como muchos otros, la tarifa plana es una forma de mantenerse a flote en un principio. Lo que viene después, “al volver a retomar la cotización, es el sablazo de la cuota mínima en unas circunstancias en las que el volumen de trabajo va aumentando muy despacio, aguantar activo y pagando todo puede llegar a ser un quebradero de cabeza tremendo”.
En el video de Escrivá, el político no alude tanto a una interlocución con plataformas y autónomos cabreados, sino con las organizaciones que se sientan en la mesa de negociación semanalmente, no todas tienen la misma opinión de hacia dónde avanza el debate. Hay quienes están más satisfechos que otros.
Eduardo Abad es el presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) y está bastante satisfecho con la propuesta, en gran medida, porque considera que se corresponde ampliamente con la que su organización ha defendido. Lo que ellos piden es una mayor progresividad —bajar la cuota aún más a los tramos menores, y subirlas a los que ingresan más de 25.000€. Tampoco entiende que se tenga que tardar nueve años en traer estos cambios, explica, tanto la bajada a los de menores ingresos, como la subida a quienes superan los 25.000 la plantean como algo inmediato, para las demás modificaciones plantean un marco de seis años.
Abad defiende que el diálogo con el ministerio está siendo bueno, “nosotros nos sentamos a las mesas de negociación para negociar, no para hacer enmiendas a la totalidad”, apunta. Considera que del consenso han salido iniciativas valientes como el cese de actividad voluntario al que se acogieron el 70% de los autónomos a raiz del parón económico.
El presidente de UPTA explica que hasta ahora, el 87% de los autónomos, independientemente de sus ingresos, se acogía a la cuota mínima. “Una persona que tiene 600€ euros de rendimientos de trabajo tiene una obligación de pagar exactamente lo mismo a la Seguridad Social, los 294€, como si fuese un autónomo que tiene 45.000 euros de ingresos al mes. Esta es la realidad. Nosotros, lógicamente, lo que proponemos es hacer cambios”.
A la tarifa plana le hace una crítica similar, no le parece justo que, en el primer año de actividad, todo el mundo, independientemente de sus ingresos, pueda acceder a ella, y considera que aquellos que ingresen por encima del SMI deberían cotizar lo que les corresponda. Por ello, argumenta, si se trata de favorecer el autoempleo y la generación de empresas, la ayuda no debería de venir en forma de una bonificación de la seguridad social, sino como parte de las políticas del Servicio Público de Empleo (SEPE).
Con todo, Abad se manifiesta optimista: “No hemos sentado en las mesas de negociación siempre para llegar a acuerdos. Lo que queremos es que se siga avanzando, y que en el avance podamos encontrar un sitio que sea cómodo para todos”.
Desde la Unión de Autónomos UATAE no son tan optimistas: “Echamos en falta que la propuesta sea lo suficientemente ambiciosa y valiente para acabar con la desigualdad y la precariedad del sistema actual”, explica Maria José Landaburu, secretaria general de la organización. No se trata solo de la desproporción en la cuota, que castiga a quienes tienen peores ingresos, si no también de “un modelo que no se traduce en una protección social digna”.
“El ministro Escrivá debe escuchar y aterrizar en la realidad de la mayoría de autónomos. Ser sensible a su inquietud y sus preocupaciones. De momento estamos lejos de un acuerdo. Del Gobierno depende que esto cambie”
Desde UATAE están de acuerdo en que nueve años son muchos años de espera, y si bien —a diferencia de la tercera entidad que participa en las negociaciones, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, ATA, que forma parte de la CEOE y calificó de “hachazo” el incremento de las cuotas— se manifiestan claramente a favor de la progresividad, le preocupan los términos en los que se definirán los tramos, a los que perciben como “poco claros al delimitar lo que se considera ingresos reales (sin tener en cuenta todos los gastos asociados a la actividad) y excesivamente duros y rígidos para los tramos inferiores e intermedios de ingresos”. Landaburu estima que la interlocución con el ministerio no se ha traducido en un avance claro.
En UATAE preparan una propuesta propia, en la que, entre otras cosas, quieren aportar claridad a lo que se considera rendimientos: Se tiene que determinar “qué se consideran ingresos netos, limpios, ajustados al beneficio de la actividad, es decir, no limitados a la facturación menos los impuestos, sino habiendo descontado los gastos que conlleva la actividad misma”. Reclaman también una redefinición de los tramos que incluya una bajada más ambiciosa de la cuota que pagan quienes cobran menos de 1.500 euros “limpios”. Por último apuestan por facilitar el acceso al cese de actividad, equiparar ayudas y pensiones con las personas asalariadas y fomentar la conciliación. “El ministro Escrivá debe escuchar y aterrizar en la realidad de la mayoría de autónomos. Ser sensible a su inquietud y sus preocupaciones. De momento estamos lejos de un acuerdo. Del Gobierno depende que esto cambie”, concluye Landaburu.Escuchar la realidad de la mayoría de los autónomos no debería ser muy difícil si el ministro pone bien la oreja. A parte de las organizaciones que se sientan en la mesa de negociación, otras plataformas, surgidas al calor de la inquietud y preocupaciones de miles de personas, llevarán su protesta a movilizaciones en la calle, AUPA participará este domingo en una convocatoria propuesta por la asociación Junta democrática a la que trasladarán sus demandas como autónomos, mientras, desde Lucha Autónoma, siguen leyendo los cientos de cuestionarios en los que muchos y muchas autónomas organizan su indignación con un sistema que les mantiene ahogadas, a la espera de la fecha en la que irán a medir sus fuerzas a la calle.
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Cuando un representante de una organización, del estilo que sea, dice que es apolítico, malo, no es verdad, porque está haciendo política en el sentido mas amplio de la palabra.
Me dejan perplejo, que se pretenda todos los beneficios del asalariado, que ingresa el 30 % de su salario, dentro del concepto DE GASTOS SALARIALES, al igual que todos los materiales como uniformes, zapatos, y cualquier otro gasto que no sea productivo, como computación de pagos total de ese trabajador.