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Antiespecismo
¿Es el veganismo una posición moral?
Mientras que la Vegan Society define el veganismo como una posición moral, los diccionarios generalmente lo reducen a una simple actitud o forma de vida. En esta contribución, François Jaquet se pone del lado de este último y defiende una definición amoral del veganismo.
El otro día, me preguntaba, ¿de qué se trata realmente el veganismo? Sin pensarlo dos veces, agarro el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española —que está en mi escritorio entre el volumen 2 de “On What Matters” y un viejo paquete de Oreo—. Y leí: “Actitud consistente en rechazar alimentos o artículos de consumo de origen animal”. Posiblemente imbuido de comentarios recopilados en las redes sociales, me pregunto: ¿es el veganismo sólo una actitud? ¿No es algo más noble o espiritual, una filosofía, por ejemplo?
Después de una breve excursión por la web, me tranquilicé: esta es precisamente la opinión de la prestigiosa Vegan Society. Como se puede leer en su página web, concibe el veganismo como “una filosofía y una forma de vida que excluye —en la medida de lo posible— todas las formas de explotación y crueldad animal” (según mi traducción). Una cosa es cierta: del lado de los veganos, no se acepta la interpretación del diccionario. En cuanto a mí, no sé a dónde acudir: ¿es el veganismo sólo una actitud, como dice el diccionario, o también es una filosofía, de acuerdo con la definición de la Vegan Society?
El problema
Puede que tenga usted sus propias ideas sobre esto, pero no es tan simple como parece. Por un lado, necesariamente los veganos saben lo que es el veganismo, uno podría pensar en base a un principio de sentido común: por cada predicado “F”, las F saben mejor que nadie lo que es una F. Sin embargo, al examinarlo más de cerca, este principio no carece de contraejemplos, como el de nuestras amigas las ballenas, que probablemente piensan que son peces. Por otro lado, los autores de un diccionario son presumiblemente lo más cercano que tenemos a los expertos en definiciones. Desafortunadamente, este estatus no siempre les impide hacer las cosas con los pies. Los diccionarios suelen contener errores, por lo que tienen que hacer correcciones con cada nueva edición.
Entonces, ¿qué hacer? Análisis conceptual, por supuesto. Concretamente tenemos que repasar las definiciones en conflicto para saber cuál identifica correctamente las condiciones de aplicación del concepto de VEGANISMO. Imagine que se le ofrece hacer el siguiente análisis del concepto de HERMANO: X es el hermano de Y si, y sólo si, X tiene los mismos padres que Y. Inmediatamente pensará en un contraejemplo: Isabel tiene los mismos padres que Jim, sin embargo, no es su hermano. Esta definición no permite identificar las condiciones en las que se aplica el concepto HERMANO, porque supone que se aplica a un caso al que no se aplica realmente, el de Isabel.
¿Una filosofía?
¿Qué hay del veganismo? La Vegan Society, por supuesto, tiene razón al negar que se trata simplemente de una dieta: intuitivamente, Isabel no es vegana si boicotea la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos llevando un abrigo de visón forrado de cachemira. Ella es simplemente vegetariana. ¿Significa esto que, a diferencia del vegetarianismo, el veganismo es una filosofía? ¿Un concepto moral? En mi opinión, la respuesta es no.
La gente boicotea los productos animales por todo tipo de razones. Por ejemplo, tal vez considere que el consumo de estos productos perjudica a los animales más de lo que beneficia a los seres humanos; a menos que se niegue a beneficiarse de la explotación de los animales. A pesar de las apariencias, estas razones son fundamentalmente diferentes: la primera es de carácter prospectivo y evalúa el acto de consumo según sus consecuencias, a diferencia de la segunda, que mira al pasado y evalúa el acto de consumo según el origen del producto. Otro ejemplo: tal vez sólo tenga usted consideración por los seres sintientes; a menos que usted respete la vida en todas sus formas. De nuevo, estas justificaciones son claramente incompatibles: o bien tenemos obligaciones sólo con los seres sintientes, o bien tenemos también obligaciones con las zanahorias, los tulipanes y las bacterias. Tenemos que elegir. Intuitivamente, sin embargo, usted es vegano sea cual sea la razón que justifique su motivo de prescindir de los productos animales, sea cual sea la filosofía detrás de esa decisión. Así que el veganismo no es una filosofía.
¿Un concepto moral?
Por supuesto, se podría conceder todo esto sin dejar de argumentar que es un concepto moral. Por suerte, el veganismo no es un concepto, a diferencia del concepto de VEGANISMO —análogamente, las ballenas no son conceptos, a diferencia del concepto de BALLENA—. Nuestros camaradas de la Vegan Society probablemente quieran decir que el veganismo es un principio moral, un principio según el cual es inmoral consumir productos animales. Esta sugerencia tiene la ventaja sobre la anterior de que es compatible con la observación de que el veganismo puede basarse en una variedad de filosofías, ya que ese es también el caso de este principio. De hecho, el consumo de productos animales puede ser condenado porque daña a los seres sintientes o porque resulta de su explotación; refiriéndose a todos los seres vivos o sólo a los seres sintientes.
Porque es la esencia de la ética que sus principios se apliquen no sólo a los que los aceptan. Si una práctica es injusta, es injusta para todos, sin importar lo que piensen.
Aún tenemos un problema. Algunas personas no consumen productos animales por sensibilidad personal, pero siguen siendo bastante liberales en este sentido. Adoptaron esta actitud o este modo de vida porque no podían soportar causar el sufrimiento y la muerte de los animales, del mismo modo que uno evitaría asistir a un combate de boxeo porque no podría soportar la visión de la sangre, teniendo cuidado de no pensar que otros deberían hacer lo mismo. Claramente, estas personas no suscriben el principio moral de que no debemos consumir productos animales. De hecho, si aceptaran este principio, obtendrían la implicación obvia en un santiamén: los que están a su alrededor también deberían prescindir de estos productos. Porque es la esencia de la ética que sus principios se apliquen no sólo a los que los aceptan. Si una práctica es injusta, es injusta para todos, sin importar lo que piensen. Por eso los asesinos no pueden justificar sus acciones sobre la base de que el asesinato no ofende su sensibilidad. Y sin embargo, intuitivamente, la gente que boicotea los productos de la explotación animal por sensibilidad personal no es menos vegana que el activista más frenético del colectivo FLA. Moralidad: El veganismo tampoco es un principio moral.
Otro contraejemplo. Es el año 2050. Ya nadie consume nada que provenga de los animales. Gracias a la militancia más racional de asociaciones como Anima Naturalis y a la llegada a los mercados de sustitutivos que se asemejan a productos animales, la población primero redujo drásticamente su consumo de estos productos, antes de que una ley lo prohibiera completamente en 2049. Por supuesto, no todos los ciudadanos están convencidos de que es inmoral explotar a los animales. Algunos lo dudan, pero sin embargo aplican la ley al pie de la letra. Intuitivamente, estos ciudadanos son veganos, lo que confirma que el veganismo no es un principio moral.
¿Una forma de vida?
¿Cuál es, entonces, la característica compartida por todos aquellos individuos a los que nuestras intuiciones nos disponen a llamar veganos, ya sea que sus razones sean o no éticas, ya sea que estén orientadas al futuro o al pasado, ya sea que se refieran a seres vivos o sólo a seres sintientes? La forma en que consumen, ni más ni menos. Intuitivamente, llamamos veganas a aquellas personas (y sólo a aquellas) que no usan productos animales. ¿Qué más se puede concluir de esto, aparte de que el veganismo es simplemente una forma de vida? Al igual que las ballenas, las personas veganas pueden no ser especialmente capaces de definir el veganismo, a diferencia del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, que sabe exactamente lo que es un diccionario.Relacionadas
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El propósito de la asociación y el significado de la palabra «veganismo», que hasta ahora han sido objeto de suposiciones y preferencias personales, ha sido finalmente definido como:
«El propósito de nuestro movimiento debe ser el final de la explotación de los animales por el hombre.» y «La palabra “veganismo” significará la doctrina de que el hombre debe vivir sin explotar a otros animales.»
Leslie Cross primavera de 1951 uno de los fundadores de la Vegan Society él y Donald Watson , que pasaba los veranos en la granja de su tío donde vivió los dias más felices de su niñez, hasta que vio como mataban a un cerdo algo que le causó una conmoción muy grande y dejó de comer animales.
Los dos eligieron el término y la definición tardaron tres años. Hicieron mucho hincapié en que nunca se cambiara.
Gracias por este brillante texto. Es un placer leerlo y aprender sobre filosofía moral y análisis conceptual.
Sin duda, el peor artículo que he leído de elsaltodiario.com: enrevesado (quizás es una mala traducción), parte de unas definiciones y opiniones limitadísimas, ...
Incluso el objetivo de clasificar como "amoral" el veganismo es bastante irrelevante dado los datos objetivos de sus beneficios para el planeta, para la salud y de forma innegable para los animales que no son explotados y sacrificados.
Lejísimo de la calidad media. Por favor, no bajen tanto el listón.
ue nunca en mi vida he leído un texto tan enmarañado, difícil de leer e inútil como este. ¿A dónde se supone que quiere llegar con esto? ¿No se da cuenta de que llega a su conclusión (el veganismo no es una posición moral) a través de la premisa de que "existen personas veganas que no lo hacen por ética"? Es decir, que entra en un loop lógico? Con esa premisa ya nos está diciendo lo que cree que es el veganismo: un simple patrón de consumo. No está usando ningún tipo de razonamiento lógico, sólo diciendo "si x, por tanto x".
"Su trabajo se centra en la teoría del error en la metaética y en la crítica del especismo en la ética animal" ... Osea su vida dedicada a ser el mejor hater del veganismo. Y aun así no deja deja de argumentar falacia tras falacia.
Evidentemente no está informado sobre lo que es el veganismo, ya que sólo ha acudido a esas dos fuentes y no ha indagado el origen, por qué fue creado, cómo es que fue concebida su definición (no, la de la Vegan Society actual no es la válida moralmente, sino la de 1951), etc.
Es como si cualquiera hiciera un análisis conceptual partiendo de la definición de racismo en la RAE y de lo que X o Y consideren como racismo, cayendo en el relativismo moral.
Más información en abolicionnoregulacion.org