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Feminismos
Hacia adelante
Feminismo y ecologismo ofrecen propuestas radicales de transformación y de justicia social que los partidos están obligados a escuchar.
Diputada por Podemos en la Asamblea de Madrid y responsable del área de igualdad de Podemos en la Comunidad de Madrid.
Candidata de Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid
Feminismo y Ecologismo tienen detrás de sí años de lucha social y de pensamiento, de conceptualización y de movilización, pero ambos están viviendo en este momento concreto un renacer político y social que tiene que ver con la aceleración hacia el abismo de las políticas neoliberales. Y ambos comparten la defensa de la vida y la justicia social, aunque desde perspectivas diferentes.
El neoliberalismo, cuando decide acabar con el pacto social surgido después de la Segunda Guerra Mundial, lo que hace es poner de relieve en primer lugar una realidad que permanecía oculta: el capitalismo tiene una política sexual permanentemente invisibilizada que hace pasar por natural. Una vez que el neoliberalismo se lanza a la privatización de todos los servicios públicos, y no reconoce derecho alguno de aquellos que las constituciones surgidas al amparo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos habían incorporado (si bien jamás con el rango que obligaría a su cumplimiento y exigencia ante los tribunales), no queda un solo ámbito de la vida que no esté amenazado de comercialización. Y entonces se hace evidente que el neoliberalismo sólo funciona si las mujeres se ocupan de los trabajos de la reproducción social masiva y gratuitamente.
Al mismo tiempo se pone también de relieve una gran contradicción interna, las democracias neoliberales defienden formalmente la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, pero las mujeres no pueden, literalmente, acceder a la ciudadanía en las mismas condiciones, a no ser que se tomen decisiones estructurales que favorezcan dicho acceso. Hablando de manera simple: o se socializan y reparten los trabajos de cuidados o la inmensa mayoría de las mujeres tendrá que seguir haciéndolos gratuitamente y a costa de sus propias vidas. Los servicios públicos son de todos, pero la vida la sostenemos nosotras sobre nuestras espaldas. Y esa no es la promesa que se nos hizo, hemos estudiado, nos hemos creído libres, nos queremos iguales; y de ahí surge, en gran parte, el grito feminista que recorre el mundo. Las feministas no sólo gritan eso, sino que la denuncia de las terribles y persistentes violencias que padecemos se ha extendido también como una mancha de aceite por todo el planeta. De la vida diremos que queremos vivir las nuestras en igualdad sin que nadie sufra por ello.O se socializan y reparten los trabajos de cuidados o la inmensa mayoría de las mujeres tendrá que seguir haciéndolos gratuitamente y a costa de sus propias vidasY en el caso del ecologismo, encabezado ahora por los jóvenes, el grito surge de la conciencia de que el tiempo de tomar decisiones se agota. La crisis climática es una realidad que ya toda la población puede percibir con claridad, no es posible seguir engañándose ni engañándonos, como parece que pretenden hacer los gobiernos del mundo, violando acuerdo tras acuerdo y organizado una cumbre tras otra, para finalmente dejar que las cosas sigan igual. Son los jóvenes quienes ven peligrar el futuro, los que comprueban cómo las defensoras del medio ambiente son impunemente asesinadas en los países más vulnerables, quienes ven cómo nuestras ciudades se vuelven irrespirables, quienes comprueban que no se pone límite alguno a la comercialización de bienes que son de todos y que son imprescindibles para la vida sobre este planeta. Es la juventud la que presiente un futuro terrible en caso de que no se tomen decisiones rápidas destinadas a reformular un modelo productivo y un sistema económico depredador de la naturaleza y generador de abismales desigualdades sociales. En estos años, y especialmente lo hemos visto en los dos últimos, Madrid se ha convertido en una de las capitales mundiales del feminismo, como lo fue de las políticas LGTBI, del Movimiento de los Indignados, del 15M, de las Mareas…; esta comunidad ha demostrado ser rebelde, solidaria, tener afán de justicia y no se merece los gobiernos que la han asolado y expoliado en los últimos años y que llegaron, qué casualidad y qué ironía, tras el “tamayazo”, es decir, tras un fraude electoral perpetrado por Esperanza Aguirre. Desde entonces esta Comunidad ha sufrido un robo organizado y tan real que muchos de sus perpetradores están o estarán en la cárcel. Tenemos que desalojarlos y tenemos que proponer políticas valientes que no sean meros paliativos. Los paliativos, como han dicho los jóvenes ecologistas, ya no sirven. Y feminismo y ecologismo ofrecen propuestas radicales de transformación y de justicia social que los partidos están obligados a escuchar. La mitad de la humanidad, con el feminismo, se hace oír exigiendo justicia e igualdad. Exigiendo políticas que nos permitan construir buenas vidas, vidas vivibles para todas, libres de violencia y de discriminación. Pero, además, cuando defendemos las vidas de las mujeres estamos defendiendo las de todas las personas, estamos recordando que somos vulnerables, que nos necesitamos unos a otros, que dependemos unas de otras, que sin solidaridad social no se puede vivir dignamente.
Necesitamos servicios públicos eficientes, universales y gratuitos para que el cuidado no dependa de que las mujeres se sacrifiquen ni tampoco del dinero que se tenga. Es imperativo revertir las privatizaciones y devolver lo que es de todos y todas al común. Necesitamos tiempo para vivir: horarios racionales para cuidar y cuidarnos. Es imperativo volver a la jornada laboral de 35 horas para que la vida de todas las personas sea más que el trabajo asalariado y necesitamos educar en igualdad y feminismo para combatir las violencias machistas y las construcciones simbólicas y culturales que refuerzan el patriarcado, es decir, la desigualdad. Y en estos tiempos de reacción en todo el mundo contra la diversidad, defenderla es un baluarte para la libertad de todas. Las leyes LGTBI aprobadas en estos cuatro últimos años y que incluyen todo tipo de medidas destinadas a transformar la consideración de la diversidad: médicas, culturales, simbólicas, educativas, deportivas, etc. son leyes que el PP se ha negado a poner en práctica.
Necesitamos un plan de transición verde que coloque a la Comunidad de Madrid como referencia en la lucha contra el cambio climático y la crisis ambiental globalY en cuanto al medio ambiente y a las políticas ecológicas vivimos en una comunidad tremendamente dependiente de los recursos exteriores y que es, además, un inmenso acumulador de residuos. Después de años de gobiernos del PP ya nos ha quedado claro que, si les dejamos, la derecha lo vendería todo, hasta el aire (recordemos el impuesto al sol que no era otra cosa que el intento de comercializar su uso). No podemos dejar el futuro en manos de quienes ya han demostrado que no se preocupan por él. Y estamos en tiempo de descuento. Necesitamos un plan de transición verde que coloque a la Comunidad de Madrid como referencia en la lucha contra el cambio climático y la crisis ambiental global. Es importante que la gente sepa que ya se producen 15 muertes prematuras cada día asociadas a la contaminación ambiental y que se van a producir muchas más si no nos preocupamos de lo que respiramos, de lo que comemos, de lo que bebemos, de lo que fabricamos. En Podemos queremos implementar un Plan de Acción por el Clima que tenga como ejes prioritarios la sostenibilidad y la eficiencia energética, la implantación de energías renovables de forma masiva y la reducción drástica de emisiones. Sabemos que hay que reordenar la movilidad e invertir en el transporte que los madrileños y madrileñas usan para ir a trabajar desde los barrios más deprimidos, ese que los gobiernos del PP han dejado abandonado. En definitiva, queremos afrontar de una vez por todas, y al nivel de nuestra comunidad, una de las mayores crisis de las que se está doliendo el planeta entero. Necesitamos una transición ecológica justa, en la que las mayorías ganen y en la que las multinacionales que contaminan y expolian paguen. Y eso hay que hacerlo con una redistribución fiscal que haga pagar a quienes son los responsables de la contaminación, y que sirva también para construir una comunidad basada en la justicia social.No es posible aceptar que las mayorías sigan siendo las perdedoras de la crisis ecológica y que lo paguen con su salud y con el expolio de los recursos de todas y todos. El hecho de que la diferencia en la esperanza de vida entre un barrio rico y uno pobre en nuestra comunidad sea de 10 años significa que nos roban vida, literalmente. Y tanto feministas como ecologistas están hablando de eso, de la vida, de ponerla en el centro y de protegerla, de defender —y hacerlo con políticas concretas— que todas las vidas valen lo mismo. Feminismo y ecologismo nos están marcando el camino.
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¿Algo que decir sobre la traicionera venta de Madrid por el Carmenismo al BBVA los poderes financieros? ¿Sobre sus purgas a los que se han enfrentado a desahucios, robos y demás, con hechos y no palabras?¿no? No hay más preguntas. Seguid hablando de feminismo y ecología, bla, bla.
No os vais a comer ni los mocos en las elecciones, mucho postureo y ni una posición crítica con sustancia . Lo único bueno que puedo decir de Serra es que no se ha fugado con Errejón. Aún. Pero el nivel de tontería de este circo que pervierte el feminismo, el republicanismo y todo lo que merece la pena es para llorar.
Me parece todo estupendo... pero no me canso de decir que bajo el capitalismo hay unos limites, y o volvemos a hablar de superar este sistema, o todo quedará en papel mojado. Sin socialismo libertario no hay nada que hacer.
El texto suena a panfleto electoral. Qué Madrid quiera afrontar una revolución verde o que sea revolucionaria, es de chiste. Vivos de la energía que produce extremadura, provincia saqueada, despoblada y expoliada a vuestro interés. Lo que habría que hacer es desmantelar el templo del capitalismo en españa, Madrid es un engendro insufrible para el resto
Si realmente sois feministas, no deberías permitir que PI sea cabeza de lista ni secretario GENERAL, ha dado en más de una ocasión, en público TV muestras sobradas de machismo
Mucha vividora es lo que hay, con la excusa del feminismo. Una ya se cansa de trabajar como una burra para que otras puedan vivir del cuento sin dar un palo al agua. En el fondo todos van a lo mismo.