COP29
La COP29 cierra su acuerdo de financiación en 300.000 millones y corta la ambición de los países del sur

Después de dos largas semanas de negociaciones y más de un día de retraso en el que ha sido el año más caluroso de la Tierra desde que se tiene registro, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2024 (COP29) ha llegado a un acuerdo de mínimos sobre financiación climática. Muy lejos de los objetivos exigidos por los países del sur global, pero aprobados por cerca de 200 países que se comprometen a aumentar la financiación a 300.000 millones de dólares anuales para el año 2035. Esa es la meta, que no ha tardado en ser fuertemente criticada por países como Cuba, India o Bolivia.
El acuerdo alcanzado en la COP29 establece como meta general en la lucha contra el cambio climático reunir 1,3 billones de dólares para el año 2035, combinando recursos públicos y privados. Sin embargo, no se detalla explícitamente de dónde provendrán dichos fondos, algo que ha enfurecido a al Grupo de los 77 países menos desarrollados. El punto crucial, y la razón principal del retraso en la conclusión de este encuentro, radica en determinar cuánto deben aportar los países desarrollados para apoyar a las naciones con menos recursos. Esas cantidades, serán utilizadas por los países con menos recursos para paliar los efectos del cambio climático del que, desde luego, han sido responsables en mucha menor medida que los países del norte global. Con ellas, deberán tratar de reducir al máximo sus emisiones e ir relegando la utilización de combustibles fósiles.
La cumbre de Bakú (Azerbaiyán) ha sido celebrada en medio de un huracán geopolítico con decenas de conflictos armados en todo el mundo y apenas unos días después de la reelección de Donald Trump como presidente del país con mayor producción de combustibles de todo el planeta. En ese contexto, el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, ha manifestado que un acuerdo en Bakú era “esencial para mantener vivo el límite de calentamiento global de 1,5 °C”, aunque no lo ha dicho con satisfacción: “Esperaba un resultado más ambicioso, tanto en materia financiera como de mitigación, para estar a la altura del gran desafío que enfrentamos, pero el acuerdo alcanzado proporciona una base sobre la cual construir”.
Sin embargo, los países del sur no han puesto la otra mejilla. “Esta COP ha demostrado cómo los países desarrollados quieren eludir sus responsabilidades en materia de financiación de la lucha contra el cambio climático para con los países vulnerables. Es triste que, tras meses de negociaciones, hayan esperado hasta el último día oficial de la COP para presentar una cifra desalentadora“, explicaba, Rohey John-Manjang, ministro de Medio Ambiente, Cambio Climático y Recursos Naturales de Gambia, al final de la cumbre.
Del mismo modo, las organizaciones ecologistas y científicas del mundo han cargado duramente contra el acuerdo de mínimos: “En Bakú vimos cómo el futuro de nuestro planeta y la dignidad de innumerables vidas se reducían al mínimo, una concesión a gobiernos ricos decididos a eludir sus responsabilidades morales y financieras. Lo que se presenta como progreso el, en realidad, el mínimo común denominador”, reflexionaba Andreas Sieber, responsable de políticas en la organización ecologista internacional 350.org. En el Estado español, la decepción y la rabia es idéntica: “Lo que hemos vivido estas semanas en la COP29 es, simplemente, una desgracia para el planeta. La Unión Europea ha mostrado su incapacidad para afrontar los compromisos de financiación adquiridos desarrollando estrategias para sacudirse su responsabilidad histórica y climática“, explica Javier Andaluz Prieto, coordinador de Clima y Energía de Ecologistas en Acción.
En cambio, dentro de la política institucional europea, el relato es dulce. Así se refería al acuerdo de la cumbre el comisario de Acción por el Clima de la Unión Europea y exasesor de la industria petrolera, Wopke Hoekstra: “La COP29 será recordada como el inicio de una nueva era en materia de financiación climática. La UE seguirá liderando el proceso. Esta COP alcanzó un objetivo ambicioso y realista y ha aumentado la base de contribuyentes”.
La mirada puesta en Brasil 2025
Ahora, tras lo que organizaciones como Ecologistas en Acción o Greenpeace llaman “un año perdido”, los países más vulnerables a la agresividad del cambio climático, ponen sus fuerzas en preparar ya la COP30 de Belém en Brasil para el año que viene. El presidente brasileño, Lula da Silva, está ahora bien posicionado para que la COP30 sea la COP del “cambio de rumbo”, como él la ha llamado. Las emisiones continúan aumentando en una dirección desfavorable. En las últimas dos décadas, los 10 eventos meteorológicos más letales, científicamente vinculados al cambio climático, han provocado la muerte de más de medio millón de personas. Además, los desastres meteorológicos extremos generan costos anuales de 227.000 millones de dólares. Un elemento clave para evaluar el éxito de esta COP será el análisis de los planes climáticos nacionales, cuyo plazo de presentación vence en febrero de 2025 según lo acordado esta madrugada.
COP29
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