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COP26
Stephen Donofrio: “Salvar el planeta debería incentivar a los gobiernos a hacer mucho más”
“Todos podemos ser parte de la solución climática, pero poco puede hacer el individuo frente a la falta de compromiso político”, manifiesta el neoyorquino Stephen Donofrio a propósito de la 26 reunión de las Naciones Unidas sobre el clima, la COP26 que arrancó el 31 de octubre en Glasgow, en la que los líderes mundiales deberán decidir si adoptan un acuerdo más ambicioso, seis años después del tibio e ineficaz compromiso de París.
En esta edición participan delegaciones de 196 Estados, representantes de la Unión Europea, científicos y entidades de la sociedad civil, entre ellas, ONG o empresas como Forest Trends, cuyo proyecto Ecosystem Marketplace (EM), que difunde conocimiento sobre financiación para la conservación, dirige Donofrio.
A su juicio, esta cumbre difícilmente acelerará de forma considerable la lucha contra la crisis climática, pues “no es de acción como lo fue París. Glasgow nunca tuvo la intención de ser una COP de grandes compromisos nuevos. Más bien, su importancia radica en ser la primera vez que los estados miembros se reincorporan, tras sus promesas del Acuerdo de París, para revisar de forma actualizada sus contribuciones a nivel nacional y resolver cómo vamos a cumplir el límite parisino de los 1,5 ° C”.
“En concreto, estos nuevos planes nacionales pueden dar lugar a un aumento de la temperatura de unos 2,7 ° C a finales de siglo. Suena mal, ¿verdad? Si esto sucede, la ONU ha informado de que solo un aumento de 3-4 ° C resultará en una duración promedio de sequía de 10 meses, una probabilidad del 63% de un verano ártico sin hielo en cualquier año y el 41% de los mamíferos perderán la mitad de su hábitat”.
“No se ha abordado el problema de la transformación de las economías globales desde el sector energético, en nuestras ciudades y cadenas de suministro, qué y cómo consumimos, y cómo utilizamos los bosques y las tierras”
Por lo tanto, “el mundo está actualmente encaminado hacia un calentamiento climático que supera con creces los objetivos galos”, alerta, con lo que “todas las naciones deben seguir aumentando la ambición si queremos tener alguna posibilidad de lograr ese objetivo. Cada día, semana mes y año que esperamos, la vía de la sostenibilidad climática se vuelve cada vez más cara. Dicho esto, es cierto que hemos visto una mayor conciencia que ha llevado a más acciones y avances en los últimos años, tanto a nivel nacional como por parte del sector privado. Pero no se ha abordado el problema de la transformación de las economías globales desde el sector energético, en nuestras ciudades y cadenas de suministro, qué y cómo consumimos, y cómo utilizamos los bosques y las tierras”.
Ante la necesidad de reforzar la estrategia de lucha contra el cambio climático para evitar sus peores efectos, ya perceptibles en todo el planeta, el veterano activista, enfocado en el cambio climático y el desarrollo sostenible durante las dos últimas décadas, considera que los gobiernos, “aunque según la ONU han mejorado, todavía no es suficiente para alcanzar el objetivo de aumento de temperatura de 1,5 ° C, no olvidemos que el mundo está actualmente a 1 grado, y la mayor frecuencia de los eventos extremos igualmente apunta a una situación cada vez más grave ”. Por lo tanto, deberían hacer “mucho más”. “Si salvar el planeta, sus habitantes y recursos naturales no es suficiente, ¿qué incentivará a los gobiernos entonces?”, se pregunta.
Un desafío de tal calado, que pone en jaque a la humanidad, “requiere una acción más firme en forma de nuevas políticas gubernamentales, inversiones e incentivos, así como de la participación de todos”, señala Donofrio, también alma mater de Greenpoint Earth, iniciativa de Greenpoint Innovations que promueve objetivos climáticos mediante campañas informativas coordinadas con impactantes actuaciones artísticas de sensibilización en espacios públicos, algunas durante las principales convocatorias internacionales, como las COP o la Semana del Clima de Nueva York.
En la pasada cumbre, celebrada en Madrid, realizaron dos murales sobre la crisis climática y la lucha de las personas indígenas para salvar sus tierras, pero en Glasgow no han podido repetir, debido a que la pandemia “ha impedido realizar actuaciones de arte climático público más allá de la ciudad de Nueva York”, que reanudarán en 2022 con “proyectos emocionantes” además de mostrarse abiertos a colaboraciones. Su activismo busca “involucrar, inspirar, concienciar” e “impulsar a la acción” a las generaciones actuales y futuras allí donde se encuentran porque “todos podemos ser parte de la solución climática”.
“Ahora, más que nunca, necesitamos formas inmersivas de demostrar cómo todas las personas pueden desempeñar un papel importante en la protección de nuestro planeta para las generaciones futuras. Creemos que al hacer que los problemas ambientales locales y globales sean más personales, se puede empoderar a las personas para que marquen una gran diferencia”, explica. Lograrlo no es sencillo, sobre todo cuesta dar el primer paso, “la clave es que entiendan la relación con la realidad cotidiana, y luego, mientras el arte sigue vivo, el compromiso continúa, es lo que ha sucedido allí donde hay murales nuestros”.
“Nuestra esperanza es que la fuerza del arte, a través de artistas de primer nivel, les lleve a conectar con el mensaje y les inspire a pensar de manera diferente”, a darse cuenta de que “el cambio climático es algo más que el clima. Afecta muchos problemas ambientales, sociales y de biodiversidad que perjudican cada vez más nuestra salud, nuestras economías y la forma en que vivimos nuestras vidas. Es importante comprender que todo ello está conectado directamente con nuestras acciones individuales y la falta de regulación”, apostilla este educador, que colabora con varias organizaciones e instituciones para concienciar a los más jóvenes sobre la urgencia climática y la importancia de no darle la espalda para construir un futuro sostenible.
“El hecho de que ahora estemos experimentando el cambio climático y sus impactos nunca antes había sido tan real como ahora. Esta no es mi percepción, creo que todos lo estamos, y la causa es el ser humano, lo respalda el 99% de los científicos. Ya no se puede ignorar”.
Sobre la débil implicación ambiental de Estados Unidos y su participación en Glasgow, el activista neoyorquino señala que “es un ejemplo de un gran emisor que no está muy comprometido a nivel global en las COP”, y resalta que, junto con China, estamos ante “la potencia mundial que más contamina, cuando el cambio climático es un fenómeno global y también local. Se trata de un problema de todos pero, sobre todo, afecta a los más vulnerables”.