We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Catalunya
Andalucía vive con tristeza su "solidaridad con el pueblo catalán"
Tristeza. Esa parece ser la forma en que se están viviendo en Andalucía la tensa situación en Cataluña de los últimos días y la violencia del 1 de octubre. Andalucía clama en los últimos días en solidaridad con el pueblo catalán. Manifestaciones que no tienen unanimidad, vistas las balconadas con rojigualdas, pero sí una importante pluralidad. El 1 de octubre, con rapidez, salían a la calle Málaga, Sevilla, Granada y Campo de Gibraltar, entre otras. Ayer hubo protestas en Jerez y Córdoba.
De vuelta al espíritu 15M
Pasados apenas cinco minutos de la hora de la convocatoria en Sevilla, las siete de la tarde, la plaza de la Encarnación ya estaba inundada de 1500 personas que habían acudido en reacción a la represión contra el pueblo catalán a lo largo del 1 de octubre. Lemas coreados como “no nos representan” o “lo llaman democracia y no lo es”, inevitablemente, hacían viajar la memoria seis años atrás, cuando en ese mismo espacio, daba sus primeros pasos el 15M. Desde entonces “las Setas” han acogido multitud de protestas, pero en las conversaciones de hoy entre los manifestantes, además de rabia e indignación, se colaba cierta tristeza tejida desde hace días. Pero no estamos en 2011, sino en 2017, y la diferencia la marcan gritos inéditos hasta ahora en las Setas, como “¡Votarem!”. Varias veces se entonó el himno de Andalucía. Y además de otras alusiones clásicas a la policía o al bipartidismo, hay un lema que ha convertido tristeza, rabia e indignación en una sola voz unánime: “Solidaridad con el pueblo catalán”.
Hay un lema que ha convertido tristeza, rabia e indignación en una sola voz unánime: "Solidaridad con el pueblo catalán"
En Sevilla estuvo Pilar Távora, coportavoz de Izquierda Andalucista. “Llenísimo, fue una sorpresa por una convocatoria en dos horas y en domingo. Una voluntad de solidaridad con el pueblo catalán y pacífica absoluta. Incluso fue gente a provocar con banderas españolas, y se les invitó a irse y no pasó nada, aunque se presentaron provocando bastante” explica Pilar sobre una convocatoria “con gran civismo y la única voluntad de expresar una gran indignación”. La andalucista describe el ambiente como triste. “La gente estaba triste e indignada, pero no se respiraba ni violencia ni venganza”, comenta.
La tónica en Málaga fue similar. En torno a dos centenares de personas se dieron cita a partir de las 20.00 horas en la céntrica plaza de la Merced. Una amalgama de representantes de los distintos partidos políticos que conforman el fragmentado espectro de la izquierda malagueña, miembros del mundo sindical y, sobre todo, militantes y activistas de los movimientos sociales de la capital mostraron su rechazo a la represión estatal de manera abierta, al tiempo que mostraron su solidaridad con el pueblo catalán exigiendo la dimisión de Rajoy y más democracia. No obstante, por momentos, la protesta en Málaga evidenció cierto distanciamiento entre las distintas sensibilidades presentes en ellas: mientras que los distintos portavoces de las organizaciones políticas se sucedían ante un improvisado micrófono con discursos apelando a la lucha y movilización unitaria de los partidos de izquierda, entre el gentío los gritos entonando los lemas más conocidos del 15M fueron cobrando fuerza hasta imponerse.
La bandera tricolor es el hilo conductor de todas las protestas en Andalucía
Menos multitudinaria, pero existente, fue la protesta en el Campo de Gibraltar, donde medio centenar de personas se congregaron en la Plaza Alta de Algeciras. La bandera tricolor republicana, como en el resto de ciudades, fue el hilo conductor que unía la reivindicación. La tranquilidad en el ambiente, la tónica de todas ellas.
Choques en Granada
Sin embargo, donde sí hubo choques fue en Granada. A las 12 de la mañana del 1-O, aquella estrofa que clamaba por una “Andalucía libre, los pueblos y la humanidad”, puso nota de color y esperanza a la Gran Vía de Granada. La manifestación del Pueblo Trabajador Andaluz por el Derecho a Decidir y la solidaridad con Catalunya, convocada por el SAT, congregó en la Plaza del Carmen a unas 400 personas de diferentes colectivos que tomaron rumbo a la Subdelegación de Gobierno.
En Granada, la policía cargó contra los manifestantes pro derecho a decidir a la altura de Capilla Real, “mientras contuvimos a la gente que nos insultaba y nos intentaba agredir”, denuncia el SAT.
Desde el Sindicato Andaluz de Trabajadores denunciaron la falta de previsión por parte de Subdelegación del Gobierno al autorizar una concentración de ideas contrarias a escasos 50 metros del lugar donde finalizaba la convocada por su sindicato y la mala actuación de las fuerzas de seguridad. Asimismo, Cabello se muestra tajante y advierte que las personas que les insultaron, escupieron e incluso agredieron durante el desarrollo de la manifestación “solicitaron la concentración con posterioridad en el mismo lugar, y por tanto, Subdelegación les autorizó en el comienzo de Avenida de la Constitución, donde pudieron verse banderas anticonstitucionales y elementos ultraderechistas”.
La denuncia del sindicato continúa con un capítulo de represión policial a la altura de la Capilla Real, donde, para sorpresa de los participantes de la manifestación por el derecho a decidir, la policía cargó contra ellos “mientras contuvimos a la gente que nos insultaba y nos intentaba agredir”, explica el portavoz. Aquejándose además de “no tomar las medidas oportunas para que una manifestación legal tuviera la capacidad de desarrollarse con normalidad y permitir que nos interrumpieran alrededor de 40 veces”, concluye.
En Granada, pese a la convocatoria matutina, las novedades que llegaron desde Catalunya a lo largo del 1O, llenas de cargas policiales y balas de goma empujaron a unas 150 personas a sumarse a la convocatoria general en toda Andalucía a las 19:30 en la puerta frente a las Subdelegaciones del Gobierno. Al tono general de la manifestación de la mañana en la que predominaban los cánticos enalteciendo el ejercicio democrático que estaba realizando el pueblo catalán se sumaron otros cánticos que recriminaban al Estado la represión que desplegó en respuesta. Una manifestante, que prefiere que no conste su nombre por el temor a que le caiga encima una de las famosas multas exorbitadas de la Ley Mordaza, nos cuenta cómo hubo ambiente pacífico por parte de los asistentes a la protesta y pese a que "hubo provocaciones de gente haciendo el saludo fascista, nadie de los manifestantes cayó en la provocación."
"Hubo provocaciones de gente haciendo el saludo fascista, nadie de los manifestantes cayó en la provocación" explica un asistente a la protesta en Granada
Otro manifestante comenta que una vez terminada la concentración, decidieron volver en grupo hacia los barrios en los que vivían "porque avisaron que habían nazis por la zona". Cuando estaban cerca del parque del Triunfo, un coche de policía que les estaba siguiendo con las luces apagadas les paró. Entonces se bajaron los agentes y les pidieron que se identificaran, "cogieron del brazo a un compañero con bastante agresividad, unos agentes denegaron a dar su número de placa mientras que otro lo dijo con malos modos de forma que apenas se le entendía y se negó a repetirlo".
Vividos los primeros impulsos en Andalucía en solidaridad con el pueblo catalán, reflexionamos con cuatro actores presentes en las protestas de Málaga, Sevilla, Algeciras y Granada sobre cuál es el escenario que se abre tras el 1 de octubre y las primeras 48 horas de tensión.
La España autonómica, muerta
Ya en las legislaturas de Zapatero se hablaba de reformar el sistema de las autonomías. Esta idea fue motor de muchas de las actualizaciones de los Estatutos de Autonomía. También del frustrado Estatut catalán. Sin embargo, el esquema básico permanece, incluso con el PSOE y Unidos Podemos convencidos de la necesidad de una España federal. De ahí que distintos actores andaluces coincidan en certificar el acta de defunción de la España autonómica tras los virulentos sucesos del 1 de octubre.
Pilar Távora considera que la situación en Cataluña “va a dar paso, por fin, a una nueva constitución, imprescindible, y a un estado federal, imprescindible”. “Es el fin de lo anterior y el comienzo de algo nuevo”, afirma esperanzada. Adelantado respecto al final del modelo autonómico se muestra José Moreno, fechándolo cuando el Tribunal Constitucional tumba el Estatut. “Es un proyecto fracasado, nosotros convivimos con varios sistemas dentro de España: gobierno centralista, autonomías, provincias. Convivimos con un proyecto ya acabado, finalizado. Necesitamos reformular la manera en que nos organizamos”, reclama.
"La España autonómica es un modelo acabado, desde que el Constitucional tumbó el Estatut" opina José Moreno de Podemos.
Desde el Campo de Gibraltar, Claudia Amado, concejal de San Roque Sí Se Puede, va un paso más allá. Para ella, el 1 de octubre supone “cuestionar el modelo del 78, cuestionar la Corona y la Constitución. Una Constitución montada para que nada cambie, y menos aún el tema de las autonomías, visto que tiene que pasar por Congreso y Senado donde tienen (el bipartidismo) mayoría. Es un montaje para que todo esté bien cerraito” opina la concejala. Por eso estima que “si Cataluña logra tener independencia, como estado o de otra forma, es un dinamizador para el resto de autonomías, para reclamar más autonomía y combatir el centralismo madrileño”.
Angel, activista social de Málaga, se muestra más pesimista.“Me gustaria que si pero mi sensación es que no, que muy poca gente se cuestiona esto. La gente está indignada por la represión, pero muy poquita gente más allá de los círculos andalucistas o independentistas, se plantea un nuevo encaje territorial en el Estado. No veo un movimiento entorno a otro sistema”, lamenta.
28F, el otro referéndum “ganado en la calle”
“El referéndum andaluz se conquistó en la calle, y lo conquistó la gente. La única autonomía conquistada en la calle. Los andaluces debemos refrescar nuestra memoria” recuerda con vehemencia Pilar Távora. Mucho se ha mirado a Andalucía ante el desarrollo del procés. Unos en busca de esa quintaesencia de España, de la mayor autonomía, para refrendar el modelo territorial. Otros, en anhelo al gigante dormido, a la nacionalidad histórica luchadora. Para Távora, cual de estos papeles debe interpretar Andalucía es claro “como pueblo lo único que nos queda como dignidad moral es la solidaridad con Cataluña”. “Andalucía debe apoyar el diálogo y el encuentro con Cataluña por ser un pueblo hermano” en palabras de Claudia Amado, recordando a la inmigración andaluza durante la dictadura que origina que muchos catalanes de hoy tengan su origen familiar en Andalucía.
Fruto de esa conexión es José Moreno, mitad catalán, mitad andaluz. Para el coordinador provincial de Podemos en Granada el 4D fue “un momento de inflexión histórico en el que el pueblo andaluz gana su autonomía y no se la tiene que reconocer nadie; la ganamos primero en las calles, después en las urnas” y entiende que es un “reflejo de lo que ha intentado hacer el pueblo catalán”. De ahí que considere necesario que catalanes y andaluces “se deben concienciar de que este sistema está caduco, que necesitamos cambiarlo con una nueva fórmula de organizarnos”.
Pilar Távora reclama al gobierno andaluz "un papel coherente con lo que somos, una nacionalidad histórica. Desde Andalucía deberíamos reclamar un estado federal"
Sin embargo, aunque los actores consultados apuestan porque Andalucía cumpla con su papel de nacionalidad histórica, la realidad del momento es otra, con unas instituciones andaluzas que dieron su respaldo al Estado el día 28 en el Parlamento, calificaron de “proporcional” la actuación policial en voz del vicepresidente de la Junta el mismo día 1 o aplaudieron al Jefe del Estado a través la presidenta Díaz. Este papel de respaldo al modelo territorial por parte de la Junta es criticado por las voces consultadas. Para Moreno, el gobierno andaluz es coherente con su posición en el régimen del 78. “La Junta de Andalucía es un cortijo de la señora Susana Díaz y si cae Rajoy, posiblemente caerán ellos en circunstancias. Por lo tanto, les toca apuntalar este régimen porque son parte de él” considera Moreno. Távora valora también muy negativamente a la Junta. “Me entristece mucho, da mucha vergüenza el papel que nos imponen a los andaluces nuestras instituciones”. Un papel que Claudia Amado califica de “desafortunada, esperpéntica e hiper cómplice con el PP” refiriéndose a Susana Díaz. La andalucista reclama “un papel más coherente con lo que somos. Somos una nacionalidad histórica, y coherente con el momento político, deberíamos pedir un estado federal, es lo que debería pedir el gobierno andaluz”. “Desde el Gobierno andaluz se ha desarticulado ese movimiento que empezó el cuatro de diciembre, y que podría haber desembocado en algo más esperanzador. Hoy la autonomía andaluza es papel mojado”.
Ángel da un paso atrás, y estima que el papel de Andalucía está en “luchar por sus derechos, porque entiendo que la cuestión nacional es secundaria. Vivimos una situación de recortes y veo a la gente tan desmovilizada, con un PSOE instalado en el poder y no sucede nada”. Para el activista malagueño es prioritario atender las reivindicaciones contra los recortes en sanidad o educación, y “organizarnos en torno a organizaciones de clase, no en torno a PSOE, Podemos, CCOO o UGT”, opina. También en la cuestión social ahonda Távora, al calificar de fracaso “el modelo de la Junta de Andalucía” y lamentar que “somos el país andaluz con más tasa de paro, de fracaso escolar, sin soberanía energética y alimentaria pudiendo tenerla, sin un proyecto real de progreso”.
Por eso la andalucista confía en que de esa solidaridad con el pueblo catalán sirva para hacer memoria entre los andaluces y reconectar con el espíritu soberanista del 4 de diciembre. “Es una oportunidad para recordarles a los andaluces, a esos que salen gritando “a por ellos”, vergonzosamente “a por ellos”, recordarles que ellos tienen lo que tienen, de poco o de mucho, gracias a que también se salió a la calle a luchar por un referéndum y por urnas”. Una idea que Claudia Amado resume en que el pueblo andaluz “despierte y tome sus riendas para un proyecto social por su autonomía, que se ha quedado en papel mojado”, repite. Recordar, insiste la andalucista, que “las cosas se conquistan en la calle, no protestando en las barras de los bares y luego votando a los corruptos. Que las cosas no se conquistan sin pronunciarse y sin valentía”.