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Crisis climática
No es una crisis del planeta, es una crisis de la humanidad
Numerosas voces se alzan pidiendo la declaración del estado de excepción climática. Quedan tan sólo 10 o 12 años para cambiar de rumbo a nivel planetario y evitar lo peor de un cambio climático del que empezamos a percibir sus consecuencias. Pero el calentamiento global es solo una manifestación de una crisis más profunda, la de una forma de vida que por primera vez en su historia se enfrenta a los límites que le impone su propia supervivencia.
es ingeniero de telecomunicaciones, profesional y activista en el campo de la energía y el cambio climático.
Desde hace décadas la comunidad científica y los grupos ecologistas vienen alertando sobre algunos de los problemas que ahora se están intensificando: contaminación, residuos, cambio climático, pérdida de biodiversidad o sequías. En el año 1972 el Club de Roma publicaba el informe Los Límites del Crecimiento, que había encargado al MIT unos meses antes, con la conclusión evidente de que es imposible incrementar de forma indefinida el consumo de recursos del planeta.
Casi 50 años después todo sigue igual o peor. Somos conscientes de que nuestro modelo de vida no puede mantenerse por mucho más tiempo, pero no solo no lo cambiamos si no que profundizamos aún más en él. Se ha barajado hipótesis sobre la incapacidad del ser humano de actuar a largo plazo y sobre todo de anticiparse a los peligros que no son inminentes, en contraposición con unos ciclos naturales y planetarios que se producen a lo largo de cientos o de miles de años. Quizás la premura nos ayude a tomar decisiones. O quizás todavía vemos el peligro lejos en el tiempo o en el espacio. Quizás algunos mensajes no ayudan, como aquellas imágenes de osos polares en el Ártico, o como esas de un planeta en llamas.
Lo que está en juego no es el planeta, es la propia supervivencia del ser humano, la vida, nuestra vida, tal y como la conocemos
Porque el planeta no va a salir ardiendo. Lo que está en juego no es el planeta, es la propia supervivencia del ser humano, la vida, nuestra vida, tal y como la conocemos. El planeta seguirá aquí, con toda probabilidad, hagamos lo que hagamos, con mayor o menor número de especies animales y vegetales, con ser humano o sin él.
Como tantas otras especies que han aparecido y se han extinguido a lo largo de los últimos dos mil o tres mil millones de años, la humanidad puede desaparecer de la faz de la Tierra en un suspiro como quien dice, y la vida y el planeta seguirán su curso. Habrá sido un episodio efímero, apenas unos minutos o unas horas “humanas” en la vida del planeta, un resfriado leve.
¿Por qué debe importarnos entonces lo que hagamos? Puede incluso que el ser humano siga aquí durante otros 200.000 años o más. Es un ser capaz de adaptarse a situaciones muy variables y adversas, y pueden sobrevivir algunos millones de personas en algunos lugares del planeta, por muy difíciles que se pongan las cosas.
Los conflictos sociales y bélicos que pueden darse en un mundo con escasez de recursos pueden ser los peores que se hayan vivido nunca
Pero no nos engañemos, esto no sucederá para la mayoría de las personas. Miles de millones morirán o pasarán vidas muy duras. De seguir el rumbo que llevamos, podemos enfrentarnos a procesos catastróficos que reduzcan drásticamente la cantidad de alimento, de energía, y de materiales disponibles. La sociedad humana que hemos desarrollado, especialmente en las últimas décadas, industrial, tecnológica y globalizada, puede ver su fin al faltarle suministros básicos.
Pero sobre todo, lo que puede dar al traste con una sociedad que ha evolucionado de forma razonable en los últimos siglos o milenios, son los conflictos sociales y bélicos que pueden darse en un mundo con escasez de recursos, y que pueden ser los peores que se hayan vivido nunca, dado el enorme poder de destrucción que, en paralelo, hemos desarrollado.
Faltan probablemente algunas décadas para llegar a situaciones especialmente graves, pero las personas jóvenes de hoy vivirán seguramente experiencias duras. Como bien dicen, les estamos robando el futuro. A muchas personas, de hecho, se les roba el presente.
Por otro lado, ante la creciente huida de zonas depauperadas, inhóspitas, del hambre y de la guerra, se abre cada vez con más fuerza el auge del fascismo y la xenofobia, de sistemas autoritarios y cerrados, de la polarización social, los muros y las alambradas, las muertes en las fronteras y en los mares, las tensiones y el sufrimiento de miles o millones de personas. Ya está pasando, está empezando, y puede ir a más.
Ante este panorama solo nos queda la humanidad, en el mejor sentido de la palabra, la capacidad de empatía, de solidaridad y de apoyo mutuo, la generosidad con nuestros congéneres más allá de nuestros intereses personales, la voluntad de trabajar por lo colectivo, por un bien superior, la capacidad de no conformarnos con un destino autoimpuesto.
Los cambios que debemos realizar son enormes; llevamos miles de años en un proceso expansivo y acaparador, peleándonos por ver quién la tiene más grande. Esto incluye el funcionamiento de las empresas y el sistema económico, cortoplacista y depredador, por un sistema económico y social diferente: capaz de satisfacer las necesidades humanas sin poner en riesgo su supervivencia, que posibilite los avances tecnológicos, sociales y culturales en un marco de balance estable con la naturaleza, y de entendimiento entre las personas.
Se hace necesario un cambio cultural, un nuevo marco que genere ilusión, una historia que cambie la historia. Aún estamos a tiempo.
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se demuestra lo estúpida e infantil que es la especie humana. Muerta por su propia estupidez
La mitad de la poblacion mundial ya vive en la pobreza y sin recursos .....asi que las nuevas guerras serian solo por los deseos desmesurados de un pequeño porcentaje de la humanidad como siempre
Pequeño porcentaje? Somos muchos los que hacemos el mal, y no hay quien nos pare. Somos lo peor. La mayoría no escuchan y compran lo que les da la gana.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts, universidad privada estadounidense, publicó el mes pasado en su versión en español un artículo sobre la Emergencia Climática. Es el mismo organismo al que el club de Roma encargó el informe que se cita al comienzo de este artículo. Les dejo el enlace por si quieren leerlo (https://www.technologyreview.es/s/11112/la-gran-certeza-del-cambio-climatico-nuestro-estilo-de-vida-ha-muerto). Siguen diciendo este de El Salto y otros artículos que aún estamos a tiempo. Seguimos leyendo opiniones optimistas basadas en un "Green New Deal" que prometen posible enderezar el rumbo de los acontecimientos y paliar en parte la catástrofe si el Orden Internacional recupera la cordura. No sé si alguna vez la tuvo, y dudo que los pasos que den (que están dando) vayan encaminados a otra cosa que no sea blindar y proteger a las élites y dejarnos a la intemperie de los acontecimientos a todos los demás. Y es que la historia reciente y la anterior no muestran otra cosa más que esa: en épocas de crisis los poderosos hacen la guerra por los recursos energéticos (Siria, Irak...), levantan muros o alambradas(USA en México) acaparan las tierras de cultivo o minería,privatizan el agua o matan por el dominio de posiciones geoestratégicas de cualquier índole. Y estos pocos hechos tienen sus ejemplos en el presente y en el pasado ¿Por qué iban ahora las élites políticas y económicas globales a actuar de otra forma? ¿Greta dándose la mano con el Papá o acudiendo al Foro de Davos es un ejemplo a seguir, o es por contra una marioneta disuasora de acciones radicales en las calles como lo fue y es Al Gore..?
["Ese tipo de crisis podría producir un freno poblacional como los que se dieron en la prehistoria, ya que muchos miles de millones de personas morirán, o podría significar el fin de nuestra especie. No hay una manera real de saber qué sucederá, excepto analizando las catástrofes similares en el pasado, que han dejado a la Tierra como un cementerio de especies desaparecidas. Nosotros quemamos algunas de ellas para conducir nuestros coches."], dice el autor del artículo de la revista del MIT. Y a pesar de ello debemos continuar, agrega. Evidentemente debemos continuar, no hay otra opción, pero sin una autentica revolución económica y política pasaremos de ser la rana que alcanza el punto de ebullición en el cazo sin darse cuenta, a ser un estanque de batracios calcinados en la parrilla. Millones de personas tratan de huir ya hoy día de África y Suramérica por causas económicas relacionadas directamente con el agotamiento de recursos y con el llamado Cambio climático ¿Observan acaso que la Comunidad Internacional rica de Occidente haga algo en su favor? Pues eso: Seamos optimistas...
Vamos camino de autocumplir el mito omnipresente en las culturas de la Atlántida. Llevamos autodestryendonos muchas generaciones, solo que ahora disponemos de las herramientas tecnologicas para llevarlo a cabo de forma definitiva. El occidente anglo-germano-europeo, debería darse cuenta de nuestra ineludible responsabilidad y virar con fuerza y unidad, veremos qué sucede