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El 15 de octubre la guerra estallará en Málaga. En realidad, la guerra ya estalló hace mucho tiempo y sigue sembrando cadáveres. Lo que sucederá en La Casa Invisible es la exposición La guerra. Espacios-tiempos del conflicto, una ambiciosa muestra artística que tiene como objeto aquello que, desde que existe la memoria, rige el mundo: la guerra global, en sus múltiples caras.
Hasta el 1 de noviembre se podrá disfrutar en la muestra de las obras de Regina José Galindo, Democracia, Nuria Güell, Santiago Sierra, Sebas Cabero o Marina Salvo, que enfocan al conflicto permanente, ya se manifieste en forma de corrupción, desahucios, guerra de baja intensidad, paro, suicidios, el extractivismo de la riqueza natural para beneficio de unas pocas manos, los fundamentalismos, la guerra contra los pobres –ésa que Warren Buffet, la segunda persona más rica del planeta, sabe perfectamente quién la está librando y quién gana– o la desigualdad. También como enfrentamientos bélicos en sentido clásico, que siguen existiendo en pleno siglo XXI.
“Es necesario interferir en la lógica que ha tomado el curso de las cosas, hay que explorar más sobre la guerra, lejos de lo que se nos muestra en las películas, los medios de comunicación, muchos de ellos financiados por señores de la guerra, la educación, el espectáculo y cooperar, como buenamente podamos, con los pueblos en guerra, aun sabiendo que estamos tratando cuestiones en las que el miedo, la violencia y la destrucción son potentemente poderosos”, explica a El Salto Pedro José Mariblanca, de la organización de la exposición.
La muestra pretende analizar las nuevas formas de dispersión y propagación de la guerra, en sentido amplio, y poner en común los resultados de esa observación participante. Unos objetivos ambiciosos para el encuentro de artistas de diferentes disciplinas y el público que se acerque a la exposición.
“Puede parecer idealista –concede Mariblanca–, pero, en verdad, la cuestión de la guerra está ahí, y nos vamos a acercar a ella desde diferentes frentes, cada uno denunciando algunas de las manifestaciones más fuertes con que ésta se mueve por todas partes. Además, al ser nuestra exposición un proyecto itinerante, que se moverá por diferentes partes del mundo, estamos más ante un proceso que ante un acontecimiento”.
Desde la organización se asume la posición desde la que se plantea esta intervención sobre la guerra. “Quienes estamos en el interior de este proyecto sabemos de nuestros privilegios y, precisamente por ello, queremos responder ante los mismos, no podemos estar quietos mientras vemos pasar las cosas”, comenta Mariblanca.
En el cartel de La guerra. Espacios-tiempos del conflicto, aparece el nombre de Tout Nu, un colectivo mutante que trabaja desde la fotografía, el vídeo-arte y la performance. Su participación en la muestra consta de un trabajo fotográfico incluido en el proyecto 'Estatados', de Byron Maher, otro de los artistas que expone en Málaga.
“Nos gustaría provocar reacciones, cosas curiosas. ¡Un desnudo colectivo en la sala!”, dicen a El Salto entre risas sobre el objetivo que persiguen con esta obra, en la que trabajan “con el cuerpo desnudo, un recurso propio al que dar la vuelta y que no se use solo como mano de obra. Nos parecía muy poético mostrarlo enfundado en banderas”.
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