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Opinión
El móvil, la reparación, democracia, justicia, educación y calor
En una tienda de reparación y venta de móviles, la persona que me atiende considera que es mejor que me compre un nuevo móvil, comenta que por 60 euros es posible tener un nuevo smartphone y no merece la pena la reparación de mi viejo móvil.
Tras la oportuna pregunta acerca de cuánto me costaría la reparación de mi viejo móvil, la respuesta es que me costaría entre 30 y 35 euros. Según mis escasos conocimientos matemáticos 30 o 35 es menos que 60, por lo que insisto en la reparación.
Me comenta que no tiene la pieza, pero que en unos días estará aquí. Ante la imposibilidad de volver a la tienda en unos días y la angustia que nos provoca quedarme sin móvil unos días, pregunto por los smartphones de 60 euros. De esos, me comenta, que no tiene, que lo más económico que le queda es de 190 euros.
Toda esta conversación se desarrolla, mientras su jefe habla con un amigo o cliente criticando las decisiones de los tribunales que vulneran la democracia y que ocultan que los presos de ETA con asesinatos a sus espaldas están durmiendo en su casa para que pueda gobernar con el apoyo filoetarra la coalición socialcomunista.
El citado jefe se va despidiéndose de su amigo, aduciendo que tiene que ir a desayunar, y sin dirigir mirada y/o palabra a su empleado que ha desistido de venderme un nuevo smartphone o intentar la reparación del viejo.
Tras despedirme del empleado salgo a la calle que parece un horno (era 19 de julio, aniversario de la revolución anarquista española posterior al alzamiento fascista del 18 de Julio), con menos tiempo, menos certezas, el mismo móvil roto pero con el mismo dinero con el que entré.
Lo que he relatado es una anécdota, que como otras similares, pasan a diario.
Vayamos por partes, como Jack el Destripador, o como Moreno Bonilla en la privatización de Andalucía.
La reparación, parece ser que se ha impuesto la idea de que arreglar algo es caro, incluso si es más barato que comprar algo nuevo. En realidad, es el rollo de lo nuevo, de fardar, de lo que ahora se llama posturear, algo que desde luego que con un móvil viejo no se puede hacer. La compra como acto de necesidad.
La democracia, parece ser que la democracia, así como la libertad, es el nuevo término del que quiere apropiarse la derecha política española, así como el PP sacó más escaños que el PSOE en las pasadas elecciones legislativas, lo democrático sería que tuvieran el gobierno ellos, sobre todo si los que gobiernan se apoyan en independentistas y demás gentes de mal vivir.
La justicia, para los demócratas de centro de toda la vida, además de la monarquía y los poderes fácticos, la justicia, llena de jueces y magistrados que van desde el centrismo del Opus Dei a la derecha moderada del lumen dei, tienen la obligación de hacer contrapoder a los gobiernos progresistas que a veces tenemos. Así, no pueden comprender que en ocasiones beneficien a los gobernantes o exgobernantes del PSOE.
La educación, es algo que en general se va perdiendo cuando se va ascendiendo en la escala social, así, que un jefe no se despida de su empleado es normal para los jefes de ideas de la diestra, al fin y al cabo, ellos están hechos a sí mismos y no tienen que rebajarse ante sus subordinados.
Y por último el calor, ese horno en el que se convierten muchas ciudades por la falta de árboles y la abundancia de aires acondicionados aportando a la calle chorros de aire caliente que se mezcla con la calima.
Pues quizá, eso es lo que necesitamos:
Reparación, tanto para las víctimas del franquismo, como para la cantidad de víctimas de los diversos terrorismos que han actuado en nuestro país.
Democracia, no tanto para poder elegir el perro guardián del país, o el color del collar que lleva, sino para poder crear redes de apoyo y solidaridad que permitan desde reparar un móvil hasta crear hogares con viviendas asequibles y verdaderamente sostenibles.
Justicia, sobre todo social, no puede ser que en la misma localidad andaluza donde me piden un mínimo de 190 euros por el móvil más básico, haya miles de personas que no pueden ni encender un ventilador por temor a la factura de la luz.
Educación, esa de la que se quejan los de mi generación que consideran que la gente joven no tiene, mientras alaban a futbolistas millonarios borrachos gritando vivas a España.
Calor, eso necesitan sobre todo los niños y niñas con síntomas de hipotermia que llegan a las costas de Europa tras sufrir una travesía por el desierto, huyendo de la miseria.
Reparación, democracia, justicia, educación y calor son los valores propios de nuestros antepasados que se rebelaron ante el alzamiento del 18 de Julio. Seamos sus dignos herederos.
No paran de criticar
o más bien despotricar
La juventud busca su perdición
con tanto vicio
Letra de Vicio de Reincidentes