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Tribuna
DXC, en las entrañas de una huelga masiva en el sector informático
“Los informáticos no se mueven, son individualistas”, “con el teletrabajo es casi imposible hacer una movilización en el sector TIC”. Estas son algunas de las lamentaciones habituales en secciones sindicales del sector, habitualmente quemadas por haberlo intentado en el pasado y no obtener resultados. Fue también usado como excusa en asambleas de CC OO para justificar la firma del anterior convenio TIC, como siempre desastroso, tras valorar el seguimiento anecdótico de un paro del sector de dos horas convocado en junio de 2022.
Estos mitos y derrotismo se pasan como un testigo de carrera de relevos entre generaciones de sindicalistas. Algunas personas vivimos en carne propia como los desencantados de principios del 2000 nos lo repetían a los y las chavalas que queríamos cambiar las cosas. Cuando algún éxito ponía en cuestión ese mantra, se usaban argumentos ad hoc que reafirmaran que sólo se trataba de una excepción y no la norma. Y así hasta la fecha de hoy, siempre fatalismo durante dos décadas: alienados, pasotas, egoístas, que si la subcontratación, que si el teletrabajo, que si la abuela fuma… con las plantillas de informática no hay nada que hacer. Nunca. Jamás.
Como el método de domesticación del elefante al que enseñan desde pequeño que no puede romper la cadena que le sujeta, aunque de adulto lo podría hacer sin esfuerzo. Paradójicamente, nos domesticamos a nosotros mismos.
Pero hace unos días, más del 70% de 7.500 trabajadores y trabajadoras de la consultora DXC hicimos huelga 48 horas, con incidencias graves en servicios de grandes clientes y manifestaciones de cerca de un millar de personas en varias ciudades del Estado. La semana anterior, en el grupo Accenture se vivió la segunda jornada de huelga del grupo con miles de personas secundándola. En ambas empresas se reclama recuperación del poder adquisitivo. Pero, ¿no quedamos en que era imposible? No solo eso, días antes, en DXC los sindicatos convocantes ya sabíamos que funcionaría. No se lanzaron dados al aire a ver qué salía.
Las razones de estos éxitos objetivos son muchas y todas pasan por el esfuerzo y secciones sindicales activas que tengan interiorizado que es falso el obstáculo mental de la eterna derrota. Resaltaría una actividad elevada, cierta estrategia de largo plazo y definición de objetivos concretos asumibles que avancen el camino general. Pero todo ello daría para un artículo muy extenso, así que nos centraremos en el destripe de los siete días de huelga convocada en DXC, la fuerte afectación creada en grandes empresas del Ibex 35 y las administraciones públicas y la masiva respuesta de la plantilla.
Desde 2020, se ha perdido un 17,3% de poder adquisitivo, el equivalente a dos meses de nómina
La huelga de 7 días en DXC
Como en el resto del sector, en DXC hay unas condiciones objetivas favorables a la movilización: los sueldos mínimos del convenio TIC son bajísimos (cercanos al SMI), aunque la realidad del sector es estar por encima. Cuando se producen incrementos de las tablas, estos son absorbidos en nómina y los sueldos de la plantilla quedan congelados. Resultado: se ha perdido un 17,3% de poder adquisitivo desde 2020, el equivalente a dos meses de nómina. También hay otros colectivos en DXC con trabajo de call center o técnicos de campo, que cobran 30 míseros euros mensuales por encima del SMI: así no se puede vivir.
Siempre hay que tener un ojo en lo que están probando otros sindicatos. Fue muy interesante la preparación de la conocida como mega-huelga en Alemania a principios de 2023, organizada por el sindicato de servicios Ver.di. Citamos “La realización de la encuesta era un objetivo y una herramienta al mismo tiempo. Por una parte, permitió conocer de primera mano el estado de ánimo de las plantillas, su sentido de lo que era justo pedir y, hasta dónde, como colectivo, se estaba dispuesto a luchar. Esta encuesta arrojó resultados sorprendentes que mostraban que los y las empleadas, frente a demandas ambiciosas (al menos igualar la inflación en el nuevo convenio) estaban dispuestas a ir a la huelga y más allá”.
CGT realizó una encuesta a la plantilla de DXC en abril de 2023, hubo una participación muy elevada y con una predisposición mayoritaria a la huelga
Replicamos esa idea en DXC y sucedió lo mismo: la sección sindical de CGT realizó una encuesta a la plantilla durante el mes de abril de 2023, hubo una participación muy elevada y con una predisposición mayoritaria a la huelga. Huelga que se convocó en solitario por la CGT a mediados de junio de 2023, siendo la de segundo mayor seguimiento de la historia de la compañía, sólo superada por la explosión de un huelgón realizado diez años antes. Se replicó el mismo mecanismo de encuesta en otras empresas del sector, como Alten y Getronics que también hicieron huelga esa misma fecha, aunque con seguimientos no tan elevados.
Frente a la dispersión del teletrabajo, se activó una potente acción comunicativa (en los momentos álgidos un comunicado diario) y uso de herramientas telemáticas para realización de asambleas de trabajadores/as, combinándolas con presenciales.
Más madera para una mayor huelga
La sección de la CGT en DXC valoró muy positivamente la movilización, pero nos dimos cuenta de que no era suficiente. Como es conocido, las huelgas no se ganan moviéndonos solo los más concienciados, sino sumando a los dudosos, aquellos y aquellas que pueden llegar a hacer huelga, pero sólo en determinadas circunstancias de unidad o percepción de seguimiento mayoritario. Necesitábamos ser más.
Las huelgas no se ganan moviéndonos solo los más concienciados, sino sumando a los dudosos en determinadas circunstancias de unidad
Durante tres meses se iniciaron conversaciones con el resto de sindicatos, en la totalidad de empresas del Grupo con una única premisa: no descartar la herramienta de la huelga. Dos veces por semana intercambiábamos posiciones y, poco a poco, se fueron realizando acercamientos y construyendo consensos. Como se puede imaginar, casi todos los sindicatos teníamos historial de enfrentamientos mutuos, habitual en cualquier empresa, pero se fueron aparcando poco a poco por este objetivo común. Únicamente UGT en algunas empresas del Grupo, y después el pequeño sindicato RSTIC, no apoyaron activamente esta huelga y prefirieron jugar al conocido papel de esperar a recoger las nueces del árbol que otros movían.
Casi todos los sindicatos teníamos historial de enfrentamientos mutuos, habitual en cualquier empresa, pero se fueron aparcando poco a poco por este objetivo común, únicamente UGT y RSTIC no apoyaron
Estas reuniones se filtraban por ciertos delegados a RRHH, pero lejos de ser negativo, tuvo un cierto efecto positivo al conocer la empresa que se estaba construyendo una respuesta amplia, a pesar de que no se estaba haciendo propaganda de ello. Fruto de este contexto, la empresa aceptó “dialogar” aunque solo de lo que estaba dispuesta a ofrecer: puro maquillaje para que algunas secciones sindicales cercanas entraran en el juego.
Sabiendo que es difícil cambiar de posición a una multinacional con capital, y cultura empresarial norteamericana, se continuó con una campaña informativa intensa, pero no solo eso. De nuevo, repetimos la encuesta sobre la situación actual y opciones de movilización y de nuevo la respuesta superó expectativas. Las diferentes secciones sindicales iniciamos diversos actos de reivindicación para mostrar la unidad existente y visibilizar el problema: pancartadas, concentraciones, repartos o diferentes acciones disruptivas en los conocidos como “cócteles de navidad”, momento en que se reúne buena parte de la plantilla. En febrero, nuevas concentraciones ante el Mobile World Congress y en otras ciudades del estado. Nuevamente, salvamos la distancia del teletrabajo con asambleas por Zoom y uso de otras aplicaciones internas de la empresa, como Teams.
Resultado de todo ello, y ante la negativa de la empresa a negociar soluciones ante el mayor problema de la plantilla, se convocaron siete días de huelga en un plazo de tres meses.
Desde la sección de CGT en DXC, se abrió una caja de resistencia de varios miles de euros con fondos propios y obtenidos por vulneraciones en anteriores huelgas, para así facilitar la participación de personas con sueldos bajos.
Desde la sección de CGT en DXC, se abrió una caja de resistencia de varios miles de euros con fondos propios y obtenidos por vulneraciones en anteriores huelgas
Este 21 y 22 de marzo comprobamos el resultado. Miles de trabajadores y trabajadoras (estimamos un 70% de las 7.500 personas que forman el grupo) hicimos huelga los dos días. Cerca de un millar acudieron a las diferentes concentraciones y manifestaciones programadas. Conocemos quejas del Gobierno Canario por afectaciones en el servicio de Salud, Banc Sabadell, Zurich, Telefónica y muchos otros. Departamentos de entornos críticos con seguimientos del 85%-100%. Clientes que están valorando sancionar a DXC por no tener a nadie disponible. Compañeros y compañeras que se negaron a entregar el móvil de guardia para asegurar que estaría apagado durante la huelga, otras personas que se negaron a resolver incidencias graves ante llamadas de cliente. También, huelguistas han hecho llegar información de vulneraciones del derecho de huelga.
Las próximas jornadas están previstas para el 29 y 30 de abril, es complicado que después de una demostración de fuerza cualquier empresa levante la bandera blanca de forma ostensible, pero habrá que explorar las opciones que sin duda se irán abriendo para acercar el objetivo deseado de incrementos salariales.
El sector informático es crucial en un mundo tecnificado e interconectado. Nadie valora que todo esté funcionando porque se asume que es lo normal: no lo es. Si hay centenares de miles de personas en el estado español solucionando problemas cada día eso significa que sin ese trabajo tu comunicación con una administración por internet puede caer, los sistemas de pago electrónico tienen problemas, tu asistencia telemática para pedir una grúa no tiene porqué funcionar, el parque eólico o hidráulico de todo el estado puede quedar apagado si las comunicaciones se interrumpen y todos los etcéteras que creemos son firmes como una roca. En absoluto.
La movilización en empresas y consultoras informáticas tendrá sus obstáculos objetivos, como en otros sectores serán otros. El error que estamos soportando como una losa es la tradición sindical de repetir una y otra vez que no se puede. El tiempo que pase hasta que otras secciones sindicales comprueben que no es cierto es lo que determinará el momento en que cambie el sector entero y se ponga en marcha.
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Enhorabuena compañeros. Un abrazo fuerte Óscar, de Josué Carretero desde Extremadura. Un placer volver a saber de ti, y de que sigáis en la lucha