We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Transexualidad
Archivo de la Memoria Trans: la historia contada por nosotras mismas
El Archivo de la Memoria Trans es un espacio para la protección, la construcción y la reivindicación de la memoria de la comunidad trans argentina. Un espacio donde las supervivientes del colectivo trans y travesti, inspiradas en la construcción de la memoria que hicieran las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, intentan rescatar del olvido a sus compañeras y a ellas mismas, y hacerlo con voz propia, porque hasta el momento el único registro que se tenía de ellas era el policial o el de instituciones psiquiátricas.
El resultado es un archivo que contiene 10.000 documentos de un material que abarca desde comienzos del siglo XX hasta los años 90, y que ha servido de inspiración para la creación de archivos similares en otras partes del mundo. Una colección que incluye memorias fotográficas, fílmicas, sonoras, periodísticas, y diversas piezas museográficas: DNI, pasaportes, cartas, notas, legajos policiales, artículos de revistas, diarios personales y objetos.
En mayo de 2021, un canal educativo y cultural público argentino estrenó una miniserie de cuatro capítulos sobre cuatro historias recogidas en el Archivo de la Memoria Trans. Entre las historias que cuenta esta miniserie está la de Belén Correa que, junto a Claudia Pía Baudraco, fue una de las fundadoras de esta iniciativa de recuperación de la memoria trans.
Se podría decir que todo comenzó con una caja de zapatos. Baudraco murió en 2012 —unos meses antes de la sanción de la Ley de Identidad de Género—, y Correa recibió de herencia, de parte de su familia, una caja de zapatos con sus objetos y sus cenizas. “El archivo se fue armando a partir de un grupo cerrado de Facebook en el que participaron 1.400 personas trans argentinas”, señala Correa.
Correa es una de las primeras mujeres transexuales activistas de Argentina, que en 2014 se vinculó con la fotógrafa y artista Cecilia Estalles, quien le impulsó a visibilizar el material. Se conocieron en el marco de una investigación sobre diferentes travesticidios. “Empecé a trabajar con el caso de Gina Vivanco, asesinada por la policía en el 91, con fotos que me acercaron sus familiares y amigos, digitalice ese archivo, y ahí le propuse a Belén digitalizar las fotos que tuvieran las compañeras y armar un espacio físico. Al principio ella dudó, pero con el tiempo fuimos trabajando a la distancia —porque Belén vive en Alemania—. Ella me decía qué casas visitar, me hacía la entrada, y yo iba, buscaba el material y lo digitalizaba. Primero hicimos dos exposiciones pequeñas, más que nada para la comunidad, y en 2017 ya armamos un grupo de trabajo, y empezamos a diseñar la muestra del Espacio Cultural Nuestros Hijos que funciona en el ex centro clandestino de detención de la ESMA, ahí ya empezó a circular más el archivo”.
Las historias que cuenta el archivo hablan de experiencias que se repiten una y otra vez. En medio de provocativas poses, brillos y coloridas melenas, se despliegan, y se repiten, operativos policiales, continuas detenciones, torturas en la comisaría, bullying en la escuela y la familia
En esa misma época, el Archivo ganó el premio Ibermemoria y como parte de ese premio fueron formadas en documentación y gestión de archivos, una capacitación en la que también participaron el mexicano Fernando Osorio y el Archivo General de la Nación. Según Estalles, hasta ese momento, el material había sido trabajado de manera intuitiva, con los conocimientos que ella tenía de su formación como fotógrafa, pero al final consiguieron crear un sistema de gestión documental con la normativa de catalogación internacional. En 2018 el archivo obtuvo la personería jurídica y esto les permitió pedir becas y subsidios, tener un espacio de trabajo, pagar y recibir honorarios. “Uno de los objetivos que teníamos con Belén, es que fuera una fuente de trabajo para personas trans mayores, que se encuentran en situación de vulnerabilidad porque no tienen jubilaciones ni se les reconocen derechos porque quedaron excluidas de todas las instituciones”, sostiene Estalles. “Ahora hace unos meses que gracias al Fondo Internacional Trans alquilamos con contrato y tenemos un espacio que es nuestro. Fue todo muy lento, y con muchísimo esfuerzo”, cuenta.
Valijas
Las historias que cuenta el archivo nos hablan de experiencias que se repiten una y otra vez. En medio de provocativas poses, brillos y coloridas melenas, se despliegan, y se repiten, operativos policiales, continuas detenciones, torturas en la comisaría, bullying en la escuela y la familia. Por todo ello, escapar del olvido para ellas, más que para nadie, es crear comunidad. “El ser expulsadas de nuestras casas y familias hacía que no tuviéramos a nadie que reclamara por nosotras”, apunta Correa. “Tampoco teníamos hijos. Lo único que teníamos eran amigas de las que sólo conocíamos el apodo, ni siquiera su nombre legal, para poder buscarlas. Ese lugar de reparación hoy lo está ocupando el Archivo”.
De los cuatro capítulos de la miniserie, el de Correa es el que responde al título de “Valijas”. En parte, por los continuos viajes que debió hacer para huir de los estigmas y las persecuciones de las que son víctimas la mayor parte de las personas de este colectivo. En 2001 Correa se vio obligada a exiliarse. A partir de una entrevista en una revista de tirada masiva comenzaron a llegar amenazas a la casa de su madre y pidió asilo político en EE UU. Desde 2008 reside en Alemania. “En un país como Argentina, donde la identidad es tan importante, hasta 2012 nosotras no teníamos identidad, ni democracia”, reflexiona.
Identidad, memoria y derechos
La experiencia de Archivo Trans en Argentina es pionera. Entre las razones: el trabajo de identidad y memoria de los organismos de derechos humanos como las Madres y las Abuelas de Mayo, que les sirvió de inspiración, tal como reconoce Correa. A partir de la experiencia argentina, otros lugares fueron replicando y creando sus propios fondos. Canadá, Cuba, Colombia, Chile y Uruguay han impulsado sus propios proyectos. En su presentación, el archivo de Cuba reconoce estar inspirado en el de Argentina.
El Archivo de la Memoria Trans denuncia la persecución de la dictadura hacia las diversidades sexuales, lo que hizo que recientemente se empezara hablar de 30.400 desaparecidos, y no de 30.000 como hasta ahora
Pese a todo el trabajo realizado, todavía falta mucho para un reconocimiento y reparación de las violaciones de los derechos humanos que ha sufrido el colectivo travesti trans en las últimas décadas. El Archivo de la Memoria Trans denuncia la persecución de la dictadura hacia las diversidades sexuales, lo que hizo que recientemente se empezara hablar de 30.400 desaparecidos, y no de 30.000 como hasta ahora. “Estamos en una primera etapa de un proceso de memoria, verdad y justicia. Recién estamos empezando a reconstruir la memoria; la verdad la instalamos cuando empezamos a ser escuchadas, y la justicia todavía no la tenemos porque tuvimos una Argentina con una reparación hetero-cis”, concluye Correa. “Nosotras no tuvimos ni ‘madres’ ni ‘abuelas’ que reclamaran por nuestros cuerpos. Los grupos de derechos humanos todavía tienen una gran deuda con la población trans para poder cumplir una reparación histórica”.
Para Estalles, la cosa no es muy distinta, aunque aclara que ella siempre habla desde su condición de persona cis. Tanto Correa como Estalles afirman que en la actualidad solo quedan unas 90 personas trans mayores de 65 años que pueden dar testimonio de la época de la dictadura, y no han tenido ningún reconocimiento del Estado como víctimas de un genocidio. “Lo que queremos es que haya una reparación real porque esas personas fueron las que lucharon, pusieron el cuerpo y se comieron los palos de la policía”, sostiene Estalles. “Ellas eran la mano esclava en los centros clandestinos, las que lavaban los autos llenos de sangre, y de eso no se habla. También hacían servicio sexual para los presos o los gendarmes. Las compañeras están en una situación muy crítica, y se mueren todo el tiempo, y es sólo por falta de voluntad política. De algunas de ellas pudimos rescatar su memoria, pero quedan muy pocas. La memoria es un privilegio hetero-cis, y desde el archivo estamos recuperando las memorias de la dictadura”.
En este sentido, y por primera vez, en el pasado mes de abril, se dictaron procesamientos por crímenes de lesa humanidad relacionados con secuestros, torturas y abusos contra el colectivo travesti y trans durante la dictadura. Una decena de civiles, militares y policías retirados fueron procesados por violaciones de los derechos humanos.
Del carnaval a la vida real
Otra de las historias que cuenta la miniserie es la de Cinthia Aguilar, que rememora el momento del carnaval como aquel espacio donde podían sentirse libres, donde el resto de la sociedad se maravillaba con su presencia. “En la vida real toda esa gente es la que después nos discriminaba al vernos de civil”, afirma. Hasta hace unos pocos años la presencia de la comunidad travesti trans como parte del espectáculo del carnaval era uno de los pocos espacios donde estaba, de alguna manera, legitimada. En los otros relatos, Edith Rodríguez cuenta sus historias de amor, entre ellas, con otra chica trans de la que se enamoró. Y Julieta González, alias Trachyn, agradece no haberse tenido que ir de su casa y la buena relación con su familia. También destaca que siempre supo quién era, pero reconoce que el día más feliz fue aquel en el que obtuvo su DNI tras la Ley de Identidad de Género. Al final de cada capítulo de la miniserie aparece una placa negra que señala que el promedio de vida de las personas trans en Argentina no supera los 40 años.
Con las leyes de Matrimonio Igualitario (2010) y de Identidad de Género (2012), Argentina inició un largo camino de reconocimiento de derechos en materia de género que hoy la posiciona como un referente en la materia en la región, todo ello gracias a la enorme presión ejercida por un movimiento feminista que no para de crecer, y a las demandas históricas de los movimientos de mujeres y disidencias. De esta manera, si bien la legislación ha evolucionando, muchos de estos movimientos reclaman el efectivo cumplimiento de estas normativas. Sin ir más lejos, una de las últimas leyes en ser aprobadas en julio de 2021 fue la de cupo laboral travesti trans, que establece que el sector público nacional debe reservar, al menos, el 1% de sus cargos y vacantes para personas travestis, transexuales y transgénero.
El objetivo del archivo es compartir sus fotografías y preservar el material de la constante destrucción o pérdida que representa la muerte de las personas trans que vivieron las últimas décadas de historia argentina. “La visibilidad permite cambiar la visión que la sociedad tiene sobre nosotras porque hasta hace poco la única visión que tenían era la del fotógrafo cis, el psicólogo, el psiquiatra o la de los archivos policiales”, precisa Correa. “A partir del archivo lo contamos de la forma en que nosotras sabemos contarlo, con nuestras propias experiencias, y no hay un tercero que cuenta nuestras historias, como venía pasando hasta ahora que era la prensa que tenía la potestad de contar sobre nosotras. Hoy nosotras nos contamos a nosotras mismas”.