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Sanidad
La farmacéutica Boehringer, denunciada ante la Unión Europea por extraer datos de la sanidad pública
La denuncia de un trabajador contra la farmacéutica Boehringer por la extracción y uso de datos de pacientes y documentos internos de la sanidad pública de Andalucía y Extremadura llega ante el Supervisor Europeo de Protección de Datos.
La denuncia contra la farmacéutica Boehringer por apropiación de datos de pacientes de la sanidad pública de Andalucía y Extremadura ya ha llegado ante el Supervisor Europeo de Protección de Datos. El pasado 22 de diciembre, el denunciante, Rafael Fernández, trabajador en la empresa farmacéutica durante 30 años, que denunció el caso de esta apropiación en marzo de 2017, dio un paso más en su denuncia y remitió la información de la que dispone a este supervisor europeo.
Todo comenzó cuando Rafael Fernández, que trabajaba como lobbista de la farmacéutica ante las administraciones sanitarias en Andalucía y Extremadura y se dedicaba a tratar de influir ante políticas que pudieran suponer barreras a los intereses de Boehringer, comenzó a recibir de su empresa documentación “extraída ilícitamente”, que incluye documentos y comunicados internos de los servicios autonómicos de Salud de Extremadura y Andalucía, pantallazos de sistemas informáticos con datos de pacientes y de funcionarios públicos, con historias clínicas de pacientes, visados médicos de fármacos, etc.
Consciente de que aquello podía constituir un delito muy grave, el trabajador empezó a sufrir una severa ansiedad que derivó en una baja médica. “Un abogado penalista me dijo que aquello podía ser un delito penal de revelación de secretos, además de una presunta violación de derechos fundamentales, pues se estaban obteniendo y difundiendo datos personales de pacientes de los sistemas sanitarios estatales”, dice a El Salto este trabajador, en sus primeras declaraciones a un medio de comunicación.
En diciembre de 2015, Fernández, por “lealtad a la empresa”, decidió comunicarlo oficialmente al Departamento Legal de Boehringer, que le exigió que le entregara de nuevo las pruebas documentales, algo a lo que se negó por contener datos personales e información privada, por lo que Boehringer le impuso una sanción de empleo y sueldo que no se pudo aplicar por hallarse el trabajador de baja. En una situación que califica como de acoso por parte de la empresa, a Fernández se le diagnostica un trastorno adaptativo mixto de ansiedad y depresión y la Seguridad Social le reconoce una incapacidad permanente con una minusvalía del 65%. El conflicto laboral se halla ante los tribunales y el trabajador reclama que se lo proteja como filtrador.
Denuncias
Rafael Fernández era consciente de que tenía la obligación de denunciar esta situación en cumplimiento de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que establece que “los que por razón de sus cargos, profesiones u oficios tuvieren noticia de algún delito público, estarán obligados a denunciarlo inmediatamente al Ministerio Fiscal, al tribunal competente, al juez de instrucción…”. Por ello, contactó con la Asociación Defensor del Paciente, que elevó una denuncia a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en marzo de 2017, y esta derivó el caso a la Fiscalía Provincial de Barcelona por encontrarse allí la sede social de Boehringer en el Estado español. Poco después, la Agencia Española de Protección de Datos abrió una investigación y deberá pronunciarse sobre este caso antes de un año, es decir, a más tardar en marzo de 2018.“Esto está comunicado a Farmaindustria, a la Fiscalía, a la Agencia de Protección de Datos, a la propia empresa, a la dirección corporativa de la empresa en Alemania y a los Servicios de Salud de Andalucía y Extremadura”, dice este trabajador a El Salto. Según Fernández, cuando la Agencia Española de Protección de Datos ha pedido información a los servicios de salud de Andalucía y Extremadura, “ellos dicen que no saben nada, pero estos dos servicios son los responsables de la custodia de esos datos, y por lo tanto hay responsabilidad. Decir que no tienen nada que ver me parece una manera torticera de quitarse de en medio”.
Con la extracción y utilización de datos de pacientes del sistema público de salud, Boehringer puede estar infringiendo varios derechos fundamentales presentes en la Constitución, como el derecho a la intimidad o el derecho a la protección de datos. También puede estar infringiendo la Ley General de Sanidad y el Código Penal. Además, “desde un punto de vista empresarial se produce un supuesto abuso de mercado con uso de información privilegiada”, afirma Fernández.
Mientras las instancias estatales se pronuncian sobre el caso, Fernández y la Defensora del Paciente han elevado el caso ante las autoridades europeas, pues Boehringer también puede haber vulnerado la directiva y el reglamento europeos sobre protección de datos, entre otras legislaciones. En agosto, el caso llegaba ante la Comisión Europea, que ha solicitado y recibido las pruebas documentales, mientras que el 22 de diciembre se elevaba a la máxima autoridad europea en materia de protección de datos.
“Yo te puedo decir que esto era una práctica habitual, en base a los emails corporativos que yo recibía continuamente y que están entregados ante la AEPD como prueba directa”, indica Fernández, que añade que “toda esa información me la remiten directivos de la empresa, están en copia y son conocedores directivos de máximo nivel: el jefe nacional de ventas, el jefe nacional de márketing, los jefes regionales…, las máximas jerarquías de la empresa”.
Además, según Carmen Flores, la Defensora del Paciente, no se trata solo de Andalucía o Extremadura ni únicamente de Boehringer: “Creemos que esto puede estar pasando en toda España. Nuestros datos se los están dando a esta farmacéutica y desconocemos si esto está ocurriendo en todas las farmacéuticas y nos parece muy grave”. Flores añade que “no nos creemos que no lo sepan las autoridades sanitarias”. Estas autoridades, por su parte, siguen sin pronunciarse sobre la filtración de documentos y datos de la sanidad pública para ayudar a los intereses de una empresa farmacéutica.
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El poder judicial y la agencia Española de Protección de datos, tienen mucho que decir en este caso, todo mi apoyo y respeto al trabajador.
A las grandes firmas les da igual. Mi caso es que a la semana siguiente de acudir al otorrino de la seguridad social, recibí una carta a mi nombre de GAES invitándome a una revisión por mi edad. Mi mujer que pertenece a otro sistema sanitario no la recibió, así que la explicación de qué es por la edad ni es cierta.
Es gravisimo... saldra en las noticias???Ojala no le pase nada al trabajador.ole sus narices...el poder delas farmaceuticas es inimaginable....
Impresionante la valentía y dignidad del trabajador que ha denunciado todo esto, ojalá hubiera más gente así
Parafraseando a Kapuscinski "Cuando los datos de la gente empezaron a ser traficados a cambio de dinero, las personas dejaron de importar"... Nota: Valiente este "whistleblower" (filtrador), gracias
Y vara, medico en excedencia, no va a tomar medidas internar y depurar responsabilidades x estas filtraciones?