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Coordinador de la sección de economía
La gestión de los envases en España está copada por una empresa: Ecoembes. Tras una imagen corporativa basada en el amor a la naturaleza y sociedades colaborativas se encuentran las multinacionales distribuidoras más grandes del planeta: Unilever, Coca Cola o Procter & Gamble, todas ellas conocidas por las numerosas denuncias que acumulan por graves daños al medio ambiente. Más de 2.200 empresas se han unido en un negocio tan opaco como lucrativo.
SIG, Sistema Integrado de Gestión, es el modelo de gestión de Ecoembes. En este sistema, una gran empresa organiza a los distintos actores que interactúan: administraciones públicas, ciudadanía y empresas de reciclaje.
La Comunidad Valenciana, gobernada por Compromís, Podemos y PSOE, ha intentado recientemente implantar un modelo mixto, añadiendo, además del SIG, el SDDR, Sistema de Depósito, Devolución y Retorno. Con este sistema, las personas pagan un poco más al comprar los envases y tras su devolución reciben una pequeña cantidad de dinero por el retorno.
La iniciativa de la Generalitat ha despertado una gran polémica por la virulencia con la que se ha opuesto Ecoembes. Las razones de la Comunidad Valenciana son claras: existen muchos envases que se quedan tirados en el monte o las calles que no llegan al contenedor amarillo y que con el SDDR serían reciclados. “Un SDDR favorece la recogida diferenciada de envases, permitiendo mejores tasas de recuperación, y abre la puerta a envases retornables, que permitirían la reutilización, con un menor coste ambiental que el reciclaje”, apunta Alberto Vizcaíno López, autor del blog productordesostenibilidad.es.
El modelo de negocio de Ecoembes es claro: cuantos más envases de usar y tirar se consuman, más ingresos obtiene
El SDDR se utilizaba en nuestro país hace años y en la actualidad está implantado en Alemania o Noruega. Sus cifras de recogida y reciclaje son mucho más altas que las nuestras. “En las encuestas que se han hecho en los últimos 40 años, existe un consenso del 85% por parte de los ciudadanos y ciudadanas, que ven con buenos ojos volver a esta práctica”, comenta Miquel Roset, director de Retorna, una organización que defiende el SDDR.
La gestión de los envases en España está copada por una empresa: Ecoembes. Tras una imagen corporativa basada en el amor a la naturaleza y sociedades colaborativas se encuentran las multinacionales distribuidoras más grandes del planeta: Unilever, Coca Cola o Procter & Gamble, todas ellas conocidas por las numerosas denuncias que acumulan por graves daños al medio ambiente. Más de 2.200 empresas se han unido en un negocio tan opaco como lucrativo.
SIG, Sistema Integrado de Gestión, es el modelo de gestión de Ecoembes. En este sistema, una gran empresa organiza a los distintos actores que interactúan: administraciones públicas, ciudadanía y empresas de reciclaje.
La Comunidad Valenciana, gobernada por Compromís, Podemos y PSOE, ha intentado recientemente implantar un modelo mixto, añadiendo, además del SIG, el SDDR, Sistema de Depósito, Devolución y Retorno. Con este sistema, las personas pagan un poco más al comprar los envases y tras su devolución reciben una pequeña cantidad de dinero por el retorno.
La iniciativa de la Generalitat ha despertado una gran polémica por la virulencia con la que se ha opuesto Ecoembes. Las razones de la Comunidad Valenciana son claras: existen muchos envases que se quedan tirados en el monte o las calles que no llegan al contenedor amarillo y que con el SDDR serían reciclados.
El modelo de negocio de Ecoembes es claro: cuantos más envases de usar y tirar se consuman, más ingresos obtiene
El SDDR se utilizaba en nuestro país hace años y en la actualidad está implantado en Alemania o Noruega. Sus cifras de recogida y reciclaje son mucho más altas que las nuestras. “En las encuestas que se han hecho en los últimos 40 años, existe un consenso del 85% por parte de los ciudadanos y ciudadanas, que ven con buenos ojos volver a esta práctica”, comenta Miquel Roset, director de Retorna, una organización que defiende el SDDR.
El modelo de negocio de Ecoembes es claro: cuantos más envases de usar y tirar se consuman, más ingresos obtiene. “Si se implantase un SDDR que sacase del sistema integrado los envases con más interés para el reciclaje, los resultados de Ecoembes se verían seriamente afectados, tanto en lo económico como en porcentaje de material recuperado —explica Vizcaíno—. Un modelo SIG como el que tenemos actualmente, basado en un contenedor amarillo de envases ligeros, obliga a mezclar muchos tipos de residuos y materiales diferentes, dificultando su posterior recuperación”.
En el resto del Estado, el problema con las cifras de reciclaje se mantiene, no salen las cuentas: “Asturias un 13%, Madrid un 47%… Quizá alguna otra comunidad autónoma lo esté haciendo francamente bien y consiga elevar la media, pero ¿cómo llegaríamos hasta el 75%? A estas alturas ya sabemos que las estadísticas oficiales sobre residuos no coinciden con las de la industria del envase de usar y tirar”, señala Vizcaíno.
Basta con cruzar las cifras anuales que presentan las empresas de envases fabricados y puestos en el mercado en el Estado: Coca Cola, 9.000 millones; la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasadas, 4.900… De los 17.000 millones de envases de los que presume la industria a la hora de hablar de volumen de negocio a los 7.000 millones de los que dice responsabilizarse.
Un negocio redondo
Las dos flechas enroscadas que identificamos como símbolo del reciclaje es lo que se denomina el punto verde, e indica que la empresa que produce el envase ha pagado una tasa para su gestión posterior. Esa tasa se cobra a los consumidores al comprar el producto. “Pagamos dos veces. Cuando compramos un envase pagamos el punto verde, y luego pagamos la tasa de basuras municipal”, dice Alodia Pérez, responsable de Recursos Naturales y Residuos en Amigos de la Tierra.
Ecoembes reparte muchos millones de euros entre los ayuntamientos cada año, en torno a unos 500, y eso le otorga mucho poder
Sin embargo, el contenedor amarillo no lo gestiona Ecoembes, sino los ayuntamientos. Las tornas se cambian y es la empresa privada la que paga a una Administración Pública por la gestión de un servicio a la ciudadanía. “Ecoembes reparte muchos millones de euros entre los ayuntamientos cada año, en torno a unos 500, y eso le otorga mucho poder”, dice Roset.
Lo más perverso es ver cómo Ecoembes dice que se recicla el 70% y cómo el Ministerio acepta esas cifras, al menos públicamente. Nadie está poniendo en su sitio a esta empresa. Además, amenaza con que si ponen en marcha el sistema de retorno van a ir a la bancarrota y no van a poder dar el dinero que dan a los ayuntamientos”, añade Roset.
Una vez se han recogido los contenedores amarillos, el Ayuntamiento los lleva a las plantas de gestión de residuos, generalmente públicas. Allí los residuos se separan y una vez retirados los materiales del contenedor amarillo que no deberían estar ahí, los impropios, Ecoembes paga a los ayuntamientos según el peso de lo recogido. “Ecoembes debería pagar en función del número de envases que pone en el mercado, no en función de lo que se recoge en el contenedor amarillo. Si no están bien separados, los envases pueden acabar en vertedero o en incineradora”, admite Pérez.
A las plantas de gestión de residuos se dirigen los fabricantes y allí compran los envases a Ecoembes para volver a utilizarlos. “La asociación de empresarios de PET, el material que se usa para embotellar el agua, que sí compran restos, dice que les llegan muchos impropios, pero Ecoembes es la única fuente que tienen para comprar envases de segunda mano”, añade. Ecoembes, por tanto, cobra dos veces: a la ciudadanía por el punto verde y a los fabricantes por el material separado.
Existen estudios que demuestran que el SDDR es mucho más eficaz que el SIG, sin embargo, en España ha sido imposible implantarlo hasta ahora.
El lobby que realiza Ecoembes para mantener su imperio y defender su sistema de gestión es inmenso
El lobby que realiza Ecoembes para mantener su imperio y defender su sistema de gestión es inmenso. Ecoembes financia cátedras universitarias, periódicos, radios, organizaciones y campañas de publicidad. Patrocina la sección de medio ambiente de los periódicos de gran tirada, como El País, Público, El Mundo o eldiario.es, también la Cadena SER.
“Hablando con periodistas me han comentado que pueden hablar de cualquier cosa menos del sistema de depósito si el patrocinio lo realiza Ecoembes”, comentan en Amigos de la Tierra. “La única cátedra que se dedica al estudio de los residuos en la Universidad Politécnica de Madrid es la Cátedra Ecoembes. Recientemente ha sacado estudios con las universidades de Alcalá de Henares y Valencia sobre lo perjudicial que era el sistema de depósito, con muy poco rigor. Para calcular los costes del sistema, por ejemplo, han utilizado el precio del metro cuadrado de la calle Serrano de Madrid, que evidentemente no es significativo ni similar al metro cuadrado de los comercios al uso”, denuncia Pérez.
Una S.A. “sin ánimo de lucro”
Si hay algo que llama la atención de esta empresa es su forma jurídica. Ecoembes es una “sociedad anónima sin ánimo de lucro”. Este apellido, sumado a su monopolio del reciclaje, facilita mostrar una imagen de ONG medioambiental. Pero esa imagen se resiente cuando comprobamos quién está detrás del accionariado de esta S.A. Son más de 12.000 empresas las que están adheridas al sistema de Ecoembes, pero solo unas 60 conforman su accionariado.
El 60% del accionariado está controlado por el “grupo de envasadores”, en el que se encuentran la mayoría de las grandes compañías de alimentación y bebidas, las principales productoras de envases. Gigantes como Campofrío, Bimbo, Danone, Nestlé, L’Oréal, Procter & Gamble o Henkel se unen en este curioso accionariado sin ánimo de lucro a PepsiCo y a Coca-Cola, representada mediante la Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes.
Otro 20% lo representa el “grupo de materias primas”, en el que se encuentran las mayores asociaciones de reciclaje de materias primas, como Cicloplast, la Asociación Ecológica para el reciclado de hojalata (Ecoacero), la Federación Española del Envase de Madera (Fedemco) y productores de envases específicos como la conocida Tetra Pak, responsable de los ampliamente utilizados tetra briks, muy criticados por su difícil tratamiento para el reciclaje.
La quinta parte restante del accionariado está en manos de otro de los principales actores en la cadena de los residuos, las grandes cadenas de supermercados: Carrefour, Alcampo, Día, El Corte Inglés o la valenciana Mercadona.
La presencia de estas empresas se hace más clara al ver la composición de su junta directiva. Aunque la cara visible es la de su consejero delegado, Óscar Martín, el presidente es Ignacio González Hernández, consejero delegado de Nueva Pescanova S.L., empresa resultante de la quebrada Pescanova S.A. El secretario, Ignacio Larracoechea, es presidente de Promarca, un lobby que engloba a la mayor parte de los fabricantes líderes de sectores como la alimentación, la bebida o la perfumería, y que tiene como principal misión la de ensalzar la imagen de las marcas de los fabricantes que la conforman frente a las marcas blancas. Además, entre los consejeros de Ecoembes podemos encontrar representación de Pepsi, L’Oréal, Danone o Carrefour.
También es llamativa la retribución del “personal de alta dirección”. El selecto club de 10 personas que dirige esta sociedad sin ánimo de lucro se embolsó 1.610.000 euros en 2015, un 9% más que el año anterior, con un sueldo medio de 13.416 euros por directivo al mes.
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Me falta un último dato para evaluar la previsible estafa (una más) a que nos someten con el cuento del reciclaje y el ecologismo: saber en qué se invierten los cuantiosos beneficios de esas empresas como Ecoenves, supuestamente sin ánimo de lucro a pesar de ser Sociedades Anónimas...
La falta de compromiso para cambiar estos sistemas genera una impotencia tremenda. La contaminación de los mares por culpa de éste sistema debería ser una prioridad ya que vivimos en un ecosistema global en el que dependemos del resto de seres vivos.La mayoría del pescado que llega a los mercados ya contiene partículas de plástico. Muchas personas ya se han dado cuenta de que es más rápido crear movimientos de cambio ciudadanos como el Zero Waste. En nuestro caso decidimos dedicar nuestras vidas a crear una empresa que promueve la utilización de productos de un solo uso creados a partir de materiales biodegradables como pueden ser los cepillos de dientes, promover un estilo de vida que no se centre el consumismo y en la acumulación de objetos y buscar alternativas para no tener que utilizar este tipo de envases de plástico que al final no se reciclan. Si os interesa esta forma de abordar el problema de la contaminación por plásticos podéis acercaros por nuestra página. :) www.metandia.com
Visto esto, uno se plantea si reciclar o no, pero mientras tanto todo se llena de plástico.
https://avatarenergia.com/gran-parche-de-basura-del-pacifico/
Ja que fan pedagogia amb un reportatge, perquè no ensenyen de pas que els envasos es poden llençar a la brossa premuts i ocupant menys espai als contenidors?
Aquest és un problema gravíssim. Els recursos dels pobles petits són limitats i aquest gest estalviaria molts costos innecessaris. Els contenidors s'omplenen sence optimitzar la seva funció.
Felicidades por el artículo! He buscado aposta información porque me ha entrado la curiosidad de qué pasa con el reciclaje y si tenían ingresos los aytos. por ello y he encontrado vuestro artículo que me ha abierto los ojos más de lo que buscaba. No estamos informados, sólo manipulados. Muchas gracias!
Tengo una duda y me gustaría que alguien me la resolviera; Ttengo un restaurante y el distribuidor que me reparte la bebida me cobra el importe de contribución S.I.G. Los envases llevan el logo ecoembes y no son retornables, una vez vacíos reciclamos ya sean de cristal o plástico llevándolos a su contenedor o recogiéndolos la brigada de la comarca. Es correcto que le pague dicho impuesto al distribuidor de las bebidas? Gracias
Yo que tú me dirigiría a Alberto Vizcaíno a través de Tuiter (@alvizlo) o a través de su blog (https://www.productordesostenibilidad.es/). Sabe mucho del tema y no creo que tenga inconveniente en orientarte. Los usuarios "normales" pagamos por la recogida al ayuntamiento además de pagar una tasa para el reciclaje cada vez que compramos un alimento envasado o cualquier otro producto manufacturado - SÍ pagamos por el reciclaje al comprar una bombilla un tubo de pasta de dientes o una lata de cerveza, un colchón o una nevera -. pero en tu caso ignoro si, a mayores y por tu actividad, es legal cobrar algún impuesto más, aunque siendo alimentos envasados en plástico no me extrañaría que estuvieras pagando dos veces la misma tasa...
Bueno, entonces ¿qué hacemos con los envases? ¿No separarlos y llenar los vertederos o las incineradoras? ¿Tirarlos al contenedor amarillo para enriquecer a Ecoembes? Porque lo que está claro que Ecoembes tiene la sartén por el mango y no lo
vamos a cambiar...
Encima nodotros al separar la basura apirtamos mano de obra gratuita.
Y qye apirta ECOEMBES?.
cuantos arboles ha plantado?
La sociedad de este país no es capaz de ver la paja en su ojo.
Y ve la biga en el ojo ajeno.