We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Policía
Identifican a una agente de policía infiltrada en los movimientos sociales de Madrid
Reportajes como este son posibles porque hay más de 9300 personas que se han suscrito a El Salto. Apoya el periodismo crítico. ¡Suscríbete!
Mavi, como se dio a conocer, se puso en contacto con La Animosa por primera vez el 5 de noviembre de 2022 para proponer la celebración de un evento relacionado con la justicia climática. En ese momento, la asamblea del centro social situado en el madrileño barrio de Hortaleza rechazó la propuesta por diferentes cuestiones. Una semana después, empezó a entrenar en el Gimnasio Popular Hortaleza Fighters, proyecto que pertenece al CSO La Animosa. Pronto levantó sospechas.
El CSO La Animosa abrió sus puertas en noviembre de 2021, tan solo un año antes de la aparición de Mavi, en un local comercial propiedad de la Sareb que llevaba años vacío. Desde su comienzo contó con un gimnasio popular, una biblioteca y espacio para la celebración de actividades para los colectivos del barrio y de Madrid. Además, durante este año y cuatro meses, ha sido punto de encuentro de cientos de colectivos para organizar diferentes luchas.
Mavi L.F. es la identidad falsa bajo la que se esconde la agente de policía que responde por las iniciales de M.V.C.S., según ha podido comprobar El Salto. Se trataría de una agente encubierta que llevaría varios meses rondando los círculos de militancia de diferentes colectivos de Madrid, entre ellos Extinction Rebellion —al menos hasta el pasado fin de semana—, movimiento ciudadano por la justicia climática que opera en varias ciudades del mundo, entre ellas en Madrid, en el que empezó a participar en septiembre, aprovechando un encuentro general del colectivo en El Retiro. “Ese día vinieron como 20 o 30 personas nuevas”, recuerda Víctor de Santos, ambientólogo y miembro de Extinction Rebellion. La segunda vez que apareció en este colectivo por el medio ambiente fue en octubre o noviembre, en otro encuentro abierto en el que también se contaban varias personas nuevas, según detalla otro miembro de Extinction Rebellion, que explica que la agente infiltrada incluso asistió a una reunión en su casa. “No aportó mucho en la reunión, pasó el tiempo gastando bromas con otra chica que también acababa de llegar”, apunta este activista. Con respecto Extinction Rebellion, y Futuro Vegetal, donde también ha estado participando, los dos activistas señalan que siempre mantuvo un perfil bajo.
En el caso de La Animosa, “pese a la negativa de la celebración del acto que Mavi nos vino a proponer, vimos cómo empezó a mostrar un repentino interés por los demás proyectos del espacio, así como por la organización de este”, comentan a El Salto desde el centro social. Es entonces cuando empieza a acudir de manera frecuente al gimnasio, lo que le sirve de puente para acercarse a las compañeras del espacio. Añaden que les llamó la atención su facilidad para los deportes de contacto, pese a que ella les había comentado que nunca había realizado ninguno. Cuanto más tiempo pasaban con ella, más sospechas tenían sobre su persona. “Percibíamos que tenía una actitud muy aduladora hacia las personas que frecuentábamos el espacio, intentando crear vínculos de confianza muy rápido y siendo muy halagadora con todo el mundo, cambiando de opinión según con quien hablara”, recuerdan varias personas que coincidieron con ella en el centro social.
“A raíz de entablar conversaciones con ella, nos dimos cuenta de que había cosas que no cuadraban”, explica otra de las personas que la conoció a raíz de su paso por La Animosa
Cuando comenzó a compartir momentos de ocio con personas que frecuentaban este espacio, expuso ciertos datos de su vida que luego se han comprobado que eran falsos. Mavi se presentó como teleoperadora y les relató que procedía de Albolote, un pequeño pueblo de Granada. “A raíz de entablar conversaciones con ella, nos dimos cuenta de que había cosas que no cuadraban”, explica otra de las personas que la conoció a raíz de su paso por La Animosa. Debido a todas estas sospechas que se forjaron a lo largo de los casi tres meses que Mavi compartió con los militantes del CSO La Animosa y el Gimnasio Popular Hortaleza Fighters, se activaron ciertos protocolos de seguridad respecto a ella.
Aparte del perfil de Instagram con el que se presentó inicialmente a La Animosa, se han encontrado otros perfiles en redes sociales en los que aparecía su foto con otro nombre. M.V.C.S., identidad bajo la que se esconde Mavi, había superado el proceso selectivo para ser nombrada personal funcionario de la Policía Nacional el 9 de mayo del 2022, dos meses antes de que La Directa destapara el caso de un agente camuflado en los movimientos sociales de Barcelona.
Tras la publicación de La Directa sobre el segundo policía infiltrado en los movimientos sociales de Barcelona, el comportamiento de Mavi también cambió. “Su reacción fue no desaparecer al completo, pero casi. Después del segundo artículo de La Directa vino a entrenar una o dos veces más pero ya no intentaba involucrarse de la misma manera”, explica una compañera del centro social. También empezó a eliminar fotos y perfiles en redes sociales. El primero, el de Instagram con el que se había presentado inicialmente a La Animosa.
Desde el departamento de prensa de la Jefatura Provincial de Policía de Madrid afirman a El Salto que no tienen constancia de ningún agente infiltrado en el centro social y advierten de que, en el caso de que se haya ordenado esta actuación policial sería en el marco de una investigación judicial.
Infiltrados por el gimnasio
Como en los casos de Barcelona y País Valencià, la infiltración de la agente de policía en La Animosa se ha realizado a través de los gimnasios populares. “Están aprovechando esa apertura de los espacios para meter infiltrados en los centros sociales, e intentar también que se cree una paranoia colectiva respecto a esto”, señala el mismo miembro de la asamblea de La Animosa. “Este tipo de gimnasios son entornos seguros para las compañeras, donde no se tolera ningún tipo de comportamiento racista, machista u homófobo. Cuando uno acude a entrenar a este tipo de espacios va con toda la seguridad de que ahí va a encontrar a compañeras que, salvando las distancias, tengan un pensamiento común, como mínimo que respeten los valores anteriormente citados”, continúa.
Sin embargo, según afirman, en gran parte la clave para descubrir a estos agentes de Policía infiltrados es la falta de formación política. “Pueden inventarse una vida falsa perfectamente estructurada, pero muchas veces se les pilla por la nula formación política” explican. “Tenemos que utilizar las herramientas que están a nuestro alcance para protegernos y estar alerta en estos temas, pero sin entrar en la paranoia colectiva. Que la apertura de los espacios políticos no se elimine pero que haya más control sobre quién entra”, concluyen.
Desde La Animosa adelantan a El Salto de que prevén movilizarse en respuesta a lo sucedido. “Queremos hacer un llamamiento a los colectivos y centros sociales de Madrid contra el ataque policial a la autoorganización de la clase trabajadora”, afirman.
Por parte de Extinction Rebellion explican a El Salto que están pensando en cómo afrontar este tema. “No pensamos que haya supuesto peligro para el colectivo porque ella mantenía un perfil bajo y nosotros todo lo que hacemos es público, pero es más el miedo que mete a la gente por no saber con quién te estás relacionando, si la gente que estás, con la que estás tratando en tu día a día, es un policía”, afirma.
Relacionadas
Turismo
Opinión Abolir el turismo
Ayuntamiento de Madrid
Especulación urbanística El Ayuntamiento de Madrid planea la urbanización de Huerta de Mena, el “pulmón verde” de Hortaleza
¿Qué infiltración ni qué gaitas? Ese término valdría para asociaciones clandestinas, ocultas. La señorita policía puede convivir con los grupos de las Casas de Cultura, los clubs de motocross o de ornitología…
…Queda paranoico, grotesco y jocoso el “temor” de estos illuminati a que entre ellos haya un funcionario de policía; es una ciudadana normal, y es normal que no vayan contando por ahí que es policía. Los funcionarios de prisiones tb suelen callarlo, y “se infiltran” en clubes de lectura, gimnasios, etc. ¡Huy! ¡Que entre nosotres hay quien piensa de forma distinta a nosotros! (¡Qué infantil todo!)
Ay Javier, Javier...., hablando usted de infiltraciones.....
Este discurso pretendidamente descalificador hacia personas que han sido engañadas. resulta cínico y obsceno.
Sí, es un discurso descalificador hacia quienes creen que entre ellos no puede habitar nadie que piense distinto. Sí, es descalificador hacia los de “Emo sido engañados”. ¿Y un policía puede ser “socia” de El Salto?
Don Javier
Usted debería saber que la gallardía es sinónimo de honestedad, valentía, oséa, ir con la verdad, digamos, por delante, sin las dobleces con las que va la policía a infiltrarse. El asunto no esbsi se infiltran o no, sino DÓNDE se infiltran. Teniendo para infiltrarse las mafias del Estrecho, las mafias irlandesas e italianas en Levante, las mafias gallegas, el famoso M. Rajoy, la caja B del PP, y millones de muestras de la corrupción de este país, pierden el tiempo y dinero en espiar mlovimientos sociales de pequeño o nulo interés. Intentar criminalizar a esta gente, que no son delincuentes, es muy significativo, y lo sabes, como diría buestro Julio....
Mire: el problema es que la noticia no tiene base real. Si un policía es socia de El Salto, no se puede afirmar que es una infiltración; eso sería una fantasía paranoide. En su entorno y en el mío hay policías que ocultan su profesión (es muy normal), y sí, van al gimnasio y tienen inquietudes sociales y políticas. ¿Cuál es el dato que certifica periodísticamente que esta chica estaba “espiando”? Solo es una fantasía narcisista: por supuesto que nadie investiga estos clubes sociales! Si se afirma algo en un medio, debería estar sustentado en datos, pero es solo una sensación subjetiva de gente totalmente inofensiva (a no ser que se estuviera haciendo seguimiento de alguien, vaya vd. a saber por qué). Que quiero el dato, la prueba! Un informe, un atestado… ¡Que la noticia es que alguien ha descubierto la profesión de una compi del gimnasio! (Yo creo que se explica el relato porque sentirse “infiltrado” da categoría, da caché de revolucionario)
Javier, no sé si su ingenuidad es impostada pero los policías infiltrados en por lo menos círculos nacionalistas y anarquistas han existido siempre y periodistas también por cierto. Lo grave no es que se infiltren para investigar si se van a cometer actos ilegales (siempre que haya autorización judicial claro), lo grave es cuando actúan de agentes provocadores cogiendo a un lado a los más exaltados del grupo para criminalizar a todo el movimiento.
¿Para qué piensas que existe la policía secreta?
Un policía puede apuntarse al gimnasio sin ningún problema y tiene todo el derecho a omitir a qué se dedica. Lo que ya no tiene mucho sentido es ir al gimnasio con una identidad falsa si el motivo es ocultar su vida privada o laboral, yo al menos no me tomo tantas molestias en ocultar quien soy en mi tiempo de ocio, al igual que estoy seguro que usted no oculta la matrícula de su coche cuando conduce ni lleva un DNI falso por si se lo roban. Así que el equipo del gimnasio, y cualquier asociación civil, tiene el derecho a levantar sospechas ante un posible infiltrado.
Mejor harían infiltrándose en la CEOE, el PP o las multinacionales, en VOX espero que ya tengan algunos.