Opinión
El futuro era la selva

Hay algunas pistas que nos indican que nos abocamos no solo a la crisis climática sino a una profundización en la división entre unos países y otros, en esa carrera loca por el “sálvese quien pueda”.
Derrame amazonía ecuatoriana
Derrame de petróleo en los ríos de la Amazonía ecuatoriana. Foto de Confeniae.

Mugarik Gabe

27 sep 2023 06:00

Como en los últimos años, las noticias decían que llegaba la temporada de incendios, que la tierra seca y la ausencia de lluvias eran las condiciones óptimas para facilitar de forma irremisible la extensión de los fuegos. Los noticieros, como todos los años también, presentaban la catástrofe como un hecho más de un tiempo predecible. Venían a decir que era propio del ciclo natural sobre el que las personas poco o nada podían hacer.  

Sin embargo, las comunidades de la selva sabían que el equilibrio de la naturaleza había sido roto y que, por ello, los incendios no eran los propios de ningún ciclo natural. Ellas sabían que habían cuidado el bosque desde hacía cientos de años y por eso el equilibrio había persistido facilitando la supervivencia. Ellas sabían que los cambios profundos que habían empezado a adueñarse de la vida, y a transformar esta en muerte, tenían su raíz en la consideración del bosque, de la tierra, ya no como un ser vivo sino como una simple y ansiada fuente de negocios. Y sabían que en ese cambio había responsables que vivían en cómodas mansiones ajardinadas en la capital o en otras urbes del llamado mundo desarrollado. 

Sin duda eso del primer mundo debía de ser un sarcasmo pues no lo era en valores tales como el cuidado de las personas, la dignidad, los derechos o la protección del planeta

Ahora, primero llegaban los fuegos, lo que devastaba la selva y la reducía a cenizas. A continuación, las empresas forestales terminaban con el resto y avanzaban más allá creando inmensas extensiones de pradera donde antes solo había bosque y biodiversidad. Luego entraban los grandes ganaderos que se adueñaban del territorio para que sus vacas tuvieran abundante pasto; había que alimentar, entre otras, a las grandes cadenas de comida rápida que demandaban continuamente provisiones para sus restaurantes en las ciudades del mundo desarrollado. En los últimos años también se asentaban grandes empresas agroindustriales que cultivaban soja o palma hasta agotar la tierra; decían que era para luego hacer biodiesel y mejorar el planeta. Entre medias, los pequeños buscadores de minerales habían sido sustituidos por grandes mineras que en unos pocos años desaparecían los cerros mientras contaminaban ríos y lagos para llevarse con rapidez extrema el oro, la plata o el petróleo que, una vez más, terminaban en ese mundo que llamaban el primero. 

Sin duda eso del primer mundo debía de ser un sarcasmo pues no lo era en valores tales como el cuidado de las personas, la dignidad, los derechos o la protección del planeta, aunque se vanagloriaba continuamente de ello. Más bien era un primer mundo sugestionado con el despilfarro, la contaminación, el beneficio a cualquier precio y la explotación desenfrenada de la naturaleza y, por lo tanto, el responsable máximo de la generación de un cambio en el clima que ya se había convertido en crisis planetaria. 

Las consecuencias de dicha crisis se seguían pagando por parte de quienes menos culpa tenían en su reproducción, las comunidades de la selva. Mientras, los verdaderos responsables aumentaban exponencialmente sus tasas de ganancias y mantenían privilegios, lujos y riquezas que se erigían sobre el empobrecimiento de millones de personas. Había incluso quienes, autodenominados como altos representantes de la comunidad internacional, enfrentaban la selva al jardín. Decían que el primer mundo era un jardín de bienestar, orden y progreso mientras el resto era una selva de innumerables peligros que había que mantener alejada y sometida. Esto, a pesar de ocultar el hecho de que el bienestar del hipotético jardín lo era a costa de la destrucción y explotación sistemática del bosque del que decían era mejor huir. 

Las consecuencias de la crisis climática se siguen pagando por parte de quienes menos culpa tenían en su reproducción, las comunidades de la selva

Mientras tanto la crisis se agudizaba y acercaba vertiginosamente una realidad que, aunque ya muchos reconocían como venidera, la planteaban aún para un futuro no inmediato. Esta era otra diferencia profunda con la selva. Las comunidades de allá siempre pensaron no solo en Vivir Bien ellas, sino con el convencimiento de que quienes debían de seguir viviendo bien eran las generaciones futuras. Por lo tanto, disponer del bosque y de sus recursos, en su experiencia y sabiduría, era una responsabilidad de uso y cuidado de este para esas generaciones que llegarían algún día. Por el contrario, el mundo ajardinado, hoy casi ya un jardín fortaleza, solo veía los parterres y el bien cuidado césped del momento, además de la cuenta de beneficios. Y, como se suele decir, cruzaba los dedos para que el horizonte que todos los estudios y el sentido común anunciaban como inmediato llegara más tarde que pronto, sin preocuparse de esas futuras generaciones. Sin duda, dos modos radicalmente diferentes de entender el mundo. 

Cierto es que se hacían grandes cumbres internacionales y pomposas declaraciones, pero se seguía sin tomar medidas y la crisis se aceleraba hasta el punto de hacerse presente ya en el mundo de hoy. El problema, en realidad, no era la falta de medidas y determinación para afrontar la nueva realidad, sino algo previo: era la misma esencia del sistema dominante, que no permitía tomar esas urgentes decisiones ni dar los pasos necesarios. Todos aquellos que defendían el sistema sabían que enfrentar la crisis requería la transformación radical de este y no estaban dispuestos a ello pues eso exigiría, entre otras medidas, redistribuir su riqueza, lujos y privilegios. 

Por eso la selva seguía en llamas y se empequeñecían las condiciones para la Vida digna de las mayorías, al tiempo que se hipotecaba la de las generaciones futuras. 

Mientras, el jardín ya se poblaba de malas hierbas. 

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Baleares
Crisis climática y urbanismo El Parlament balear aprueba legalizar las construcciones en áreas inundables
Partido Popular y Vox aprueban la norma que permite legalizar las construcciones en áreas de riesgo y el Govern plantea autoenmendarse, más adelante, para prohibir nuevas viviendas.
Dana
Medio ambiente y violencia machista Luchar contra la violencia de género; un pilar de la responsabilidad ambiental
La violencia de género y la crisis medioambiental atraviesan nuestras estructuras y se refuerzan mutuamente, creando un círculo vicioso que agrava las vulnerabilidades específicas de las mujeres frente a los desastres naturales como el de Valencia.
Galicia
Medio ambiente Balsas mineras: una amenaza perpetua en favor del lucro empresarial
Las balsas de residuos de la mina de Touro y Riotinto serían ilegales en muchos países por no cumplir normas básicas de seguridad. Estas estructuras ya han provocado docenas de catástrofes y vertidos tóxicos.
Paco Caro
27/9/2023 20:19

Es curioso, que eso que el Occidente desarrollado llama “progreso”, se base en la destrucción de cosas tan básicas como los árboles, al agua, o la vida en general. Ha comenzado la extinción de la Humanidad.

0
0
Sistemas de depósito
Dos años para el SDDR El fracaso de Ecoembes en el reciclado obliga a instaurar un sistema de depósito y retorno de envases
El Miteco constata que en 2023 solo se recicló un 41,3% de las botellas de plástico de un solo uso puestas en el mercado. La cifra, muy lejos del 70% al que obliga la ley, supone la puesta en marcha de un sistema paralelo al del contenedor amarillo.
Extrema derecha
Rodrigo Nunes “Las redes sociales son máquinas de subjetivación especialmente útiles a la extrema derecha”
El profesor brasileño analiza en su último libro los rasgos de la extrema derecha emergente en diversos contextos, especialmente a partir de los liderazgos de Bolsonaro, Trump y Milei.
Baleares
Crisis climática y urbanismo El Parlament balear aprueba legalizar las construcciones en áreas inundables
Partido Popular y Vox aprueban la norma que permite legalizar las construcciones en áreas de riesgo y el Govern plantea autoenmendarse, más adelante, para prohibir nuevas viviendas.
Venezuela
Terán Mantovani: “Venezuela ha vivido uno de los colapsos societales más profundos de la historia reciente”
Terán Mantovani es investigador de la Universidad Central de Venezuela. Con esta entrega, iniciamos una serie de entrevistas sobre la realidad política y social de este país con una perspectiva crítica desde la izquierda y los movimientos de base.
Opinión
Opinión ¿Espacio seguro o sala de la ira? ¿Bluesky o X?
La nueva derecha radical ha extendido y profundizado su influencia en las redes sociales. La izquierda ha optado por migrar a sus 'safe spaces' y a eludir el debate sobre los medios de comunicación convencionales.

Últimas

Culturas
Servando Rocha “La modernidad de Madrid está edificada con la sangre de la gente”
En su nuevo artefacto, situado entre la literatura y la investigación histórica, Servando Rocha cartografía espacios de Madrid donde se registraron experiencias insólitas que han permanecido en el olvido durante mucho tiempo.
Venezuela
Especial Las derivas de Venezuela: cinco entrevistas sobre el deterioro del proceso bolivariano
Los activistas, escritores y pensadores latinoamericanos Raúl Zibechi y Silvia Adoue presentan en El Salto un dossier sobre la evolución de la Revolución Bolivariana desde el Caracazo de 1989 al Gobierno de Maduro a través de cinco entrevistas.
Opinión
Opinión Contra los premios
El Nobel, el Planeta, los Oscar o los Grammy, por citar una mínima y célebre porción de los galardones que se otorgan en el ámbito cultural, son la expresión brutal de la economía de mercado.
Violencia machista
25 de noviembre Un 25N con las kellys y las empleadas de hogar
El 25N también se denuncian otras violencias que no copan titulares: las que reciben los cuerpos de las mujeres en trabajos esenciales como los cuidados de personas y el trabajo doméstico así como las duras tareas que realizan las camareras de piso
Más noticias
Migración
Migraciones Nuevo reglamento de extranjería: una lectura entre las líneas triunfalistas del gobierno
El nuevo reglamento de la ley de extranjería se anunció como un gran avance para los derechos de las personas migrantes. Son múltiples las voces que apuntan a los límites de una normativa que sigue dejando a miles de personas desprotegidas.
Córdoba
Genocidio en Palestina La UCO invita a un profesor de la Universidad de Tel Aviv, rompiendo los acuerdos de las acampadas
La Coordinadora Andalucía con Palestina denuncia el incumplimiento de los acuerdos de las universidades de Córdoba y Granada al invitar a un profesor sionista de la Universidad de Tel Aviv a un foro sobre radicalización

Recomendadas

Dana
Medio ambiente y violencia machista Luchar contra la violencia de género; un pilar de la responsabilidad ambiental
La violencia de género y la crisis medioambiental atraviesan nuestras estructuras y se refuerzan mutuamente, creando un círculo vicioso que agrava las vulnerabilidades específicas de las mujeres frente a los desastres naturales como el de Valencia.
Italia
Italia Milán, cuando la ciudad de las oportunidades se hace inaccesible
Ya quedan pocos talleres, farmacias, peluquerías o papelerías de barrio en Milán, y el precio de la vivienda aniquila su población originaria.
Argentina
Argentina El Bonaparte: la historia del hospital de salud mental que le torció el brazo a Milei
Es el centro referente en Argentina para tratamientos de salud mental y adicciones. Javier Milei intentó acabar con él, pero los profesionales sanitarios y los pacientes del hospital no lo permitieron. Esta es su historia.
Justicia
Reportaje El imperio de los jueces-soldado
La justicia española ha entrado en un callejón peligroso. Desde hace años, el Poder Judicial se ha mostrado escorado a la derecha y más como un problema para la resolución de cuestiones cruciales para el Estado.