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La declaración del candidato a la presidencia de Guatemala, Bernardo Arévalo, de que devolverá a Tel Aviv la embajada de Guatemala que actualmente se encuentra en Jerusalén es una declaración patriótica que, si se lleva finalmente a cabo, ayudará a abrir una nueva página en la dolorosa historia del país y favorecerá los intereses del pueblo guatemalteco frente a la comunidad internacional.
La embajada fue trasladada a Jerusalén en el año 2018 por el ex Presidente Jimmy Morales, dentro del marco de un arreglo corrupto con el ex Presidente de Estados Unidos Donald Trump y el Primer Ministro de Israel Benjamín Netanyahu. Este arreglo fue contrario a la posición de las Naciones Unidas y la de la mayoría de los países del mundo los cuales consideran ilegal e inválida la anexión de Jerusalén Oriental en 1967 por parte de Israel, ya que el status de Jerusalén deberá ser establecido únicamente a través de negociaciones entre palestinos e israelís y no de forma unilateral por parte de Israel. Para el gobierno de Israel, el traslado de las embajadas a Jerusalén significa un reconocimiento de facto por la comunidad internacional de su soberanía sobre toda la ciudad.
Para el gobierno de Israel, el traslado de las embajadas a Jerusalén significa un reconocimiento de facto por la comunidad internacional de su soberanía sobre toda la ciudad
En 2007 se estableció la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), por acuerdo firmado por las Naciones Unidas y el gobierno de Guatemala con el fin de resolver la problemática de una extensa corrupción. La CICIG apoyó las investigaciones que lograron obtener pruebas contra el presidente y el vice-presidente, y llevar a juicio a decenas de agentes gubernamentales de alto rango, incluyendo un juez de la Corte Suprema de Justicia, dos ex presidentes, miembros del Congreso y ministros. También logró la suspensión de más de una decena de jueces corruptos y miles de policías, la exposición de 60 redes criminales y la captura de traficantes de drogas de alto nivel.
Cuando se abrieron las investigaciones acerca de la extensa corrupción de miembros de la familia del Presidente Jimmy Morales y de las fuentes que financiaron su campaña presidencial en 2015, cuyo mensaje central era “no corrupto y no ladrón”, éste decidió desmembrar en forma inmediata la CICIG en Septiembre del 2018. A pesar de que los gobiernos norteamericanos del Presidente Bush y el Presidente Obama apoyaron a la CICIG y la financiaron con 44 millones de dólares y, aún más, consideraron la continuación del funcionamiento de la CICIG como condición para que las relaciones entre ambos países fueran correctas y los Estados Unidos pudieran seguir apoyando económicamente a Guatemala.
El desmembramiento de la CICIG no le interesó al presidente Trump. Lo que si le interesó fue que el 16 de mayo del 2018 Guatemala se convirtió en el primer país que se unió a los Estados Unidos y trasladó su embajada a Jerusalén. Para esto necesitaba Trump mantener al gobierno de Morales a cualquier precio. Durante la crisis por el desmembramiento de la CICIG, en diciembre de 2018, la esposa del Primer Ministro, Sara Netanyahu, llegó de visita a Guatemala con una comitiva del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, una visita controvertida en Guatemala. El Presidente Morales le dijo al Primer Ministro Netanyahu durante su conversación telefónica: “Estamos muy emocionados por el honor que nos han dado con la visita de Sara y la comitiva de Israel. Muchas gracias por el fuerte abrazo. Nuestra amistad seguirá eternamente”. Y ciertamente, las relaciones amistosas entre ellos continuaron hasta el fin de la presidencia de Morales en enero de 2020. Al igual que el Presidente Morales y su familia, también Netanyahu y su esposa Sara están en juicio por múltiples casos de corrupción y Sara ya fue condenada por uso ilegal de dinero público.
Las negociaciones para trasladar la embajada a Jerusalén no empezaron con Morales sino durante los años de la guerra civil de Guatemala. Israel no dudó en vender armas a la Junta Militar con el fin de convencerla
Las negociaciones para trasladar la embajada a Jerusalén no empezaron con Morales sino durante los años de la sangrienta guerra civil de Guatemala. Los gobiernos de Israel no dudaron en vender armas a la Junta Militar con el fin de convencerla que trasladase la embajada a Jerusalén. Según telegramas que se encuentran en el Archivo Nacional de Israel, en 1982 el Ministro de Relaciones Exteriores Itzhak Shamir trató de convencer al General Ríos Mont que trasladara la embajada a Jerusalén, explotando las creencias religiosas evangelistas de Ríos Mont. Esto, a pesar que Shamir y el Ministerio de Relaciones Exteriores consideraban a Ríos Mont un “desquiciado” y sabían que era un asesino responsable de masacres.
En los años 1983-1984 Israel fue uno de los primeros países que reconocieron a la junta de Mejía Víctores, descrito como un “hombre simple y no especialmente inteligente” y quien, según los telegramas, había “firmado en forma personal todas las compras de armas a Israel”. El gobierno de Israel le ofreció al General Víctores que si trasladaba la embajada a Jerusalén, le ayudaría con una campaña para mejorar su posición en Estados Unidos y le organizaría una invitación a Israel que le ayudaría a mejorar su imagen ante el mundo y, en particular, ante el público católico. Según los telegramas, aunque Israel sabía que el Coronel Pablo Nuila Hum dirigía los ‘Pelotones de la Muerte’, Mike Harari, un representante del Mossad, se reunió con él en enero de 1984 para hablar acerca de la ayuda militar israelí a la Junta y el traslado de la embajada a Jerusalén.
Israel
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Fue así que en un telegrama fechado el 10 de diciembre de 1984 y dirigido al encargado de la división de América Latina en el Ministerio de Relaciones Exteriores, el embajador de Israel en Colombia, Yaakov Gotal informó que durante una conversación que tuvo con el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, este último criticó la falta de ayuda por parte de los Estados Unidos y dijo que Guatemala es “el único país de Centro América que ha podido superar la resistencia con la ayuda de Israel y sin ayuda norteamericana”.
El gobierno de Menahem Begin autorizó que oficiales del ejército y de la policía secreta de Guatemala fueran entrenados en Israel y le vendió a Guatemala equipo especial de comunicaciones, municiones, granadas, rifles Galil, ametralladoras Uzi y mini Uzi, vehículos blindados y cañones.
En el año 1980 Israel ayudó a Guatemala a crear una fábrica para que pudieran producir sus propias municiones para los rifles Galil y Uzi. Técnicos israelís llegaron a Guatemala para entrenar a miembros del ejército en cuestiones de comunicación por radio, técnicas de vigilancia e intercepción de información. Estos técnicos también ofrecieron ayuda y entrenamiento para manejar aviones Arava, equipados con ametralladoras y cohetes, destinados a trasladar soldados a las regiones montañosas donde se encontraban las comunidades indígenas.
En resumen, a cambio del traslado de la embajada a Jerusalén, Israel aceptó ayudar a gobiernos dictatoriales a violar los derechos humanos y a ahondar la corrupción en Guatemala. La decisión del Presidente Morales aisló a Guatemala dentro de la comunidad internacional y mostró al país como una marioneta dominada por los intereses de otros.
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