Opinión
Conversaciones preelectorales con mi gata

Hace semanas que mi gata no duerme por las noches. ¿Será que con su privilegiado olfato viene oliendo el fascismo y eso le inquieta? Debería estar ya acostumbrada, pues viene apestando a derechona añeja desde hace rato.
Gato confinamiento Coronavirus COVID19
Un gato parece desear salir a la calle durante el Confinamiento en Mendillorri (Navarra). Mikel Urabaien Otamendi
Sarah Babiker
21 jul 2023 09:56

Como si no fuera suficiente con la intensificación preelectoral y las altas temperaturas record en tu barrio y en el mío, hace semanas que mi gata no duerme por las noches, me mira con los ojos muy abiertos y maúlla interrogantes nocturnos como si en sus tres kilos de peludo cuerpo se condensara toda la tensión de los últimos tiempos.

¿Será que con su privilegiado olfato viene oliendo el fascismo y eso le inquieta? Debería estar ya acostumbrada, pues viene apestando a derechona añeja desde hace rato, cuando determinados discursos irrumpieron en las instituciones, en el parlamento andaluz, para empezar, ¿te acuerdas de esa prehistoria de hace solo cinco años? En el este de Europa, en las cloacas trumpistas, en nuestra prima Italia, entre los civilizados escandinavos, en los mismos países latinoamericanos que otrora nos brindaran otros horizontes políticos, el tufo supremacista y autoritario viaja por el mundo como una nube tóxica.

Mi gata maúlla raro, no te vayas tan lejos, no huelas tan superficial, parece decirme con sus ojos verdes y sus pupilas verticales: yo huelo otro fascismo, esa cultura de la muerte que actúa en las fronteras, y sega vidas con la sistematicidad indolente de un campo de concentración, huelo el fascismo enquistado en los sentidos comunes dispuestos a calificar otras vidas como sobrantes o incluso indeseables, olisqueo el fascismo en el silencio cómplice de vecinos y telediarios cuando lo inaceptable deja de escandalizarnos, porque el mundo es el que es, la gente muere y qué vamos a hacerle.

Yo huelo otro fascismo, me comunica mi gata, esa cultura de la muerte que actúa en las fronteras y sega vidas con la sistematicidad indolente de un campo de concentración, huelo el fascismo enquistado en los sentidos comunes

Pero no es hasta estos días, le recrimino entre bostezos, que se te ve tan agitada. Uf, bufa, es que hay algo definitivamente inquietante en la velocidad en la que se censuran obras, se revierten consensos sobre cosas fundamentales como que tras las violencia contra las mujeres está el patriarcado, se reivindica lo burdo, se niega la inteligencia, se exhibe el retroceso, se estupidiza el lenguaje…  enumera mi gata en su elegante insomnio. Es como para preocuparse, se eriza abandonando por un momento su aparente indolencia.

Quizás habría que ignorar tanto ruido y centrarse en lo importante, abrir otros horizontes, ofrecer otras narrativas, luchar por un mundo más justo más allá de los encorsetados programas electorales y esta socialdemocracia anémica e incompetente, le sugiero mientras intento volver al sueño. Me impacienta esa manía humana de jerarquizarlo todo, replica en su propio bostezo, enseñándome sus colmillitos, os cuesta comprender que es todo importante, la lucha feminista y la lucha de clases, las batallas culturales y las materiales, las violencias simbólicas y las que dejan regueros de sangre, el reconocimiento y la redistribución, apunta mientras se estira ostentosa. A ratos os pasáis más tiempo debatiendo sobre qué derechos o batallas son más prioritarias, que imaginando formas de reivindicar todos los derechos, o confrontar todas las ofensivas. Sois muy plastas, suelta despreciativa antes de volver a tumbarse.

Le pido perdón desde mi humilde condición humana, qué quieres que haga, no me da la vida para tanta urgencia, apenas me alcanza la energía últimamente para mirar twitter y resoplar. Oh, qué fascinante acción política la tuya, me sojuzga la gata desde su atalaya moral. No es mi culpa si sois la única especie que, aún llegando más lejos que nadie en la técnica y doblegado a la naturaleza, habéis sido incapaces de conservar lo más importante: el tiempo. Todo el día corriendo, todo el tiempo en alerta, como si estuvierais en la jungla.

¿Podemos dormir?, son las cuatro de la mañana, le ruego a mi gata que decide reincorporarse en ese momento y afilarse las uñas en el sillón, con un deje algo amenazante. No es mi problema, yo hago lo que quiero con mi tiempo, haber elegido una especie mejor. Si no te compro pienso tú te mueres, le contesto crispada. Hay mucha crispación últimamente. La gata que es receptiva, lo entiende y se me viene a ronronear al lado.

No quiero estar crispada, le digo. Me parece que eso ya es una derrota, veo a la gente cercana, a quienes imagino compañeros de frontera echándose en cara cosas de diversa magnitud, como si la rabia, la impotencia y la tristeza que sentimos al escuchar el fascismo gritón y sentir el que se extiende por el subsuelo no la supiésemos digerir y la acabáramos haciendo estallar contra los de al lado, como un fuego amigo estéril. Qué pereza de mundos binarios, le susurro a la gata mientras le rasco la barriga, los grises se están extinguiendo. La gata me guiña un ojo, te entiendo, parece contestarme su cuerpo blanquinegro.

Me parece más que legítimo animar a votar para poner un dique institucional a esta oleada de desvergüenza facha. Y me parece más que legítimo, que atravesada por todas las limitaciones de este sistema electoral haya gente que diga, pues no, no voto, haré política en otros lados

A mí, por ejemplo, me parece más que legítimo animar a votar para poner un dique institucional, por más que sea engañoso e insuficiente, a esta oleada de desvergüenza facha. Y me parece más que legítimo, que atravesada por todas las limitaciones de este sistema electoral, de esta política partidista que nos tiene de espectadores de debates y promesas y pactos, haya gente que diga, pues no, no voto, haré política en otros lados. Y no creo que haya que elegir entre votar o estar en las calles, y no creo que todo acabe o empiece el domingo, y no creo que estemos cerca de resolver tantas urgencias, pero creo que todos tenemos derecho a dudar y equivocarnos, ¿cómo no dudar y equivocarse en medio de todo este ruido? Miro a mi gata esperando una respuesta, pero solo mueve ligeramente los bigotes. Intento leer en su silencio una salida. Claro, me digo, igual es tiempo de hablar menos, de posicionarse menos, y escuchar más.

Me quedo así, escuchando, afuera los aires condicionados ensucian la noche con su zumbido. En la calle se oyen los primeros pasos de gente que se dirige al tajo. Una niña llora en el piso de arriba. La gata dura unos minutos en modo peluche, como para dejarme pensar un rato. ¿No te parece? —la despierto con un poco de mala leche— ¿que este estar siempre alerta, y esta bronca continua, y este señalar los disensos desde una condena moral, este no poder leer o escuchar opiniones que se distancien aunque sea mínimamente de nuestros postulados tiene un poco que ver con cierta herencia de la pandemia? A mí que me cuentas si yo ni había nacido, me expresa con un bostezo cósmico.

A ver, es como si a nivel consciente casi todos hubiésemos olvidado aquellos días en los que la vida cambió de infinitas maneras, y que eso parió una subjetividad basada en estar muy seguros de una cosa o la contraria, de alterizar al otro. Te estás poniendo un poco densa, me comunica la gata con su mirada imperturbable. Lo que quiero decir, resumo, es que quizás sigamos un poco confinadas, desapegadas de lo que pasa afuera, lejos de los otros y las otras, dependientes de grandes certezas y a la defensiva. Ok, dice mi gata mientras se enrosca un poco más para entregarse ahora sí al sueño: pues suerte con lo vuestro.

Suena el despertador, ya solo quedan un par de días para las elecciones.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Andalucía
Andalucía María Jesús Montero, dispuesta a protagonizar el proyecto de reforzar el PSOE para las elecciones andaluzas
La ministra de Hacienda y vicepresidenta primera ha anunciado que se presentará a las primarias del PSOE-A para sacar a la formación regional de la crisis en la que se encuentra de cara a las elecciones en la comunidad en 2026
Opinión
Ascenso de la derecha Donald Trump, Javier Milei, Giorgia Meloni… en el Jardín del Profeta
Una amiga norteamericana me envía unas palabras muy sentidas sobre la última elección a la Casa Blanca en los Estados Unidos. Acompañan sus líneas un poema de Khalil Gibran, sacado de su obra “El jardín del profeta”, publicada en 1933, como continuac
Estados Unidos
Estados Unidos Directo | Trump será el presidente 47 de la historia de Estados Unidos
Sigue los resultados de las elecciones en Estados Unidos con El Salto Diario. Kamala Harris tratará de evitar un nuevo mandato del candidato republicano Donald Trump.
Rap
Poetas Puestos “Tanto los medios como la política quieren que seas un tonto feliz”
Charly Efe y Teko, acompañados de una banda, publican el disco ‘Tontos felices’ donde mezlcan su carrera en el rap con ritmos rock para crear lo que han bautizado como rap‘n’roll.
Análisis
Análisis El PSOE intenta pescar en el río revuelto de la izquierda para acercarse al PP
Entre los votantes del PP solo hay dos cosas que produzcan ilusión: el rechazo a Sánchez y su Gobierno e Isabel Díaz Ayuso. Feijóo no es una de ellas.
Groenlandia
Análisis Por qué Groenlandia es clave en la carrera por las materias primas
El anuncio de Trump parece salido de una precuela de la película 'Don’t Look Up', en la que los intereses geopolíticos y económicos no nos dejan ver el colapso inminente.
Historia
Historia La segunda vida de Joaquín Maurín
Alberto Sabio reconstruye en ‘Excomunistas’ la vida y el pensamiento del fundador del POUM: desde su politización en el republicanismo hasta su giro socialdemócrata y anticomunista durante la Guerra Fría.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El CIS vuelve a situar la vivienda como el principal problema de la población
Uno de cada dos votantes de las izquierdas sitúan la vivienda entre los tres grandes problemas que afronta el país. La encuesta del CIS muestra a los partidos de la izquierda en la misma situación de desinfle que el mes pasado.
Ocupación israelí
Expansionismo israelí El Golán sirio, radiografía de una joya natural diezmada por la ocupación israelí
Las actividades extractivistas del Estado israelí sobre los recursos hídricos o proyecto de parque eólico en las tierras colonizadas amenaza el sustento diario de las comunidades locales.

Últimas

China
Pulsos bajo el cielo Beijing rave: amor, unidad y respeto
Exploramos los entornos de la música electrónica underground en Beijing, donde los jóvenes siguen creando espacios y nuevas formas de relacionarse y entenderse
Galicia
Literatura Daniel Salgado reformula las claves de la poesía política en la contemporaneidad en 'Poemas realistas'
El discurso de este poemario convoca las dos ideas-fundamento que vertebran la poética de Salgado: la constatación de la ruina y la perseverancia en la posibilidad de un horizonte no clausurado.
Opinión
Derecho a la vivienda Cuando el cuñao eres tú: cinco bulos progresistas sobre la crisis de la vivienda
Ni la compraventa de vivienda la protagonizan los fondos ni las zonas tensionadas bajan los alquileres ni el PP es el único que no las aplica.
Entrevista La Poderío
Entrevista La Poderío Carmen Fernández Gálvez: “El origen de la creatividad está en la naturaleza”
Carmen Fernández Gálvez (1979) nace en Vélez Málaga. Como mujer inquieta y curiosa decide realizar estudios de psicología. Su pasión por la cosmética natural y los remedios vegetales comenzó años más tarde.

Recomendadas

Represión
Represión Cómo descubrir a un infiltrado, el manual
Un grupo de afectadas por el espionaje policial publica un texto colectivo como herramienta y reflexión sobre este fenómeno.
Violencia sexual
Violencia sexual El ocaso de Neil Gaiman, el maestro de la literatura fantástica acusado de violar a varias mujeres
Un reportaje revela los testimonios de ocho mujeres que sufrieron agresiones sexuales por parte del escritor Neil Gaiman, autor del cómic ‘Sandman’ y nombre clave en la ficción contemporánea. Dos de ellas han presentado denuncias por violación.
Sareb
Derecho a la vivienda Civio lleva a la Justicia a la Sareb para que revele cómo malvendió 10.000 viviendas protegidas
La Fundación Civio presenta un recurso contra el ‘banco malo’ por negar el derecho al acceso a la información sobre los compradores y el precio al que fueron vendidas 9.400 viviendas de protección pública.
Brasil
Ana Carolina Lourenço y Fabiana Pinto “Organizar la imaginación es la lucha de nuestro tiempo”
En la vanguardia de los movimientos que plantaron cara a la extrema derecha bolsonarista, las mujeres negras cuentan con una largo recorrido en la disputa política brasileña. Un libro recoge su genealogía y sus miradas para el futuro.