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Música
Murse-Gloria
Maite Arroitajauregi (Eibar, 1977) es Mursego. Su tercer disco, Hiru, publicado hace cuatro años, es un tesoro oculto en el que refulgen atrevimiento, localismo universal y muescas variadas de músicas populares de ahora y siempre.
Maite Arroitajauregi (Eibar, 1977) es Mursego. Su tercer disco, Hiru, publicado hace cuatro años, es un tesoro oculto en el que refulgen atrevimiento, localismo universal y muescas variadas de músicas populares de ahora y siempre.
Gloria Fuertes (Madrid, 1917-1989) es Gloria Fuertes y este año se celebra el primer siglo de una poeta única, creadora de una obra tan genial como ninguneada mientras ella vivía.
En 2014 Mursego se travistió de Gloria Fuertes en una serie de actuaciones. Su homenaje se adelantó a los fastos oficiales marcados por el calendario. Lo suyo fue por derecho y desde el corazón, como han de hacerse las cosas.
¿Qué es lo que más te gusta de Gloria Fuertes?
Me parece que tiene una puntería increíble para encontrar un tono donde combinar ternura y acidez desde un lenguaje sencillo. Y creo que utiliza el humor y la ironía como nadie, desde ahí se aproxima a los grandes temas: el amor, la guerra, la soledad, también me gusta mucho su uso del humor como un arma para retratar la grandeza y las miserias de la vida; en lo formal, sus juegos de palabras, sus rimas, su libertad para jugar con el lenguaje, para reinventar palabras… Siendo una poeta infantil grandiosa, que como niñas nos hacía pensar e imaginar mundos increíbles, su poesía adulta también está a la misma altura. Una grande.
¿Cómo elegiste sus poemas para musicarlos?
Me basé en el libro Historia de Gloria (amor, humor y desamor), que es esencialmente autobiográfico, donde habla de su juventud, de cómo vivió la guerra, de sus primeros desamores… Intenté que hubiera textos de todas las temáticas. A partir de ahí, había algunos poemas, como “Menú de guerra” o “El dinero”, que me atraparon a la primera, y otros, como “Poema a la ñ”, que por la utilización de la loop me encajaban muy bien para jugar, enumerar, repetir. Mi idea era hacer una función que fuera algo más que una batería de poemas musicados, mi intención era captar su espíritu: que hubiera humor pero que también hubiera denuncia o rabia. Tuvo un punto performativo, porque me vestí como ella, intenté imitar su voz ronca. La verdad es que me lo pasé pipa. También pedía al público que no aplaudiera hasta el final para ver si eso ayudaba a pillar esa sensibilidad tan suya. Recuerdo que terminaba con “Choque en primavera”, que me parecía un gran reflejo suyo:
“… aquí en mi convalecencia he descubierto
que a lo mejor lo mejor no existe.
Dice el doctor que no da con lo mío,
que tengo un casi-alguien
y un casi-nadie…”.
¿Son buenos como letras para canciones?
Como te decía, no pensé en canciones como tales, sino como piezas para un repertorio en conjunto. A algunas les di más forma de canción y otras eran piezas recitadas o rapeadas, utilizando sobre todo la loop para jugar con la repetición, la musicalidad, el ritmo, sus juegos de palabras —que son geniales—. Intenté que fuera algo muy libre, como era su poesía. Complementé algunas letras suyas, por ejemplo insertaba Sancho-Quijote de la serie de televisión en una de las piezas, o en otro poema —“Cuando amas al tigre”— añadí una parte de “Bertso hop” de Negu Gorriak, porque la base de la caja de ritmos que utilizaba era igual. O enfrentaba “Ay, Carmela” y “Cara al sol” en “Menú de guerra”. Me acuerdo de que, haciendo la prueba de sonido, Fermin (Muguruza) justo entró cuando estaba con el puño en alto... y no veas la mirada que me echó (risas).
En todo caso, por rimas y por métrica, casi todo su material tiene una musicalidad muy adaptable para hacer canciones. Nacho Vegas ha hecho hace poco una adaptación libre de otro poema suyo en la canción para la PAH, lo que demuestra que también su material tiene mucha vigencia.
Música libre para unas rimas libérrimas: en 2014 Mursego hizo de Gloria Fuertes¿En qué ha cambiado tu percepción sobre su obra al trabajar con ella?
Ya antes me sentía muy identificada con ella, todo su imaginario me fascinaba desde que era pequeña y siempre he intentado llevar a Mursego su forma de utilizar el humor como arma, pero tal vez sí que, después de este curro, mi percepción sobre ella se ha ensanchado mucho más. Tiene una poesía social muy potente, muy humana, muy actual, con una sensibilidad única. Ya lo decía ella: “Con mi trabajo la cultura aumento. Critico lo malo y denuncio lo peor”. O, por ejemplo, esas imágenes tan potentes con solo dos versos: “A los nueve años me pilló un carro, a los 14 la guerra”.
¿Crees que esta experiencia puede cambiar tu forma de hacer canciones?
No lo sé, está claro que en todo lo que haces en la vida y, sobre todo, en un trabajo desde la admiración, es inevitable que haya cosas que se filtren, aunque sea inconscientemente. ¿Tal vez las rimas? No lo sé. Lo que sí se quedó conmigo para siempre fue el Volca (una microcaja de ritmos) que utilicé en aquellas funciones y que ahora llevo a los conciertos de Mursego para otras canciones.