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Culturas
Teatro en la calle para agitar consciencias
Llevar el teatro a la calle para despertar consciencias. Esta es la propuesta de la compañía Teatro Movimiento Callejerx, que nació en 2016 en Chile de la mano de Ximena Cañas y Lucía Valenzuela.
En ese entonces, estaban estudiando y se dieron cuenta de que, a las funciones teatrales, solamente, iban los aficionados a este arte, sus familiares, amigos o gente del mismo círculo. “Las personas en sí no se relacionaban con el teatro”, expone Ximena, directora de la compañía.
Ante esta situación, tuvieron la necesidad de romper esta tendencia para transportar el teatro a espacios no convencionales o públicos. Así es como se lanzaron realizar performance en los vagones del metro. También, recuerda Ximena, era una forma de sustentarse económicamente, ya que al final “pasaban la gorra”
Eso fue el embrión de lo que después daría vida a Teatro Movimiento Callejerx, cuya primera función fue “Memoria”. Esta se preparó para homenajear el Día del Combatiente Joven, que se celebra el 29 de marzo en Chile para denunciar las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet. La interpretación tuvo muy buena acogida y se repitió durante dos años. “Teatro en Movimiento Callejerx surge desde una manera muy espontánea y poco a poco empezó a tener más forma de compañía”, relata Ximena.
Ninguna función es igual que otra
Aunque todas las obras tengan una base, cada vez que se interpretan son diferentes, ya que intervienen en el espacio público y con las personas. En este contexto, Lucía, responsable del diseño integral, expone que pese a que repiten metodologías o temáticas, las funciones “cambian porque los contextos son diferentes y siempre hay algún tema nuevo donde ahondar o reflexionar”.
Ahora bien, todas las obras tienen un mismo objetivo. “La idea siempre es agitar la calle, remover, plantear diferentes temáticas con un contexto específico”, especifica Ximena, que añade: “No haciendo que la gente piense como nosotras, sino que tome una posición frente al conflicto o temática que estamos planteando”.
Las temáticas que abordan, principalmente, son los feminismos, la memoria de las mujeres asesinadas por defender la tierra, el extractivismo o la migración, una realidad que conocen en sus propias carnes, ya que desde el 2019 tanto Ximena como Lucía están asentadas en Barcelona.
En la capital catalana ambas realizan talleres y laboratorios sobre performances en la calle. “Cuando hacemos laboratorios o talleres abordamos temáticas más amplias dependiendo que quieran plantear las mismas personas que participan”, remarca Ximena. En este sentido, Lucía agrega que en estos cursos ofrecen sus conocimientos, pero trabajan con las inquietudes de sus participantes.
Lenguaje de códigos
Una de las particularidades de las obras de Teatro Movimiento Callejerx es la importancia del grupo, ya que todo se trabaja desde lo colectivo, inclusive la creación artística. La metodología que implementan es la que se usa en las brigadas y en manifestaciones, por lo que utilizan códigos.
En la representación siempre hay una persona que pilota al resto del grupo. Cuando esta chilla “pato”, las demás saben que deben de seguirla en fila e imitar todo aquello que haga. Al grito de “tren”, cada una de las personas se tumba al suelo una detrás de otra y al de “estrella” se estiran formando una redonda. Una técnica que Ximena aprendió en Francia, de la mano de Théâtre de l’Unité, pioneros en Europa de esta modalidad artística.
Ahora bien, no solo se apela al colectivo desde el grupo que conforma la performance, sino también desde el espacio donde se realiza y la gente que la visualiza. “Queremos generar vínculos para expandir la red de espacios y personas”, detalla Lucía.
Aterrizaje en Barcelona
Del mismo modo que el inicio de la compañía fue espontáneo, también lo fue el hecho que ahora tanto Ximena como Lucía estén en Barcelona, donde llegaron en 2019 para perfeccionar sus conocimientos en sus respectivas áreas escénicas.
El primer taller que organizaron en esta ciudad fue vinculado al 8 de marzo del 2020. Desde entonces, han realizado múltiples laboratorios y talleres, donde las integrantes de estos acaban desarrollando una performance
Este es el caso del “Taller de performance feminista en el espacio urbano”, que tuvo lugar este otoño en el Centro Cívico Can Felipa de Poblenou. En este, han explorado una técnica que se llama la huella, donde además de intervenir en espacio público dejan un mensaje que permanece en este.
“La huella es lo que impulsa el taller, donde reflexionaos desde diferentes referentes feministas y lo unimos a las técnicas de actuación, voz y códigos y, así, generamos una muestra e intervención que sea de carácter colectivo”, cuenta Lucía.
Una de las particularidades de este taller, indica Ximena, es que se trabaja a partir de performance que ya han materializado otras personas con la finalidad de colaborar no solo desde la técnica, sino también desde el recuerdo y haciendo memoria de otras artistas que han llevado a cabo acciones en la calle. “Es un expandirse”, argumenta.
En el caso de este taller, la performance final coincidió con el 25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Violencia hacia la Mujer, por lo que el eje central de la actividad versó sobre las violencias que sufren mujeres y niñas de alrededor del mundo, así como denunciar esta situación.
“Nos sembraron miedo, pero nos crecieron alas”, era el título de la performance, con la que se quiso homenajear a las hermanas Minerva, Patria y Maria Teresa Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, que fueron asesinadas de manera brutal el 25 de noviembre de 1960 por la policía secreta del régimen dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo. Conocidas como “Las Mariposas”, las hermanas Mirabal son símbolo de la lucha feminista y su muerte es la que da vida a la celebración del 25-N.
“Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte", decía Minerva Mirabal. Un mensaje que parece haber recobrado con más fuerza en la lucha feminista y en la solidaridad hacia las víctimas de la violencia machista. También, fue inherente en la performance que se realizó en el marco del taller que organizaron Ximena y Lucía en Poblenou. “Nos sembraron miedo, pero nos crecieron alas. Que el miedo no te paralice y que la rabia te organice. Ante la cultura de violencia, los feminismos son nuestra repuesta”, terminó el manifiesto final que leyó una de las integrantes del grupo.