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Memoria histórica
El PP desmantela el departamento de Memoria Histórica de la Diputación de Pontevedra
Desde que hubo el intercambio de llaves, tras las elecciones municipales, entre PSOE y BNG y el Partido Popular el 14 de julio, un par de reuniones con asociaciones. En cuatro meses, esa ha sido toda la actividad conocida del área de Memoria Histórica de la Deputación de Pontevedra. Y la perspectiva para el año que viene no parece ser mucho mejor. El Gobierno provincial de Luis López Diéguez ha reducido en más de un 66% la partida presupuestaria dedicada a dignificar la memoria de las personas represaliadas de la dictadura franquista y la de todas las víctimas del golpe de Estado de 1936. Para 2024, en función de los presupuestos presentados ante el resto de diputadas y diputados provinciales, solamente se destinarán 50.000 euros a este trabajo.
Memoria histórica
Memoria histórica Archivada la primera querella contra crímenes del franquismo tras la llegada de la nueva Ley de Memoria
La reducción es tremendamente significativa si se compara con los presupuesto del último ejercicio, el del 2023. Para este año, todavía en curso, el gobierno bipartito de PSOE y BNG destinó 150.000 euros para esa misma partida y contrató a dos personas, una técnico y una auxiliar administrativa. Además, reservó 100.000 euros extra para que la propia Deputación y los ayuntamientos pontevedreses pudiesen retirar toda la simbología franquista que todavía hoy vive en edificios, calles y plazas por toda Galicia. Es un imperativo legal. El artículo 35 de la ley de Memoria Democrática establece claramente que “cuando los elementos contrarios a la memoria democrática estén ubicados o colocados en edificios de carácter público, las instituciones o personas jurídicas titulares de los mismos serán responsables de su retirada o eliminación”. En cambio, este nuevo Gobierno provincial ha decidido eliminar también esta partida. El equipo del diputado Rafael Domínguez (PP), encargado de este área en la nueva legislatura, no ha tenido a bien contestar las preguntas de esta redacción.
La estrategia del PP de Galicia sigue el rumbo que marcó Feijóo llamando “pelea entre abuelos” a la Guerra Civil o promocionando retiros de yoga en un campo de concentración franquista
La estrategia del Partido Popular en Galicia sigue la estela del rumbo que ha venido marcando su presidente, Alberto Núñez Feijóo, que catalogó de “vergüenza” la ley de Memoria Democrática y prometió por activa y por pasiva que la derogaría si algún día se convirtiese en presidente del Estado. Algo cada vez más improbable, al menos en el corto plazo. De su boca también salieron algunas de las maneras más equidistantes de dirigentes del PP para referirse a la Guerra Civil: “Hace 80 años nuestros abuelos y bisabuelos se pelearon”. Un eufemismo sin parangón. Pero es que antes de ocupar la silla de su despacho en Génova 13, como presidente de la Xunta de Galicia, apenas se le recuerdan acciones para honrar la memoria de las 4.699 personas asesinadas y las 28.234 gallegas y gallegos que sufrieron algún tipo de persecución judicial por las autoridades militares de la dictadura. Todo lo contrario.
Desde la Xunta, especialmente en los 13 años de Gobierno de Núñez Feijóo, se afanaron incluso en resignificar espacios tan simbólico para la memoria histórica de Galicia como la isla de San Simón (Redondela, Pontevedra), uno de los mayores campos de concentración en territorio gallego durante el Franquismo y por donde pasaron más de 6.000 presos republicanos de todo el territorio español entre 1936 y 1943. Muchos de ellos fueron fusilados allí mismo, en la tapia del cementerio, pero historiadores e historiadoras todavía no han sido capaces de concretar cuantos. La promoción financiada por la Xunta de ese espacio ha llegado a rozar la infamia con la organización de retiros de yoga, festivales de música o fiestas de Samaín (fiesta gaélica equiparable al Halloween).
Adiós a un oasis ante la amnesia institucional
Tanto en el breve periodo del bipartito del PSOE y el BNG en la Xunta de Galicia como en el ahora extinto gobierno de coalición progresista en la Deputación de Pontevedra se intentaron paliar las estrategias de la derecha gallega para borrar el contenido simbólico y político de estos espacios de represión y, mucho más, se propusieron agendas ambiciosas, las primeras, para trabajar en pos de una reparación todavía muy alejada. Una de las personas clave en el trabajo de los últimos años desde la Deputación ha sido la periodista Montse Fajardo. Especializada en historia y feminismos, Fajardo comisarió exposiciones, coordinó la publicación de libros sobre la materia y dirigió durante años equipos que se centraron en trabajar en memoria histórica. “Tenemos miedo de que se retroceda en todo lo avanzado y de que si se llevan a cabo acciones en torno a figuras como Alexandre Bóveda o Castelao, se difuminen sus perfiles políticos”, explica a El Salto la hasta ahora técnica especializada en memoria.
Entre la diputada María Ortega y la periodista Montse Fajardo se llevó a cabo una de las agendas institucionales más ambiciosas de la historia de la democracia en Galicia en materia de memoria
Bajo su batuta y la de María Ortega, diputada del BNG en la anterior legislatura, se llevó a cabo una de las agendas institucionales más ambiciosas de la historia de la democracia en Galicia en materia de documentación, reconocimiento y concienciación. Se han publicado 16 libros con varias derivadas en torno a la historia de la provincia, dos documentales, exposiciones con intervenciones en las calles pontevedresas, eventos de música represaliada, teatro, cerca de 200 actividades divulgativas por los ayuntamientos de la provincia y otras tantas charlas monográficas por personas de reconocido prestigio en el área memorialista. También tuvieron la ocasión de colaborar desde el departamento y con la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica de Salvaterra en la realización de trabajos previos a la recuperación de la foxa de Pastora (Salvaterra).
“No puedo hacer ninguna valoración de lo que se ha hecho en estos cuatro meses porque no se ha hecho nada en absoluto. No sabemos ningún detalle de su hoja de ruta si es que la tienen”, denuncia la diputada María Ortega. “Lo que sí que vemos es este recorte desproporcionado y que deja muy claro que lo que se va a hacer en este área es totalmente limitdao”, añade.
Como parte del Servicio de Patrimonio Documental e Bibliográfico de la Diputación, adquirió especial relevancia otro proyecto auspiciado por el departamento de Memoria Histórica: la creación de un archivo de documentos, fotografías y publicaciones relacionadas con las víctimas de la represión, el propio funcionamiento de la dictadura o la lucha contra ella. “Esa fue la chispa que prendió la puesta en marcha, en la Navidad de 2022, del programa Cae de Caixón, que anima a particulares y entidades a ceder el material que habían podido guardar de manera personal, con el fin de hacerlo público a través de nuestro buscador en la red, Atopo”, explican desde el antiguo equipo.
La colección Memoria Histórica supuso integrar en los fondos del Servicio de Patrimonio Documental e Bibliográfico aportaciones tan importantes como la colección fotográfica de Os fillos do Sol, cedida por la hija de Natalio Abad, uno de los promotores de esta iniciativa de principios del siglo XX; la documentación de la historia del nacionalismo gallego en la clandestinidad, a través del fondo Reboiras; fotografías inéditas de la presencia de nazis en el Val Miñor y Pontevedra o la primera fotografía que se hizo la marinense Nieves Martínez tras recuperar el pelo rapado por los fascistas en 1936; listados manuscritos de personas fusiladas; o una carta a Cruz Gallástegui informando de una huelga de trabajadoras de la Misión Biológica en pleno franquismo.
Memoria histórica
O PP desmantela o departamento de Memoria Histórica da Deputación de Pontevedra
Desde que houbo o intercambio de chaves, tras as eleccións municipais, entre PSOE e BNG e o Partido Popular o 14 de xullo, un par de reunións con asociacións. En catro meses, esa foi toda a actividade coñecida da área de Memoria Histórica da Deputación de Pontevedra. E a perspectiva para o ano que vén non parece ser moito mellor. O Goberno provincial de Luis López Diéguez reduciu en máis dun 66% a partida orzamentaria dedicada a dignificar a memoria de persoas represaliadas da ditadura franquista e a de todas as vítimas do golpe de Estado de 1936. Para 2024, en función dos orzamentos presentados ante o resto de deputadas e deputados provinciais, soamente se van destinar 50.000 euros a este traballo.
Memoria histórica
Memoria histórica Arquivada a querela contra o crime franquista de Moncho Reboiras
A redución é tremendamente significativa se se compara co orzamento do último exercicio, o do 2023. Para este ano, aínda en curso, o goberno bipartito de PSOE e BNG destinou 150.000 euros para esa mesma partida e contratou a dúas persoas, unha técnico e unha auxiliar administrativa. Ademais, reservou 100.000 euros extra para que a propia Deputación e os concellos pontevedreses puidesen retirar toda a simboloxía franquista que aínda hoxe vive en edificios, rúas e prazas por toda Galiza. É un imperativo legal. O artigo 35 da lei de Memoria Democrática establece claramente que “cando os elementos contrarios á memoria democrática estean situados ou colocados en edificios de carácter público, as institucións ou persoas xurídicas titulares dos mesmos serán responsables da súa retirada ou eliminación”. En cambio, este novo Goberno provincial decidiu eliminar tamén esta partida. O equipo do deputado Rafael Domínguez (PP), encargado desta área na nova lexislatura, non tivo a ben contestar as preguntas desta redacción.
A estratexia do PP de Galiza segue o rumbo que marcou Feijóo chamando “pelexa entre avós” á Guerra Civil ou promocionando retiros de ioga no campo de concentración franquista da illa de San Simón
A estratexia do Partido Popular en Galiza segue o ronsel do rumbo que veu marcando o seu presidente, Alberto Núñez Feijóo, que catalogou de “vergoña” a lei de Memoria Democrática e prometeu por activa e por pasiva que a derrogaría se algún día se convertese en presidente do Goberno do Estado. Algo cada vez máis improbable, polo menos no curto prazo. Da súa boca tamén saíron algunhas das maneiras máis equidistantes de dirixentes do PP para referirse á Guerra Civil: “Hai 80 anos os nosos avós e bisavós pelexáronse”. Un eufemismo sen parangón. Pero é que antes de ocupar a cadeira do seu despacho en Génova 13, como presidente da Xunta de Galiza, apenas se lle lembran accións para honrar a memoria das 4.699 persoas asasinadas e as 28.234 galegas e galegos que sufriron algún tipo de persecución xudicial polas autoridades militares da ditadura. Todo o contrario.
Desde a Xunta, especialmente nos 13 anos de Goberno de Núñez Feijóo, afanáronse mesmo en resignificar espazos tan simbólicos para a memoria histórica de Galiza como a illa de San Simón (Redondela, Pontevedra), un dos maiores campos de concentración en territorio galego durante o Franquismo e por onde pasaron máis de 6.000 presos republicanos de todo o territorio español entre 1936 e 1943. Moitos deles foron fusilados alí mesmo, na tapia do cemiterio, pero historiadores e historiadoras aínda non foron quen de concretar cuantos. A promoción financiada pola Xunta dese espazo chegou a rozar a infamia coa organización de retiros de ioga, festivais de música ou festas de Samaín.
Adeus a un oasis ante a amnesia institucional
Tanto no breve período do bipartito do PSOE e o BNG na Xunta de Galiza como no agora extinto goberno de coalición progresista na Deputación de Pontevedra tentáronse paliar as estratexias da dereita galega para difuminar o contido simbólico e político destes espazos de represión e, moito máis, propuxéronse axendas ambiciosas, as primeiras, para traballar en pos dunha reparación aínda moi afastada. Unha das persoas clave no traballo dos últimos anos desde a Deputación foi a xornalista Montse Fajardo. Especializada en historia e feminismos, Fajardo comisariou exposicións, coordinou a publicación de libros sobre a materia e dirixiu durante anos equipos que se centraron en traballar en memoria histórica. “Temos medo de que se retroceda en todo o avanzado e de que se levan a cabo accións arredor de figuras como Alexandre Bóveda ou Castelao, se difuminen os seus perfís políticos”, explica ao Salto a até agora técnica especializada en memoria da institución.
Entre a deputada María Ortega e a xornalista Montse Fajardo levouse a cabo unha das axendas institucionais máis ambiciosas da historia da democracia en Galiza en materia de memoria
Baixo a súa batuta e a de María Ortega, deputada do BNG na anterior lexislatura, levou a cabo una das axendas institucionais máis ambiciosas da historia da democracia en Galicia en materia de documentación, recoñecemento e concienciación. Publicáronse 16 libros con varias derivadas arredor da historia da provincia, dous documentais, exposicións con intervencións nas rúas pontevedresas, eventos de música represaliada, teatro, preto de 200 actividades divulgativas polos concellos da provincia e outras tantas charlas monográficas por persoas de recoñecido prestixio na área memorialista. Tamén tiveron a ocasión de colaborar desde o departamento e coa Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica de Salvaterra na realización de traballos previos á recuperación da foxa de Pastora (Salvaterra).
“Non podo facer ningunha valoración do que se fixo neste catro meses porque non se fixo nada en absoluto. Non sabemos ningún detalle da súa folla de ruta se é que a teñen”, denuncia a deputada María Ortega. “O que si que vemos é este recorte desproporcionado e que deixa moi claro que o que se vai a facer nesta área é totalmente limitado”, engade.
Como parte do Servizo de Patrimonio Documental e Bibliográfico da Deputación, adquiriu especial relevancia outro proxecto auspiciado polo departamento de Memoria Histórica: a creación dun arquivo de documentos, fotografías e publicacións relacionadas coas vítimas da represión, o propio funcionamento da ditadura ou a loita contra ela. “Esa foi a faísca que prendeu a posta en marcha, no Nadal de 2022, do programa Cae de Caixón, que anima a particulares e entidades a ceder o material que puideran gardar de maneira persoal, co fin de facelo público a través do noso buscador na rede, Atopo”, explican desde o antigo equipo.
A colección Memoria Histórica supuxo integrar nos fondos do Servizo de Patrimonio Documental e Bibliográfico achegas tan importantes como a colección fotográfica de Os fillos do Sol, cedida pola filla de Natalio Abad, un dos promotores desta iniciativa de principios do século XX; a documentación da historia do nacionalismo galego na clandestinidade, a través do fondo Reboiras; fotografías inéditas da presenza de nazis no Val Miñor e Pontevedra ou a primeira fotografía que se fixo a marinense Neves Martínez tras recuperar o pelo rapado polos fascistas en 1936; listaxes manuscritas de persoas fusiladas; ou unha carta a Cruz Gallástegui informando dunha folga de traballadoras da Misión Biolóxica en pleno franquismo.