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Memoria histórica
Localizan restos óseos que podrían pertenecer a Guardias de Asalto fusilados en 1938 en Castelló
El equipo científico de ArqueoAntro ha hallado recientemente en Mas del Collet (Vistabella del Maestrat, Castelló) los restos óseos de al menos cinco personas durante la última Campaña del Frente de Levante, una iniciativa promovida por el grupo de arqueólogos que ya va por su novena edición. Entre los hallazgos se encuentran algunos huesos largos —como la tibia y el peroné— y un fragmento considerable de cráneo, aunque sin conexión anatómica. La pertenencia de los restos, especifican, podría corresponder a los Guardias de Asalto desaparecidos en la zona, un cuerpo policial creado para mantener el orden público durante la II República. “El hallazgo de estos restos no es una culminación, pero se trata de una meta más en el camino hacia la recuperación de la memoria”, expresa emocionado Antonio Giner, historiador local.
En la Masía del Collet, utilizada como cuartelillo de descanso y donde se desarrolla la intervención del equipo, hay varias líneas de trinchera dirigidas al frente. Los testimonios orales recogidos desde 2008 por Giner siempre apuntaron a la existencia de una fosa común a pocos metros de la masía, lugar donde aseguraban se encuentran los restos óseos de entre cuatro y seis Guardias de Asalto fusilados en junio de 1938. Estos mismos testimonios contaron a Giner que, una vez acabada la guerra, uno de ellos fue exhumado por la familia. Con las primeras picadas sobre el terreno aparecen evidentes signos de que la tierra ha sido removida, además del descubrimiento de un metacarpiano, al que le siguen más restos óseos y materiales, así como varios botones asociados a los desaparecidos por formar parte del uniforme del cuerpo policial.
Las excavaciones continúan alrededor de una base de piedra en forma rectangular, se trata de un monolito en recuerdo a las víctimas que, según los testimonios de las personas del pueblo, se coloca poco después de la guerra. Este hecho sorprendente cobró sentido al final de la campaña, cuando una fuente cercana a la masía aseguró que los jóvenes provenían de familias influyentes de València, un dato relevante también para comprender la exhumación durante el franquismo de uno de ellos. En este sentido, el historiador y escritor valenciano Vicent Gabarda pone en valor los testimonios orales como parte fundamental en el trabajo: “La Memoria Histórica no es solo exhumar fosas comunes, sino que abarca muchísimas épocas y es un abanico muy diverso. Cualquier actividad ayuda a que la gente conozca el pasado, el por qué están aquí”, expone el historiador.
A partir de junio de 1938 el bando sublevado, en su avance hacia el Mediterráneo, comienza a ocupar todas las localidades de la plana, con el objetivo de llegar hasta València. No lo conseguirían entonces. La defensa de la II República contaba con un despliegue de soldados en el Frente de Levante que alargaría la incertidumbre de la guerra unas semanas más, hasta que a finales de julio la derrota del Ebro crea un desequilibrio evidente entre ambos bandos armados. La represión ya había empezado en la provincia de Castelló, pero cada derrota ampliaba aún más el temor ante lo que aún estaba por acontecer.
El día 2 de junio las tropas franquistas toman Vistabella del Maestrat, una localidad castellonense estratégica, situada en una zona entre medias de la retaguardia y el frente, según las investigaciones de Juan Luis Porcar, técnico documentalista en la Universidad Jaume I de Castellón. “Ese mismo verano se sabe que fusilaron a doce Guardias de Asalto, y que los arrojaron a diferentes fosas. Una de ellas se podría tratar de una trinchera cercana a la masía en la que el año pasado el equipo de ArqueoAntro estuvo excavando sin éxito”, explica Porcar. La ocupación en Castellón se produjo poco a poco, de norte a sur, empezando por Vinarós. “Sitematizada, fría y planificada”, así la define Porcar con documentos en la mano que reflejan una realidad.
Novena edición
Las campañas del Frente de Levante se remontan al año 2013 con la búsqueda de un soldado republicano en la Sierra del Toro, citado en la prensa como el soldado desconocido, aunque en realidad exhuman a dos, un episodio que favorece la aparición de más testimonios y familiares demandando una actuación similar. Ante la necesidad de cubrir lo que estaba por venir, la Asociación Científica ArqueoAntro, consolidada ese mismo año, recurre a la posibilidad de financiación a través de unos cursos formativos para cubrir los costes de las excavaciones y alargarlas así en el tiempo, según cuenta el doctor en ciencias biomédicas y director antropólogo de ArqueoAntro, Javier Iglesias.
“En la zona de Abejuela, en el año 39, hubo una petición del alcalde, en la que alentaba a cuadrillas de vecinos a subir a la sierra y enterrar los cuerpos de los soldados caídos, porque decían que el pueblo olía a muerte. Es fácil de entender porque muchos soldados murieron y el monte estaba repleto de cadáveres”, repasa el doctor Iglesias para poner en contexto una de las batallas más importantes de la guerra civil española. Desde el inicio, hace ocho años, el equipo ha localizado en el Frente de Levante 79 fosas comunes a través de nueve campañas de excavación y exhumación y 22 intervenciones de las cuales 14 han resultado positivas, con 30 personas identificadas.
Miguel Mezquida, director arqueólogo y cofundador de ArqueoAntro, se refiere a estas excavaciones como la de los olvidados de los olvidados, en referencia a aquellos soldados caídos y cuyos cuerpos no eran recogidos en la retirada, como tampoco lo serían en los años posteriores con el final de la Guerra Civil. Todo lo contrario a lo sucedido en la recuperación de los soldados del bando sublevado llevada a cabo por el franquismo, para la cual se crea un total de siete leyes, seis decretos, cuatro real decretos y 24 órdenes, todas ellas enfocadas a la exhumación de los vencedores.