Fronteras
Emgali Jatri: “Me molesta que la primera pregunta sea de dónde soy”

Emgali Jatri es apátrida y nació en un campamento de refugiados saharauis en Argelia, de donde salió para estudiar a los doce años.

Emgali Jatri Feminista y apátrida
Emgali Jatri, feminista y apátrida Ione Arzoz

Emgali Jatri nació en un campamento de refugiados saharauis en Argelia. Como sus tres hermanos, a los doce años salió de allí para seguir estudiando. Su vida está ligada a la ausencia de Estado, por ello se licenció en Política y Relaciones Internacionales, especializándose en cooperación y feminismo.

¿Cuánto nos marca el lugar de nacimiento?
El lugar de nacimiento para mí no es muy importante porque no he tenido un Estado que me proteja como ciudadana y me dé raíces y cultura que me sostengan como persona. El lugar de nacimiento me ha marcado tanto como los sitios donde he vivido. Siento hacia ellos cierta responsabilidad y me han ofrecido unas relaciones y unos sentimientos que al final me han forjado una mezcla de identidades.

Argelia, Libia, Bilbao, República Dominicana y otra vez Bilbao. ¿Con qué lugar te quedas?
Me quedo con todos, pero la seguridad que siento en Bilbao como mujer no la siento en otro sitio.

¿Cómo has terminado con pasaporte de apátrida española?
Desde 2014 no tenía pasaporte, solo la residencia de estudiante para cursar un máster. Tenía que regresar al campamento para renovar el pasaporte de apátrida argelina, que nosotros llamamos pasaporte argelino. Hice el trámite a través de la oficina saharaui en Madrid, y nunca me contestaron. Para renovar el pasaporte argelino tenía que volver a los campamentos, el cónsul argelino me lo dijo claramente.

¿Eso es una forma de reteneros o quizá de echaros?
Es un trámite administrativo de un documento que te exige vivir en el país que te lo expide. No puedes viajar cuando quieres, solo con visados. Ni tampoco puedes trabajar o estudiar fuera. Es un estatus que te otorga derechos, puedo estar legalmente aquí, pero sigo siendo un segundo plato.

¿Cómo te afecta ese estatus a la hora de plantearte la vida?
De niña y de adolescente pensaba que era saharaui y punto. No pensaba que la ausencia de Estado podía afectarme. Que te toque ser apátrida no se lo deseo a nadie. Siempre hay cosas que debes ir mirando y no sé dónde está el origen de mi identidad.

“Como apátrida, he decidido no tener hijos para que no vivan bajo esa misma condición”

¿Y eso te frustra?
En muchas ocasiones, sí. Desde pequeña te hablan de independencia y cada vez que creces te preguntas: ¿dónde está mi independencia? En mi tesis sobre el conflicto saharaui comprendí que es muy difícil lograrla y, sin un Estado, como apátrida, he decidido no tener hijos para que no vivan bajo esa misma condición. ¿Qué futuro vas a dar a un niño o una niña si tu misma no lo tienes? La apátrida para mi es un estatuto de invisibilidad. No eres de ningún lugar, ni de aquí ni de allá, aunque sentimentalmente me siento pertenezco a todos, pero jurídicamente hablando no. Crecer en un campo de refugiados no es fácil y estudiar lejos de tu familia es muy duro. Creces sola, vas por el mundo sola.

¿Y cómo lo superas?
Gracias a los amigos, esa familia que eliges, sigues hacia adelante. Los amigos han sido mi apoyo a lo largo de mi vida.

¿Qué sientes cuando ves en los balcones las pañoletas de Bienvenidos refugiados?
Creo que existe un movimiento social importante. Se agradece el apoyo, pero hay que profundizar y ver qué medidas tienen que ofrecer. No es fácil traer gente, y luego hay que acompañar en el proceso de integración.

¿Somos menos tolerantes de lo que creemos ser?
Creo que sí. Por cómo me miran cuando entro en un bar o por cómo me tratan en una entrevista de trabajo. O en la búsqueda de piso… Para el último pasé por siete entrevistas y en las seis primeras me decían “es que mis compañeros no quieren compartir casa con una persona de origen árabe”.

¿Qué debería cambiar?
La sociedad es diversa y tenemos que aprender a convivir entre nosotros, aprender del otro, aceptarle tal y como es.

¿Por eso vas al euskaltegi?
Sí, tengo que aprender la lengua vasca porque es parte de su identidad.

¿Qué es lo que más te molesta de la falta de integración?
Que lo primero que me pregunten sea “y tú, ¿de dónde eres?”.

Las mujeres saharauis tenéis fama de ser feministas, ¿es el mismo mito que el del matriarcado vasco?
Totalmente. Es una cultura machista, como tantas otras. La mujer saharaui cria a sus hijos sola, se ocupa de la casa y está sometida a los hombres. Ahora mismo, hay 55 chicas saharauis del programa Vacaciones de paz que no pueden salir porque tienen que casarse. Las familias así lo han decidido.

Archivado en: Apátridas Fronteras
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Literatura
Lucía Mbomío “Las personas que migran y dependen de un papel caminan siempre sobre el alambre”
Periodista y escritora, Mbomío se adentra en su segunda novela en las huertas del Sur para narrar las mil realidades que conviven sofocadas bajo los plásticos y unas leyes de extranjería que siembran esclavitudes contemporáneas.
Racismo
Racismo La solidaridad antirracista con València recorre las calles de Madrid
VV.AA.
La manifestación 9N vuelve a poner en la agenda social la necesidad de políticas antirracistas que reconozcan el racismo como un problema estructural presente en el ámbito educativo, laboral, sanitario, político, cultural y social.
Fronteras
Tijuana “Se viene una pesadilla”, así han vivido la victoria de Trump en los centros de migrantes de Tijuana
En el Espacio Migrante de Tijuana, a unos pocos kilómetros de la frontera, se reúnen personas en busca de esperanza. Algunas de ellas huyen de sus maltratadores, muchas ahogaron un grito desesperado cuando vieron que Trump ganaba las elecciones.
Guerrera
1/10/2018 21:10

Una entrevista súper interesante. Ésta es una mujer que rompe estereotipos: empoderada, hecha a sí misma y sin pelos en la lengua para denunciar lo que le duele y molesta de su propia sociedad y de la nuestra. Muy bien.

0
0
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el Centro de Acogida, Emergencia y Derivación (CAED) de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el estado español.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea, ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto cómo el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Uruguay
Uruguay La izquierda parte como favorita en la segunda vuelta de las elecciones en Uruguay
El candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi, parte con ventaja en las encuestas. El alto número de indecisos, y la ausencia de mayorías en parlamento y senado, marcan estos comicios.
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.
Dana
Encuesta Tres de cada cuatro personas en España ligan la virulencia de la dana con el cambio climático
Una encuesta realizada por More in Common señala que una amplia mayoría de la población considera que el país está mal preparado para adaptarse a los fenómenos extremos que trae la crisis climática y debe hacer más esfuerzos al respecto.
Opinión
Opinión La eclosión del autoritarismo reaccionario y otras nueve tesis sobre la victoria de Trump
La victoria del candidato republicano nos ha demostrado que estamos en una nueva era: la del neoliberalismo autoritario, en donde el camino del mal menor propuesto por los Demócratas ha sido la fórmula más rápida para llegar al mal mayor.
Más noticias
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.

Recomendadas

València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.